13 diciembre 2017 – 19 enero 2018
764 días viajando…
193 días en Melbourne…
En la mañana del 13 de diciembre de 2017 llego por tercera vez a Melbourne para pasar las Navidades.
Como ya he comentado en alguna ocasión, las Navidades son fechas complicadas para los viajeros, y suele ser un poco rollo pasarlas solos. Por eso yo me vengo a Melbourne, donde sé que las pasaré con amigos, con buen tiempo (¡aquí es verano!) y pudiendo ganar algo de dinero.
Además, esta vez he tenido mucha suerte y he encontrado un Housesitting de un mes de duración, del 19 de diciembre al 19 de enero, en Coburg, uno de los suburbs de la zona norte de Melbourne.
Mis hosts, Jacob (British) y Alannah (Aussie), me han pedido que venga una semana antes para convivir con ellos, ver cómo van las cosas en la casa y hacerme con los dos perretes.
Los Perretes…
Como siempre, mi primera responsabilidad son las mascotas que tengo que cuidar. En este caso son:
Winston (2 años)…
…y Albert (1 añito).
Como se puede ver, son tremendamente activos.
Al cabo de una semana, cuando me quedo solo con ellos, mis funciones son pasearles todas las mañanas. Algo fácil, porque están muy bien enseñados.
Y por lo general siempre vamos a algún parque cercano para que jueguen a coger la pelota. En esto son muy diferentes. Albert siempre devuelve la pelota nada más traerla, pero a Winston le cuesta un mundo soltarla.
A veces vamos a Jones Park, donde pueden correr a sus anchas. También es fácil ver que Winston no corre a por la pelota si sabe que Albert va a llegar primero. En cambio Albert siempre corre como loco.
Otras veces vamos al Campbell Reserve, un parque un poco más lejano al que llegamos siguiendo el Merri Creek, un arroyo que cruza Melbourne. Siempre que vamos por ahí, los perretes no pierde la ocasión de saltar al agua. Les fascina.
Pasados los primeros días, tengo suficiente confianza con ellos como para pasearlos por la vecindad sin correa.
En Australia es normal dejar cosas delante de tu casa, cuando te quieres deshacer de ellas, para que se las lleve quien quiera. Es divertidísimo el momento de los perretes con un caballito de madera que alguien ha dejado e la calle.
Y la segunda tarea importante es darles de comer, claro. En esto también están muy bien enseñados.
Y en general los perretes y yo nos hacemos muy buena compañía… y ellos se lo pasan bomba por sí solos.
Melbourne…
En Melbourne me siento como en casa. Es la tercera vez que vivo en esta ciudad y ya me la conozco a la perfección, después de habérmela recorrido en bici tantísimas veces.En este caso estoy en Coburg, uno de los suburs de la zona norte. Quizá “muy” al norte, pero eso también le da un encanto especial. Es la zona donde hay mayor población árabe e india.
También me muevo bastante por Brunswick, que es el suburb que está justo al sur de Coburg y en mi camino hacia el centro. Y entre Coburg y Brunswick, bajando por Sydney Road, me encuentro cosas como ésta en el Bar Oussou.
O como ésta en The Internet Milk Bar.
De Melbourne me sigue encantando lo fácil que es vivir aquí. Para hacerse una idea, basta ver la importancia que se le da aquí al carril bici.
No hay más que fijarse en el tamaño que tiene. Un carril para aparcar, otro (grande para bicis) y uno o dos para coches.
Fuera del CBD (Central Business District), donde se concentran todos los grandes edificios, casi todo el resto de la ciudad son pequeños comercios…
…o pequeñas casas. Unas más hippies…
…otras… menos cuidadas.
Eso sí… mucho arte urbano.
También me encanta cómo han reconvertido muchas zonas industriales y antiguas fábricas en zonas residenciales y pequeños apartamentos.
En los parques te encuentras cosas como ésta.
Y en los días de mucho calor (hemos llegado a los 42º), hay bares justo al lado de los carriles bici que tienen detalles como éste.
Para comprar comida (en el Housesitting no está incluida la comida, así que me toca hacer la compra y cocinar… algo que prefiero, sin duda), he descubierto el Queen Victoria Market, el mercado más famoso de Melbourne.
Aunque cuando necesito cosas de supermercado (leche de soja, quinoa y similares), me voy a alguno de los grandes supers de la ciudad. De hecho, un día tengo un incidente muy curioso.
Me fui al Queen Victoria Market, donde compré zanahorias, aguacates y limones, y luego me fui al Woolworths de Coburg para comprar huevos, quinoa, leche de soja y chocolate.
Pago en la caja self-service y, como soy muy cuidadoso con el medio ambiente, no pido bolsa, sino que lo meto todo en mi mochila.
Al salir del super y cuando estoy cogiendo mi bici se me acercan un hombre y una mujer con pistola al cinto y empiezan a hacerme mil preguntas (sin identificarse como policías) sobre mi origen, dónde vivo, tipo de visa, etc… y finalmente me piden que vacíe mi mochila en plena calle. Cuando comparan mi compra con el ticket me preguntan por el origen de mis verduras. Les explico con calma que las he comprado en el mercado, no en el súper. Después de marearme durante bastante tiempo, una trabajadora del súper les dice a los polis que miren las etiquetas de mis verduras, y comprueban que mis verduras no tienen etiqueta, claro, ya que vienen del mercado. Con eso les vale. Ni una disculpa, ni una identificación…
El precio de un país muy organizado es el enorme número de reglas… y los medios para hacerlas cumplir.
Cambiando de tema, he conocido a Nicola una Aussie que trabaja nada menos que en la State Library Victoria, la biblioteca estatal, y he tenido ocasión de conocerla por dentro en un tour privado.
A quien ya conocía del año pasado a través del grupo de Españoles en Melbourne es a Conchita, que se ha convertido en una de mis mejores amigas aquí y hacemos varias quedadas gastronómicas (cada uno lleva algo de comer) en su piscina. Uno de los días llevo mi famoso humus de remolacha.
…y a la comida se apunta también Sabina, amiga de Mims, a quien ya conocí el año pasado por aquí.
Y hay que reconocer que la piscina del apartamento de Conchita es maravillosa.
Está en Southbank, un suburb que está al sur del CBD, al otro lado del Yarra River, y tiene unas vistas estupendas del Eureka Tower, el rescacielos más famoso de Melbourne.
UberEats…
Pero la mayor parte de mi tiempo lo dedico a repartir comida a domicilio con Uber Eats, con quienes llevo ya más de 500 repartos. Y la verdad es que le tengo completamente pillado el truco a las mejores zonas y horarios.
Lo primero que hice nada más llegar a Melbourne, el mismísimo día que aterricé, fue quedar con mi maravilloso amigo Santiago, que trabaja para Orbea, y que me tenía preparada una bicicleta para regalármela en cuanto llegara.
Al día siguiente me paso por las oficinas de Uber, me dan mi mochila… y empiezo a repartir!
Uno de los repartos más raros que hago es desde el McDonalds de Brunswick el día de Navidad a la hora de comer. La comida de Navidad es sagrada para los anglo-sajones, así que la idea de que alguien se esté pidiendo una hamburguesa para ese día, me parece de lo más triste… más que estar repartiendo comida a domicilio. :-p
Pero la verdad es que para mí es algo en lo que me lo paso bien, no dependo de nadie, me mantiene muy en forma… y gano dinero. ¿Qué mas se puede pedir?
Navidades…
El principal motivo para venir a Melbourne en esta época (además del veranito y el curro) es poder pasar las fiestas con amigos españoles.
Nochebuena
Para Nochebuena organizamos una BBQ en un parque vecinal de la casa de mi amigo Jose en Coburg y fue absolutamente genial.
Además, me pude llevar a los perretes, que se lo pasaron bomba con “Maybe” el perro de Emily, la novia de Jose.
Fue una noche muy especial llena de amigos y gente nueva. Allí estaban Conchita, Sara, Iggy… y Jose, claro, que puedo decir que es sin duda mi mejor amigo y apoyo en esta ciudad.
Y terminamos el día haciéndonos la foto oficial.
Día de Navidad
El Día de Navidad, como comentaba, lo pasé repartiendo comida. Pero era fácil recordar que estábamos en Navidad, a pesar del calor. Por ejemplo, al pasar por el Centro Comercial Barkly Square.
Nochevieja
Para Nochevieja nos pusimos de acuerdo Jose, su novia Emily (Aussie), Conchita, su amigo Bruno (peruano) y yo para pillarnos una casa por AirBnB en Bass, muy cerca de Phillip Island, por dos noches, del 30/12 al 1/01.
Jose, que fue encargado del Chato Tapas y del Robert Burns Hotel y, por lo tanto, está muy metido en el tema, es el encargado de organizar los menús y repartir tareas. A mí me toca preparar mi famoso humus de remolacha…
…y una salsa romesco, que me queda de miedo.
Salimos el 30 de diciembre bastante temprano para hacer algo de turismo por la famosa Mornington Peninsula. La primera parada es en las destilerías de Red Ridge…
…pero no podemos quedarnos a tomar nada, porque no admiten perros. Así que nos vamos al Portsea Pier Café a tomarnos unas cerves y unas pizzas.
Y después hacemos una rápida visita a unos amigos de Conchita que viven muy cerca de allí.
Por la tarde ponemos rumbo a nuestro destino definitivo y éste es el momento de la llegada a la casa.
No está nada mal, ¿verdad?
Pasamos la tarde instalándonos, paseando a los perretes (Winston tiene la genial idea de revolcarse en una caca de vaca), duchando a Winston, jugando al Jenga…
…y, finalmente, preparando la cena de pre-nochevieja, con un espectacular salmorejo de Conchita.
A la mañana siguiente, último día del año, Jose nos prepara un desayuno de lujo, bajo la atenta mirada de Albert y Winston.
Y cuando digo desayuno de lujo… me quedo corto.
El día lo dedicamos a hacer turismo por la zona. Hacemos una primera parada en San Remo, el último lugar justo antes de entrar en Phillip Island, donde tomamos un café…
…y donde vemos la atracción turística, que consiste en ver cómo le dan de comer a los pelícanos. Al fondo se ve el puente que conecta Australia con Phillip Island.
Finalmente atravesamos el puente y entramos en la famosa Phillip Island. Vamos concrétamente a su extremo más occidental, donde está el Nobbies Centre, y el camino que sigue la costa. La putada es que no admiten perros, por lo que Jose, que ya ha estado aquí anteriormente, insiste (muy amablemente) en quedarse con ellos mientras el resto hacemos la visita.
Es el típico track australiano superbien preparado para familias (muy concurrido) y para proteger el entorno.
Como todo Phillip Island es reserva natural y están prohibidos los perros, para comer nos vamos a un parque de San Remo.
Para la ocasión Bruno nos ha preparado la especialidad de su país, el ceviche peruano.
Después de comer volvemos a la casa de AirBnB y nos pasamos la tarde en la piscina. Algo que disfrutan especialmente los perretes y muy especialmente Albert.
A Winston le cuesta un mundo atreverse a saltar al agua, pero al final lo hace.
Y, tras varios intentos, nos hacemos la “foto oficial de Nochevieja”, en la que salimos descojonándonos, porque Albert salta al agua justo en el momento del disparo.
La verdad es que no se pueden quejar ninguno de los dos, ni Albert…
…ni Winston.
Y también damos buena cuenta del futbolín de la casa, claro.
En cuanto empieza a anochecer, vamos preparando la cena de Nochevieja, consistente en una BBQ (liderada por Jose) de verduras y gambas a la parrilla con mi salsa romesco.
Y nos queda una cena espectacular. Otra cosa no, pero qué bien estamos comiendo.
También tenemos uvas, pero no tenemos campanadas, ya que vamos 10 horas por delante de España, así que, a nuestra medianoche, usamos el vídeo de las campanadas de 2016.
A la mañana siguiente volvemos a tener desayuno de lujo…
…y bañito en la piscina de despedida.
Y nos volvemos para Melbourne, con una parada por el camino para que los perretes puedan descansar de tanto coche.
El Día de Reyes (bueno, el día 7 de enero, que es domingo), voy con mi amiga Sandra a la Fiesta de Reyes que organizan un grupo de Españoles de aquí para que sus hijos puedan seguir disfrutando de esta tradición.
En esta ocasión lo han hecho en St. Kilda…
…en una de las salas del St. Kilda RSL.
Y así van pasando los días hasta el 19 de enero, cuando se cumple el mes de Housesitting y voy al aeropuerto a recoger a Jacob y Alannah. Jacob le prepara una sorpresa a los perretes escondiéndose bajo una manta.
Poco después me despido de Jacob, Alannah, Albert y Winston y me voy a casa de mi amiga Becky a pasar la noche. Al día siguiente tengo un nuevo housesitting. Pero eso ya en otro post.
Cuentas…
Veamos las cuentas del último mes del año. Separo en las cuentas los gastos del Roadtrip Broome-Perth del resto de gastos, por ser unos gastos “extras”.
- COMIDA:
- Comer fuera: 84,53€ 84,53€
- Comprar comida: 122,46€ 255,86€ 378,32€
- Cafés: 14,39€ 38,02€ 52,41€
- Bebidas: 5,37€ 105,36€ 110,73€
- SUBTOTAL: 142,22€ 483,77€ 625,99€
- TRANSPORTE:
- Bus: 5,05€ 5,05€
- Taxi: 20,94€ 20,94€
- Avión: 142,49€ 142,49€
- Tren: 6,01€ 6,01€
- Bono Transporte: 6,51€ 6,51€
- Taller Bici: 97,62€ 97,62€
- Accesorios Bici: 27,82€ 27,82€
- Gasolina: 286,35€ 13,05€ 299,40€
- Bidón Gasofa: 16,24€ 16,24€
- SUBTOTAL: 302,59€ 335,73€ 622,08€
- ALOJAMIENTO:
- Camping: 12,79€ 12,79€
- Colada: 4,48€ 4,48€
- WC: 3,20€ 3,20€
- SUBTOTAL: 20,47€ 20,47€
- OTROS:
- Ropa: 45,40€ 45,40€
- Regalos: 30,65€ 30,65€
- Postales: 10,11€ 10,11€
- Medicinas: 11,80€ 11,80€
- Estropajo: 2,05€ 2,05€
- Entradas: 7,68€ 7,68€
- Accesorios móvil: 16,00€ 16,00€
- Conexión Internet: 3,17€ 3,17€
- SUBTOTAL: 28,90€ 105,30€ 134,20€
- TOTAL: 494,18€ 908,56€ 1.402,74€
- UberEats: 614,91€
- Propinas: 3,25€
- TOTAL: 618,17€
- TOTAL: 784,56€
Este mes ha sido de muchos gastos por el roadtrip, pero lo bueno es que he tenido bastantes ingresos gracias al Uber Eats, así que el balance no es terrible.
De esta manera mis saldos mensuales quedan, pues, tal que así:
- DIC’15: 345€ (Media: 345€)
- ENE’16: 393-19 = 374€ (Media: 360€)
- FEB’16: 387€ (Media: 369€)
- MAR’16: 468-290 = 178€ (Media: 321€)
- ABR’16: 301-39 = 262€ (Media: 309€)
- MAY’16: 880€ (Media: 404€)
- JUN’16: 925-12 = 913€ (Media: 477€)
- JUL’16: 765-30 = 735€ (Media: 509€)
- AGO’16: 602-507 = 95€ (Media: 463€)
- SEP’16: 864-641 = 223€ (Media: 439€)
- OCT’16: 1.090€ (Media: 498€)
- NOV’16: 706-753 = -47€ (Media: 453€)
- DIC’16: 1178-1057= 121€ (Media: 427€)
- ENE’17: 760-1529 = -769€ (Media: 342€)
- FEB’17: 768-276 = 492€ (Media: 352€)
- MAR’17: 1052-106 = 946€ (Media: 389€)
- ABR’17: 818-67 = 751€ (Media: 410€)
- MAY’17: 1.326€ (Media: 461€)
- JUN’17: 328€ (Media: 454€)
- JUL’17: 468€ (Media: 455€)
- AGO’17: 986€ (Media: 480€)
- SEP’17: 658-677 = -19€ (Media: 458€)
- OCT’17: 780-408 = 372€ (Media: 454€)
- NOV’17: 1.373€ (Media: 492€)
- DIC’17: 1402-618 = 784€ (Media: 504€)
- TOTAL: 12.594€
- MEDIA MENSUAL: 503€
Por primera vez mi media mensual supera los 500€. Está claro que tanto roadtrip pasa factura… nunca mejor dicho. :-pPero el mes que viene se notará mucho que voy a trabajar todo el mes completo.
Conclusiones…
El 17 de diciembre, durante mi estancia en Melbourne, cumplí 2 años desde que dejé Madrid… cumplí 2 años viajando.
Y los he resumido en un post del blog. Espero que sirva de ayuda y empuje a todos aquellos que han pensado alguna vez en hacer algo así y no se han atrevido. Espero que sirva para que quede claro que ni la edad ni el dinero son excusas para no hacerlo si de verdad se desea.
Por lo demás, Melbourne para mí sigue siendo mi segundo hogar, mi zona de confort, el sitio donde puedo descansar, recargar pilas (y bolsillos) y lanzarme de nuevo a la aventura.
De hecho hoy pensaba que, después de Madrid y Barcelona, probablemente ésta es la tercera ciudad que mejor conozco en el mundo. Me la he recorrido en bicicleta por todos sus rincones y suburbs. Y tiene un encanto del que no me canso.
Planes…
Después de este housesitting de un mes en Coburg, tengo otro de una semana en Thornbury (no os perdáis el próximo capítulo).¿Y después?
Pues nada concreto, hasta el 20 de febrero, día que vuelo… a Nepal!!
Así es… después de darle muchas vueltas a cuál sería mi próximo destino, me he decidido y me he comprado un billete a Nepal para pasar allí 2-3 meses sin demasiados planes. A ver qué me encuentro.
¿Y después?
Pues creo que me voy para España para visitar mi tierra y a mi gente…
…les echo tanto de menos.
Pero es una visita, ¿eh?…
…aún no me cansé de viajar.
Nunca te habia escrito por aqui pero que bien relatado todo y que fotos y videos mas interesantes!! me encanta el de los perretes con el caballito… jajaja