12-14 septiembre 2016
272 días viajando…
40 días en Brisbane…
Y comienza mi última semana en Brisbane con la vuelta al curro, pero esta vez acompañado. Marta se ha apuntado a las labores de limpieza forestal.
El Lunes lo dedicamos al camino de acceso a la casa. Yo me dedico a quitar la lantana que aún queda y Marta se pone a cortar los troncos. Y aunque no lo parezca, es la primera vez que usa una sierra mecánica. Tanto la eléctrica…
…como la de gasolina.
En 4 horas dejamos el camino completamente despejado, con varias pilas de troncos y ramas…
También dejamos el cobertizo ordenado (eso lo ha hecho Marta, porque a mí me daba una pereza increíble).
Y guardamos debajo de la casa todos los materiales de construcción sobrantes que habían quedado por medio.
La verdad es que, aunque ha sido una paliza tremenda, nos ha cundido muchísimo en sólo 4 horas. Y, desde luego, es mucho más entretenido trabajar acompañado (muy bien acompañado en este caso). Incluso la sensación es que es menos cansado. Y es que el cansancio, como tantas otras cosas, tiene mucho de psicológico.
Por la tarde llevo a Marta a su casa en New Farm y aprovecho para darme una vuelta por ahí.
Voy bajando por Brunswick St, que es una de las calles más chulas de Brisbane. Hasta tiene un café con un bonito nombre.
En la calle se alternan comercios y casas de todo tipo, aunque la arquitectura, en general es muy Queenslander.
La calle termina en el New Farm Park, que es una pequeña maravilla.
Y llega justo hasta orillas del Brisbane River.
El Martes vuelta al curro. Hoy lo dedicamos por completo a la parte de atrás de la casa, que es una auténtica muralla de lantana. Voy con la idea de abrir lo que podamos.
Pero al cabo de 4 horas de pelear con las ramas de lantana, arrancándolas a mano, acabando llenos de arañazos en los brazos, y cortando los troncos de los árboles caídos… nos llevamos una sorpresa de que detrás de esa muralla de lantana, hay un camino que dejamos abierto. El cambio es brutal.
Nye va a flipar cuando lo vea.
Por la tarde vuelvo a darme una vuelta rápida por New Farm…
…porque después me tengo que volver rápido a dar de comer a mis bestezuelas, porque después hemos quedado en casa de Marta y Elli con algunos españoles más para hacer una cena de despedida, especialmente por Eli que se va mañana, pero también por mí, que me voy pasado.
Cuando llego a Brisbane para la cena, tengo que parar el coche para hacer esta foto, que no puedo dejar pasar, por muy típica que sea.
Y ya en la casa nos juntamos hasta 10 personas. Dita, la dueña, otras dos huéspedes de la casa (una brasileña y la otra… creo que también) y 7 españoles. Es una pena que Tomás no haya podido venir.
La cena es cortesía y preparación de Dita. Una lasaña vegetariana y sin gluten especialmente para Eli.
A pesar de que somos mayoría de españoles, hablamos en inglés siempre que hay algún no español en la mesa. Pero en cuanto se levanta, cambiamos al español, no podemos evitarlo. Y es que resulta extraño hablar en inglés entre españoles.
Es una pena tener que marcharme justo cuando estoy conociendo gente tan maravillosa aquí. Pero es lo que tiene ser viajero. Todo es efímero, pero todo queda en el corazón.
El miércoles me tomo la mañana con calma y con un desayuno de los de antes, de arroz con zanahoria, frutos secos y huevo.
Último día de curro. Hoy Marta no viene, porque le ha salido otro curro de camarera y, aunque lo ha podido compatibilizar hasta ahora, es demasiada paliza.
Mi primera tarea es intentar cortar ese par de troncos que hay a la entrada…
…pero al poco tiempo me tengo que rendir a la evidencia. No sé por qué, pero son como piedras y no hay forma de cortarlos, con ninguna de las sierras (a riesgo de romperlas) ni con el hacha. Así que me rindo con ellos y me pongo a despejar el terreno donde irá la nueva casa.
A las 3 horas decido parar. No sé si es cansancio psicológico por no estar hoy acompañado o que estoy real y físicamente destrozado, pero a las 3 horas no puedo con mi bodi (le llaman bodi, sí… :-p). No he podido despejarlo todo, pero he avanzado bastante, aunque no sé si se aprecia en las fotos.
Con estoy doy por terminado mi curro para Nye. Así que aprovecho para darle un último paseo a los perretes…
…e ir despidiéndome. Me va a dar mucha pena separarme de ellos.
También dedico la tarde a empezar a limpiar un poco la casa y empezar a preparar mis cosas para mañana.
He recibido un mensaje de Grace, mi nueva host en Innisfail, diciéndome que ha surgido una oportunidad de curro allí como conductor de una furgo de reparto. Me parece perfecto, mucho más descansado que todo lo que he hecho aquí. El viernes tengo que pasarme por la empresa para concretar.
Tengo más que demostrado que cuando la actitud es buena y la energía es positiva, las cosas van bien de una manera sorprendente. Incluso el universo me concede lo que pido con una facilidad asombrosa.
En cambio cuando, de vez en cuando, me tuerzo y empiezo a ponerme negativo, a quejarme y a pensar que todo va mal, en ese momento es cuando todo va mal.
Y es que… creamos nuestra propia realidad. Lo olvidamos con frecuencia, pero es así. Creo bastante en el Biocentrismo que dice que es la vida la que crea el universo y no el universo el que crea la vida.
Dicho así suena raro, pero si se le da una vuelta, tiene más sentido del que parece.
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