Costa Rica (Mototrip) – De nuevo en Costa Rica y de nuevo en moto

by | 17 Mar 2022 | 0 comments

3 – 17 marzo 2022

 

2.282 días viajando…
5 días de Couchsurfings…
9 días de Mototrip…

Después de finalizar mi etapa de 3 meses como manager del Hotel/Restaurante Can Cocal de El Cuyo (México), el 3 de marzo de 2022, vuelo por tercera vez ( y ) a mi siguiente destino: Costa Rica.

Las razones por las que he venido a un país en el que ya he estado dos veces las explicaba al final de mi anterior post.

La llegada

Una cosa que he aprendido viajando es pedirme siempre la última fila del avión. Por lo general no la quiere nadie y suelo ir solo en la fila. En esta ocasión ha funcionado.

Una vez aterrizados en el Aeropuerto Juan Santamaría de San José de Costa Rica, viene el siempre estresante trámite de pasar el control de inmigración. Aunque aquí han decidido darte tiempo suficiente para que te relajes.

Madre mía, algún dia deberían inventar algo para que no se tarde más en entrar a un país que en llegar desde la otra punta del mundo.

Por suerte el control de inmigración es sencillo, pocas preguntas, buen rollo y me dan 90 días de visado sin problema.

A partir de aquí empiezan las primeras 2 semanas de mi mototrip, en las cuales ya recorro una buena parte del país.

Néstor y Raquel

3 Mar 2022. Otra cosa que he aprendido viajando, es a tener más o menos resuelto el transporte desde el aeropuerto, para no verte acosado y agobiado por los millones de taxistas que te están esperando.

En este caso he tenido la enorme suerte de haber encontrado un alma maravillosa.

Mi plan en Costa Rica es comprarme una moto cuanto antes para viajar por el país. Mientras tanto, voy a intentar alojarme usando couchsurfing para gastar lo mínimo posible y conocer a gente de aquí.

Para mi primera noche lancé varias solicitudes de Couchsurfing y tuve un par de respuestas positivas. Por un lado me respondió Néstor, un chico nacido en Ucrania pero criado en Costa Rica casi toda su vida. Me dijo que justo hoy no podía alojarme pero se ofreció con absoluta generosidad y naturalidad a recogerme en el aeropuerto. Confieso que me pareció algo tan extremadamente generoso que llegué a desconfiar. Pero me bastó 2 segundos de conocerle en persona para saber que podía confiar ciegamente en él. Lo más gracioso fue cuando le dije…

– ¿Y dónde has aparcado el coche?
– ¿Coche? No, no… voy en moto.

Así que nos tenemos que subir a su moto él, yo y mis dos mochilas. Al final lo apañamos bastante bien… ¡y allá vamos!

Madre mía, llevo fatal lo ir de paquete en una moto. Pero tengo confianza ciega en Néstor. Ciega… porque cierro los ojos en las curvas muy cerradas.

Néstor me lleva primero a Santa Ana, uno de los distritos periféricos de San José, para sacar colones de un cajero, y de allí vamos a mi destino de hoy, en Guachipelín, otro distrito de San José, donde vive Raquel, la encantadora chica que me acoge por esta noche con su familia. Raquel me recibe con un abrazo (se agradece en estos tiempos de miedos y distancias sociales) y nos invita a ambos a pasar y conocer a su (numerosa) familia y a comer algo con ellos. Esto es lo maravilloso de couchsurfing, compartir experiencias como éstas.

Néstor se va a su casa antes del anochecer (le doy infinitas gracias y mantengo su contacto. Ha prometido ayudarme a buscar una moto) y yo me quedo a pasar la noche en esta casa, disfrutando de una larga charla con Raquel y de estas vistas de San José.

Maritza y Lidiett

4 Mar 2022. Raquel me alojó en un colchón en el sótano. Me despierto a las 6h y, como aún no hay nadie despierto, me hago una sesión de yoga ahí mismo.

Cuando la familia se levanta, bastante más tarde, me invitan a desayunar café y tostadas con queso.

Hoy tengo que ir a Belén para mi segundo couchsurfing con Maritza. Belén es un distrito de Heredia relativamente cerca de Guachipelín, pero, como suele ocurrir por aquí, no hay transporte directo, así que me toca ir hasta el centro de San José y tomar un bus desde allí. Un enorme rodeo.

La familia de Raquel se ofrece a acercarme un poco y me dejan en un Centro Comercial a la entrada de San José. Allí me compro una SIM de Movistar, porque estoy (literalmente) perdido sin conexión a Internet. Ahora ya sí, con el mapa, sé llegar hasta casa de Maritza.

El bus me deja en el centro de San José, cerca de la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced.

Desde ahí me pillo otro bus hacia Belén. Veo que Maritza vive en una zona muchísimo más humilde que la de Raquel. Son curiosos estos contrastes. Vive en una calle sin salida con pequeñas casas adosadas de dos plantas.

Maritza es encantadora, atenta y supergenerosa conmigo. Invita a su amiga de la infancia Lidiett a que venga a tomar café con nosotros y pasamos una tarde de risas y confidencias de lo más divertida, relajada e interesante. Me siento infinitamente más en mi ambiente aquí que con la familia de Raquel. He traído una botella de vino que, para el final de la tarde, ya nos la hemos acabado. Me cuentan cosas increíbles de una infancia extremadamente humilde y dura, pero que han vivido con aceptación y alegría. Toda una lección.

Me siento muy a gusto aquí. La hospitalidad en Costa Rica es siempre enorme. Aquí me puedo relajar un poco mientras preparo el siguiente paso del viaje.

Gracias universo.

Día 3: Belén

5 Mar 2022. Me levanto poco después del amanecer y me hago una sesión de yoga en la terraza.

Por la mañana acompaño a Maritza al centro de Belén para hacer algunas compras en el mercado local.

Compro patatas y huevos y, de vuelta en su casa, le hago mi famosa tortilla de patatas.

Paso la tarde con el blog y luego acompaño a Maritza a dar un paseo por el vecindario. Para cenar, me prepara un plato de Flores de Itabo (no lo conocía) con arroz y fríjoles que están un poco amargas, pero muy ricas.

Día 4: Belén

6 Mar 2022. De nuevo una sesión de yoga en la terraza y desayuno de Gallo Pinto hecho con las sobras del arroz y fríjoles de anoche. Y es por esoa que aquí siempre se desayuna Gallo Pinto, porque se hace con lo que sobra de los casados del día anterior.

Para completar el desayuno, yo hago unos plátanos maduros (que compré ayer) a la plancha, tal y como me los suelo hacer yo, pero a Maritza no le gusta porque para ella están poco hechos. Aquí se toman muy fritos.

Yo paso la mañana con la compu y Maritza con el duolingo, porque está aprendiendo a hablar inglés.

A media mañana me lleva a Oxígeno, un enorme centro comercial que hay por aquí y al que llaman Human Playground. Es horrible, como casi todos los Centros Comerciales, pero más. Llenísimo de gente y de ruido.

Para mí los centros comerciales son los templos del capitalismo… y lo llevo fatal. Nos damos un paseo y nos tomamos un  café. Estoy deseando salir de ahí.

Por la tarde vamos a casa de su amiga Lidiett para tomar café y por la noche hago una ensalada de tomate y varias minitortillas de patatas para cenar.

Néstor y Linda

7 Mar 2022. Maritza se va hoy al Parque Nacional de Manuel Antonio, así que me toca cambio de casa.

Me doy una ducha. Me sigue fascinando cómo se calienta aquí el agua en tiempo real sólo con electricidad. Y funciona de maravilla.

He mantenido contacto con Néstor, que ya se ha convertido en un muy buen amigo, y me contó que vive con una mujer americana llamada Linda. Era por ello que no podía acogerme, porque la casa no es suya, pero le ha hablado a Linda de mí y le ha enseñado mi blog y Linda está encantada de acogerme por un par de noches, así que voy para allá.

Ellos viven por Santa Bárbara, pero he quedado con Néstor en acercarme hasta San Joaquín de Flores, que está muy cerca de Belén, y me recoge allá.

Como es muy temprano y he quedado con Néstor más tarde, me voy a la Panadería-Cafetería La Familiar y me pido un desayuno de Gallo PInto con huevos.

Dedico la espera a mirar anuncios de motos y hay una en particular que me gusta especialmente, una Honda V-Men con bolsas laterales, perfecta para viajar.

Hablo con el dueño y está dispuesto a enseñármela hoy mismo en su trabajo, cerca de Escazú.

Cuando llega Néstor, le enseño la moto y le gusta y, muy amablemente de nuevo, me lleva en su moto hasta allá para poder verla. La verdad es que tiene una pinta estupenda.

Cerramos el acuerdo en 700.000¢ (poco menos de 1.000€) y quedamos en hacer los trámites al día siguiente. Tenemos la fortuna de que el dueño de la moto, Isaac, trabaja para un bufete de abogados y el trámite me lo van a hacer mucho más barato de lo habitual, por sólo 30.000¢ (40€).

Acompaño a Néstor a hacer algunas gestiones. Una de ellas le lleva a visitar a un amigo suyo en Heredia, también nacido en Ucrania y pintor profesional, Mario Rojas. Hemos ido a ver a Mario para recoger unas pancartas que ha hecho para las protestas contra la invasión de Rusia a Ucrania y que Néstor se encarga de organizar. Pero aprovechando la visita, Mario nos enseña su trabajo y yo estoy fascinado.

Por la tarde vamos finalmente a su casa cerca de Santa Bárbara y conozco a Linda, una mujer americana encantadora que está muy interesada en mi forma de vida, ya que ha empezado a leer mi blog… ¡desde el principio!

Día 6: Santa Bárbara

La moto

8 Mar 2022. Hoy es el día de la compra de la moto. Voy temprano al centro de Alajuela para sacar dinero del Banco Nacional para poder pagarla en cash. Desde allí, Néstor vuelve a hacer de chófer (no tengo vida suficiente para agradecer todo lo que hace por mí) y me lleva a las oficinas del abogado de Isaac, el dueño de la moto para hacer los trámites.

730.000¢ más tarde, ya tengo moto. La he llamado Maca, por que es muy bonita, pero también porque es bastante macarrilla. Néstor me ha dejado su casco y lo primero que hago es comprarme la banda reflectante que aquí es obligatoria para todos los moteros.

La primera impresión con la moto es un poco rara. La siento pequeña, muy baja, poco potente, inestable y vibra mucho. Se me disparan los miedos de haberme equivocado en la compra.

Pero según voy haciéndome a ella, voy cogiendo seguridad y veo que ha sido una buena compra.

Voy directamente a casa de Linda y Néstor para enseñarles la moto. La primera que viene a recibirme es Laika, por supuesto.

Foto de Linda

Por la tarde voy con Néstor a su taller habitual, el Taller de Motos GM de San José, para cambiar la rueda de atrás por una de tacos, porque está muy gastada y para poder enfrentarme a las carreteras sin asfaltar de este país. Me cambian también la pastilla de freno de atrás. 35.000¢ más que se van.

A la vuelta compro patatas y huevos y, para cenar, les preparo a Linda y Néstor una de mis famosas tortillas de patatas y una ensalada de tomate, aguacate, ajo y cebolla.

Foto de Linda

Terminamos la noche viendo fotos de mi viaje, ya que están entusiasmados por saber más y más de los lugares donde he estado.

Roberto y Steven

9 Mar 2022. Ya tengo moto y ya se han cumplido las dos noches que iba a estar con Linda y Néstor. Pero como todavía no tengo claro hacia dónde ir, me he buscado otro couchsurfing cercano mientras me decido.

Me levanto a las 6 y poco y me voy al patio trasero para hacer mi sesión de yoga. Laika no pierde la ocasión de estar acompañada y se viene conmigo. Linda lleva desde las 4h de la mañana dando clases de inglés online a alumnos en Vietnam. Y no sólo eso… también me ha hecho algunas fotos. 😉

Foto de Linda

Foto de Linda

Tras el yoga, me tomo el desayuno que Linda me ha dejado preparado. Le pido a Néstor que se dé una vuelta con mi moto para ver cómo la siente. Cuando vuelve me dice que la ve perfecta, muy cómoda y muy bien de motor. Una buena compra.

Como Néstor tiene que llevar a Linda a hacer unas gestiones, aprovechamos para irnos todos juntos. Antes, nos hacemos las fotos de despedida.

Foto de Néstor

Me despido de Laika…

…y de mis maravillosos hosts.

La idea es ir todos juntos hasta un taller que conoce Néstor, el Motos Freedom de Heredia, para poner un cargador USB a mi moto. Por el camino Linda me hace algunas fotos.

Foto de Linda

En el taller, Néstor me ayuda a elegir un buen USB y me despido de ellos, con la idea de volver a vernos pronto. La verdad es que flipo con la de gente maravillosa que me estoy encontrando.

Foto de Linda

Mientras me instalan el USB, me voy a un café a comprarme un sandwich… Y empiezo a pensar que va a ser verdad lo de que los precios aquí están disparados. 1.700 colones (2,5€) por un sandwich de huevo y frijoles.

Recojo mi moto y me voy a mi siguiente destino, un couchsurfing con la amabilísima pareja Roberto y Steven que viven en Cariari, una zona de un nivel socioeconómico bastante más elevado de lo que llevo visto hasta ahora. El barrio está formado por algunas de las mejores urbanizaciones de los alrededores de San José y un ostentoso campo de golf. Su casa es un adosado de 2 plantas decorado con un estilo muy moderno, porque ambos son muy techies (en el buen sentido, yo también lo soy). De hecho Roberto trabaja para Uber y Steven para Amazon. Ambos son encantadores y enormemente generosos. Además tienen un Husky llamado Koda que es un trasto, porque es muy joven aún, pero una auténtica preciosidad.

Aunque es un “couchsurfing”, nada de sofá, me ofrecen una habitación privada que es un auténtico lujo.

Después de instalarme, me doy una vuelta por Cariari y, efectivamente, el vecindario no es precisamente humilde, aunque los contrastes son brutales, porque hay veces que a un lado del muro hay una mansión y al otro lado una chabola.

Aunque, a juzgar por lo que anuncian las farmacias, no sé yo si compensa el nivel de estrés necesario para llegar a tener tanto dinero.

Cuando vuelvo, me invitan a compartir con ellos un café con un megabocata relleno de mil cosas y que luego cortan en pedacitos para compartir. Son increíblemente generosos conmigo.

Paso la tarde con el blog y luego me pongo a ver series. Cuando son casi las 10 y estoy a punto de irme a dormir, pensando que lo del café había sido una cena temprana, me avisan para que baje a cenar con ellos unas cosas preparadas por la chica nicaragüense que viene todas las mañanas a limpiar y cocinar. Comemos viendo en la TV Queen of the Universe, un show de drags muy divertido. Ha sido una experiencia muy interesante. Qué diferentes están siendo todos mis couchsurfings.

Familia de Fiorela

10 Mar 2022. Me levanto a las 6 y poco y me voy al patio trasero a hacer yoga. Qué pena no haber hecho un vídeo, porque ha sido la risa con Koda, el Husky de la casa, porque se pensaba que estaba jugando.

Más tarde, la chica que les cocina me prepara un desayuno de pinto con tortilla de vegetales y una rebanada de pan. Cómo me cuidan.

Hoy empieza oficialmente mi mototrip y no sé muy bien hacia dónde tirar. Paso una hora y poco en mi habitación mirando opciones de Couchsurfing o WorkAway u otras opciones de alojamiento baratas, ya que aquí los precios de alojamiento son una locura.

Al final decido que voy tirando para Guanacaste y ya veremos. He visto una casita de 2 habitaciones por la zona de Playa Coyote por la que solo piden 10.000¢ (14€) la noche. Para cómo están las cosas aquí, es un chollo. Es más barato que un hostel.

Me despido de Roberto y Steven agradeciéndoles efusivamente su generosidad y me pongo en camino.

El viaje se hace largo y duro por el enorme calor y por el tráfico, pero mejora cuando me voy alejando de la zona de San José. La moto es poco potente, pero resulta muy cómoda, sobre todo porque la mochila que tengo atada atrás me hace de respaldo.

Hago una parada en un puesto de la carretera para comprar unos aguacates y un mango que me como allí mismo. Otra parada en el MaxiPali de Atenas para comprar un tupper, un cuchillo, aceite, sal, tomates, zanahorias, huevos, arroz, latas de garbanzos y guisantes… los básicos para sobrevivir.

Otra parada en un puesto que hay al lado del puente sobre el Río Lagarto, para tomar una pipa (agua de coco). Desde allí veo que hay gente bañándose en el río, así que no me lo pienso con el calor que hace. Bajo con la moto a la orilla del río y me doy un baño. Luego me hago una ensalada de tomate y garbanzos ahí mismo. Como Dios.

Sigo hasta el Puente de la Amistad con Taiwan. Más fotos.

Fiorela, la dueña de la Casa Brisas del Bosque que hay cerca de San Francisco de Coyote, me ha confirmado que puedo alojarme, así que voy para allá. Cuando me acerco, el camino se pone mucho más difícil, sin asfalto, de tierra y grava, pero no es terrible, está bien compactada y no hay demasiadas piedras grandes. Me arrepiento de no haberle puesto tacos a la rueda de delante. Queda pendiente.

El camino es largo y bastante cansado, pero llego justo a la puesta del sol. Tal y como quedé con Fiorela, como ella está en San José, voy a la casa de al lado donde me reciben sus padres e hijos. En general mucha familia. La madre, Cecilia, antes de enseñarme la casa, quiere conocerme un poco y me hace unas cuantas preguntas para ver si soy de fiar. Flipan mucho cuando les digo que he llegado hace una semana a Costa Rica, que me he comprado la moto hace dos días en Heredia y que vengo desde allí conduciéndola. Como es habitual en este país, la matriarca de la familia  es pura energía y amabilidad. Me enseña la casita. Muy sencilla pero muy acogedora. Un lujo por este precio, la verdad. Me explica que su hija Fiorela se fue a vivir a Heredia por los estudios de su marido y que, mientras, quiere sacarle algo de rendimiento a la casa. Me invita a desayunar mañana.

Y ésta es la casa:

Me instalo, ducha, cena y tranquilidad… y sin mosquitos. Esto es el paraíso.

Día 9: San Francisco de Coyote y Playa Coyote

Cecilia y Oldemar

11 Mar 2022. Me levanto a las 6h con el canto del gallo, que no ha parado desde antes del amanecer. Hago mi sesión de yoga en el porche y me voy donde Cecilia y Oldemar, los padres de Fiorela, a desayunar como me habían dicho. Cecilia me prepara un desayuno de torta de huevo, gallo pinto y unas rodajas de un tubérculo frito parecido a la patata. Y café claro. Charlo con ellos un buen rato. Son encantadores.

Cecilia me recomienda que me vaya hasta la Playa Caletas, así que, después de desayunar, cojo la moto y me voy para allá. El calor es terrible y así de seco es el camino.

Llego hasta la Playa Caletas. No hay un alma… ni una sombra.

A pesar del soletón que cae a muerte, me doy un paseo hasta Punta Coyote.

Como veo que los caminos de por aquí son terribles, a mi vuelta le pregunto a Cecilia por un taller donde cambiar la rueda de delante por una de tacos. Me recomienda que vaya al Taller de Fabián, pasado San Francisco de Coyote. Fabián es encantador y enseguida se pone con ello y me cambia la rueda de delante por 22.000¢ (30€).

A través de workaway me ha contactado Cris, una americana nacida en Venecia (Italia) que está haciendo un curso de profesora de inglés en Sámara. Workaway le ha indicado que yo estaba por aquí cerca y le ha dado curiosidad mi perfil. Quedamos por la tarde y nos contamos nuestras vidas viajeras.

Cris

12 Mar 2022. Sesión de yoga al amanecer y luego paso a visitar a la familia de Oldemar y Cecilia para despedirme. Hoy tienen la visita de un amigo vaquero.

Como Cris tiene que volver a Sámara, aprovecho para llevarla y así conozco esa famosa ciudad de Guanacaste, una de las mas conocidas y turísticas de la zona.

El viaje a Sámara es un poco de pesadilla. El camino (sin asfaltar) está en un estado terrible, lleno de piedras, lo que me obliga a ir a 20 km/h. Tardamos 2 horas en hacer 50 kms.

Dejo a Cris en su casa y yo me alojo en Hostel Matilori por 11.400¢ (16€). Es carísimo, pero es lo más barato que hay por toda esta zona. He intentado couchsurfing pero ha sido imposible.

Me doy una vuelta por Sámara, que me resulta excesivamente turística y agobiante. Todo lo que veo a mi alrededor está orientado al turista, soy incapaz de ver nada real, asi que me voy al hostel (lleno de surferos), me hago una cena y mañana será otro día.

Carolina

13 Mar 2022. Duermo regular. Me despierto muchas veces durante la noche por un ruido que, ya por la mañana, descubro que es el ventilador de la habitación.

Me levanto a las 6:15 y me hago una sesión de yoga en la terraza. Mucho mejor ahora. Desayuno los 6 huevos que me quedan de la compra de ayer con unas tostadas y el café que dan en el hostel.

Me doy un paseo hasta la Playa de Sámara mientras decido qué hacer.

Decido que, sea como sea, no quiero quedarme en Samara. Lanzo varias solicitudes de couchsurfing y me pongo en marcha. Al poco de salir me contesta Carolina desde La Fortuna con un “sí”. Perfecto. Voy para allá.

Hago una parada para un café en el Pancho’s FoodTruck.

A partir de ahí, la cosa se complica porque empieza a llover. Intento evitar la lluvia con pequeñas paradas, pero al final veo que estoy empapado. Además voy muy tenso para no patinar, pero la verdad es que las ruedas nuevas responden muy bien. Es más mi miedo que la sensación de que puedan patinar.

Cuando veo que aún me falta media hora para llegar, me doy cuenta de que no puedo más. Estoy empapado y con un principio de hipotermia. Hago una parada en el primer sitio cubierto que me encuentro: una empresa de alquiler de kayaks. Me cambio con algo de ropa seca  (aunque se vuelva a mojar) pero al menos entro algo en calor. Bajo el mismo techado hay unos ticos con los que charlo. Flipan con mi moto y uno de ellos quiere comprarla. Parece que ha sido una buena compra.

Llego completamente empapado a casa de Carolina y Thomas, su hijo, quienes me reciben con entusiasmo y amor. Carolina es encantadora y muy buena cocinera. De hecho es especialista en salsas y tiene su propia marca: La Gula.

Desde que llego, Carolina no para de darme de comer (y de beber). Es pura generosidad y hospitalidad. Para cenar se nos une Maciej, un polaco al que también ha conocido por couchsurfing.

Nos prepara la cena en la cocina exterior que tiene montada en el patio trasero. Es todo un privilegio verla cocinar.

Nos ha preparado un casado, con cerdo para ellos y con patatas y yuca para mí. Está tan rico que es visto y no visto.

También nos ha preparado una bebida de maracuyá que es espectacular.

Carolina me habla de su vida, de todo lo que ha tenido que trabajar para sacar adelante a su familia (no paro de ver en este país que son las madres las que lo hacen. Los padres casi no existen), de sus planes para ir a Europa en mayo…

Además de cocinar, Carolina es gerente de la empresa Wave Rafting y nos ofrece a Maciej y a mí una salida de rafting mañana. Qué amor de mujer.

Día 12: La Fortuna

Rafting Day

14 Mar 2022. Me levanto a las 6 para hacer mi sesión de yoga. Poco después Carolina se va a trabajar a Wave Rafting y yo me ducho y me voy a desayunar a la Soda las Delicias de Leo (qué apropiado). Por el camino saco algunas fotos de La Fortuna, donde casi parece que esté prohibido el amor.

Me pido un gallo pinto con huevo y un café por 2.500¢ (3,5€). Me sigue pareciendo muy caro todo.

Mientras desayuno, vuelvo a mirar opciones de Workaway por Costa Rica y encuentro uno con muy buena pinta para trabajar en un Catamarán en Golfito, al sur del lado del pacífico.

A la hora acordada, Maciej y yo ya estamos en Wave Rafting, desde donde nos llevan en bus hasta muy arriba del Río Arenal.

Una vez allí, nos dan el material y nos preparamos… y nos hacemos fotos.

Foto de Maciej

Foto de Maciej

Hacía siglos (desde la universidad) que no hacía un Rafting. Me lo he pasado como un chavalín.

Vídeo de Maciej

A mitad del recorrido hemos hecho una parada de descanso donde nos han dado sandía y piña hasta que se nos salían por las orejas. Las vacas de la zona ya se saben lo de esta parada y se vienen a que les den las sobras.

Foto de Maciej

Y después del Rafting nos han llevado a un restaurante a comer un buffet libre de casado. Una maravilla de experiencia.

Cuando vuelvo a casa de Carolina, le agradezco infinitamente la invitación. Ha sido genial. Aprovecho para terminar de concretar mi Workaway en Golfito. Debo estar ahí el 17, por lo que, saliendo mañana, tendré que hacer 2 noches por el camino.

Por la tarde viene una compañera de trabajo de Carolina, yo compro una botella de vino y nos pasamos la tarde de charla hablando de la vida y de lo caro que se ha puesto todo en Costa Rica últimamente.

Lourdes

15 Mar 2022. Yoga a las 6 (estoy de lo más disciplinado). Carolina me deja el desayuno preparado (es un amor) y nos despedimos, porque se va a trabajar. Millones de gracias, Carolina, personas como tú dan sentido a Couchsurfing.

Desayuno y me tomo la mañana con calma. Tengo que llegar a casa de Lourdes en Alajuela (fin de mi primera etapa hacia Golfito) después de las 5 de la tarde y tardo unas 2-3 horas en llegar, así que me pongo con el blog en buena compañía.

Me hago un almuerzo con la comida que aún llevo conmigo, recojo mis cosas (alguien no quiere que me vaya)…

…y finalmente me voy sobre las 13h. Última despedida de la casa de Carolina y de sus vistas al Volcán Arenal.

El viaje es tranquilo, pasando por montañas de hasta 2.100m. Se siente un poco de frío, pero nada terrible. De repente, me encuentro de bruces con la Catarata de la Paz, que está junto a la carretera. 

Llego a casa de Lourdes poco después de las 16h. Conozco a toda su familia. Han pedido pizza para cenar, así que es como estar en familia.

Cascada Verde

16 Mar 2022. Desayuno con la familia de Lourdes y me pongo en marcha.

Primera parada para comprar un mango y unos aguacates pasadísimos de los que poco puedo aprovechar y que al final prácticamente tengo que tirar. Lo barato sale caro, dicen.

Otra parada para comer en un parque de Los Ángeles, poco antes de Quepos. Alli es donde veo un mensaje de Fausto en el que me dice que no van a pagarme mi tercer mes en El Cuyo. Consigo no enfadarme ni comerme (demasiado) la cabeza. Intento proyectar amor y creer en el karma. Poco más puedo hacer. Es por esto que no tomo demasiadas fotos de este trayecto, no estoy de humor.

Me tomo un café en Dominical, poco antes de llegar a Uvita, pero es que mi culo ya no da para más (la moto no es del todo cómoda para trayectos largos) y me muero de sueño.

Y por fin llego a Uvita. Compro algo para hacerme la cena y me voy directamente al Hostel Cascada Verde, del que tan buenos recuerdos tengo de cuando estuve aquí en mi viaje con Mer en 2018. Y sigue siendo un sitio maravilloso, la verdad. De los mejores hostels en los que he estado.

Lo mejor del Hostel es la terraza que hay en el primer piso, abierta hacia la selva.

La cama en un dormitorio compartido de 5 camas justo junto a la terraza me sale por $15. Para los precios de Costa Rica es un chollo. Pero para lo que estoy acostumbrado de ver latinoamérica, me parece carísimo. Yo pagaba eso por un Hostel en Auckland (New Zealand). Así os podéis hacer una idea de cómo se han disparado los precios en este país. Pero con la diferencia de que lo sueldos no han subido en absoluto.

Me hago una cena de brócoli, zanahorias ,  huevos y tomate… y ni tan mal.

Mariposa

17 Mar 2022. Me levanto antes de las 6, al amanecer, y hago mi sesión de yoga en la terraza. El lugar es perfecto. 

Después de la ducha, me hago un desayuno de plátano macho a la plancha con tomate y huevos, y paso parte de la mañana en el hostel trabajando con el blog. Hay un ambiente muy agradable.

Sobre las 10h me despido del Hostel Cascada Verde y me pongo por fin en camino hacia Golfito. Son unas 2 horas de viaje.

Hago una parada para café en Flaco’s. Hacia Golfito se puede ir siguiendo la carretera hasta Río Claro, que está bastante más allá de la altura de Golfito, y luego tomando la carretera que retrocede y llega a Golfito. Es un rodeo, pero todo es carretera asfaltada.

En cambio Carlotta, mi host de Workaway que me está esperando, me ha recomendado tomar el desvío que hay a la altura de Villa Briceño y que atraviesa el Parque Nacional de Piedras Blancas por una carretera sin asfaltar. Desde luego es mucho más corto y mucho más bonito, aunque el camino no es siempre fácil, pero no es tan terrible como el de Sámara.

Y, por fin llego a la Marina de Golfito, donde me esperan mis nuevos hosts, Carlotta y Maurice, una pareja de alemanes muy jóvenes que han adquirido recientemente Mariposa, un catamarán que están remodelando y en el que ayudaré durante los próximos días.

Pero mis experiencia Workaway en Golfito las contaré en el próximo capítulo, ya que considero que la primera etapa del mototrip termina aquí.

Conclusiones y Planes

Como ya comenté, el plan inicial era pasar sólo un mes en Costa Rica y luego volver a México para seguir trabajando en el hotel de El Cuyo, pero, como ya conté en el capítulo anterior, esa posibilidad ha quedado descartada, así que estoy libre y sin planes. Precisamente porque dispongo de bastante tiempo, me viene bien hacer algún Workaway o Housesitting de vez en cuando para no gastar demasiado en alojamiento, visto los precios que hay por aquí.

Y es que, si algo me ha sorprendido en mi tercera visita a Costa Rica, han sido los precios de todo. Hay una inflación salvaje que hace que todo cueste (al cambio) tanto o más que en Europa. Es un disparate, porque el nivel de  vida aquí es muchísimo más bajo. No me lo esperaba la verdad y eso hace que tenga que ir con cuidado para no gastar demasiado.

Sigo sintiendo a Costa Rica como un país muy amable y hospitalario. Quizá algo más caótico que la última vez que estuve, pero sus gentes siguen siendo maravillosos.

Mi plan es estar una o dos semanas en este WorkAway, ayudando a reconstruir este catamarán, y luego seguir mi mototrip, probablemente hacia el Caribe.

Así que no te pierdas los próximos capítulos.

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