4 – 10 julio 2016
201-207 días viajando…
27 días en Rarotonga…
Natalie, Gala y Kupe
¡Por fin tengo mi teléfono! Después de más mes y medio sin él, el lunes me ha llegado. Ya se me había olvidado cómo usarlo. Y con él me han llegado unos mensajes de Natalie y sus hijos, que son para emocionarse.
Sin duda pasaré unos días en su casa cuando coja el vuelo de vuelta a Nueva Zelanda. Algo que sigo sin tener muy claro si será en una semana o en dos meses o…
Richie, Rebekah y Star
Y el teléfono me lo han traído mis ángeles particulares. No sólo por el hecho de que me lo hayan traído, sino porque la familia que lo trae resultan ser de las personas más maravillosas que he conocido y que, prácticamente, me han adoptado.
El grupo lo forman el matrimonio Richie y Rebekah, con sus hijas Fraya y Arianne, y Star con su hija Grace.
La conexión es de lo más curiosa, porque cuando Andy (la persona que me recogió en autostop cuando salí del Vipassana y me llevó a casa de Natalie), puso en contacto a Natalie con esta familia, resultó que ya se conocían, porque Rebekah y Nat estaban yendo a la misma clase de yoga, y sus hijos iban al mismo colegio.
quedo con ellos el lunes a mediodía para que me den el teléfono y me dicen de quedar más tarde para tomar algo. Les hablo de Rio’s, el garito al que voy los lunes, y aceptan encantados. Me dicen de pasarme antes a cenar por la casa que han alquilado, y acepto encantado.
Así que el lunes ceno con ellos en su casa…
…y luego nos vamos Richie, Star y yo a Rio’s.
Y desde ese momento nos hacemos inseparables. Quedamos casi todos los días y la verdad es que tienen unos detallazos increíbles conmigo. Richie fue viajero en su momento y sabe lo complicado que es económicamente, y casi nunca me deja pagar. Y hago especialmente buenas migas con Star, que resulta ser una pintora maorí muy famosa en Nueva Zelanda.
El Jueves me los llevo al Castaway a ver atardecer…
El viernes nos vamos a la playa de Muri…
y, desde ahí, cruzamos a uno de los islotes que hay frente a la playa.
Por la noche nos vamos al Boogies a ver tocar a mi banda favorita.
El sábado nos encontramos por el mercado y el domingo me invitan a la iglesia a la que es asiduo el primo de Star.
Y resulta ser toda una experiencia. No tengo muy clara cuál de las muchas iglesias cristianas (existe incluso la CICC, Cook Island Christian Church) que hay en la isla es ésta.
La cosa empieza con media hora de música entre folk y rock cristiano, con una muy bien calculada dosis de marcha (y letras ad-hoc) para enfervorizar a los asistentes.
Hasta ahí, todo bien. Pero después sube al “escenario” un tipo cachas y rubio con bermudas y camisa isleña (desde luego no es local) que empieza con el primer discurso sobre la importancia de “dar”, justo antes de pasar el cesto. Me parece tan descarado lo de pedir dinero en las iglesias. Es tan evidente que me sorprende lo poco que sorprende.
Y después ya viene el pastor que se arranca con un speech al más puro estilo telepredicador americano durante más de una hora sin parar el tío.
Y cuando ya pensaba que lo había visto todo, hacia el final, piden a todo el mundo que vayan al escenario (yo no voy, claro… ni de coña) y se ponen a hacer el típico numerito de tocar la frente de los feligreses que caen desmayados hacia atrás, en pleno éxtasis cristiano.
Es todo muy curioso, porque al final es todo lo mismo. Un “show” cristiano, un concierto de Madonna, un baile en una discoteca… al final todos buscamos esos momentos de éxtasis en los que sólo sentimos y dejamos de pensar. El problema es cuando eso se utiliza para manipular a la gente.
Aunque supongo que todo es manipulación, en mayor o menor medida.
Después del show, nos vamos a casa de la familia a comer. Yo llevo mi aportación. Es fácil adivinar cuál es.
Y después… los postres.
Más tarde nos vamos a dar una vuelta en moto por la isla, utilizando lo que llaman the back road, es decir la carretera que transcurre paralela a la principal, pero que va más por el interior. Es evidente que la Main Road es la turística, y la Back Road es donde está la gente local.
Y volvemos a terminar en Castaway viendo la puesta del sol con una cerveza.
La verdad que aparición de Richie, Rebekah y Star ha sido providencial y ha hecho que todo aquí sea más fácil y divertido. Sólo estan 10 días, por lo que se irán muy pronto, pero espero visitarlos cuando vuelva a Nueva Zelanda.
Castaway
Como ya comenté, dentro de mi búsqueda de woofing en Rarotonga, vuelvo a entrar en HelpX y me llevo la sorpresa de encontrarme un perfil de Castaway Resort pidiendo woofers para trabajar ahí. Contacto con Lucile, que es la que lo escribe, pero me dice que ya todos los puestos están cubiertos con gente local, pero me anima a contactar con Susana, una española que lleva años viviendo aquí y de la que ya me había hablado Carlos. Lucile me dice que Susana a veces coge woofers.
El Castaway se me sigue resistiendo, pero algo me dice que al final algo va a salir por ahí.
Susana
Contacto con Susana y el miércoles voy a verla. Resulta ser una mujer encantadora, casada con Roberto, un hombre local también encantador que habla un perfecto español, porque estuvio estudiando 3 años en Barcelona, y con un niño de 10 años, bobby, que también habla español.
Susana lleva más de 10 años en la isla. Junto con Robert montaron el Kaireva Beach House.
Una casa basada en la autosostenibilidad y lo “eco” y cuya parte de arriba alquilan, mientras ellos viven en la parte de abajo.
Susana dice que quiere ayudarme porque sabe lo difícil que es subsistir en esta isla. Pero que, aunque le vendría muy bien mi ayuda, no tiene dónde alojarme. Pero viendo que estoy alojado bastante barato en el hostel, me ofrece pagarme algo de dinero para mi alojamiento y comida, y darme una comida al día, a cambio de mi trabajo. Me parece la solución perfecta y quedamos para empezar al día siguiente.
No me lo puedo creer. Parece que al final lo he conseguido.
Pero… no. Al día siguiente (jueves), cuando voy, Susana me dice que lo ha hablado con algunos amigos suyos y le han dicho que es demasiado arriesgado darme trabajo pagado sin visa y que siendo extranjera se puede meter en un lío, por lo que al final se me cae mi mejor opción.
Hinano
Susana me anima a que hable con Hinano, la dueña de los Maire Nui Gardens, los jardines que contienen la cafetería The Hidden Spirit, así que a la vuelta, ese mismo día (jueves) me paso por ahí y consigo hablar con ella. Efectivamente, como me habían dicho, es una mujer enérgica pero encantadora. Se muestra muy favorable a ayudarme, ya que necesita un trabajador físico para ayudar a los dos trabajadores que tiene ahora para el jardín y que no dan abasto. Me ofrece el mismo pacto que Susana: Trabajo por algo de dinero y una comida al día. Me dice que lo tiene que hablar con su marido para concretar la cifra que me puede pagar, y que me llamará más tarde.
Al día siguiente (viernes) me llama para decirme que su marido, John, que está en Australia, le ha dicho que no haga nada hasta que él vuelva, cosa que será entre 1 y 3 semanas. En realidad es una forma de decirme que no. Así que otra opción que se me cae.
AirBnB
A todo esto, al principio de la semana, se me ocurre lo que se convierte en una gran idea. Se me ocurre buscar todos los AirBnB de la isla (me salen como 160) y empezar a mandarles mensajes a todos ofreciéndome a ayudar, ya sea en limpieza, check-in, gestión de la reserva, etc…
Curiosamente la respuesta es bastante masiva y algunos se muestra muy interesados.
De esta forma contacto con…
Shalom
Que resulta ser de las personas más encantadoras que he conocido en esta isla. Todo amor. Voy a verla y se pensaba que lo que quería era alquilar una de las units. Y la verdad es que me la ofrece a muy buen precio, y es una pasada, aunque está muy necesitada de reforma (quieren convertirla de alquiler a largo plazo a alquiler vacacional, y por eso está pendiente de reforma). Le ofrezco la posibilidad de que me la dejen gratis a cambio de ayudar en la reforma y otras tareas de mantenimiento. Shalom me dice que tengo que hablar con el dueño…
Joss
…y el dueño resulta ser Joss, el dueño de The Waffle Shack, la cafetería a la que voy todas las mañanas y donde Joss ya siempre me llama por mi nombre. Voy allí y hablo con él para hacerle la propuesta. Pero me dice que ahora mismo no tienen dinero para los materiales, por lo que no es posible. Una pena.
Tyronne
Pero otra de las personas que me contesta resulta ser Tyronne, un hombre local que tiene una pequeña casa cerca del hostel y que me manda mensajes mostrándose encantado de ayudarme, así que voy a verle.
Me dice que ahora mismo no tiene alojamiento, pero que me puede ofrecer pequeños trabajos. Me pregunta cuánto le cobraría por cortarle todo el césped. La verdad es que la parcela es enorme, pero calculo que yendo a buen ritmo podria hacerlo en dos horas y, en cualquier caso, prefiero tirar por lo bajo en lo primero que me ofrece para que vea mi interés y buen hacer, así que le digo que $30. Y me contesta rápidamente que trato hecho (tan rápidamente que creo que me he quedado cortísimo, pero bueno). Así que quedamos el lunes a primera hora para hacer mi primer trabajo en la isla… ¡por fin!
Y lo mejor es que me dice que me puede conseguir más cosas. Parece un tipo raro, pero Maxie se alojó con él y me dice que aunque sí, que es un poco raro, es una persona encantadora. Veremos a ver qué tal.
Carian
El Martes quedé con Carian, una viajera holandesa que está de paso por Cook Islands. Y es lo que tiene la web de Couchsurfing, que se chiva de qué viajeros están por donde tú estás para que puedas quedar. Así que aprovechamos la ocasión para probar mi primera Matutu, la cerveza local.
Carlos
El sábado me encuentro con Carlos, mi amigo español, en el mercado. Me invita a un café…
…y me comenta que su equipo de rugby hace, de vez en cuando, tareas para la comunidad, y que hoy van a hacer unos trabajos de mejora del parque infantil. Y me invita a unirme un poco para echar una mano y un poco para que me vean currar. Así que, bajo un sol de muerte, nos ponemos a currar.
Por un lado la idea es hacer un cajón de arena bajo los columpios.
(visto así parece que todo lo hace Carlos, pero cuando no saco fotos yo estoy ayudando!)
Y por otro lado ayudo a reparar parte de otro columpio al que el óxido estaba dejando en las últimas.
La experiencia ha sido dura, pero divertida. No sé si saldrá algo de esto, pero no paro de conocer gente y hacer cosas… y de eso se trata.
Por otra parte Carlos, que se sigue portando maravillosamente, me ha dicho que en último caso siempre tengo su casa.
International Backpackers
Aunque para mí el ideal sería conseguir una alojamiento chulo y gratis a cambio de trabajo, no me puedo quejar del Hostel, donde sigo teniendo una habitación sólo para mi por $12/noche (unos 8€), donde me puedo cocinar lo que me gusta…
…donde me echo unas risas con el hijo de la familia que cuida el lugar…
…y dónde no paro de conocer gente que viene y va. Con alguna celebración de cumpleaños incluida.
¿Y entonces?
Buena pregunta. Aún sigo sin tener nada concreto, pero con la sensación de que está a punto de salir algo. Así que voy a darme una semana más, hasta el finde que viene, para ver si me quedo o no hasta finales de Agosto.
Mi sensación sigue siendo que sí, que estaré aquí hasta entonces, pero tampoco quiero empeñarme en un imposible. He gastado demasiado dinero aquí, y me gustaría recuperarlo, pero si no puede ser aquí, pues ya lo recuperaré en otro sitio.
Pero aunque sigo teniendo mis días tontos, en general me siento muy bien aquí, conociendo gente maravillosa, disfrutando del buen tiempo (cuando lo hace, porque no deja de ser invierno), enfrentándome a ese gran reto que es sobrevivir casi sin dinero en un sitio así, teniendo que inventarte 1001 recursos…
Y aunque echo de menos España, Madrid y (sobre todo) a mi gente, y aunque, cuando me dan las bajonas, me tienta la idea de volver… sigo disfrutando al máximo de este viaje, de lo que implica, del reto diario, de las emociones diferentes cada día, del no saber qué es lo siguiente, de toda la gente nueva y maravillosa que se cruza en mi camino…
Pero sobre todo sigo disfrutando de este aprender todos los días cosas nuevas…
…especialmente de ḿí mismo.
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