8 – 11 noviembre 2020
1.791 días viajando…
4 días de mototrip (Madrid-Lanzarote)…
Después de casi un mes en Madrid, me empecé a agobiar con las restricciones pandémicas y con el frío. Como saben los que me siguen (hola… a ambos), siempre intento evitar zonas o temporadas frías, así que decido que ha llegado la hora de moverse.
¿Y a dónde?
Pues como seguimos en pandemia, la opción de irse fuera de España sigue siendo complicada. Así que opto por la zona más cálida de nuestro país: Las Islas Canarias.
Desde que tomo la decisión, sólo necesito unos pocos días para encontrar un workaway con muy buena pinta en Lanzarote, hablar con mi host Liz, ponernos de acuerdo en que puedo irme ya para allá, organizarlo todo y… ponerme en marcha.
Así que el 8 de noviembre de 2020 dejo (enormemente agradecido) la casa de quien me ha acogido estos días, mi couchsurging greco-americana Kelly, y me subo a mi moto Gaby.
El plan es viajar en moto hasta Cádiz en dos días (con una parada alrededor de Córdoba), pasar noche en Cádiz y coger el Ferry el 10 de noviembre.
El Viaje…
Como siempre, prefiero pedirle a Google Maps que me indique la ruta evitando las autopistas. La distancia suele ser la misma o más corta y, como no suelo ir a más de 90 kms/h, la diferencia de tiempo es pequeña. Y con la enorme de ventaja de que la ruta es 1.000 veces más agradable.
1ª Etapa (8 nov)
De Pza. Elíptica (Madrid) a La Carlota (Córdoba) – 422 kms.
08:00 – Salgo prontito. El destino de mi primera etapa es La Carlota, donde, a traves de Couchsurfing, he contactado con María, que ha accedido a alojarme por esta noche.
09:55 – La primera parada es en Mora (Toledo), donde me tomo un café y estiro las piernas. Voy un poquito congelado.
12:15 – La segunda parada y el segundo café es en Villamayor de Calatrava (Ciudad Real).
13:33 – Entrada triunfal en Andalucía por la Provincia de Córdoba.
14:13 – Me he traído un mega-sandwich de tortilla y cosas, y me lo como disfrutando de las bonitas vistas del Mirador de Montoro. Estos son los lugares que te encuentras cuando vas por carreteras secundarias.
14:36 – Después de comer, paso por Montoro, bañado por las aguas del río Guadalquivir.
15:25 – Y una hora después paso Espejo, otro de los preciosos pueblitos de Córdoba, que más que espectacular es especular.
16:10 – Y 8 horas después de salir (ya digo que me tomo estos viajes con mucha calma), llego al final de la primera etapa, el pueblecito de La Carlota.
Allí me reciben María y Antonio, quienes me hacen un tour por el pueblo y nos tomamos unos vinos. Es lo bueno de la experiencia couchsurfing. Mucho mejor que un hostel, dónde va a parar. María es un amor de persona. Viajó también mucho por el mundo hasta que se estableció aquí, en La Carlota. Pero se le notan sus ganas de volver a coger la mochila. A ver cuando pase esta dichosa pandemia…
2ª Etapa (9 oct)
De La Carlota (Córdoba) a Cádiz – 230 kms.
Me levanto al amanecer y hago mi sesión de yoga en la enorme terraza que tienen en el tejado. Un café (en una taza muy apropiada)…
09:00 – …me despido de ellos y me vuelvo a poner en camino. Esta etapa es mucho más corta que la de ayer. Pan comido.
11:20 – La primera parada la hago en Marchena para desayunar en condiciones
13:05 – Y la segunda parada la hago en Arcos de la Frontera para un café rápido.
Llego a Cádiz justo para la hora de comer. Mis salvadores para esta noche son Julio y Pau. A Julio lo conocí en una de mis estancias en Melbourne a través del grupo de Españoles en Melbourne. Quedo con ambos para comer y luego me doy una vuelta por Cádiz.
…y atardecer en la Playa de La Caleta.
Ya por la noche, Julio y Pau me llevan a tomar unas tapas por lo más típico de Cádiz. Un día de lo más completo, teniendo en cuenta que desayuné en Córdoba y ceno en Cádiz.
3ª Etapa (10-11 oct)
Del Puerto de Cádiz al Puerto de Arrecife (Lanzarote) – 1.080 kms.
La mañana siguiente me la tomo con calma. Me despido de Julio y Pau agradeciéndoles infinitamente su hospitalidad, y me voy para el puerto a hacer cola para embarcar en el ferry que me llevará hasta Lanzarote.
Tras una larguísima espera y control de la Guardia Civil, por fin puedo subir… y ahí dejo aparcada a Gaby.
Dejo mi mochila en la moto. Me fío. Lo que no sabía es que no se puede acceder durante la travesía. Menos mal que he cogido mi portátil y la comida conmigo. Pero me hubiera venido bien tener la esterilla de yoga.
A las 17:00 por fin, con una hora de retraso, dejamos el Puerto de Cádiz. Los que aparcan en cubierta sí pueden acceder a sus vehículos. Por eso ponen ahí las campers, para que la gente pueda dormir en ellas.
La travesía dura unas teóricas 27 horas. No me he pillado camarote, claro, porque mi viaje consiste en no gastar dinero. Me voy directamente a pillar una butaca lo más cómoda posible (ninguna lo es) para dormir por la noche. Por el mismo motivo me he llevado comida suficiente para no gastar durante el trayecto. Las risas me las eché en el viaje de vuelta, 4 meses más tarde, cuando al subir e ir de nuevo directo a una butaca, esta vez un empleado me para y me dice que tengo que pasar por recepción. Le explico que yo no tengo camarote y que entiendo que no tengo que hacer check-in. Pero él me insiste en que tengo que pasar igualmente, cosa que no hice en el viaje de ida.
Y aquí viene la sorpresa. Al registrarme, me dan 4 bonos de comida para las 4 comidas que se sirven durante el trayecto. ¡La comida está incluida con el billete!
Así que en este trayecto de ida, yo flipo con la economía de la peña porque veo que todo el mundo va al comedor y todo el mundo debe flipar conmigo al ver como me preparo mis ensaladas en cubierta. ?
Después de una noche en que duermo lo que puedo y como puedo, me levanto antes del amancer y me pongo a hacer yoga en la cubierta a la vista del sol naciente.
A las 19h ya estamos a la vista del Puerto de Arrecife, capital de Lanzarote.
Ya es casi de noche cuando, por fin, podemos desembarcar.
Planes…
Lo que me espera en Lanzarote es un estupendo Workaway en Tabayesco, uno de los núcleos urbanos (probablemente el más pequeño) del municipio de Haría, al norte de Lanzarote. Liz, que así se llama mi futura host, es una entrenadora de perros suiza que necesita ayuda con su casa. Nos hemos entendido maravillosamente desde que contactamos, hace apenas una semana.
Pero con Liz he quedado que iría mañana, 12 de noviembre de 2020, que es cuando se va su anterior helper. Así que mi primera noche la pasaré en casa de mi amiga Gladys (actriz que conocí en Madrid y se vino a vivir a Lanzarote hace meses) y su pareja Baltasar, quienes muy amablemente me han ofrecido alojamiento por hoy en su casa de Las Cabreras…
…pero eso, ya en el próximo capítulo.
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