Hoy el día empieza a las 6:30. Mientras sueño con la musica de Amelie, de repente noto que me despiertan. Es la música de mi despertador que lleva un rato sonando y he incorporado a mi sueño sin despertarme.

He dormido en el colchón en el suelo, entre las dos camas, pero he dormido como un lirón.

Ducha, recogemos y vamos para el barco. Por el camino compramos unos bocatas para la comida…

…y un muffin y un café en lata para el desayuno.

Embarcamos antes de las 8, pero, como siempre, el barco no sale hasta bastante más tarde. Durante la espera vemos dos elefantes pequeños con su cuidador al otro lado del río.

Finalmente a las 9:20 zarpamos.

Y es que el carácter de Laos tiene mucho de caribeño. Ya lo avisaba Lonely Planet: El carácter laosiano es muy tranquilo, así que más vale que no vengas con prisas o agobios. Incluso hay un dicho local que lo define: Los vietnamitas plantan el arroz, los camboyanos lo trabajan y los laosianos lo ven crecer.

Hablando con otros viajeros, es fácil darse cuenta que lo de viajar es cuestión de actitud. Hay gente que le gusta la estabilidad, lo conocido, la zona de confort. Y hay gente que le gusta salirse de esa zona continuamente, y necesitan experimentar novedades con frecuencia. Y para mí viajar es eso. Por un lado, todo lo que te vas encontrando es nuevo, eso le supone al cerebro estar muy alerta. No te puedes acomodar. Además debes estar solucionando situaciones continuamente, el donde dormir hoy, donde ir mañana, dónde y qué comer… Puede resultar agotador pero a la vez enormemente estimulante. Y ahí es donde radica la actitud. ¿Qué preferimos, la tranquilidad de lo conocido o la excitación de lo nuevo?

Yo no sé si podría viajar durante meses, es algo que quiero probar a corto plazo, pero desde luego sí que necesito con frecuencia salir de mi zona de confort y enfrentarme a retos y novedades. Y es verdad que da pereza, e incluso miedo. Pero es como hacer deporte, cuesta ponerse, pero cuando lo haces y después, la satisfacción es enorme.

Según voy haciendo viajes voy mejorando el cómo enfrentarme a ellos. Hay un trabajo previo importante (que esta vez ha hecho Miriam por mí) de estudiar el país de destino. Eso ayuda a no ir demasiado perdido como me pasó hace un año en Perú. Para mi, lo mejor para empezar es buscar blogs de viajeros que hayan recorrido el país al que vamos a ir y leerlos cuidadosamente tomando apuntes. Nos dará una idea de qué cosas son las más interesantes para ver y qué cosas evitar, y la experiencia de otros, sus errores y sus aciertos serán nuestra mejor guía.

También es interesante una guía tipo Lonely Planet, aunque al principio pueda resultar abrumadora la cantidad de información, al contar con la información de los blogs, será más fácil saber manejarnos en ella. Es interesante empezar por la situación del país, sus costumbres, curiosidades, tipo de moneda, de comida, etc…. nos dará una idea general. También será una gran ayuda cuando busquemos alojamientos baratos.

Una parte de la idea de este blog es para que me sirva de recuerdo a mí. Pero otra parte es para compartir mi experiencia con futuros viajeros, por si les puede servir de alguna ayuda. Por eso incluyo lugares, precios…. y errores. 😉

Con toda esta información, es buena idea irse haciendo una especie de manual básico en una libreta que será nuestra propia guía una vez en ruta.

Es decir, el viaje no empieza en el aeropuerto, sino en el momento que tomamos la decisión de hacerlo y empezamos a planificarlo. No en un sentido cerrado de tenerlo todo pensado, sino en el sentido de hacer un estudio previo. Esto aumentará nuestra tasa de aciertos en el viaje y el disfrute será mucho mayor.

Luego cada uno elige el tipo de viaje. Por ejemplo, Miriam prefiere los viajes en los que se siente libre para ver muchas cosas y moverse libremente sin depender de otros. Yo, en cambio, estoy más interesado en las experiencias que surgen de relacionarme con gente local o con otros viajeros. Por eso para mi couchsurfing es la herramienta perfecta en mis viajes. Y cuando no puede ser, los hostels son el lugar perfecto para intercambiar experiencias con otros viajeros.

El viaje en barco es lento y monótono y, como se puede ver, da bastante lugar a la reflexión… 😉

A las 13:30 me como el bocata…

…y luego consigo dormir algo, pero poco porque no hay forma de pillar una postura cómoda.

A las 15:50, muy por delante de lo que esperaba, llegamos al puerto de Luang Prabang.

Y a pesar de lo que pone la guía de que el barco atraca en la misma ciudad, nos vuelve a pasar que atraca a 10kms y nos obliga a tomar un tuk-tuk por el que nos cobran 20.000 Kips (3,5€) por cabeza. No hay más opciones, así que no hay mucho que pensar. 

En el tuk-tuk vamos con las holandesas y las inglesas. Ellas han reservado una habitación de 8 en un Guesthouse no muy céntrico. Nosotros preferimos dar una vuelta por el centro a ver qué encontramos. Los tres primeros sitios que preguntamos son de 120.000, 100.000 y 80.000. Un chaval en una moto nos dice que nos lleva a uno de 50.000 (6€) con baño privado. Le acompañamos y nos lleva a uno un poco alejado, pero la zona no es mala. Pero la habitación no me gusta nada. Interior y muy deprimente. Le decimos que seguimos buscando. Regresamos a la de 80.000, que me dio muy buen feeling y, efectivamente, nos dan una habitación muy chula. Dejamos las cosas y nos damos una vuelta por la ciudad. 

Luang Prabang es una ciudad espectacular, muy cuidada y muy enfocada al turismo. Está rodeada por dos ríos, el Mekong y su afluente, el Nam Khan. Nos danos una vuelta por el afluente…

…y luego por el Mekong. 

En cuanto anochece recorremos una de sus principales atracciones: el Night Market.

Allí cenamos en un buffer de “todo lo que quepa en un plato por 10.000 Kips (1,2€). Y encima está súperbueno.

Nos encontramos a la pareja de alemanes, Magda y Julian, que nos acompañaron en el Trekking y cenamos con ellos. Luego vamos a Utopía, un pub para guiris que es lo más típico aquí para salir. Ahí nos volvemos a encontrar con Sytske, las holandesas y las inglesas.

Además hablamos un rato con un grupo de dos argentinos y una brasileña hija de un gallego que habla español con acento de galicia. A las 22:30 cierran el garito y la costumbre es irse a un bowling de las afueras a seguir con la fiesta. De hecho hay montones de tuk-tuk’s que solo dicen ” tuk-tuk bowling!!”. Sytske, Miriam y yo preferimos retirarnos para dormir algo antes de ver la ceremonia de ofrenda a los monjes que es a las 6 am. Al bowling iremos mañana.

Acompañamos a Sytske a su Guesthouse y nos vamos para el nuestro. 

El plan de mañana es: ver a los monjes a las 6, yoga en utopía a las 7 (al parecer merece mucho la pena) y salir para las cascadas de Luang Si (de las 10 mejores del mundo, dicen…) a las 8:30.

Es la 1:30 am, está empezando a llover y estoy terminando de escribir esto. No voy a dormir nada, pero ya se me hace raro irme a dormir sin dejar publicado el post de día. 

Buenas noches a mis seguidores! 

Actuales y futuros… 😉

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