20 – 23 octubre 2016

311 días viajando…
39 días en Melbourne…

Y así transcurre mi primera semana en Melbourne, mientras voy re-conociendo esta ciudad.

Jueves

El Jueves termino de pintar los suelos de las 3 habitaciones que estoy pintando. Además me toca pintar los marcos de las nuevas 6 puertas que ha comprado Dave para las separaciones que vamos a poner.

A la hora de la comida, me ofrezco a cocinar uno de mis arroces de cosas. Los taiwaneses se muestran interesadísimos en ver cómo cocino. Rion se me sienta al lado y no me quita ojo. 🙂

Lo hago con arroz integral, que lleva más tiempo pero queda más sano.

Y parece que ha gustado…

Estas son las vistas que tenemos desde el comedor.

Justo antes de comer, Pierre y Marie han terminado el mural de una de las habitaciones.

Por la tarde he quedado con Dolores (española, claro) y Verónica (chilena) para ir a ver una especie de festival de danzas tradicionales chilenas. Me pasan a recoger a casa, todo un lujo. Mientras las espero aprovecho para tirar alguna foto a la casa…

…al río Maribyrnong…

…y a algo que no dejo de ver por aquí, un deporte nuevo que yo lo llamo “andar rápido”. Y es que no paro de ver gente que se pone sus mejores galas deportivas, sus carísimas zapatillas y salen… a “andar rápido”. Porque no corren, sólo… andan rápido.

Finalmente me recogen y vamos a donde tiene lugar el acto: el Kensington Town Hall.

Yo me esperaba más un festival con stands, comida tradicional y algunas actuaciones… pero la cosa resulta ser un acto bastante más político-rollo.

Pero bueno, aprovechamos para charlar del proyecto que quiero dirigir aquí, que se trata de un concierto de música chilena (Por eso he venido… ya daré más detalles).

No nos quedamos hasta el final porque no es algo demasiado interesante…

Viernes

Los viernes los tengo libres, así que me lo tomo con calma… y con un buen desayuno de arroz, verduras, frutos secos y huevos.

Y después marcho para el CBD a darme una vuelta.

Hace un frío considerable… ¿dónde cojones está la primavera? Ay, Dios, no estoy preparado para esto en absoluto. Necesito algo caliente, así que me voy a un sitio que me ha recomendado Mims, el Purple Peanuts Japanese Cafe

…donde me pillo una sopa de noodles, tofu y curry bastante rica.

Por la tarde he quedado con Mims para tomarnos unas cerves en Asian Beer Cafe, que está dentro del Megacentro Comercial que hay dentro de la Estación Central de Melbourne.

Me cuesta encontrarlo, pero al final estaba… ¡arriba del todo!

Es otro de los chollos que sólo Mims sabe encontrar. Jarras de cerveza a $8.

Algo más tarde se nos une Javier, otro español amigo de Mims con un parecido más que evidente a Luis Tosar, aunque nadie se lo había dicho. Es todo un personaje, entrañable y cercano, y pasamos un rato estupendo.

Sábado

Hoy tengo curso. Me voy a sacar el RSA (Responsible Service of Alcohol), imprescindible para trabajar sirviendo alcohol en Victoria (hay una certificación RSA diferente por cada estado).

Lo primero es hacerme el desayuno. No puedo evitar reírme cuando me encuentro esta nota de Mandy, la madre de Dave. Qué graciosa es.

Hoy pruebo a hacerme el desayuno con una lata de judias rojas. No me queda muy allá, pero está comestible.

El curso es en el CBD. Ahí me encuentro con Mims, que también lo va a hacer, y con Jose, un sevillano amigo de Mims, que también se ha apuntado a hacerlo. En realidad, de los 12-13 alumnos, 5 somos de habla hispana: 3 españoles, 1 colombiana y otro chico latino.

Voy con miedo de que las 4 horas de curso sean un coñazo, pero el profesor consigue hacerlo bastante ameno y sabe captar muy bien nuestra atención. Lo que cuenta es interesante, pero bastante poco realista. Todo se basa en que la legislación australiana es muy restrictiva con el consumo de alcohol, y castiga muy duramente a quien sirve alcohol a alguien con claros signos de intoxicación etílica. Pero claro, es algo muy subjetivo, así que gran parte del curso consiste en cómo detectar que alguien está borrachuzo y cómo gestionar el negarse a servirle más.

Es poco realista porque mientras que la legislación dice que intentes vender el menos alcohol posible, los bares quieren vender el mayor posible.

Y lo más sorprendente es que con todo lo restrictivo que es… en cambio sí permite que se sirva alcohol en un lugar público a un menor de edad (sin especificar límite de edad… como si es a un bebé), siempre que sea dentro de una comida y sea servido por un padre, un responsable legal o lo que llaman un spouse, es decir, un cónyuge mayor de edad de alguien menor de edad. Flipo.

Anyway… al final tenemos que hacer un pequeño examen tipo test que está tirado y, finalmente…

…y ya puedo servir alcohol.

Después del curso, nos vamos Mims, José y yo al Prahran Market donde hoy hay el Cheese Festival. No es gran cosa mucho más allá de unos stands con queso, pero al menos hay música en directo.

Después de hacer el tour por todos los puestos, probar todo lo probable y comer algo… acabamos en el Market Cafe, atrapados por sus tartas de queso…

…especialmente las de oreo.

Pero la verdad es que ya no estoy nada acostumbrado al azúcar y cada vez me sientan peor estas cosas.

Después del café, José se va a currar y Mims y yo esperamos a Santiago, otro español que que trabaja para Orbea (la marca de bicis española) y que en su tiempo libre recoge bicis que la gente deja abandonadas en la calle y que están aún decentes, se las lleva, las repara y se las regala a la comunidad hispana de Melbourne. La verdad es que me parece algo de lo más generoso, por mucho que él diga que lo hace por su propio placer.

Hoy me trae una para mí y hemos quedado en el Mercado donde, por fin… ¡ya tengo bici!

Más tarde voy con Mims a los Op Shops (tiendas de segunda mano) de la zona para comprarme algo de abrigo, porque hace demasiado frío.

Al final encuentro algo chulo en el Sacred Heart, donde el dependiente es especialmente borde, pero los precios son especialmente baratos. Encuentro un abrigo elegantoso y con capucha por $15, pero como tiene un poco roto el forro interior de las mangas, consigo que me lo rebajen (aunque de malas maneras) a $10. Así que genial.

Finalmente me despido de Mims y me recorro unos seis 7-Eleven’s para encontrar un casco. Pero finalmente…

…ya puedo recorrer Melbourne con mi nueva bici.

Pero lo que hago es irme para casita, que llevo ya suficiente paliza. 

En casa, Mandy ha preparado una deliciosa cena de curry de pollo (a mí me ha separado una parte sólo con verduras), acompañado de coliflor y brócoli gratinados.

Domingo

El domingo hemos quedado unos cuantos españoles para pasar el día juntos. Sí, ya sé que estoy quedando demasiado con españoles, pero mi inglés fluye lo suficiente y en casa no hablo nada de español… así que me lo puedo permitir. :-p

Hemos quedado en el barrio de Fitzroy, mi favorito, el barrio hipster-bohemio-cultureta.

Decido irme en bici y… la verdad es que veo que no vivo nada cerca de esa zona. Tardo unos 45 minutos y pillo unas cuestas que ni las del Tour de Francia. Madre mía, cómo echo de menos tener moto.

Allí nos juntamos Mims, Gemma (una catalana que se ha venido a Australia por amor a un australiano), Eva (una valenciana que está trabajando de Aupair) y yo. Al final vamos al Robert Burns Hotel, una cervecería española (aunque el nombre no ayude mucho a saberlo). Nos tomamos una Estrella Damm, que la verdad es que me sabe a agua comparado con las de aquí, y nos vamos a comer al Lentil As Anything de Thornbury, que es donde estuve trabajando como voluntario la otra vez que estuve en Melbourne. Allí me encuentro con viejos amigos como Shermila o Chuck.

Y, como siempre, se come de muerte.

Algo más tarde se nos une José y después de comer nos vamos los 5 a dar un paseo hacia el sur.

…y terminamos en Edinburgh Gardens disfrutando del sol que, por fin, ha salido.

Cuando el sol empieza a estar ya muy bajo, nos despedimos y cada mochuelo a su olivo. A mí me toca hacerme media hora de bici de vuelta, pero, al menos, esta vez sólo hay una cuesta.

Cuando llego, pillo a Daniella a punto de empezar a hacer un curry para la cena. Me ofrezco a hacer el arroz, que no queda mal.

Y, antes de dormir, le saco una foto a la primera habitación terminada. Me encanta la idea de llevar el cable a la vista, como comentaba el otro día.

Y así termina mi primera semana en Melbourne, bastante llena de actividad y gente estupenda a la que he ido conociendo, españoles en su mayoría, pero es más fácil empezar a meter la cabeza con gente cercana. Y la verdad es que todos los españoles que he conocido aquí han sido gente maravillosa.

Aún sigo pendiente de encontrar algo que me dé algo de cash, pero he visto que es relativamente fácil encontrar currillos casual, así que no me agobia. 

Lo que sí quiero es ponerme las pilas con lo del concierto. Necesito encontrar algo de apoyo, así que tengo que seguir moviendo contactos. Dolores y Verónica me animaron muchísimo al decirme que les parecía un proyecto genial para esta ciudad.

Mañana me mudo a mi habitación definitiva. Por fin. La verdad es que ya necesito poder organizar mis cosas y asentarme de una forma un poco más definitiva. Ya pondré fotos.

Y no me alargo más, que necesito dormir, que mañana tenemos mucho curro que hacer en la casa.

Buenas noches.

1 Comment

  1. Jorge

    spanish mafia en Merbourne, vaya peligro tenéis Mis y tú. Irlanda también está llena de "andadores rápidos" los llaman power walkers, pero nosotros los llamamos white walkers, que también les encaja bien, pero da un poco de emoción al asunto. No dejes de publicar tus crónicas!

    Reply

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