6 – 10 julio 2022
2.397 días viajando…
5 días de Roadtrip por Italia…
Giada y Adele viajan a Copenhague (Dinamarca) donde pasarán 10 días de vacaciones juntas. !0 días que yo aprovecho, tomando prestado el coche que tan amablemente me deja Giada, para hacerme un pequeño Roadtrip por Europa, pasando por 3 países, Italia, Austria y Alemania. Lo contaré dedicando un capítulo a cada país.
He cargado el coche con una caja llena de comida y otra con utensilios para cocinar, un bidónde 20 litros para el agua, además de ropa, ropa de cama, etc. Ventajas de ir en coche, que se puede cargar más que la moto. Además, como el colchón inflable que llevo va en el asiento de atrás, me deja todo el maletero libre. Pero vayamos día a día..
Día 1 (6 jul): Carrara – Bérgamo – Lago di Cavedine (Italia): 440 kms.
Nos ponemos en camino a medianoche, ya que el vuelo sale muy temprano por la mañana desde el Aeropuerto de Bérgamo. Me he tomado un café a las 22h y parece que funciona. Puedo conducir sin nada de sueño. Cuando llevamos 2 horas de ruta, hacemos una parada para café y Giada toma las riendas para la última hora de viaje. Llegamos al aeropuerto sobre las 3:30. Facturación y despedida. ¡Nos vemos aquí mismo dentro de 10 días!
Empieza mi roadtrip en solitario. Voy directamente al Area de Servizio Camper de Seriate (un simple parking dentro de la ciudad), que está al ladito del aeropuerto para intentar dormir un poco. Entre la espera del aeropuerto, llegar hasta aquí, inflar el colchón y prepararlo todo, me tumbo finalmente (sudando como un pollo) a las 5:35, cuando ya ha amanecido.
Me cuesta dormir, no es fácil encontrar la postura, ya que soy más largo que el ancho del coche. Y cuando empiezo a dormirme, me comen los mosquitos. Me rindo.
Espero que abran el súper de al lado a las 7:30 para comprar huevos y chocolate (mis básicos) y me pongo en camino, aunque me noto cansado y algo desconcentrado. Voy en dirección al Lago di Garda, el primer sitio que quiero visitar.
Me paro en un parking cercano al Santuario Di Montecastello, en el Lago di Garda, donde me hago un megadesayuno para ponerme a tono.
Desde allí me hago una excursión estupenda por un sendero que sube hasta un mirador con vistas al Santuario di Montecastello.
Sigo el sendero que va paralelo al lago hasta la Croce di Montecastello.
Y llego hasta un mirador con impresionantes vistas del Lago di Garza.
Foto de un espontáneo
De vuelta al coche, me como la sandía que me había traído y me echo una minisiesta para terminar de recuperarme.
No sé muy bien a dónde ir. Voy en dirección a Trento mientras pienso, pero finalmente me paro en una cafetería (Il Calice) con buena wifi para planificar. Decido ir al Lago de Cavedine como final de la etapa de hoy, ya que parece que hay un buen sitio donde pasar la noche.
Cuando llego, encuentro un sitio muy chulo con una bonita señal de prohibido aparcar de 22h a 8h, pero no creo que venga nadie por aquí.
El lugar es una pasada y aprovecho para darme un buen baño, que ya toca. El agua está helada, así entro lo justo para lavarme mínimamente.
Me quedo un rato al sol para recuperar mi temperatura corporal de la congelación y luego me doy un paseo hacia el sur a lo largo del lago hasta el Lido Paradise.
A la vuelta me hago la cena: Una ensalada con lo que queda de la lechuga y un bote de garbanzos, que me como en la estupenda zona de picnic que tengo justo al lado.
Después organizo bien la cama y la ropa. Aunque es aún de día, me echo a descansar, que estoy muerto. Al rato llegan unos moteros (3 motos, 5 personas) y se ponen a instalar sus tiendas justo cuando empieza a llover. Las instalan al lado de la mesa de picnic. Cachis, me han quitado el sitio para el desayuno de mañana.
Estoy muerto. Aún así, tardo en dormirme, pero cuando me duermo, ¡de tirón!
Día 2 (7 jul): Lago di Cavedine – Passo de San Pellegrino (Italia): 145 kms.
Me despierto pronto, pero intento seguir durmiendo hasta las 7 y poco. Me hago una sesión de yoga con unas vistas increíbles.
Los moteros están desayunando en la única mesa libre de este aparcamiento, así que muevo mi coche hasta el siguiente aparcamiento que tiene mesa libre. Desayuno de huevos y café.
Antes de salir, me doy un baño rápido en el río congelado para ir limpio y presentable. Parada en la Chiesa de Santa Maria de Pergolese para llenar el bidón de agua en la fuente. Voy hacia Bolzano para llenar Metano en el único distribuidor con un precio razonable (1,6€). Aprovecho para ir al WC y decidir hacia dónde ir. Veo que hay un aparcamiento muy chulo en el Passo de San Pellegrino, por la zona de los Dolomitas, que es justo hacia donde quería ir.
Paso por el Lago di Carezza, pero es imposible parar sin pagar. Al menos lo veo desde la carretera. Muy chulo, pero lo han convertido en una atracción turística masificada y de pago. Una pena.
Pequeña parada para foto y estirar las piernas.
Empiezo a acercarme a la cordillera de Dolomitas. Las vistas son impresionantes.
Parada en Soraga di Fassa para unas fotos. Estamos en el famoso Valle di Fassa, muy cerca de Los Dolomitas, y el lugar es espectacular.
Aprovecho la parada para comprar algo de comida y continúo de tirón hasta el Passo del Pellegrino, donde llego a la hora de comer. Voy un poco más allá, hasta el aparcamiento que hay al inicio del sendero que va a la Cascata di San Pellegrino. Hace un frío que pela. Y es que estamos a 1.770m. A ver qué tal la noche. Me empiezo a cocinar un arroz con lentejas rojas en una de las mesas de picnic…
…cuando, de repente, empieza a llover a lo loco. Recojo rápido, lo termino de cocinar protegido bajo la puerta del maletero y me lo como dentro del coche. Así es la vida del roadtripper.
Cuando para de llover, me doy un paseo hasta la Cascata di San Pellegrino, que está muy cerca. Sólo tengo que seguir el río. Las vistas de las montañas al atardecer son de dejarte sin respiración.
No es tremendamente espectacular, pero es una gozada estar aquí completamente solo. Bueno, no tan solo. A la vuelta, tengo un encuentro inesperado.
Cuando llego al coche, se pone a llover de nuevo. Visto lo visto, decido irme con el coche al Passo de San Pellegrino…
…a la cafetería Chalet Isabella de San Pellegrino para cargar el móvil y ponerme un rato con el portátil…
…y donde me cobran 8€ por un café americano y un strudel. Madre mía.
Salgo de la cafetería y… es increíble la maravilla que me rodea.
Vuelvo al aparcamiento justo con la puesta del sol.
Para cenar me hago una ensalada y una tortilla de queso. Hace un frío del copón. Me preparo para dormir bien abrigado.
Día 3 (8 jul): Passo de San Pellegrino – San Martino in Badia – Rio Gadera (Italia): 87 kms.
Pues al final no he tenido mucho frío dentro del coche, aunque fuera soplaba un viento terrible. Me tuve que levantar dos veces a hacer pis y casi se me cae a cachos del frío que hacía fuera.
He tenido muchos sueños. Todos sobre mi familia. La marca que nos deja la familia es imborrable… para bien y para mal.
Me despierto a las 7. He dormido más de 9 horas. Quiero hacer yoga, pero sigue haciendo un viento y un frío horribles, así que me vuelvo a la “cama” hasta que llegue el sol al coche. Cuando por fin llega, poco antes de las 8, sigue haciendo demasiado frío (y pereza) para el yoga, así que paso por hoy. Me hago el desayuno tiritando. Me siento embotado, torpe de cabeza y movimientos. Recojo rápido y me preparo para hacerme una excursión, a ver si me despierto. Cómo estoy embotado, no me preparo demasiado bien. No me llevo comida (sólo algo de fruta), ni demasiado abrigo (y hace frío), ni los bastones de trekking que tiene Giada en el coche. Fatal.
09:00 – Salgo a las 9 en punto en dirección a los Dolomitas, siguiendo el sendero que va a la cascada y sin tener muy claro a dónde voy. Solo sé que voy… hacia allá!
09:16 – Una vez pasada la cascada, decido ir en dirección a la pequeña localidad de Fuciade, siguiendo por un camino ancho, el Camino a Fuciade. Según voy avanzando, las vistas de las montañas son más y más espectaculares.
09:30 – En sólo 1/2 hora llego a una minúscula localidad (4 casas) llamada ColCodé, perteneciente al comune di Soraga. Ya estoy a 1.950 m.
09:50 – Desde aquí tengo la opción de ir hacia el norte, pero eso ya son palabras mayores, porque sería subir a los picos que se ven en frente. Veamos las opciones…
Finalmente me decido por ir hacia la Forca Rossa, siguiendo un camino que va primero hacia el sureste y luego hacia el noreste, y que parece bastante más razonable.
09:56 – Voy dejando atrás Fuciade.
Tomo el desvío del camino que lleva directamente hacia el este y a las 10:25 llego al cruce donde tengo que decidir ya si voy a la Forca Rossa o voy volviendo a través de un bosquecillo. Decido seguir pasando con cierto acojone entre una manada grande de caballos.
10:44 – Sigo por el camino que va directo a la Forca Rossa, que ya se ve claramente delante de mí.
11:11 – Y finalmente consigo llegar al collado de la Forca Rossa. Qué lugar tan increíble. Y estoy (casi) solo.
Voy hasta el mirador donde me hago la sesión de fotos, claro. Con vistas al oeste…
…y al este.
Me tentaba seguir subiendo a alguno de los picos de por aquí, pero me noto un poco cansado para complicarlo más. Así que inicio el descenso. Pillo el desvío que había visto indicado y que no viene en el mapa. Mucho más interesante, así no vuelvo por el mismo camino.
No sé qué animales hacen estas madrigueras, pero como la tierra que sacan es tan blanca, son bastante poco discretas.
12:35 – Llego finalmente a un cruce con una pista más ancha (que sí viene en el mapa) y que baja hacia el Rifugio Flora Alpina.
Desde aquí ya se ve el Refugio.
13:00 – Llego a la pequeña aldea de Valfreda, con unas casitas que son de ensueño.
Y poco después termino la excursión. Estoy bastante cansado y me he torcido el tobillo izquiero 3 veces por no llevar los bastones. Me voy a la Cascada del Pellegrino para darme una estupenda ducha helada y así recuperarme (y quitarme el sudor).
Para comer me hago un arroz con lentejas rojas mientras planeo el siguiente paso. Quiero ir hacia el Valle Aurina, como me ha recomendado Giada. Pero antes debo encontrar metano. Miro precios y me horrorizo, que barbaridad. Lo menos caro es Brunico, así que tiro para allá. Aunque voy con prisas, porque cierran pronto y no sé si llego, no puedo evitar pararme para hacer algunas fotos, porque los paisajes de aquí son espectaculares, como esta vista del Monte Civeta.
Sigo tirando para Brunico, pero cuando paso por Badía, me encuentro de casualidad con otro distribuidor de metano más barato. Genial, ya no hay prisa. Voy a un super a comprar y miro opciones para pasar la noche. Hay dos, una en la orilla de un río, pero cuando llego veo que ya hay otro coche y no mola tanto, así que pruebo con la siguiente, una cabaña abandonada que al parecer fue parte de un club de tenis. Cuando llego, flipo. Está en perfectas condiciones (no está tan abandonada), pero no parece que haya nadie. Es el sitio perfecto.
Me tomo un vinillo de bienvenida por el estupendo sitio que he encontrado mientras no dejo de pensar que la cabaña está demasiado bien cuidada. Vuelvo a mirarlo en Park4Night y veo que publicaron este sitio hace más de un año como “cabaña abandonada”. No puede ser que lleve más de un año abandonada. Además, hay un gancho motorizado para transportar cosas al sótano, el cual parece refrigerado. Un poco raro para un club de tenis.
En fin, me hago la cena cruzando los dedos para que no aparezca alguien. Un guiso de tomate, champis, pimientos y huevos. Me lo como con pan. Superrico.
Recojo y, cuando ya casi estoy por irme a la “cama”, aparece un señor. No me ha pillado cenando por los pelos. Curiosamente no me pone mala cara y parece que no va a decirme nada, así que me adelanto y le pregunto yo si se puede aparcar aquí. Me dice que el sitio no es suyo, pero que es privado, que lo adquirieron un grupo de cazadores para guardar las piezas. Ahora lo entiendo todo. El tipo parece majo y tímido. No me dice que me vaya, en realidad no me dice nada más, se va al sótano. Pero no me atrevo a quedarme sabiendo que es privado. Recojo y me voy al sitio que vi en el río. Menos mal que había plan B. En cualquier caso ha sido un sitio estupendo para cenar.
Llego casi anocheciendo. Sólo hay otra furgo bastante apartada. Hace bastante fresquete. Me voy directamente a dormir.
Día 4 (9 jul): Rio Gadera – Valle Aurina – Schiaves (Italia): 114 kms.
Me levanto a las 7. He dormido como 10 horas, porque me dormí prontísimo. Cuando salgo del coche, veo que hace un frío de muerte, unos 6⁰. Pero por suerte dentro del coche no se estaba mal, aunque algo de frío se notaba.
El sitio no da mucho juego para el desayuno, porque no hay mesas, así que busco en el mapa algún lugar con mesas de picnic y encuentro un buen lugar en un parque cerca de Brunico.
Tras el desayuno tiro para el Valle Aurina que, como se puede apreciar, es una pasada de lugar.
He decidido hacerme una ruta saliendo de la Estación del Teleférico de Cadipietra.
La idea es ir subiendo, siguiendo los senderos, hasta llegar a la estación del teleférico de arriba. La ruta es una pasada. Intento tomar un atajo, pero no puedo porque hay un desprendimiento de piedras.
Esta vez, en vez de narrar por escrito la ruta, voy a contarla sólo con fotos y vídeos:
Me he comprado un bollito de pan y un trozo de queso. Nada mejor para un almuerzo en la montaña.
Y finalmente llego a la base. Me doy una “ducha” en el lavabo de un baño público del teleférico. Qué bien me sienta. Luego lo dejo todo limpio, que conste. Es curioso lo de vivir en modo supervivencia.
Busco dónde pasar la noche. He pensado en ir hacia Insbruck (Austria), pero estoy demasiado cansado para conducir tanto. Al final encuentro en Park4Night un lugar tranquilo, chulo y discreto con mesas de picnic en Schiaves. Es perfecto para pernoctar.
Me doy un paseíto por el pueblo. Me encanta su cementerio.
Una cosa que he notado desde que llegué ayer a esta zona es que todos los carteles están en alemán, todo el mundo habla alemán y algunos (los más mayores) incluso no me entienden si les hablo en italiano. Por Schiaves me encuentro un poster que lo explica muy bien.
Y es que resulta que la región en la que estoy, el Alto Adigio o Tirol del Sur, fue parte de Austria hasta el final de la 1ª Guerra Mundial, cuando fue invadido y anexionado por Italia. Muchos de sus habitantes aún no aceptan ser parte de Italia, por lo que mantienen su identidad y su lengua (un 70% habla alemán). Es por ello que a la provincia de Bolzano, que se corresponde con este área de Tirol del Sur, se le dio una autonomía especial.
Me vuelvo al coche para hacerme la cena: una ensalada y una tortilla de patatas, pimiento y champis. Muy rico todo. Me encanta cocinar en los roadtrip.
Después de cenar y recogerlo todo, como aún es pronto, me doy un paseo por el bosque siguiendo unas curiosas flechas hechas con serrín o marcas de pintura naranja.
Como estoy completamente solo en el bosque y está atardeciendo, da un poco de canguelo, la verdad. Tengo la sensación de estar en el Proyecto de la Bruja de Blair. Veo que las marcas van rodeando el bosque y el campo de manzanos. Al final veo que, al parecer, son de una competición infantil que hubo esta mañana. Lo que me sorprende es que las flechas de serrín estén aún intactas al final del día, con la cantidad de gente que les debe haber pasado por encima.
Vuelvo al coche, me lavo los pies y a dormir.
Día 5 (10 jul): Schiaves (Italia) – Elisabethsee (Austria): 214 kms.
Pues he dormido bien, con muchos sueños. Me levanto a las 7 y hago una sesión de yoga con gran esfuerzo. No sé por qué siento el cuerpo tan cansado. Es verdad que la postura con la que duermo en el coche no es la mejor del mundo para la espalda. Me hago un buen desayuno de huevos revueltos con el pan que compré ayer.
Bajo al pueblo para ir al baño.
Y me encuentro una especie de desfile con banda, el cura, los monaguillos y el pueblo. Es curioso verlos vestidos con ropas tirolesas. Y no sólo en días de fiesta, visten así normalmente.
Voy al baño del cementerio, vuelvo al coche y me pongo en marcha. Hoy quiero cruzar a Austria. La primera parada es directamente en Brenner, la ciudad que hace de frontera.
Me hace ilusión, nunca he estado en Austria y es el 29⁰ país de este viaje.
Me hago la foto. cruzo la forntera…
…y hasta aquí el primer capítulo de mi Roadtrip por Centroeuropa. ¿Quieres saber cómo es mi paso por Austria? Pues pasa al siguiente capítulo.
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