8 junio – 5 julio 2022
2.393 días viajando…
28 días en Carrara…
Después de mi etapa americana y tras un breve paso por Madrid, vuelvo a Carrara, la Ciudad del Marmol, donde pasé el verano pasado (parte en Carrara y parte viajando con Giada) y con la intención de pasar también este verano (parte en Carrara y parte viajando con Giada).
La llegada
Una cosa estupenda que tengo es que ir de Carrara a Madrid es fácil y barato. Los vuelos de Ryanair Madrid-Pisa son frecuents y baratos, y el tren Pisa-Carrara un poco más de lo mismo. Eso hace que pueda ir de mi casa al centro de Madrid y volver, cada vez que lo necesito.
Así que tras un corto vuelo desde Madrid, ya se ve la costa de Italia.
Mientras espero a bajar del avión, me da tiempo a comprar online los billetes de tren con mi app de TrenItalia. Un billete para el PisaMover, el tren sin conductor que lleva del Aeropuerto a Pisa Centrale por 5€ y 10 min, y un billete PIsa Centrale – Carrara-Avenza por 6,20€ y 40 min.
Poco después ya estoy en suelo italiano.
Y salgo del Aeropuerto para dirigirme a la estación del PisaMover, que está apenas a 70 metros.
Carrara, sweet home
Y ya estoy de nuevo en Carrara, la que empiezo a sentir como mi hogar. Carrara, es un típico pueblecito toscano de casas de colores y tejados rojos, con rincones de una belleza sorprendente. Se encuentra en perfecto equilibrio entre el mar y las montañas, esos maravillosos Alpes Apuanos que se está comiendo la sobrexplotación de las canteras de mármol.
Efectivamente, Carrara es famosa sobre todo por el mármol, pero también por su Academia de Bellas Artes, donde vienen personas de todo el mundo a estudiar escultura. Algunas veces hacen muestras por la calle para enseñar sus trabajos.
Pero lo mejor de Carrara está dentro de este pequeño hogar.
Donde yo propongo mi sopa de ramen y me responden con un tiramisú.
Eventos y Excuriones
Como no podemos o sabemos estarnos quietos, este mes en Carrara dio para unos cuantos eventos y excursiones.
6 Jul – Cinque Terre
Giada y yo nos conocimos en 2015 cuando vine a esta zona de Italia para visitar Cinque Terre. Cinque Terre es una zona costera de la región de Liguria (muy cerca de Carrara) que incluye 5 pueblecitos costeros muy pintorescos: Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore. No es que sea algo especialmente espectacular, pero en cierto momento se puso internacionalmente de moda y ahora está invadido por el turismo.
Giada me propone ir a visitarlo (en moto, porque lo de aparcar el coche por ahí es misión imposible) y yo no digo que no a nada.
Corniglia
Empezamos visitando Corniglia, y la verdad es que lo aprecio mucho más esta vez. Hay que reconocer que el pueblo es bonito.
Desde ahí queremos pillar el Sentiero Azzuro que conecta Corniglia con Vernazza. Nos llevamos la enorme sorpresa de que cobran “entrada” para pasar por el sendero. La verdad es que lo del turismo se nos va de las manos. Nos toca pagar 7€ a cada uno, no hay forma de escaquearse.
Spiaggia Guvano
Gracias a mi mapa de OpenStreetMaps, encuentro un desvío del sendero bastante escondido y con indicaciones de no pasar, y que nos lleva a una playa bastante escondida donde no hay absolutamente nadie, la Spiaggia Guvano que, como se puede apreciar, no parece de muy público acceso. Pero eso no es suficiente para frenarnos… más bien todo lo contrario.
Efectivamente no hay absolutamente nadie.
Después de un merecido baño, volvemos a Corniglia por el mismo sendero.
Cena yogui
La profesora de yoga de Giada hizo un evento en su jardín al que invitó a sus alumnos y amigos a llevar algo de comer y celebrar todos juntos. Y cuando a los italianos les dices de traer algo de comer, se convierte en un banquete.
Campocecina con Adele
el 20 de junio de 2022 es el último día de trabajo de Giada, pero Adele ya tiene vacaciones, y Giada nos propone aprovechar para hacer una escapada nosotros dos a Campocecina, un parque de los Alpes Apuanos, donde ya estuve con Giada y Adele el día que las conocí.
Antes de nada, Adele me lleva por sorpresa a la Cafetería Arlecchino y me invita a desayunar.
Desde ahí vamos en moto hacia los Alpes Apuanos. Es como una hora de carretera en bastante mal estado. De hecho más tarde me enteraré de que está tan mal que han prohibido circular a las motos. Así funcionan las cosas en Italia. En vez de arreglar la carretera, prohiben la circulación.
Pero bendita ignorancia que hace que lleguemos hasta el aparcamiento del parque sin problema. Desde ahí, Adele me lleva hasta I Prati di Campocecina y, un poco más allá, al mirador con vistas a las canteras de mármol.
Allí mismo le hago una foto a Adele que me recuerda muchísimo a otra que le hice casi en el mismo sitio 7 años atrás.
Desde ahí Adele me propone (y me guía) ir al Monte Borla. Caminamos hacia el este con las vistas a las cavas siempre a nuestra derecha, hasta llegar a la Capanna Martignoni, una cabaña de montaña que no sé muy bien a quién pertenece o para qué se usa.
Y un poco más alla, pasando la cabaña, llegamos al Monte Borla (1.469m).
Regresamos por el mismo camino, pero pronto tomamos un desvío a la derecha, hacia el norte, que nos lleva hasta un espectacular mirador.
Finalmente regrasamos y hacemos una parada en el Refugio CAI di Carrara para comer lo que hemos traído.
Cena familiar
El 3 de julio de 2022 Giada invita a toda su familia a cenar en un lugar muy especial donde ya celebramos mi cumpleaños el año pasado. Se trata de una amiga de Giada que se dedica a cocinar y servir comidas en su propia casa, solo para amigos o personas con recomendación. Y la verdad es que lo tiene preparado maravillosamente y la comida es simplemente espectacular.
Planes
Y así llegamos a la noche del 5 de julio de 2022, día de despedidas y viajes. Adele y Giada se van de vacaciones 10 días a Copenhague aprovechando un HomeExchange, y yo aprovecho esos días para hacerme un roadtrip con el coche de Giada por Centroeuropa. La noche del 5 de julio nos vamos todos al aeropuerto de Milán donde llegamos de madrugada y allí nos despedimos por unos pocos días.
Ha sido un mes maravilloso en familia y ahora vienen unos días de aventura en solitario gracias a la amabilidad de Giada de dejarme su coche. Mi plan inicial era hacerme un mototrip, pero ha sido demasiado tentadora la comodidad de hacerlo en coche, sobre todo aprovechando que Giada se había comprado hace algún tiempo un colchón hinchable para el asiendo de atrás del coche. Ella nunca lo había llegado a probar. Yo lo probé hace 3 días… y parece bastante cómodo.
Es verdad que no se pueden estirar del todo las piernas, pero la ventaja de tener toda el maletero libre, me permite poder llevar equipaje, cacharros para cocina y comida. Es un plan perfecto y comodísimo para hacerse un roadtrip. Los mototrips con tienda de campaña cada vez me resultan más duros físicamente. Supongo que me hago mayor.
Pero, en todo caso, la aventura por Centroeuropa en coche será… ¡el próximo episodio!
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