7 – 8 febrero 2016
53 días viajando…
49 días en Tasmania…
¿Que cómo fue mi viaje de dos días a Bruny Island con Mary?
Pues ahí va…
Día 1
El plan es coger el primer bus a Hobart que es a las 9. No podemos perderlo, porque el siguiente es a las 11.
Para ir con tiempo, me levanto a las 7, hago mis saludos al sol, desayuno un café y un par de plátanos con cacao y leche de almendras…
…y voy a dar de comer a los animales.
Luego, termino de preparar mi mochila, que parece como si fuera a viajar un mes, por lo que pesa… y a las 8:45 estamos saliendo hacia la parada del bus.
Nos bajamos en Hobart en el cruce con la carretera B68 que lleva a kingston, Margate y Kettering, donde se coge el ferry a Bruny Island. Buscamos un buen sitio y nos ponemos en modo autoestop.
Mary le pone tanto entusiasmo que en menos de 10 minutos nos para una camioneta. La conduce un chico muy joven llamado Taran que, “casualmente”, va a Bruny Island.
Y es que no falla. Cuando la actitud es positiva, todo es fácil, todo sale bien.
Taran es de Australia, pero ha vivido mucho tiempo en Nueva Zelanda, sitio del que dice maravillas. Qué ganas de ir…
Cuando llegamos a Kettering, nos pregunta si queremos contribuir al coste del ferry, ya que vamos a cruzarlo en su coche y el precio es por vehículo. Por supuesto. Ponemos $10 cada uno. Si lo hubiéramos cruzado a pie creo que son $6, pero Taran nos va a llevar al interior de la isla. No hemos podido ser más afortunados.
Aprovechamos para tirar algunas fotos.
Para colmo se dirige a una zona de acampada libre en el istmo que hay entre las dos islas, que llaman “The Neck”. Es un sitio perfecto para plantar la tienda.
Mary propone no hacerlo aún y hacer autoestop para ver si podemos ir un poco más al sur.
En menos de 5 minutos nos para un coche. Se trata de Vicky, una americana en un coche alquilado que a sus 62 años está haciendo un viaje por Tasmania de un mes y está encantada de que la acompañemos hoy. Mary y yo estamos muy en actitud abierta… un poco a lo que salga, así que para nosotros es perfecto.
Nos cuenta que ha ido a Cradle Mountain pocos días después que yo, y que desde ahí hizo el Overland Track, la caminata de 6 días que va desde Cradle hasta el lago St. Clair. Pero que a la mitad, la evacuaron en helicóptero por riesgo de incendio. La dejaron más adelante, por lo que se ahorró 2 días de caminata y a cambio tuvo un paseo en helicóptero gratis.
Hacemos una parada en Adventure Bay que aprovechamos para comprarnos unos helados y chocolate para el finde.
Decidimos ir a la zona más al sur de la isla, a Jetty Beach, al lado de Cloudy Bay, donde hay también zona de acampada. Por el camino pasamos al lado de Satellite Island…
…no podemos dejar de parar para sacar fotos a todo.
Llegamos hasta cerca del Faro del Cabo Bruny…
…pero lo pasamos de largo para dirigirnos a Jetty Beach, que tiene zona de acampada. El camping es sencillo, pero muy chulo.
Con muy buenas vistas…
Son sólo $5 por persona y noche, pero el servicio es más que sencillo…
…un agujero en el suelo. Sin duchas… y sin agua. Normalmente hay agua de lluvia en ese depósito, pero como lleva tiempo sin llover, pues nada de nada.
Pero para nosotros, que sobre todo buscamos lo barato y lo menos turístico, es perfecto, así que plantamos por fin la tienda.
Lo más sorprendente del camping es que no hay nadie controlando. Te dicen que pongas el dinero en un sobre con tus datos y lo deposites en un buzón.
Y todo el mundo lo hace. No existe la picaresca. Aquí es impensable. Porque el razonamiento de todo el mundo es… si quiero que algo así siga existiendo, tengo que contribuir a ello, claro. Si no contribuyo, desaparecería.
En nuestra picaresca tan española, el razonamiento sería… como los servicios no tienen agua, pues no pago… total, nadie se entera. Ya pagan otros.
Nada más llegar, Vicky se encuentra con Magnus, un sueco enorme que se encontró en el Overland Track y que da la casualidad de que se lo vuelve a encontrar aquí, en el camping. Tasmania es un pañuelo. Magnus propone hacer un trekking que da la vuelta a toda la Península de Labillardiere.
Antes de nada paramos para comer de lo que hemos traído. Pan, queso feta, tomate y las hamburguesas de patata de Mary. Un banquete.
Y después de comer, a las 15h en punto, empezamos la caminata los 4.
No sin antes apuntarnos en el registro de caminantes. Así, si pasa algo, tienen un control de quien ha pasado por ahí.
El camino empieza a pleno sol, que cae con mala leche.
Llegamos al punto donde se cruza con el Luggaboine Circuit, que permite acortar considerablemente la caminata. Ahí nos encontramos con mas caminantes.
Nosotros, por supuesto, nos vamos a lo difícil. Pero los paisajes merecen la pena.
A las 16:25 llegamos a Boulder Beach, una playa de piedras enormes.
Por supuesto no puedo evitar la tentación de darme un baño a pesar de lo inaccesible del agua.
Al cabo de un rato seguimos el camino.
Una hora después, a las 17:25, empezamos a ver Partridge Island.
De repente el paisaje cambia y entramos en bosque.
De donde salimos al llegar a Hopwood beach.
Aquí el baño se lo dan Vicky y Magnus.
Al final de la playa viene marcado la continuación del camino.
Camino, que por cierto, está bastante espeso.
A las 18:30 llegamos a otra playa justo enfrente de Partridge Island…
…pero seguimos el camino, sin más baños, que empieza a hacerse tarde.
A las 20:30 llegamos a la siguiente playa, ya más cerca del camping, a la altura del otro extremo del Luggaboine Circuit.
A las 20:45, bastante destrozados, y con bastante poca luz ya, divisamos Jetty Beach, la playa del camping.
Lo hemos hecho en casi 6 horas, con pocas paradas. Entramos en el camping a las 20:52 y casi ya de noche.
Como no hay ducha, yo me vuelvo a la playa a darme un baño.
Ceno algo ligero, y directo a la tienda a meditar media horita y a dormir. Se me ha olvidado traer la esterilla de yoga, por lo que me toca dormir sobre el suelo, que no está durísimo… pero mullido tampoco. :-/
Para colmo, los canguros saltan a centímetros de la tienda durante la noche y alguno incluso llega a golpearla. No se duerme muy bien, pero es divertido. 🙂
Día 2
Me levanto a las 7 y me voy a la playa a repetir baño. Justo está amaneciendo y la luz es increíble.
Mary viene poco después a hacer su meditación en la playa.
Después de su meditación desayunamos en la misma playa (muesli y plátano en leche de soja, y cookies de chocolate). Después nos damos otro baño y un paseo por la playa, y nos dedicamos a hacer fotos en plan publireportaje…
…hasta que Vicky viene a por nosotros. Magnus y ella se van a una galería de arte que hay en la zona norte de la isla. Se ofrecen a llevarnos a nosotros hasta la Cheese Company que hay también en el norte. Así que recogemos todo y nos vamos con ellos en el coche de Vicky.
En la Cheese Company nos despedimos de ellos agradaciéndoles infinitamente lo bien que se han portado con nosotros, en especial a Vicky por compartir desinteresadamente su vehículo.
La Cheese Company es una cafetería y fábrica de queso muy para turistas.
Con una degustación de quesos gratuita para que elijas cuál quieres comprar.
Nos tomamos un café y comemos algo de lo que llevamos mientras pensamos el siguiente paso.
Shio nos recomendó el Cape Queen Elisabeth, al que se llega desde la carretera, unos 2,5 Kms más al sur de la Cheese Company.
Mary propone ir andando hasta el comienzo, bajando la carretera hacia el sur.
Por fin, tras 45 minutos, llegamos al comienzo del camino.
La caminata se hace especialmente dura por el sol y por lo cargados que vamos.
Así que decidimos llegar a la playa y ya. El cabo queda demasiado lejos.
Por fin se ve el mar…
Llegamos a la separación de los dos caminos, el que va por la playa y el que va por el interior…
…y por fin…
…¡playa!
Se puede ir a una zona más apartada cruzando un arco en las rocas.
Y finalmente decidimos quedarnos en un sitio a la sombra de las rocas.
Aquí, por supuesto, me doy un buen baño. El agua está bastante fría, pero se agradece mucho.
Comemos algo de lo que nos queda y decidimos volver para que no se nos haga muy tarde. Dependemos del autoestop, que nunca se sabe lo que se puede tardar.
Volvemos por el mismo camino, aunque se nos hace infinitamente más corto, hasta la carretera, donde volvemos a ponernos en modo autoestop.
Esta vez tardamos algo más, pero a los 20 minutos o así, nos para un coche con 3 taiwanesas divertidísimas: Cathy, Fifi and Stacy.
…que “casualmente” van a Hobart, concretamente a Sandy Bay. Nos viene perfecto.
Se ríen con todo y todo lo fotografían. Dedican 10 minutos a hacerse fotos con los buzones de correos de las casas.
A las 17:15 llegamos al embarcadero del ferry. Hay cola.
Finalmente embarcamos a las 17:50. Somos los primeros de la fila de abajo (hay dos plantas de coches).
Y nos dedicamos a hacer fotos. Las taiwanesas adoran las fotos.
A las 18:50 estamos en Sandy Bay, nos despedimos de las chicas y andamos un poco hasta la carretera que lleva a Fern Tree.
Nos toca subir la cuesta infernal…
Pero por fin llegamos a la carretera donde tardamos unos 30 segundos en que nos pare un coche. Es el segundo coche que ha pasado. Menuda suerte la nuestra. Son dos holandeses y un danés que están de viaje por Australia y van a ver la puesta de sol desde Mount Wellington. Es perfecto.
La charla es corta, porque el trayecto dura apenas 10 minutos, pero son gente majísima. Lástima que se me olvida hacernos una foto.
Y así llegamos a casa donde nos reciben con entusiasmo. Justo a tiempo para echar una mano en la cocina con la cena de los niños, dar de comer a los animales, darnos una ducha…
Mary no suele cenar, pero yo me hago una de mis ensaladas de cosas.
La experiencia ha sido muy interesante. Tengo muy poca experiencia en acampada y la verdad es que resulta sorprendentemente fácil. Mary me explica que llevar una tienda le da la tranquilidad de que pase lo que pase, siempre tiene donde dormir, por lo que puede ir más a la aventura. En general yo prefiero el plan que llevo ahora, pero no descarto comprarme una tienda (salen por unos 40$, menos si es de 2ª mano) para poder hacerme viajecillos de este tipo por mi cuenta, que no todo va a ser trabajar.
También han sido muy interesantes las charlas con Mary sobre la situación en Irán. Dice que, efectivamente hay un mal gobierno al que casi nadie quiere, pero que es lo que hay… pero que la cosa no es tan terrible como nos la quieren pintar los medios. Ella no sigue ninguna religión, puede viajar al extranjero sola, es ingeniera civil… no es la imagen de un país bajo una gran opresión religiosa. Y por otra parte, un país bajo un mal gobierno… me resulta muy familiar y cercano.
También hemos hablado mucho de los cursos de meditación de Vipassana, y me ha quitado bastante el miedo que les tenía. Ella lo ha hecho ya más de una docena de veces. Yo ya me he apuntado al de Nueva Zelanda, pero estoy en lista de espera.
Mary medita todos los días, una hora por la mañana y otra por la noche (que es lo que recomiendan después del curso). Yo no sé si llegaré a tanto, pero la verdad es que ves a Mary con una enorme paz y la sonrisa siempre en los labios.
Por algo será.
Increíbles las fotos, qué experiencia!!!
¡Wow! ¡Totalmente paradisíaco todo!