13 noviembre – 9 diciembre 2019

1.453 días viajando…
25 días en Ciudad de México…

El 14 de noviembre de 2019 vuelo desde Puerto Rico al que será mi último destino de este año: México.

La verdad es que no estaba en “mis planes” volver a México, al menos no tan pronto, pero es que mi amiga Renata, como ya hizo hace un año, me ha ofrecido su casa en el barrio de Tlalpan, en Ciudad de México, para que le cuide de sus dos maravillosos gatos: Peluso y Burbuja. Y es imposible rechazar semejante oferta.

Llego de madrugada, así que me toca pillarme un Uber para llegar hasta Tlalpan, donde llego casi a las 2 de la mañana.

Peluso y Burbuja…

Nada más llegar, me reencuentro con los dos gatetes que ya cuidé en Madrid hace dos años y medio, y aquí mismo hace año y medio…

Peluso…

…y Burbuja.

En la casa de Renata, como puede verse, los que mandan son los gatos.

Peluso se pasa el día fuera de casa, aunque a veces, durante el desayuno en el patio, me hace compañía.

Eso cuando no le da por hacer yoga conmigo… o en mi lugar.

Pero, cuando me deja, soy yo el que hace yoga en el patio.

En cambio Burbuja apenas sale de casa. Le encanta sentarse en mi cama cuando entra el sol…

Y lo único que quiere son mimos y compañía, ya sea cuando trabajo…

….cuando me siento en el sofá…

…o cuando me echo la siesta.

Y lo más lejos que llega fuera de casa es a la ventana.

Eso sí, es llegar la noche, y me encuentro siempre la cama ocupada. Nunca duermo solo.

Tlalpan…

Tlalpan es uno de los barrios más tranquilos y agradables de Ciudad de México, aunque está bastante alejado del centro.

Lo primero que hago es comprobar si la SIM que usé el año pasado sigue siendo válida. Me cuesta bastante encontrarla entre todas las que llevo acumuladas en estos 4 años.

Y, para mi sorpresa, sigue siendo válida. Sólo tengo que recargarla para tener datos.

Lo siguiente es ir al mercado a comprar, pero primero hago una parada para tomarme un buen desayuno de huevos divorciados y café.

Y, ya con el estómago lleno y ardiente, me aprovisiono para el mes que pasaré aquí.

Y me doy un paseo por el barrio.

Me encantan estas calles adoquinadas que parecen de otra época…

…en las que los árboles salen por donde quieren. Sin ley ni orden.

La casa de Renata está pegada a la Plaza Central, presidida por el Edificio Delegacional.

En la Plaza también está el Café La Selva, donde suelo ir todas las mañanas a tomarme un café y trabajar o escribir.

Me encanta este lugar por el ambiente que hay siempre.

Con muchísima frecuencia la plaza se llena de puestos de artesanía y similares, cada vez que hay un evento.

Y eventos hay casi todos los días, incluyendo conciertos…

…y bailes.

Y los alrededores están llenos de arte callejero.

Billar y Ajedrez en Polanco…

Pero mis mejores momentos son, sin duda, con Raúl, mi gran amigo y compañero de universidad y teatro, y su novia Nailé, que me invitan varias veces a sus quedadas de Billar, Ajedrez y FIFA.

Su casa está en el barrio de Polanco, bastante más céntrico. Para llegar hasta allí tardo más de una hora en transporte público. Pero algunas veces aprovecho para darme un paseo y encontrarme cosas curiosas, como esta promoción de adopción de perros.

O un anuncio en el metro que en España se consideraría bastante fuera de lugar…

Ardillas en el Bosque de Chapultepec…

Una zona para “Bring Your Own Hamaca”…

A veces aprovecho para tomarme un café en la Librería-Cafetería Porrúa del bosque, con vistas al estanque.

Otras esculturas en el mismo bosque…

Según me acerco al centro, se va notando en los edificios…

…hasta llegar a Polanco.

El plan es siempre el mismo. Empezamos con unas cuantas partidas de billar en la estupenda sala que tiene su edificio…

…mientras picoteamos y parloteamos.

Los saques de Raúl son imparables.

Aquí se aprecia el ambientillo que tenemos.

Y aquí se aprecia lo paquete que soy.

Y aquí con Queen de fondo.

El plan continúa en el piso de Raúl y Nailé, donde nos dan las tantas a base de batirnos en igualadísimas partidas de ajedrez.

La que se lo pasa bomba con tanto alboroto es la perrita de la casa, Lúa.

Raúl y Nailé han sido mi gran apoyo, compañía y fuente de buen rollo durante mi estancia aquí. Estoy deseando volver especialmente por ellos.

Cumple de Leonora…

Al igual que el año pasado, mi estancia aquí coincide con el cumple de Leonora, íntima amiga de Renata, y que este año ha decidido celebrar el cumple en su casa, así que me convierto involuntariamente en anfitrión de la fiesta.

Y para hacerlo más divertido, Leonora ha decidido que este año la fiesta sea de disfraces con el tema “Regiones Lejanas“. A mi lo de los disfraces se me da fatal, pero al final, entre Renata y Leonora, me dan una buena idea. Sólo necesito una sábana, algo de alambre, comprar un poco de laurel en el mercado, y…

Y la fiesta fue un no parar de posados y fotos, claro.

Aquí con la cumpleañera…

Con algunos más…

En la cocina…

Y aquí con todos…

Y aquí algunos momentos memorables de la fiesta…

Yo flipé especialmente con este R2D2, que daba la impresión de reaccionar a tus movimientos.

Otros lugares…

Mi amiga Nathaly me ha llevado a varios lugares interesantes de la ciudad. Nos conocimos en el Club de Jazz Parker & Lenox, en un concierto de Maya Burns.

Otro día quedamos en la Plaza del Zócalo, que está ya preparada para la Navidad.

Y, desde ahí vamos al Museo Nacional de las Culturas a ver un par de performances. La primera es una danza acompañada de diversos sonidos.

La segunda performance es… difícil de describir.

Como vemos que el show se eterniza, decidimos escaparnos y nos vamos al Zinko Jazz Club a ver a Juggernot.

Y así, disfrutando de esta maravillosa ciudad y de buena compañía, van pasando los días, hasta el 9 de diciembre de 2019, el día que me toca decirle de nuevo adiós. Miro una vez más por la ventanilla para ver la inmensidad de esta ciudad de casi 9 millones de almas.

La verdad es que no me puedo quejar. Me han puesto en salida de emergencia y sin nadie en mi fila. ¡Voy de lujo!

Conclusiones…

Ciudad de México es para mí uno de los destinos más fáciles, que me viene bien para parar y recargar pilas. La casa de Renata es el lugar perfecto donde estar, y la posibilidad de volver a ver y disfrutar de la amistad de Raúl y Nailé, el hecho de que sea un lugar tan barato y seguro (porque sí, a mí me resulta un destino muy seguro, a pesar de todo lo que se diga), hacen de CDMX un destino al que no puedo decir que no.

Es verdad que me encantaría visitar más extensamente el país, especialmente Chiapas o Oaxaca, pero en esta ocasión no ha podido ser. A ver si más adelante.

Cuentas…

Toca hacer las cuentas del mes de noviembre, que corresponde a estancia en Sint Marteen, mi paso por Vieques y las dos primeras semanas en México.

Se me ha disparado el gasto más de la cuenta. Tengo que mejorar mi austeridad.Mi media mensual queda tal que así:

Así que mi media mensual vuelve a pasar de los 500€.

Planes…

¿Y a dónde voy? 

Pues me voy para “mi tierra”, para Madrid, a pasar las navidades. Vuelvo a casa por Navidad, como el turrón. Y eso que siempre intento evitar viajar a climas fríos, pero, por una vez y sin que sirva de precedente, me apetece pasar las fiestas en “casa”. Hubiera querido pasarlas en Australia, pero el billete era demasiado caro.

Además, justo el 17 de diciembre se cumplirá el 4º aniversario de mi viaje, así que tiene su gracia pasar por la “casilla de salida”, aprovechando la efeméride.

Aprovecharé para hacer gestiones, cenar con la familia, muchas cañas con los amigos y dar unas charlas que ya tengo apalabradas con Pangea The Travel Store en Barcelona, Madrid y Bilbao.

¿Y después?

Pues no tengo ni idea, la verdad. Me resuena mucho la idea de hacerme Europa o Sudamérica en moto, pero tengo que buscar la manera de financiarlo, ya que sale bastante más caro que quedarme en casas con Workaway o Housesitting. A ver si encuentro la manera de hacerlo.

Pero por lo pronto, quiero disfrutar de mi estancia en España, sin prisas ni estreses.