27 mayo – 5 junio 2017
536 días viajando…
7 días en Kep…
El viaje…
Y finalmente llega el 28 de mayo, el día de dejar España de nuevo, como aquel lejano 17 de diciembre de 2015, cuando inicié esta aventura.
Vuelvo a volar con Saudia, la aerolínea saudí con la que vine desde Singapur y que no destaca precisamente por su laicismo.
De hecho, al facturar, me dicen:
– ¿A ver cómo va vestido?… hummmmm… OK, puede valer.
Creo que si hubiera llevado pantalones cortos me hubieran hecho taparme. No quiero ni pensar lo que es viajar en esta línea siendo mujer, algo que desaconsejo por completo.
El primer vuelo es de unas 6 horas hasta (de nuevo) el aeropuerto de Jeddah. Ya puedo decir con conocimiento de causa que es uno de los peores aeropuertos del mundo. Caótico, ruidoso, agobiante… y sin WiFi! Hacer una escala que va desde las 17:30 hasta la 1:00 de la madrugada en un aeropuerto así y sin Internet, es sólo apto para valientes o locos.
Sobrevivo a base de paseos, cafés, escribir y leer. La escala se me hace eterna… pero todo acaba.
Pero la suete me sonríe: El segundo vuelo va casi vacío. Me pedí última fila y éste es el panorama cuando cierran puertas.
Tengo a las azafatas dedicadas a mí casi en exclusiva.
Me fascinan especialmente las ventanillas del avión que en vez de persiana tienen un sistema electrónico para oscurecerlas, y así las pueden manejar centralizadamente.
Vuelvo a viajar en la zona de rezos. Esta vez me fijo en la curiosa pantalla donde señalan hacia qué lado está la Meca.
Después de la cena, me cojo tres asientos contiguos y duermo casi todo el resto del viaje, que dura más de 9 horas.
Llego a Singapur a las 15:30 del día 29. Ha sido una paliza de viaje, pero al menos he dormido cómodamente.
En el aeropuerto echo un ojo a Booking (Couchsurfing está imposible en esta ciudad si no eres una chica joven que viaja sola) y me decido por el Betel Box Backpackers Hostel, donde me ofrecen una cama en una habitación de 8 por 11€. Está muy barato y las referencias son más que buenas.
Cuando llego, el lugar es muy agradable y la atención amabilísima. Es sencillo, muy limpio y con taquillas grandes individuales.
Por la mañana el desayuno es a base de tostadas con untables y, lo mejor, tienen fruta!
En general es un lugar muy barato y recomendable si se está de paso, porque no está muy céntrico.
A la mañana siguiente me voy para el aeropuerto a hacer mi último vuelo. Destino… ¡Camboya!
En Camboya pasaré dos meses (junio y julio) de house-sitting, es decir, cuidando la casa y las mascotas de Sara, una mujer vasca que quiere pasar un par de meses de desconexión en su tierra. De esta manera tendré alojamiento y transporte (moto) gratuitos durante estos dos meses a cambio de hacerme responsable de todo. Un trato perfecto.
Llego con bastante antelación al aeropuerto de Singapur y puedo decir con conocimiento de causa que es uno de los mejores del mundo. Lujo, comodidad… y WiFi gratis!
Hasta la zona de facturación de un Low-Cost como Jetstar, es futurista.
Por no hablar de los baños…
Es el lugar perfecto para pasar horas de espera. Lo mejor es que no tiene dos zonas separadas antes/después del control de seguridad, porque el control de seguridad está en cada puerta de embarque.
Salimos y llegamos con algo de retraso y, a la llegada a Phnom Penh, cometo dos errores:
1) Sabiendo que la visa on-arrival me cotará 30 USD, soy tan ingenuo de pensar que podré pagar con tarjeta en un lugar como Camboya. De puro milagro llevo 40€. Me los aceptan y me devuelven 10 USD. Han hecho buen negocio.
2) Me especificó Sara que pidiera la E-Visa que es por un mes renovable sin salir del país. Mientras relleno la ficha, tengo un funcionario sobre mi hombro que me pregunta cuánto tiempo voy a estar. Le digo que 60 días. Me dice que tengo que renovar a los 30 (cosa que ya sabía) y me indica que marque la casilla “T” de Turista. Y resulta que me lo ha dicho mal, porque al final me dan el visado de Turista por 30 días NO RENOVABLE en vez de la E-Visa. Así que a finales de Junio me tocará cruzar la frontera de Vietnam para pedir otro visado (y pagar otros 30 USD). Menos mal que la frontera está justo al lado de Kep.
De Phnom Penh a Kep…
Cuando salgo del aeropuerto me está esperando mi taxista, Sinaro.
El viaje hasta Kep es largo (más de 3 horas) pero muy interesante. Y Sara me lo ha conseguido por 30 USD, cuando lo normal anda entre los 40 con suerte y los 65 lo oficial. También hay un bus por 7 USD, pero sale mucho más temprano y me tocaría pillar un tuk-tuk hasta el centro de la ciudad.
Phnom Penh resulta bastante caótico y agobiante. Bonito no sería una palabra que lo describiría.
Pero según nos vamos alejando, el camino se hace más tranquilo y agradable, lleno de motos de transporte, vacas, camiones que transportan trabajadores…
Casa Kep..
Y, ya de noche, llegamos a Kep, a la casa de Sara y el que será mi futuro hogar durante los próximos 2 meses. Sara me recibe con un largo y muy necesitado abrazo y me enseña mi habitación, que ocupa toda la parte de arriba de la casa.
A la mañana siguiente puedo apreciar también la estupenda terraza que tiene.
La casa es una auténtica maravilla en una zona especialmente tranquila de Kep, que es ya de por sí una región especialmente tranquila de la costa de Camboya.
Detrás de la casa hay dos bungalows.
El de la izquierda está ocupado por Jay, un cocinero canadiense, y el de la derecha por Claire, una mujer inglesa. Son inquilinos de larga duración, así que estarán conmigo todo este tiempo, aunque, al tener cocina independiente, coincidiremos poco.
Sara también me presenta al resto de inquilinos de la casa.
Pancho…
Moli…
…y Miu
Con los perros tengo conexión inmediata, amor a primera vista. Miu es más especialita y tan pronto se deja mimar, como te da bocados y bofetadas.
Sara…
Sara es de Vitoria, pero lleva ya en Camboya 6 o 7 años. Es impresionante oírla hablar el Khmer, el idioma camboyano, con la gente local. Y es que no hay otra. Por esta zona casi nadie habla inglés.
Sólo tenemos un día para ponernos al ídem, contándonos nuestras historias y para que me dé las instrucciones sobre la casa y los animaletes.
Todas las mañanas, menos los domingos, vendrá Saron, una chica local que es todo sonrisa y que se ocupa de la limpieza y todo lo que haga falta comprar. Eso sí, no habla ni una palabra de inglés, así que nos entendemos por señas… es la risa. También se ocupa de limpiar los bungalows de los dos inquilinos, así que por esa parte todo va a ser muy fácil para mí.
Sara me enseña rutas para pasear a los perretes dos veces al día.
El segundo paseo del día lo hago ya solo y aprovecho para visitar la playa de Kep…
…y la famosa White Lady Statue.
El día 1 de junio por la mañana Sara finalmente marcha para España y me quedo solo al frente del fuerte.
Kampot…
Aprovecho para visitar Kampot, población algo más grande y turística que Kep. Tardo una media hora en la pobre moto de Sara, que hace lo que puede.
Primero visito el mercado, que es una impresionante mezcla de colores y olores, especialmente la sección de carnes y pescados.
Después me doy una vuelta hasta el Old Market, al lado del Entanou Bridge.
A la vuelta, ya en Kep, como no podía ser menos, se pincha la rueda de la moto. Pero no hay problema. Aquí, como en Bali, cada pocos metros te encuentras un puestecillo de reparación de motos. Así que todo el mundo que me ve con la rueda pinchada, me señala en la misma dirección, hasta que encuentro uno de esos puestecillos donde, con enorme amabilidad y simpatía, te dicen que tomes asiento mientras te lo arreglan en el momento.
La cámara está rota por dos lados, así que me dicen que tienen que cambiarla. En total, cámara de aire y mano de obra… 5 USD (4,44€). Sí, en serio.
Lo pago en Rieles, que es la moneda camboyana. En todas partes aceptan tanto rieles como dólares americanos. De hecho, si te ven pinta de turista te dicen el precio en dólares, pero si pagas en rieles das más sensación de residente y te miran mejor. Y el cambio es siempre el mismo e indiscutible:
1 USD = 4000 KHR
Una conversión muy fácil. Así que pago 20.000 Rieles.
Desde ahí hasta mi casa es un paseo muy agradable, esquivando a las vacas que no paran de salirme al camino.
Comidas…
Aprovecho el Houesitting para intentar comer mejor, así que vuelvo a mis arroces/quinoas con zanahoria, jengibre, cúrcuma, huevo y frutos secos…
…o mis megaensaladas.
Sophia…
Pero la soledad no es por mucho tiempo. Sophia, mi amiga holandesa que conocí en Bali, necesitaba salir de Indonesia por temas de visado, así que se ha venido a pasar unos días conmigo.
El día que llega nos vamos los 4, Pancho, Moli ella y yo, a desayunar al Kep Coffee, dando un largo paseo, donde me pido la tortilla de vegetales al curry que es sencillamente espectacular.
Después la acompaño al mercado para que cambie dinero y ocurre algo gracioso. Vamos a un sencillo puesto con una vitrina llena de billetes (éste es un país MUY seguro) y Sophia cambia 100 USD. El chico que lo lleva le da 400.000 Rieles y acto seguido coge 3.000 Rieles más… y me los da. Yo me quedo parado con cara de no entender. Él me hace gesto de “para ti, para ti…”. Y entonces lo entiendo. Acabo de ganarme mi primera comisión por llevar clientes.
En el mercado vamos al puesto al que me llevó Sara y donde me presentó a la tendera diciendo que a partir de entonces iría yo. Desde entonces me recibe con absoluta alegría y siempre me regala verduras de más. No habla ni una palabra de inglés, pero nos entendemos sin problemas.
Ya en casa, disfrutamos de la fauna local… :-p
The Crab Market…
Uno de los sitios más interesantes para visitar dando un paseo con los perretes es el Mercado de Cangrejos de Kep, así que vamos ahí con frecuencia porque, además, el camino al lado del mar es una maravilla.
Y ahí está el mercado…
Kep es, en general (y especialmente comparado con Bali) una ciudad bastante limpia… aunque con excepciones. 😉
En el mercado, además de comprar o comer cangrejos, claro, también te puedes beber un coco por 1 USD…
Comprar los terribles y malolientes durians, que aquí están por todas partes…
Comprar chorraditas…
Pero si por algo es famoso el mercado, es por la pesca y venta de cangrejos y otros mariscos.
Hay hasta rayas!
El camino de vuelta es igualmente agradable.
Arquitectura y Guerra…
Camboya es tristemente conocida por su guerra civil(1967-75) y el posterior exterminio que inició Pol Pot y sus Jemeres Rojos, eliminando a casi un tercio de la población del país, principalmente a la población de origen vietnamita y a cualquiera con un mínimo de estudios. Parece que un pueblo sin estudios es más fácil de controlar… Ahora entiendo las reformas educativas en España.
De esa época llama mucho la atención la cantidad de casas que permanecen aún en ruinas, ocupadas en muchos casos por familias de pocos recursos.
Elecciones…
Nada más llegar me encontré con carteles de propaganda electoral y desfiles.
Y es que el pasado domingo 4 de junio fueron las elecciones locales en Camboya. Y una vez más se puede comprobar que la gran lacra de estos países (y probablemente la causa de su pobreza) es la corrupción de sus gobernantes. El primer ministro Hun Sen está tan aferrado a su sillón (su partido lleva en el poder desde 1985) que llegó a amenazar con una guerra civil si su partido perdía las elecciones. La verdad es que acojonaba bastante.
Al final parece que ha vuelto a ganar, pero el partido de la oposición ha subido muchísimo en nuevos votos, por lo que el verdadero desafío será en las generales del año que viene. Es una pena que no haya un control más severo para garantizar una verdadera democracia en estos países y permitir un verdadero desarrollo. Pero hay tantos intereses de multinacionales extranjeras metiendo mano aquí (y en otros muchísimos países del mundo), que a nadie le interesa una democracia de verdad. Una pena. Así nos va.
Curiosidades…
Como siempre, lo que más me interesa de cada país que visito son las diferencias culturales. En ese sentido es un país absolutamente amable. Cuesta pensar en una guerra como la que hubo hace 50 años… aunque claro, han pasado 2 generaciones.
Lo primero que se nota y agradece es que Camboya es un país budista en un 95%. Y se nota… en que no se nota. El budismo no tiene férreas imposiciones machistas o de vestuario como el islamismo y tampoco tiene los numerosísimos rituales de ofrendas, celebraciones y complicadas vestimentas del hinduismo. El budismo es más una filosofía que una religión y por eso apenas lo ves… pero lo sientes. Lo sientes en el comportamiento de la gente. No sólo son todo sonrisas y amabilidad. Además está el hecho (influido también, supongo, por el hecho de que no hay apenas turismo extranjero) de que no hace falta regatear los precios, ni tienes la constante sensación de que te quieren timar como he tenido en otros países asiáticos. Aquí todo es mucho más sencillo y amable. Cuando voy al mercado, la tendera me da el plato de la balanza, lo lleno de verduras y frutas, ella lo pesa, ves que hace las cuentas de memoria y te dice una cantidad. Y te fías, porque sabes que no te va a engañar. Además de que por una mochila llena de frutas y verduras al final pagas 5 USD.
La compra la hago entre el mercado de Kep y un pequeño supermercado que hay cerca, donde acaban de tener un bebé y lo tienen en una hamaca con un acunador eléctrico en medio de la tienda… me encanta!
Cuentas…
Y como estamos a primeros de junio, toca ver las cuentas de mayo.
- COMIDA:
- Comer fuera: 240,63€
- Comprar comida: 82,35€
- Cafés: 68,98€
- Bebidas: 122,96€
- SUBTOTAL: 514,92€
- TRANSPORTE:
- Vuelo Singapur-Madrid-Singapur: 496,75€
- Metro: 31,56€
- Bici: 45,00€
- Tren: 3,70€
- Bus: 15,89€
- Taxi: 32,96€
- Compartir Coche: 53,00€
- SUBTOTAL: 678,86€
- OTROS:
- Ropa: 16,80€
- Hostels: 20,58€
- Entradas Teatro: 28,00€
- Conexión Internet: 31,40€
- Visado: 26,96€
- Postales: 4,69€
- Regalos: 4,00€
- SUBTOTAL: 132,43€
- TOTAL: 1.326,21€
Como era de esperar, el viaje de visita a España me ha salido por un ojo de la cara, entre el billete de avión, comidas fuera, vida social, etc…
Pero sin ninguna duda ha valido la pena. Lo necesitaba. Ahora… toca ponerse las pilas para recuperar ese dinero! :-p
Mis saldos mensuales quedan, pues, tal que así:
- DIC’15: 345€ (Media: 345€)
- ENE’16: 393-19 = 374€ (Media: 360€)
- FEB’16: 387€ (Media: 369€)
- MAR’16: 468-290 = 178€ (Media: 321€)
- ABR’16: 301-39 = 262€ (Media: 309€)
- MAY’16: 880€ (Media: 404€)
- JUN’16: 925-12 = 913€ (Media: 477€)
- JUL’16: 765-30 = 735€ (Media: 509€)
- AGO’16: 602-507 = 95€ (Media: 463€)
- SEP’16: 864-641 = 223€ (Media: 439€)
- OCT’16: 1.090€ (Media: 498€)
- NOV’16: 706-753 = -47€ (Media: 453€)
- DIC’16: 1178-1057= 121€ (Media: 427€)
- ENE’17: 760-1529 = -769€ (Media: 342€)
- FEB’17: 768-276 = 492€ (Media: 352€)
- MAR’17: 1052-106 = 946€ (Media: 389€)
- ABR’17: 818-67 = 751€ (Media: 410€)
- MAY’17: 1.326€ (Media: 461€)
- TOTAL: 8.302€
- MEDIA MENSUAL: 461€
Uf…
Conclusiones…
Camboya (o al menos Kep que es lo único que conozco hasta ahora) está siendo con diferencia el lugar del sureste asiático que más me está gustando y en el que me siento más a gusto. Nada que ver con Bali (unos se llevan la fama y otros…). Es cierto que Kep es muy tranquilo y con muy poca vida social y que pasar aquí 2 meses en plena estación de lluvias (y sí, ya ha empezado, llueve casi todos los días) puede dar algo de vértigo…. pero no, no me lo da. Me apetece pasar una temporada tranquilo, tratando de hacer algún proyecto on-line y ganar algo de pasta, cuidándome, comiendo bien, haciendo yoga, profundizando en la meditación y creciendo y aprendiendo.
¿Y después?
Ya veremos…
…pero parece que algo muy chulo va a salir. 😉
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