Costa Rica (Palmar Norte) – Housesitting en las montañas

by | 23 May 2022 | 1 comment

13-23 mayo 2022

 

2.349 días viajando…
10 días en Palmar Norte…

Como ya comenté en el capítulo anterior, el 13 de mayo de 2022 comienza mi nuevo housesitting. Serán 10 días cuidando de un perrete y 2 gatetes en una casa aislada en lo alto de una montaña, cerca de Palmar Norte, en el sur de la costa del Pacífico.

Y cuando digo aislada, quiero decir que me van a llevar hasta allí y me voy a quedar sin vehículo (es demasiado escarpado para llegar con mi moto, como ya vimos en el capítulo anterior) y las distancias hasta cualquier lugar habitado son demasiado grandes para hacerlas a pie. Así que serán 10 días de completo retiro espiritual, por así decirlo.

Los dueños (mis hosts) son Corry y Thomas, una pareja de alemanes que, hartos de la pandemia, las restricciones y las vacunas en Europa se han comprado un buen pedazo de terreno aquí (con casa incluida) para pasar el resto de su vida lo más tranquilos posible. Y, como compañía, han adquirido a Elvis, un energético cachorro, y dos gatos rescatados. Eso sin contar las gallinas.

Pero vayamos por partes.

La llegada

Una vez que me despido de todo el mundo en el Hostel Cascada Verde, me dirijo con mi moto Maca al Supermercado BM de Palmar Norte para comprar las últimas cosas que necesito para sobrevivir estos 10 días, y después voy al encuentro de Corry y Thomas, que me están ya esperando en casa de Sissi, la vecina que tiene una casa llena de perros y gatos cerca de la carretera, justo cuando empieza el camino de subida hasta mi futura casa. Sissí, que debe tener más de 70 años, es canadiense y vive sola aquí, se ha ofrecido muy amablemente a guardarme la moto hasta que baje. La dejamos cubierta con una lona en el jardín y me despido de Sissi dándole efusivamente las gracias. Me subo a la camioneta 4×4 de Thomas y tiramos para arriba.

Dedicamos gran parte del día a charlar y ponerme al día de cómo va todo por aquí y qué cosas debo tener en cuenta. Por la tarde me instalo en la casa de huéspedes que tendré para mí solo. Es un lujazo.

Cenamos juntos y nos vamos a dormir pronto. A la mañana siguiente me levanto pronto, hago algo de yoga, me tomo un café con ellos, nos despedimos y se ponen en camino a Ciudad de Mexico, que es donde van pasar estos días.

Emipeza mi housesitting.

La casa

Lo primero que impresiona de este lugar al llegar son las vistas de la costa oeste. Desde aquí se aprecian kilómetros y kilómetros de la costa del Pacífico, desde la Península de Corcovado a mi izquierda, hasta Uvita a mi derecha.

Y, justo delante de mi casa, tengo…

No me puedo quejar, ¿verdad?

Y ahora os enseño la “casa de invitados”, para dar un poco de envidia.

Pero donde más tiempo paso es en la terraza de la casa principal, donde tengo una enorme mesa, un sofá de esquina y las mejores vistas de Costa Rica.

Sus habitantes

Los que habitan esta casa (y a los que tengo que cuidar) son multitud. Os los presento:

Elvis

Elvis es el rey de la casa. Un cachorro de pocos meses que me ha aceptado como nuevo compañero inmediatamente. Es como un niño pequeño, hiperactivo, incansable y provocador. A ratos resulta un poco agotador… pero es un absoluto amor de perrete.

Arne

Arne es uno de los dos gatos de la casa y el único que se deja ver durante el día. Es más, también me ha aceptado sin dudar. A veces me acompaña por la propiedad y se deja hacer fotos, aunque pasa gran parte del día y toda la noche en mí cama.

Pistache

Pistache, en cambio, es mucho más tímido. Se pasa el día escondido en la zona alta de la casa principal, fuera del alcance de Elvis, al que tiene miedo.

Y sólo se deja ver y tocar por las noches.

Las gallinas

Y por último pero no menos importante… o numeroso, están las 24 gallinas + 2 gallos + 1 pavo + 6 pollitos que serán mis proveedoras de proteínas (por lo huevos, claro, no me las voy a comer). El pavo, aunque no lo creáis, se pasa el día empollando los huevos de una de las gallinas. Estamos esperando a ver si eclosionan.

Mi rutina

Todos los días me levanto a las 5 y poco, en cuanto amanece, porque Elvis empieza a quejarse. Y no basta con abrirle la puerta para que salga a hacer sus cosas. No, quiere que salga con él, así que no hay escapatoria.

Lo primero es dejar comida para los gatos y abrir el gallinero para dejar salir a las gallinas y darles de comer… y ver cuántos huevos me han dejado. Contaba con que 24 gallinas pondrían entre 8-10 huevos al día, pero me llevo la enorme sorpresa de que están poniendo entre 0-4 huevos,  no sé muy bien por qué. Mi gozo en un pozo.

Acto seguido hago mi sesión de yoga en el porche con las mejores vistas posibles. Todo un lujo.

Ducha y desayuno. Últimamente estoy haciendo ayuno intermitente y sólo tomo un café por las mañanas. Algunos días me hago un batido con las frutas que crecen por aquí.

Luego suelo hacerme algún paseo o excursión que detallaré en la próxima sección. Y después no hay nada como un buen baño, claro. Por lo general muy bien acompañado.

Y así llegamos a la hora de la comida, que es cuando me hago alguna de mis especialidades, aunque casi todo se basa en arroz y fríjoles, que es lo me han dejado aquí por kilos.

La tarde la suelo dedicar al Blog o a trabajar un poco en la mejor oficina imaginable.

Cuando anochece, voy al gallinero para comprobar que están todos ya dentro. Hago el conteo: 24 gallinas + 2 gallos + 1 pavo + 7 pollitos. Una vez contadas, cierro el gallinero y les deseo las buenas noches. Después me hago algo de cena que me como en buena compañía…

…y a la cama, donde veo alguna serie o peli.

Excursiones

Voy a hacer un repaso diario de mis 10 días de estancia, porque hice excursiones y paseos casi todos los días. Veamos.

14 May – Subida a lo alto de la colina

El camino que sale de la carretera principal para llegar hasta la casa está tan abandonado (es camino público, pero nadie se hace cargo) que el dueño anterior de la propiedad se hizo un camino privado desde la casa hasta bastante más abajo del camino público, cuando todavía es practicable. Así que a la propiedad llegan dos caminos, el privado que es el que siempre usan, y el público que está prácticamente inaccesible. Pero éste último no termina en la casa, sino que sigue subiendo hasta lo alto de la colina y va más alla. Y cuando digo “subiendo” lo digo en el sentido “tico” de la palabra, ya que parece que aquí no saben lo que es un zig-zag, y las carreteras suben en línea recta, no importa cómo de empinada sea.

Con mucho esfuerzo llego al punto más alto, pero la vegetación es tan espesa que no se ve nada. Como está muy nublado, no voy más allá y decido volver.

Cuando estamos llegando de vuelta a la casa, nos encontramos con un grupo de monos en un árbol. Elvis me da un buen susto porque se va a por ellos y me da miedo que se me pierda.

15 May – Cascada

El día de mi llegada Thomas, me comentó que había una cascada a la que se podía acceder bajando por el camino privado hasta ver una especie de sendero a la derecha. Así que voy para allá con Elvis con la idea de encontrarme una super-cascada.

La bajada es fácil aunque algo incómoda para las rodillas por lo empinado del camino. Pensaba que estaba más cerca, pero he tenido que bajar bastante hasta que encuentro algo que parece un sendero a la derecha. Está tan cubierto de vegetación que es difícil saber si es o no el sendero en cuestión. Esta vez me he llevado las botas de Thomas, por si las serpientes.

Y finalmente encuentro la cascada, que es… bueno, mejor lo veis vosotros mismos.

La vuelta se me hace durísima. Prácticamente tengo que andar en zigzag para poder soportar la pendiente. Madre mía.

Lo bueno es que, al llegar, el cielo me regala esto.

Y más tarde, este atardecer.

16 May – Colina y más allá

Subo de nuevo al punto más alto de la colina y, esta vez, voy un poco más allá… hasta que me encuentro una bifurcación entre (a la izquierda) un camino tan abandonado y con la hierba tan alta casi no se ve y es imposible adentrarse por ahí, y otro camino (a la derecha) más accesible, pero que está cerrado con una puerta alambrada y me da cosa colarme.

Me vuelvo y ya exploraré más otro día. A la vuelta me encuentro este impresionante hormiguero.

17 May – Bajando la calle pública

Bajo con Elvis por la calle pública que, efectivamente, está bastante intransitable. Me siento un poco cansado así que no avanzo demasiado para no tener que subir luego. Hoy me lo tomo todo con más calma.

18 May – Viene Kenneth

Hoy no hago excursión para descansar y porque hoy viene Kenneth, el empleado de Thomas y Corry. Le he pedido que me suba algunas cosas: leche de almendras, tomates y zanahorias, que se me han acabado. Es impresionante verlo llegar con una moto peor que la mía. No me explico cómo es capaz de subir estos caminos con esa moto, pero se ve que aquí están acostumbrados. Para mí fue directamente imposible.

Kenneth me enseña donde hay una tomatera con tomates maduros detrás de mi casa. No lo sabía… ¡Qué alegría!

Por la tarde me doy un paseo por la zona más alta de la propiedad desde la que puedo ver, (más o menos, porque hay niebla) la casa desde arriba.

19 May – De nuevo subida a la colina y más allá

Hoy lo tengo claro, quiero subir la colina que ya he subido dos veces, pero esta vez quiero ir más allá de la valla de alambrada, a ver hasta dónde puedo llegar.

Cuando empiezo a subir la endiablada cuesta de cemento, veo a alguien que va por delante de mí. Flipo, claro, se supone que no hay nadie en 7 kms a la redonda.

Le alcanzo, nos presentamos y le acompaño en la subida mientras charlamos. Es Rodrigo, un hombre local, un trabajador que, según me dice, ha estado durmiendo en la casa grande que hay más abajo de la mía y que, por lo que me cuenta, es de un gringo, pero está abandonada ahora. Va camino de Jalisco para hacer un trabajo allí. Se dedica a “chapear“, que por lo que entiendo es como le llaman aquí a cortar las hierbas y malezas. En internet dice: “Limpiar la tierra de malezas y hierbas con el machete“. De hecho va con su machete al cinto.

Vamos juntos y tenemos una muy interesante conversación. Me dice que hay una familia de pumas por la zona e incluso una pantera negra y que le mataron a dos de sus perritos. Me dice que tenga cuidado con Elvis, porque esos felinos son muy rápidos (WTF??). Me habla del anterior dueño de la casa en la que estoy, el “gringo negro” lo llama. También me habla de los dueños de otras propiedades, pero la verdad es que me pierdo un poco. Su acento no es fácil de entender.

Llegamos hasta la bifurcación entre el camino cubierto de hierba y la barrera alambrada donde llegué el otro día. Me dice que el camino público está abandonado y es inaccesible, pero que no hay problema en pasar por la barrera, que ese terreno no es del gringo de tiene las tierras de más arriba, sino de un italiano que tiene una casa un poco más abajo y que ahora está abandonada. De hecho desde aquí veo la casa.

Rodrigo insiste en enseñarme lo que llama la Plaza de los Indios, donde, al parecer, un antiguo dueño de estas tierras encontró un montón de objetos de oro allí. Rodrigo está convencido de que hay más enterrado y quiere ir a buscarlo con un “detector de oro” que tiene un amigo suyo.

Nos despedimos allí. Él va para Jalisco y yo voy un poco más allá. Veo la salida alambrada, detrás de la cual veo que hay vacas. Pienso que entre ambas puertas debe ser, efectivamente, el terreno del italiano. Lo raro es que las vacas están fuera pero el suelo está lleno de pisadas y cacas de vacas. No sé si hay más o pueden entrar. Veo más caminos por ahí, pero la hierba es espesa y empieza a nublarse, así que decido volver, pero quiero ir de nuevo a explorar por allí con buen tiempo… lo cual parece complicado.

Al anochecer finalmente empieza a llover fuerte. Cuando voy a cerrar a las gallinas cuento 23. Me falta una. Busco por todas partes, pero no hay forma de encontrarla. Una menos.

¿A que va a ser verdad lo de los pumas?

Por cierto, los huevos que está empollando el pavo, van desapareciendo de uno en uno cada día. Parece que los van descartando y se los están comiendo. Probablemente estaban sin fecundar. Qué pena.

20 May – Descanso

Elvis ha estado muchísimo más tranquilo por la noche (normalmente se la pasa moviéndose y quejándose). Me hace pensar que quizá tiene algo que ver con la desaparición de la gallina. Actúa un poco culpable.

Hoy hay una niebla densísima, así que me lo tomo de descanso.

21 May – Jalisco

Hoy sí hace bueno. Quiero probar ir hacia Jalisco por el camino que me enseñó anteayer Rodrigo. Mi primera parada es por la casa del Italiano (en ruinas).

Según voy bajando, la vegetación se vuelve más densa, el camino se estrecha, es más empinado y lleno de barro. Me da cierto cague y, casi en cada paso, pienso en dar media vuelta. La selva es espesa y me da miedo, sobre todo, por Elvis. No puedo permitirme que le pase nada, y no es cosa de que se nos aparezca de repente un puma. Pero el sitio es tan espectacular que me tienta constantemente ir un poco más allá. Cuando estoy pensando en dar media vuelta (por enésima vez), oigo un río, así que decido bajar hasta allí. Veo una cascada espectacular pero bastante escondida (más tarde Thomas me confirma que no la conocían) y un poco más abajo llego al cruce de dos ríos, el que viene de la cascada y el principal, que justo se juntan ahí.

Cruzo el río y sigo un poco mas. Me encuentro una vaca con su ternero detrás de una valla. Todo esto son propiedades a derecha e izquierda. Veo que se empieza a abrir la vegetación y eso me anima a seguir. Cruzo otro río y empieza la subida, bastante fuerte, por cierto. Me digo, “hasta arriba y ya”, pero el sendero sigue subiendo y subiendo… hasta salir a un camino mucho más ancho. Por lo que veo, a la izquierda bajaría hacia Jalisco y a la derecha bajaría hacia la carretera. Éste parece el punto más alto de la zona, así que (ahora sí, definitivamente) decido dar media vuelta, porque veo a Elvis un poco cansadete.

Descansamos, nos hacemos fotos…

…y volvemos. Elvis sigue en plan juguetón todo el camino, no me lo explico, con la paliza que lleva.

El resto del día me lo tomo con calma (y Elvis también, que, ahora sí, está agotado). El cielo me regala este precioso atardecer.

Despedida

Y el día siguiente, el 22 de mayo, es el día en que vuelven Corry y Thomas. Día de limpieza general para dejarlo todo presentable para los hosts.

Llegan por la tarde. Hemos quedado en que, para no hacerles bajar de nuevo recién llegados de viaje, paso aquí una noche más y mañana me bajan hasta la moto.

Pasamos el resto de la tarde de charla. Dicen que se han acostumbrado tanto a esta tranquilidad y soledad, que les ha agobiado bastante Ciudad de Mexico. Creo que a mí me está pasando lo mismo con las grandes ciudades.

Me retiro pronto, me hago cena (ellos ya vienen cenados con horario europeo) y a dormir.

Al dia siguiente, 23 de mayo de 2022, Corry, Thomas y Elvis me llevan hasta casa de Sissi para recoger mi moto. Sissi la ha cuidado más que bien. Nos cuenta que le han entrado dos veces en su propiedad estos días y le han robado las herramientas que tenía en su jardín, pero lo que a ella más le preocupaba era mi moto, por lo que le puso una cadena. Qué maja, por favor.

A Maca le cuesta arrancar, pero arranca. Me despido de todos y de nuevo en camino.

Planes y Conclusiones

Mi plan es volver a la carretera los pocos días que me quedan en el país. Quiero ir hacia la zona caribeña, hacia Puerto Viejo, donde tengo algo pendiente. Así que el próximo capitulo será el mototrip de mis últimos días en Costa Rica.

El tema que me preocupa es la venta de la moto, que no sé si será tan fácil como quiero esperar. Confiemos.

Después del verano familiar que he pasado en Italia, los 3 meses rodeado de gente en Mexico, más los dos meses de couchsurfing y hostel que he pasado en Costa Rica, ha sido un gran cambio el haber estado completamente solo estos 10 días.

Por un lado me ha hecho mucho bien para reconectarme conmigo mismo y tener tiempo para mí. Pero por otra parte me doy cuenta de que ya no necesito tanto la soledad como antes y que echo de menos la compañía después de una pequeña dosis de soledad. Mi idea era ir a Italia después de Costa Rica para pasar el verano de nuevo con Giada. Pero empiezo a plantearme pasar algo más que el verano, probar la experiencia de compartir algo más profundo que una visita.

Aún así, siento que el housesitting es la herramienta perfecta para mí (quizá no es para todo el mundo) para viajar. Mi amor por los animales, mi facilidad de adaptación, mi cuidado con los detalles, con la comunicación con los hosts, con el cuidado de la casa… hacen que me vaya como anillo al dedo.

Echaré de menos a Elvis, como a todos los compañeros peludos que han pasado por mis manos y mi cuidado, pero viajar es echar de menos constantemente, es despedirse constantemente. Es desapego…

…pero también es amor.

1 Comment

  1. Giada Casolari

    Vivir con el corazón hace que la vida no parezca demasiado corta ni demasiado larga, sino intensa, verdadera, pura, mientras dure.
    PURA VIDA ♥️

    Reply

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