He dormido bien a pesar de la lluvia y de lo duro del suelo. Creo que soy capaz de dormir en cualquier sitio y en cualquier circunstancia.
Me despierto un poco antes de las 7 como siempre. Cody, la perrita, se viene a hacerme compañía. Sigue el mal tiempo y por lo que me dicen es general en todo el caribe. Así que consulto con mi amiga Mónica de Madrid, que ha sido mi consejera en este viaje, porque lo hizo antes, y decido dar por perdido el Caribe y volver hoy a San José y dedicar los próximos dos días a hacer rafting y visitar el parque de Braulio Carrillo.
Hay algo de sensación se fracaso y pérdida de días por haber venido hasta aquí para nada, pero no es así. Tortuguero me ha parecido una ciudad especialmente interesante y así he podido conocer a Silvia y su historia. Lástima no haber podido conocer al pequeño JJ, que está con su padre.
En un viaje así las decisiones no siempre son las mejores, pero todo es aprendizaje y todas las vivencias interesantes.
He hablado con Mariling y me acoge en su casa estos días, así que perfecto y así recupero mi ropa limpia, que ya voy justito.
Voy a coger el bote de las 11 a La Pavona, así que dedico la mañana a pasear por el pueblo…
…y volver a ver el Atlántico.
Está increíblemente revuelto. Una mujer de aquí me dice que es rarísimo que esté así. Que solo ocurre uno o dos días al año. ¡Pues vaya puntería he tenido! Y que es peligrosísimo bañarse. Así que me quedo sin probar el atlántico. Aunque ayer mojándome los pies, acabé mojado hasta la ingle por una ola. Eso cuenta, ¿no?
De camino a la casa conozco a Maurico que trabaja las cáscaras de las almendras.
Finalmente recojo mis cosas, me despido de Silvia y salgo para el embarcadero.
Cojo el bote que sale con un poco de adelanto, a las 10:40…
…y en poco más de una hora de navegación…
…estamos en La Pavona. Son las 11:45 y el bus a Cariari no viene hasta las 12:30. Tiempo de relax, cargar el móvil y hacer algunas fotos.
El bus llega después de las 13h. Aquí los horarios (como todo) son muy relajados.
Viaje tranquilo (1.100 colones), salvo por los baches del camino.
Aprovecho para dormir un buen rato y a las 14:45 llegamos a Cariari. Estoy desandando el camino andado. Cojo el de las 15h para San José (1.750 colones).
Mariling me ha dicho que Marina (la catalana) también esta camino a su casa desde el caribe, así que ahí nos encontraremos. Ella ha cogido el anterior, así que me lleva 2 horas de adelanto.
Llego a las 17h, camino hasta la estación de buses de los Caribeños, ando los 15′ que me separan de la estación de La Merced.
Ahí me doy cuenta de dos cosas importantes, que me he quedado sin batería en el movil y que no tengo muy claro donde vive Mariling.
Para lo primero llevo 3 baterías externas de seguridad, pero me falla el cable y no consigo encenderlo. Ya es de noche y me empiezo a agobiar.
Cojo el bus que creo que es y acabo en una especie de zona industrial apartada y me dice el chofer que ahí termina. Intento por todos los medios encender el movil y nada.
Al final voy a una gasolinera cercana y consigo que me carguen un rato el movil, hablo con Mariling y me indica cómo llegar.
Aún así me pierdo un par de veces más por su barrio y me tiene que mandar su ubicación.
Lecciones aprendidas: No depender tanto del móvil, hay que tener plan B por si falla, y fijarte más en los sitios aunque vayas acompañado, porque alguna vez te tocará ir solo.
Cuando llego la casa es una fiesta. No sólo están Marina y Mariling, también Martín, la hermana de Mariling, el hermano y su novia y sus padres. Nos vamos todos a cenar menos los padres.
En este país las opciones vegetarianas son siempre escasas y casi siempre fritas, pero es lo que hay.
Ahora estoy en la cama, son las 0:30 y todavía no he planificado lo de mañana… y me caigo de sueño, así que…
¡¡Buenas Noches!!
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