4 abril 2016
109 días viajando…
2 días en Christchurch…
Primer despertar en Christchurch. Descorro las cortinas para ver las vistas de mi habitación.
No son espectaculares, pero no están mal. Eso sí… nubladísimo.
Me voy a la cocina a saludar a mis compañeros de vivienda. Me encuentro sólo a la mujer de Sai, que contesta a mis buenos días con una larga explicación de que la comida que hay en el estante y en la balda de la nevera es de ellos, porque la han comprado con su dinero, y que hay unos huevos, avena y melocotones, que eso sí es para los woofers.
Parece ser que ya han tenido alguna mala experiencia con woofers anteriores, a los que no les dejaron claro que Sai y su mujer no son woofers, son trabajadores, y por lo tanto compran su propia comida.
Lo entiendo perfectamente, aunque hubiera preferido un “buenos días, encantado de conocerte” antes de esa explicación. Más que nada por saberme bienvenido. Esto no ayuda a sentirme integrado.
De poco me sirven los huevos sin aceite ni sal, así que me vuelvo a mi cuarto, hago mis saludos al sol (a la lluvia más bien), me ducho y me voy al garaje a saludar a Sai. Como me temía, Dan no les había dejado demasiado claro que yo venía. Me ofrezco a echarle una mano en lo que necesite y me dice que le vendría bien ayuda de 13 a 14h para empaquetar pedidos. Le digo que no tengo muy claro cómo va el tema de la comida aquí y me dice que sólo está cubierto el alojamiento, que la comida se la proporciona cada uno. Que eso sí, que puedo ir Antidote a comer si quiero y que para desayunar tengo ahí unos huevos. Le explico que sin aceite de poco me sirven los huevos, y me dice que “solo por hoy” que puedo usar el suyo. Se lo agradezco, pero declino la invitación. Prefiero pasarme por Antidote a ver si me aclaro en qué situación estoy. Porque sigo sin sentirme bien recibido.
Miro en Google maps dónde estoy, porque me trajo anoche Dan en coche y la verdad es que no tengo ni idea. Estoy como a media hora andando de Antidote, y para colmo llueve ligeramente, pero venga, me vendrá bien el paseo.
Es difícil apreciar la ciudad con un día tan triste y un humor no demasiado alegre. Pero saco alguna foto chula.
Me llama mucho la atención en NZ lo que se esmera la gente en tener buzones originales..
En Antidote me encuentro con Holly y le explico mis dudas con la comida. Me dice que por supuesto la comida está incluida, pero que el problema es que la comida está en la casa de los woofers, pero que como no había sitio, a mí me han puesto en la otra donde no hay comida. Me ofrece que vaya a Antidote a almorzar y que vaya a la casa de los woofers a cenar todos los días, aunque me pilla bastante lejos.
No me resulta del todo cómodo la situación, pero intentaré adaptarme. Le pregunto si puedo comer algo, porque son las 11h y no he comido casi nada desde ayer. Al final me como una mini ensalada de brócoli y judías verdes con una especie de piadina de champiñones bastante rica, pero la verdad es que sigo muerto de hambre.
Así que decido irme a comprar algo para tener en la casa. Antes de irme, me fijo en la cesta/promoción de los de Ooooby.
Antes de comprar, me asomo a la playa, que aún no la he visto, aunque el tiempo no acompaña.
Al final me compro aceite, sal, una calabaza, chocolate, pan y zumo. Cuando vuelvo a casa, me paso por el garaje para echar una mano a Sai. Me pide que le ayude a empaquetar algunos pedidos. Hoy hay poquito trabajo, pero parece que mañana reciben un gran pedido y habrá más curro.
Cuando termino, me hago un almuerzo en condiciones, usando solo la comida que me está permitida. Una de ella es la avena, así que pruebo a ponérsela a la tortilla para hacerla más nutritiva.
Por cierto, que Sai me ha prestado una pantalla, así que puedo usar mi portátil, lo cual me hace la vida mucho más sencilla.
El resto de la tarde la paso escribiendo en mi blog.
A las 19:30, no he tenido noticias de Holly diciéndome que vaya a cenar, o algo, y llevo fatal la sensación de tenerme que presentar en su casa a pedir comida, así que decido coger prestada la bici de la casa (me dijo Holly que podía cogerla) y me voy al centro a darme una vuelta. La verdad es que New Brighton, que es donde estoy, está más en las afueras de lo que pensaba, y el centro está a unos 10 Kms, una media hora en bici, pero el paseo me sienta bien para intentar quitarme el cabreo que llevo encima.
El centro está bastante muerto a estas horas de un lunes, pero alguna foto chula saco.
Flipo con una galería comercial por donde pasa el tranvía.
De hecho decido quedarme en un restaurante japonés de esa misma galería, justo cuando llega el tranvía.
Me pido una sopa de Noodles. Al decir que soy vegetariano, el mismo chef viene a decirme que no me preocupe, que usará caldo de algas en vez de caldo de pescado, y que sustituirá las gambas en tempura por tempura de verduras, y que si quiero el huevo que viene con la sopa. Nunca me habían tratado tan bien en un restaurante. Qué maravilla.
Al final me he gastado $33 en la compra de esta mañana y $17 en la cena. $50 que no debería haberme gastado si las cosas hubieran funcionado bien.
Me encuentro un mensaje de Holly de poco después de las 19:30 preguntando si voy a ir a cenar, y no puedo evitar reponder desde el cabreo, que no he ido porque no quiero sentirme un problema para ellos.
Cuando vuelvo a casa intercambiamos algunos mensajes. Me dice que lo siente mucho y que entiende que mi comienzo no ha podido ser peor, y que me pase mañana por Antidote para charlar y buscar una solución. Al menos ahora me siento algo apoyado y no abandonado a mi suerte como me estaba sintiendo.
Porque lo que realmente peor llevo es la sensación de tener que pedir mi comida, porque me da la sensación de pedir un favor, y no es un favor, es lo que recibo por mi trabajo y no quiero tener que pedirlo. Y esta situación me lleva al cabreo, que es un muy mal sitio en el que estar. Porque, por otro lado, la pobre Holly, que no tiene culpa de nada, se encuentra en medio de una situación que le es ajena por completo.
Pero estoy seguro de que mañana encontraremos una solución en la que por fin empiece a encontrarme cómodo.
Ánimo, Chápuli…que un día un poco 'raro' en los más de 100 días que llevas, es 'razonable', ¿no? 🙂
A por ello, que ya sabes que mañana será, seguro, un día mucho mejor… 😉
Mucho ánimo Pablo, seguro mañana se aclarará todo y esta experiencia también será fantástica, y si no es lo que quieres ya sabes, nadie te ata, eres libre.
Un besazo