No hay como empezar el día con un buen desayuno, pero las opciones del hotel pasan por un gallo pinto (otra vez desayunar arroz con frijoles no, por favor) o desayuno americano: huevos, beicon y tostadas. Pido el americano, pero sustituyendo el beicon por tomate y pido un poco de aceite para las tostadas. Flipan un poco pero por un día me voy a tomar un desayuno más o menos español.
Para cuando me acuerdo de sacar la foto casi no queda nada.
Plan de hoy: Mónica me lleva a ver el parque Turu Ba Ri. Vamos en su moto.
La ida es un poco desastrosa, porque vamos por el camino más corto según Google Maps sin tener en cuenta que nos mete por caminos de piedras y arena con trozos muy empinados. Una locura. Por suerte llegamos vivos, pero tardamos un barbaridad.
Se trata de un parque privado con varias actividades. Escogemos hacer un recorrido con guía. Para ir hay que coger el teleférico.
Y el guía nos enseña las distintas variedades de árboles y fauna. Sobre todo iguanas.
Un momento chulo es cuando extraen el jugo de la caña de azúcar y nos lo dan a probar. Riquísimo.
Una vez terminado el recorrido regresamos a San Ramón, me despido de Mónica y cojo el bus para San José para pasar mi última noche en casa de Mariling. Cuando llego, Mariling me ayuda a hacer una ensalada de repollo, tomate, pepino, queso… que me sabe a gloria.
Mariling se acuesta en cuanto llegan sus papás. Me quedo con ellos charlando un rato. Encantadores y de profundos conocimientos. Pero se me cierran los ojos. Ya estoy en la cama. Mañana toca recoger e ir para el aeropuerto. Mañana ya me organizo…
¡¡Buena última noche!!
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