22 febrero 2016
67 días viajando…
12 días en Melbourne…
Saluditos al Sol ante un espectacular amanecer.
Veo que Lorna va a dar de comer a las gallinas, así que me ocupo yo de las cabras.
Las pequeñas están destetando y no paran de intentarse comer la comida de las adultas. Tengo que preguntar cuándo les empezamos a dar de comer.
Intento ordeñar a Ebony, pero no hay manera, se cabrea mucho (nunca mejor dicho). Con Cinnamon y Behla, sin problema.
Para desayunar, Lorna ha preparado unos huevos fritos y kahle, con tostadas, café…
Lo que tiene comer las verduras directamente del huerto es que, si no las lavas con cuidado, te encuentras de todo.
Hoy es día de recolección para las Veggie Boxes de mañana. Empezamos por las judías moradas. Aunque son moradas, cuando se cuecen se vuelven verdes.
En esta mata se les escapó una semilla de judías verdes, que se supone que van en otro lecho.
Luego toca recolectar los tomates.
Travis me pide si puedo regar las zanahorias que plantamos. ¡Han empezado a salir! La verdad es que te da una sensación de orgullo cuando empiezan a crecer semillas que tú mismo has plantado.
Los brotes de doble hoja son hierbas. Las zanahorias son de hojas muy finitas.
Mientras terminan con los tomates, me piden que haga yo la comida. Parece que les gusta cómo cocino. ^_^
Preparo un arroz con cosas de los míos, con arroz integral, lentejas y un montón de verduras. Le pongo jengibre, cúrcuma, pimentón dulce…
Justo cuando vamos a comer, Ossian nos hace una visita y queda fascinado con mi arroz.
Después de comer y de un tiempo de relax, despedimos a Faby, que se nos va a trabajar a la ciudad… 🙁
…y seguimos con el trabajo. Lorna empieza a recolectar las patatas…
…y yo los huevos. Me encuentro un par rotos. A veces las gallinas se comen sus propios huevos cuando ven que no son viables.
Después ayudo a Lorna a terminar de coger las patatas. Nos queda dejar lavadas para mañana las zanahorias y las remolachas, y basta por hoy.
…ah no, que nos falta ordeñar a las cabras. Esta vez dejo que sea Lorna la que ordeñe a Ebony… ¡y a ella sí le deja!
La cena es con la familia de Cat/Matt. Pasta con salsa de albóndigas. Cat me ha hecho una salsa vegetariana para mi. Un detalle. Todo acompañado de una copa de vino hecha por el propio Matt que sienta divinamente.
Todo listo para el Veggie Boxes Day de mañana.
El sábado tenemos el Tomato Festival.
Están empeñados en liarme en algo por mi pasado teatral, como que haga de maestro de ceremonias o algo así. Pero la verdad es que me da bastante pereza. Estoy tan tranquilo y tan sin estrés, que me cuesta cambiar de chip.
Otra de las cosas que me gusta de la sociedad australiana es que, por lo general, es muy poco agresiva. Puede que se deba a que no viven hacinados, sino muy dispersos, pero hay una tranquilidad y una ausencia de violencia que se agradece mucho.
A veces me da la sensación de que en occidente necesitamos siempre un malo. Y como ya escribí anteriormente, el “malo” es la figura que nos inventamos para el uso justificado de la violencia. Y eso va desde agredir a un ladrón (sin pensar que igual es la única posibilidad que le queda de alimentar a sus hijos) hasta una guerra.
Una vez vi a un tipo corriendo por la calle Montera de Madrid porque le habían pillado intentado robar a alguien, y fue impresionante ver la cantidad de gente que se lanzó a agredirle. Y eso que realmente nadie sabía exactamente lo que pasaba. Pero era una especie de “por fin puedo pegar a alguien y sentirme bien con ello”.
Sigo a la búsqueda del siguiente paso.
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