24 diciembre 2015
7 días viajando…
3 días en Tasmania…
Llevo ya 3 días en la granja de Mike y Amy, y empiezo a sentir mi proceso de adaptación. El primer día fue duro, cuando me asaltaron las dudas, cuando me pusieron a trabajar nada más llegar, cuando no todo encajaba con la idea que me había hecho. Y es que es inevitable hacerte una idea previa, muchas veces sorprendentemente detallada y a veces excesivamente idealizada. Luego aparece la realidad diciendo “hola”.
Pero pasan los días y las cosas se ponen en su sitio. Voy cogiendo confianza tanto con los dueños como con las helpers, pasamos ratos muy divertidos, el trabajo que hago me gusta mucho y estoy aprendiendo una barbaridad sobre permacultura y vida rural.
Por ejemplo, ayer, día de Nochebuena, después del desayuno con café recién molido (por mí)…
…comenzamos la jornada con la visita de Duncan, un amigo de Mike, que se va a marchar de viaje por un tiempo y nos trae sus colmenas para que se las cuidemos. Ha sido la primera vez en mi vida que he trabajado con abejas y fue muy sorprendente.
Luego toca dar de comer a las gallinas, con los desperdicios que los bares de alrededor regalan a Mike…
…a los conejos, con ramas de uno de los manzanos…
…recoger cerezas y moras…
…y el resto de la mañana se va en quitar las malas hierbas del huerto, y poner postes en las tomateras.
Después de comer nos tomamos la tarde libre y como hace un calor del demonio, Shio y Fanny deciden llevarme a una poza que está cerca de la granja de los padres de Mike, a una media hora andando. Lo agradezco no sólo por el calor, sino por salir de la granja. Llevo tres días aquí encerrado y empiezo a necesitar saber lo que hay allí fuera.
Aprovecho para tirar algunas fotos por el camino…
Por fin llegamos a la casa de los padres de Mike:
Y desde ahí al río.
Sorprendentemente las chicas no se bañan. Dicen que le tienen miedo al agua. Pero para mí hace un calor terrible y no hace falta animarme mucho para acabar en el agua…
De regreso tiro algunas fotos más…
Al llegar toca recoger los huevos, como cada tarde. Esta vez hay 16.
En Australia no se celebra la Nochebuena, sino el día de Navidad. Aún así nos hemos ofrecido los helpers a cocinar la cena de esta noche. Yo me encargo de la ensalada (preparo una salsa de miel, mostaza y limón que tiene bastante éxito) y las chicas de la pasta (de arroz, porsupu. Amy es celíaca y en la casa no se come gluten).
Para cocinar nos acompañamos de mi primera cerveza en Tasmania… y para colmo, de jengibre! Y oyes… está buena!
Aprovechando la buena tarde que hace, decidimos cenar fuera.
Hoy es una noche muy especial. Es Navidad con luna llena, algo que no ocurría desde 1977 y que no volverá a ocurrir hasta 2034. Para colmo no hay una sola nube ni contaminación lumínica, por lo que la noche es espectacular.
Cuando todo el mundo se ha acostado y me quedo solo en el jardín, aprovecho para hacer mi primera meditación desde que llegué. Estoy solo, a oscuras, sólo iluminado por la luna, de frente a ella, intentando mandar mi energía a España.
Y sé que ha llegado.
Intenta eso en invierno. Te invito a mi masía,jijijij. Sin luz. Y sin compañia.
Jajajaja… Es por eso que me he venido en verano. Y cuando en este hemisferio empiece a refrescar, me voy para el trópico!… No quiero frío!!