Nueva Zelanda (Rangataua) – Preparando el Tongariro

by | 28 Mar 2016 | 0 comments

28 marzo 2016

102 días viajando…
14 días en Rangataua…

Hoy me levanto a las 8 en punto, que tenemos que limpiar The Shed, que se van unos inquilinos y vienen otros nuevos. 

Por cierto, ahora estamos a 11 horas de diferencia con España, en vez de a 12. España cambia a la hora de verano 3 semanas antes que aquí se cambie a la de invierno. 

Me voy para el Yoga Room… y me encuentro a Susan durmiendo allí… ¡Ups!

Así que hago yoga en el salón. Será por espacios. 

Luego zumo, ducha… Antes de la ducha, Susan se ofrece a ir preparando los ingredientes de la tortilla, así que cuando vuelvo me lo encuentro todo súper preparado; ajo, cebolla, patata y boniato. 

Lo adornamos y acompañamos con los tomates que nos regalaron ayer Cris y Leticia de su propia huerta.

El resto de la mañana es para limpiar The Shed. Son 5 habitaciones con 9 camas y dos baños. Tardamos 3 horas entre los dos. Pero la dejamos lista a tiempo. 

Al final Lisa, la nueva helper francesa, viene hoy. Susan se marcha a buscarla y yo me hago un apaño de almuerzo con los garbanzos que me quedaban, tomates, remolacha y frutos secos… y de postre una papilla de plátano con cacao, leche de avena y más frutos secos. 

Aprovecho para mirar el tiempo en el Tongariro. Mañana hará bueno y pasado mejor, así que miro lo de reservar el refugio, pero… ups! Demasiado tarde. Está ya todo pillado. Vaya chasco. Tengo que pensar en un plan B.

Después hago algo que llevaba muuucho tiempo queriendo hacer: recortarme la barba. Aprovecho este striptease facial para ver qué tal me quedan algunos looks…

La verdad es que con bigote estoy de lo más Tom Selleck!

Look ochentero total.

A las 17h me voy para el Clyde Hotel, donde me han convocado a las 17:30 para currar. Me voy en bici… y cómo se nota que es cuesta abajo. Llego en 13 minutos. 

Llego, me pongo a fregar platos y a los cinco minutos llega el dueño y me dice que termine esos platos y que lo deje, que hay muy poca gente y que no merece la pena. 

Por un lado pienso que podría haberlo pensado antes y ahorrarme el paseo, pero por otro casi agradezco no currar hoy después de la paliza de la mañana. 

Así que me relajo un pcoo y luego voy a pedirle que me pague. Y ahí es dónde me llevo la sorpresa. Se supone que me debe $420 por estos 3 días de curro (por supuesto no se ofrece a pagarme estos 15 minutos de hoy ni el paseo que me ha hecho darme), pero las risas vienen cuando me suelta que me “retiene” el 10% por los impuestos, así que me paga $380. Impuestos??? WTF??? Pero si me está pagando en B!

Se lo intento hacer entender, pero no hay forma. Y como soy de naturaleza tranquila y pacífica, al final le digo que vale, pero que no estoy de acuerdo. 

Y pienso… ¿De verdad? Por sólo $40 miserables dólares que para ti son calderilla, cuando el viernes hiciste varios miles de caja porque te salvamos la noche, y para mí en cambio suponen bastante dinero… por sólo $40 eres capaz de crear una situación así??

En fin. Sólo es dinero. No tiene ninguna importancia. Es más la decepción de ver que en todas partes del mundo, incluso en sitios tan tranquilos y pacíficos como éste, hay gente que le da más importancia a un poco de dinero que a una persona. Una pena. 

Susan se ofrece a venir a buscarme con Lisa. Mientras, me voy con la bici al súper a comprar algunas cosas por si mañana me voy a hacer el Tongariro. Aún no lo he decidido. Cuando salgo de comprar, veo que la bici no está. Y pienso… lo que me faltaba, también va a resultar que hay ladrones en esta ciudad que parecía la más segura del mundo. Cuando casi me da algo, veo que la bici está en la parte trasera de la camioneta de Susan y ella al lado echándose unas risas. 🙂

Por fin conozco a Lisa. Es una francesa de 26 años que lleva un mes viajando por nueva Zelanda y con idea de estar por aquí 3 meses más. Es un encanto de persona. Me alegra la tarde y consigue que se me quite el mal rollo en un instante. 

Al llegar, me piden que prepare algo de cena. Me hacen sentir un auténtico máster chef… y eso que confieso que mi repertorio es muy limitado. Se reduce a lo que yo suelo comer: tortillas, arroces/quinoas, ensaladas y sopas/cremas. Eligen la ensalada, así que nos ponemos a hacerla entre todos. Cuezo dos huevos, una lentejas rojas y calabaza. Y le añadimos lechuga tomate, remolacha, zanahoria y frutos secos. 

Lo sirvo con las lentejas aparte, porque a Susan no le entusiasma, pero yo necesito comer proteínas. Lo aliño con aceite de oliva y salsa tamari. 

Repiten hasta dos veces y nos la acabamos. Parece que ha gustado. 

Y de postre…

…es el mejor!

Para dormir, Susan ha decidido dejarle su cuarto a Lisa y ella se instala definitivamente en el Yoga Room. 

En cuanto al Tongariro… Lisa quiere hacerlo pasado mañana, pero de la manera convencional, pillando el bus y haciendo el Alpine Crossing, por lo que no me animo demasiado a acompañarla. Pero tiene razón en que está pronosticado mejor tiempo pasado mañana que mañana. Aún así, me apetece mucho hacerlo a la aventura y a mi bola. Así que estoy ahora mismo en la cama, a las 23:15, decidiendo si me voy mañana o no. 

Mi idea es ésta: Si consigo levantarme a las 6:00, lo preparo todo y te voy a la carretera principal, que está como a 800m de aquí, para estar allí como a las 7:00 haciendo autostop. No sé cuantos coches tendré que pillar para llegar a Mangatepopo, pero está cerca, como a 45 minuos. Así que espero conseguir estar ahí antes de las 9:00. Y de ahí empiezo el Tongariro Alpine Crossing, pero me desvío para hacer cima en el Monte Tongariro. Es probable que haga cima bastante temprano, así que desde ahí tengo varias opciones:

A) Lanzarme e intentar hacer cima también el el Ngauruhoe, pero igual es mejor dejar eso para el día siguiente.

B) Continuar el Alpine Crossing hasta el otro aparcamiento, pero hay un buen tirón y no sé cómo de fácil será hacer autostop desde allá. 

C) Volver a Mangatepopo y hacer autostop allí, con la ventaja de que si se pone difícil, estoy sólo a 1 hora de la carretera principal y, en caso muy apurado, estoy muy cerca para que Susan me venga a buscar. 

La opción C es la menos arriesgada y probablemente la más sensata para un primer acercamiento a estos volcanes, con la idea de ir al día siguiente a hacer el Ngauruhoe, que lo tengo que hacer sí o sí, porque sé que ese me va a molar mil. Lo llaman el Monte Doom, o Monte del Destino, porque es donde se rodó El Señor de los Anillos.

En fin, mañana veré… 🙂

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