2 – 4 marzo 2018

808 días viajando…
12 días en Nepal…

Como ya conté en el capítulo anterior, mi plan es recorrer Nepal con una moto en compañía de Julie, una viajera francesa que conocí en el WorkAway de Kathmandu, y que se ha animado a hacer este mototrip conmigo. 

Pero antes del mototrip, pasamos unos días en Patan, cerca de Kathmandu, resolviendo unos problemas que han surgido con el tema de la moto.

Como también conté, la noche del 27 de febrero empecé a sentirme terriblemente mal, con toda la pinta de haber pillado una gastroenteritis. En más de 2 años de viaje, nunca he tenido ningún cuidado con la comida y nunca me había pasado nada… hasta ese día.

Al día siguiente, 28 de febrero, apenas puedo levantarme de la cama, pero es el día en que Pol (el catalán que contacté por Facebook) me trae su moto (con la que ha venido desde India) para ver si me interesa. Ando preocupado por el tema de que la moto tiene matrícula de la India. Un empleado del Hostel me dice que mientras traiga los papeles de haber cruzado la frontera legalmente no hay problema. Por si acaso, le pregunto a Pol por chat si es así y me contesta con un vago… “luego te cuento cuando nos veamos“.

Cuando viene con la moto, la pruebo brevemente y veo que se cala constantemente y que las marchas funcionan al revés de una moto normal (!!). La moto está bastante regular. Para colmo me dice que pasó la frontera de noche, cuando no había nadie y que, por lo tanto, la moto está de forma ilegal en Nepal, pero que no pasa nada, que él ha llegado hasta aquí sin problema, saltándoe los controles que se fue encontrando (!!!) y que no voy a tener problemas con ella.

Cualquiera en su sano juicio hubiera dicho que no… pero yo no estaba en mi sano juicio, apenas me tenía en pie, así que tomé la peor decisión posible y le pagué los 350 USD que me pedía.

La moto quedó aparcada al lado del Hostel a la espera de que volviera Julie de su miniviaje a Pokhara y nos pusiéramos en camino. Y así llegamos al día…

2 de marzo de 2018…

Después del desayuno, Julie y yo dejamos gran parte de nuestro equipaje (mi mochila grande y la mochila pequeña de Julie) en el que ha sido nuestro Hostel hasta hoy, el Sparkling Turtle Backpackers,  y cogemos la moto para ir a pasar unos días de visita en Patan, a media hora de Kathmandu, antes de iniciar nuestro mototrip.Lo primero que hacemos es ir a la gasolinera que tenemos muy cerca del hostel para echar gasofa… y ahí viene la primera sorpresa.

Al llenar el depósito, de repente empieza a salirse la gasolina por todas partes. La llevo como puedo a un taller cercano, donde la desmontan y vemos los 3 agujeros que tiene el depósito.

Empezamos bien el viaje.

En el taller me atienden con una rapidez y amabilidad sorprendentes, teniendo en cuenta que hay más gente esperando. Vacían el depósito y me dicen que tienen que esperar a que se seque para sellar los agujeros, que volvamos en 2 horas.

Así que Julie y yo nos vamos al BIA Café, regenteado por un simpatiquísimo malagueño, Javi, para tomar algo y hacer tiempo.

A las dos horas, volvemos al taller y la moto ya está montada y lista. Tiemblo cuando le pregunto “Kati?” (¿cuánto?), pero me llevo la gran sorpresa. Me pide 200 NRP (1,5 €). Igualito que en España, ¿eh?

Nos ponemos por fin en marcha cogiendo The Ring, que no es ninguna película de terror, sino la carretera de circunvalación de Kathamandu, aunque enseguida nos damos cuenta de que tiene bastante de peli de terror. Está en pésimas condiciones, en gran parte sin asfaltar, llenísima de camiones, buses y motos circulando sin ningún orden, en un bonito “sálvese quien pueda”.

El recorrido hasta Patan es épico. Cada vez que tengo que frenar, la moto se cala en medio de la carretera y me tengo que poner a arrancarla de pedal (no tiene batería) mientras tengo un camión esperando detrás de mí. Muy bonito todo.

Pero lo peor está por llegar. Cuando conseguimos sobrevivir a The Ring Road y llegar con vida hasta Patan, la calle que lleva hasta nuestro Guesthouse está colapsada y avanzamos muy poco a poco. Y de nuevo, cada vez que paro, tengo que darle gas para que no se cale, pero como el embrague funciona regular, por más que lo aprieto, algo toca y la moto empuja mientras trato de frenarla como puedo y al final termina por calarse. Y de nuevo a arrancarla de pedal. Esto cada 2 metros. Y lo mejor es cuando pasamos delante de un policía. Ahí estamos dos turistas en una moto ilegal con matrícula de la India que no para de calarse y que cuesta un mundo arrancar. Cuando veo que el policía pone cara rara y está a punto de preguntarnos, optamos por aparcar la moto ahí mismo y seguir andando.

Las calles están en obras, pero conseguimos llegar hasta nuestro guesthouse… sólo para llevarnos otra sorpresa. Ha llegado un grupo y Durbar Guesthouse ha decidido unilateralmente cancelar nuestra reserva, porque les interesaba más el grupo (la pela es la pela). Dicen que lo comunicaron a Booking.com, pero a nosotros no nos ha llegado nada.

Nos dicen que vayamos al Mahabuddha Guesthouse, que está al lado y que al final resulta ser algo más barato. No hay mal que por bien no venga, como dice Gloria Stefan.

Está claro que necesitamos poner en condiciones la moto para enfrentar el viaje. Bastante acojonado ando con el tema de la matrícula india, como para que además andemos con problemas mecánicos.

Hablo con Sara, una española que vive en Patan y que contacté a través del grupo de Españoles en Nepal en Facebook, y me dice que la lleve mañana a un taller cercano a donde ella vive. Así que quedamos en vernos por la zona del Golden Temple al día siguiente.

Dedicamos el resto del día a conocer Patan. Es un pueblo medieval con algunas calles agobiantes por el tráfico, pero con un montón de rincones tranquilos y con muchísimo encanto.

Aquí, como en el resto de Nepal, el acceso al agua potable es un problema. O la compras o haces largas colas en alguna de las poquísimas fuentes de agua tratada que hay.

Los efectos del terremoto de 2015 también son visibles aquí.

3 de marzo de 2018…

Buscamos dónde desayunar cerca de donde hemos quedado con Sara (cerca del Golden Temple), ocurre una de esas “casualidades” que tanto me suceden en este viaje y que cambia muchas cosas.Mientras paseamos por una plaza medio peatonal bastante agradable, nos encontramos el Lumbini Heritage Home, un guesthouse con un café en la terraza, donde decidimos tomarmos un estupendo desayuno con vistas a la plaza.

Aparece por ahí el dueño del guesthouse y se sienta a charlar con nosotros. Se llama Aman y es una maravillosa persona y sorprendentemente joven (25 años) para estar al frente de un negocio así. Ha abierto hace sólo 3 meses. Le cuento lo de la moto y me confirma lo que llevo días pensando, que es un poco locura lo que estoy haciendo. Las motos en India cuestan 3 veces menos que en Nepal, por eso cobran muy caro el paso por la frontera. Y por eso es muy ilegal lo que hizo Pol, el haber pasado una moto por la frontera sin registrar. Si me paran, no me dejan seguir. Y, lo que es peor, si tengo un accidente con alguien, puede ser muy caro y grave. Llevo días (y especialmente noches) agustiado y lleno de miedos, sintiendo que todas las señales que recibo me indican que no debo hacer esto. Así que finalmente admito que me he equivocado comprando la moto y que no voy a hacer el mototrip con ella. Una vez lo decido y adepto el dinero perdido como parte de mi aprendizaje, me siento muy aliviado.

Para colmo, Aman mira precios de alquileres y vemos que el precio por un mes de alquiler del mismo tipo de moto es menos de lo que he pagado por la mía. Debería haberlo mirado antes. En fin.

Así que el problema ahora es deshacerse de la moto de Pol. Para ello hablo con Sara para quedar y contarle el problema (su amigo Haku está muy metido en el tema de compra/venta de motos). Cuando le estoy escribiendo, Aman ve su nombre y dice…– Anda… ¿Sara? Pero si vive aquí. 

Otra de las grandes “casualidades”. Aman le alquiló una habitación de su guesthouse a Sara y vive justo aquí. Ella sube a la terraza, también sorprendida por la casualidad, y charlamos los 4. Consulta con amigos suyos locales y le dicen que mi única opción es venderla a un taller por piezas y con suerte sacaré 100 USD. En fin, lo dicho, asumo las pérdidas como aprendizaje.

Nos despedimos de Aman y Sara y nos damos un paseo hasta el Golden Temple, el templo más conocido de Patan.

Donde no faltan los niños pidiendo dinero a los turistas.

Hay hasta una estatua del Sr. Burns de los Simpsons (excelente… :-p)

Después nos damos un paseo por la ciudad.

Información sobre como purificar el agua…

Street food…

Bajamos hasta el puente sobre el río Bagmati, donde pillo uno de esos momentos en moto que tanto abundan aquí.

Patan tiene rincones realmente bellos.

Hasta nos encontramos una banda tocando bajo el balcón de la novia.

De regreso al guesthouse, en nuestra calle, están haciendo obras. Y aquí es como lo de los jubilados en España viendo las obras, pero de todas las edades, las miran de muy cerca…. y opinan!

4 de marzo de 2018…

Nuestro plan de hoy es ir a Thamel, el barrio más turístico y comercial de Kathmandu, para ver lo de las motos en alquiler. Cuando salimos de la habitación, vemos que están preparando una boda. El dueño nos cuenta, muy orgulloso, que se casa su sobrina.

Así que, después de desayunar, nos pillamos un minibus local, lo que resulta toda una experiencia. Va completamente petado, y el chico que controla la puerta no para de meter más gente. Somos los únicos extranjeros en el bus. No tengo fotos, porque no había espacio físico para sacarlas, pero ha sido muy divertido.

Vamos directamente al sitio que nos recomendó Aman, el B.S. Motorbike, donde un joven empleado nos ofrece una Pulsar 150cc muy nueva (15.000 kms), pero cuando intento regatear, nos dice que hablemos con el dueño que vendrá luego, así que nos vamos a comer.

Nos damos una vuelta buscando un sitio local y barato. Cuando pasamos por delante de un German Fast Food, el dueño nos dice que pasemos, pero le decimos que no, gracias, que buscamos algo más local. Entonces, para nuestras sorpresa, nos dice que nos lleva a uno, deja su local, nos acompaña hasta un restaurante bastante escondido y se va sin pedirnos nada a cambio. Me siguen maravillando estos gestos de pura amabilidad.

El restaurante es, efectivamente, muy local (somos los únicos extranjeros) y se llama Om Restaurant. Me pido mi primer verdadero Dal Bhat por 140 NRP (1€) que está de muerte y Julie se pide unos momos y un chowmein.

Cuando me lo estoy acabando, me ponen más arroz y más de todo. Es lo típico con el Dal Bhat.

Después de comer, volvemos a B.S. Motorbike y hablamos con el dueño. Me da muy mal rollito, pero consigo negociar un mes de alquiler por 25.000 NRP (194€). La moto va sin asegurar (ya puedo ir con cuidado), pero me garantizan cualquier problema técnico excepto el embrague y los neumáticos.

Al final aceptamos, pagamos y nos llevamos directamente la moto hasta Patan. Es todo un desafío conducir por Kathmandu, pero hay una diferencia enorme con una moto casi nueva que funciona perfectamente. Noto que el embrague va regular y entiendo por qué no me lo garantizan, así que lo trataré con mucho mimo.

Una vez que llegamos a Patan, lo único que nos impide empezar nuestro mototrip es la dichosa moto de Pol. Dedicamos el resto de la tarde a pasar por todos los talleres de alrededor para ofrecerles la moto… pero nada… ni regalada la quieren.Por el camino nos encontramos con el desfile de la boda de nuestro guesthouse.

Al final hablo con Sara, y quedamos en que la aparco en la plaza donde vive y le dejo las llaves, de forma que si me sale un comprador, ella puede enseñarla. Le agradezco el enorme favor y nos vamos a cenar una hamburguesa vegetariana en el NPP Burger House y allí decidimos que mañana, día 5 de marzo, empieza nuestro mototrip por Nepal.

Pero eso… será en el siguiente capítulo.

Cuentas…

Como ya se acabó el mes de febrero, toca hacer las cuentas del mes. Corresponden a mi último mes en Australia y mis primeros días en Nepal. Veamos…

Por segundo mes consecutivo tengo saldo positivo (gastos negativos). Segundo mes en este año en el que he conseguido ganar más de lo que gasto. Y eso a pesar de que este mes incluye el billete de avión de Melbourne a Kathmandu. Es lo que tiene currar.

De esta manera mis saldos mensuales quedan, pues, tal que así:

Y de nuevo mi media mensual baja considerablemente, volviendo a acercarse a los 400 €/mes

Conclusiones y Planes…

Al final, de cierta forma, mis miedos antes de venir a Nepal se han visto justificados con unos comienzos un tanto accidentados. Pero siento que por fin todo se coloca y que todo va a ir bien en este mototrip.Mi plan con Julie es ir despacio con la moto, avanzando hacia el oeste por la zona sur del país y luego volver por la zona un poco más al norte, comiendo en los sitios más locales y baratos que encontremos, y durmiendo un poco donde pillemos, cuando no queramos seguir conduciendo.

Al final es difícil saber si los miedos son avisos de que estás tomando una mala decisión, o una prueba que se te pone por delante para que seas capaz de superarla.