6 – 27 septiembre 2019
1.380 días viajando…
42 días en Nevis…
El 6 de septiembre de 2019 empieza mi nueva etapa en la isla de Nevis. Me despido de Ozzy y los gatetes. Me da mucha pena Ozzy, que se vuelve a quedar bastante solo.
Carol, la dueña de la casa que voy a cuidar, muy amablemente ha venido a recogerme al Eva Wilkin Mill para llevarme al que será mi nuevo hogar durante las próximas 3 semanas, en el noroeste de la isla.
La Casa y los alrededores…
Y la verdad es que no me voy a quejar. Ni de mi habitación…
…ni de la pisci…
…ni de las vistas desde la terraza.
Eso que se ve en el horizonte es la isla de St. Kitts, que está solo a 3 kms. En el primer paseo que me doy por la zona, subo la colina donde está la casa y desde ahí se ve mucho mejor.
Continúo mi paseo hasta la casa que hay arriba del todo de la colina, que tiene unas vistas que tampoco se pueden quejar.
Y luego bajo hacia la playa. Las casas de este condominio son de todos los estilos.
Una vez que salgo del “condo”, cerca de la playa, en Sea Bridge, hay un complejo que no tengo muy claro si está a medio construir o abandonado.
Y me llama la atención el sistema que tienen en el acceso a las propiedades, para que no se les cuelen los burros.
La playa más cercana es Jones Bay.
Desde aquí también se ve St. Kitts.
Y las vistas del Volcán de Nevis desde este lado de la isla es algo diferente pero igualmente espectacular.
Algún día me doy un paseo por la playa hacia el sur. Es un paseo chulísimo, la verdad. Y es curioso el muro de arena que se ha formado.
Cushy…
Mi labor aquí será cuidar de la maravillosa casa de Carol y, muy especialmente, de su adorable gato Cushy, que es una especie de Gato Sphynx, pero no del todo, ya que sí tiene pelo en gran parte de su cuerpo.
Sí, es cierto que se parece un poco al Sr. Burns de los Simpson diciendo “Excelente”.
Pero a pesar de la intensidad de su mirada y de que parece estar planeando mi asesinato…
…es todo lo contrario, pura dulzura. Me sigue por toda la casa y sólo pide mimos.
¡Me sigue hasta a la piscina!
El otro inquilino de la casa aparece en mi ducha y lo bautizo como Max.
Durante la primera semana me lo encuentro todas las mañanas al ducharme y parece que no le importa el agua. Se pone en su rincón y me observa.
Tristemente, al cabo de una semana, me lo encuentro así una mañana…
No estoy seguro de que no haya sido Cushy y su instinto cazador.
Mi rutina…
Mi rutina empieza sobre las 6 de la mañana. No necesito despertador, me he acostumbrado a despertarme al amanecer.
Cushy, casi desde el primer día, se ha hecho su nido en la esquina de mi cama.
Como siempre, lo primero es la sesión de yoga. Los primeros días lo hago en la piscina, porque las vistas son impresionantes.
Y, además, siempre tengo compañía.
Pero a los pocos días me tengo que rendir a la evidencia de que los mosquitos les encantan las víctimas concentradas en sus posturas de yoga, así que me traslado a la terraza, que tiene mosquitera, y las vistas siguen siendo de impresión.
Cushy normalmente no se levanta de la cama hasta mucho después que yo, pero algunas veces viene a hacerme una visita durante mi yoga.
Durante mis sesiones de yoga, las hormigas están a su rollo, haciendo limpieza.
Cuando no hago alguna excursión, dedico la mañana a trabajar o escribir el blog mientras Cushy duerme en el reposapiés que hay en la terraza.
Y nos hacemos visitas mutuas. Unas veces le visito yo….
…y otras veces me visita él.
Y, en ocasiones, me reclama algo de atención… como diciendo “hazme casiiiiiito“.
Mi lugar de trabajo es la terraza que, como da al oeste, tiene unas vistas del atardecer increíbles.
Lo malo es que la mosquitera tiene dos agujeros que le provocaron las sacudidas de las persianas un día de tormenta. Así que, con el permiso de carol, le hago un apaño.
Y por las noches, si no tengo ningún plan, me quedo en casa viendo una serie en buena compañía. A Cushy le encanta The Big Bang Theory.
Pero, como no salen gatos, al final se aburre.
Me acompaña incluso durante los frecuentes cortes de luz.
Cuando salgo, a la vuelta, Cushy siempre sale a recibirme. Es como un perrito.
Y, por la noche, cuando me voy a la cama, ahí aparece Cushy también pidiendo atención antes de irse a su rincón.
Cumple filipino…
Mantengo contacto con John Lloyd, uno de los trabajadores de los Jardines Botánicos de Nevis, con quien estuve trabajando en mi Workaway allí. Hay una pequeña comunidad de filipinos entre St. Kitts y Nevis y se reúnen con frecuencia.
Una de las quedadas es el 2º cumpleaños de la hija de una de las mujeres de la comunidad y han quedado en Old House Cafe para celebrarlo. John Lloyd me ha invitado a unirme a la fiesta y acepto encantado, claro.
La cumpleañera es la pequeña Princess Elyse.
En la fiesta también coincido Grace y Mary Jane, con quienes también trabajé en los jardines.
Y ahí conozco a dos familias cubanas encantadoras con las que hago buenas migas.
Y aquí el momento del “Cumpleaños Feliz”.
Excursiones…
Aprovecho estos días para seguir explorando Nevis Peak, el gran volcán que domina la isla.
Las Cascadas
Esta vez me he informado bien y ya me han dicho por dónde se va a las Cascadas de Nevis. La otra vez intenté llegar siguiendo el camino a The Source, pero Carol me ha explicado que el mejor acceso para las cascadas es desde Prison Farm.
Así que el 9 de septiembre de 2019, me preparo adecuadamente y me voy con el coche hasta allí.
12:50 – Pensaba que Prison Farm era sólo un nombre, pero no, es realmente una granja donde trabajan los presos de la isla.
Así que aparco ahí mismo, a la entrada de la granja, junto el viejo molino de azúcar.
13:00 – El camino sale justo a la izquierda de la caseta de entrada al recinto.
13.03 – Poco después entras oficialmente en el Parque.
El camino es ancho y bien despejado. Se nota que está bien mantenido. El bosque es tan espeso, que no importa que pegue el sol, vas siempre a la sombra.
13:10 – El camino, como siempre, va siguiendo una de las tuberías que proveen de agua a las poblaciones.. Es impresionante ver como algunos árboles, con el paso de las décadas, han abrazado la tubería.
Y otros árboles se abrazan entre ellos.
13:20 – Son muy impresionantes estos árboles de enormes raíces a la vista que se extienden por decenas de metros.
13:45 – En apenas 45 minutos, llego a la primera cascada.
Y me hago la foto oficial, claro.
Hago una parada para comerme la ensalada que me he traído. Mientras estoy en ello, se oye algo muy raro. Como un maullido.
Después de comer, descubro que hay un camino por la izquierda que permite ir más allá, así que, sigo.
14:15 – Paso al lado de otro árbol espectacular, de raíces que parecen muros… y llego a la segunda cascada.
Como puede verse, hay una tercera cascada detrás…
…a la que puede accederse por la cuerda de la izquierda, trepando por esa roca terriblemente resbaladiza.
14:23 – Llego a la última cascada. Ya no se puede ir más allá.
Mirando la geolocalización de la escalera a la que llegué en mi excursión hacia The Source (cuando pensaba que iba hacia las cascadas), veo que estoy bastante cerca. Pienso que debe de haber una manera de conectar las cascadas con The Source. Hago algún intento de encontrar el camino, pero nada. Lo dejo para otra ocasión.
15:20 – El camino de vuelta es el mismo, sin grandes emociones. Pero esta vez me fijo, desde este lado, en el curioso puente de piedra que hay, dando paso a un camino perpendicular que estaría bien explorar en otra ocasión. El puente parece sacado de El Señor de los Anillos.
15:25 – Llego a Prison Farm y al antiguo molino de azúcar.
Round Hill
Nada más llegar a casa de Carol, me fijé en una colina con unas antenas y me propuse llegar a ellas. Más tarde descubriré que la colina se llama Round Hill.
La pena es que no hay ninguna ruta directa desde la casa, así que tengo que rodear la colina con el coche y dejarlo cerca de Hill Crest, cosa que hago el 10 de septiembre de 2019.
Desde ahí es un sencillo y agradable paseo hasta la cima de la colina.
Efectivamente se llama Round Hll y, efectivamente, aunque dice “no trespassing“, yo “trespasso“.
La gran pena es que la vegetación impide tener unas vistas que, de otro modo, serían impresionantes. En un pequeño hueco se puede apreciar la isla de St. Kitts.
Y saliendo del recinto, se ve Nevis Peak (cubierto, como siempre) y una pequeña comunidad que hay justo al norte de la montaña.
Desde donde estoy puedo divisar claramente uno de esos enormes depósitos de agua justo al final de las casas. Decido ir hasta allá (con el coche, claro), para ver si hay alguna tubería que llegue hasta ahí desde la montaña y, por lo tanto, alguna nueva ruta sin explorar.
En nada llego al depósito, pero no consigo encontrar ningún sendero que salga desde allí.
Pero, al menos, tengo unas buenas vistas de la antena que acabo de visitar.
The Source + Las Cascadas
Cuando, poco después de llegar a Nevis, hice la ruta a The Source, lo hice sin documentarme demasiado y por eso pensaba que estaba yendo a las cascadas.
Esta vez me leo varios blogs para documentarme bien:
Gracias a estos blogs entiendo que The Source es una especie de pequeño embalse que hay bastante arriba de Nevis Peak y desde el que se llevaba el agua potable hacia las poblaciones costeras mediante una tubería. El camino, de hecho, se mantiene para poder realizar las reparaciones necesarias en la tubería. Las leyendas locales (como se ve en los blogs) dicen que estas tuberías y todas las estructuras que la acompañan, fueron construidas en el siglo XVII por los primeros colonos. Pero la Wikipedia lo data, de una forma probablemente mas realista, hacia 1912.
En los blogs se comenta que el final de la ruta es cuando llegas al pie de una escalera de hierro vertical muy oxidada y deteriorada que trepa por una pared de unos 40 metros (!!!), y que hay que subir esa escalera para llegar a The Source.
Así que el 21 de septiembre de 2019, después de consultar la previsión meteorológica y dejar dicho a dónde iba, con una buena provisión de agua, una ensalada y mi camiseta anti-camuflaje, me dirijo en coche hasta Hotel Golden Rock, donde comienza la ruta oficial.
Por el camino, adelanto a un camión con música cristiana a todo trapo. Supongo que para que Dios se entere de su devoción.
12:35 – Aparco en el aparcamiento de Golden Rock. Está vacío porque el hotel está cerrado por reformas.
Lo que se ve a la izquierda es el acceso al hotel y lo de la derecha es el comienzo del camino. Es bastante difícil de encontrar si no se sabe.
12:40 – Un poco mas allá se cruza una puerta para salir del recinto de Golden Rock y llegamos al poste que nos indica el camino.
12:45 – Paso por el depósito donde se guarda el agua que baja de The Source.
De hecho, aquí está el final de la tubería.
12:50 – Poco después el camino asfaltado acaba abruptamente y da paso a un camino amplio de césped.
Y muy poco después, se convierte en una senda de montaña. Sigo flipando un poco con este cartel que ya vi la otra vez. Me sorprende que se venda un pedazo de tierra aquí en mitad de la nada.
12:57 – Efectivamente voy siguiendo la tubería, aunque muchas veces va por debajo de la tierra y no es visible.
13:00 – Otras veces, se construyeron estructuras para sortear desniveles.
13:09 – En poco más de media hora ya he llegado a una especie de depósito de agua. Hay varios por el camino. La tubería vierte el agua aquí y otra tubería la recoge y sigue el camino. La tubería que sale hacia afuera hace de rebosadero, para que salga por ahí el agua en caso de exceso.
13:15 – A partir de aquí empiezan mis video-narraciones.
13:25 – El camino se va estrechando por momentos. Se nota que soy el primero que pasa por aquí desde hace días, porque está todo lleno de telarañas. Tengo que ir con un palo por delante para quitarlas.
13:28 – Paso al lado de unos extraños hongos que cuando los piso, sueltan muchísimas esporas.
13:32 – Como estamos en temporada baja, prácticamente nadie viene por aquí y los guías no están manteniendo el camino, por lo que la vegetación lo cubre todo y se hace difícil verlo.
13:34 – Llegada a la primera escalera de hormigón, la pequeña.
13:39 – Llegada a la segunda escalera de hormigón, la más grande y espectacular. Está llena de musgo, por lo que puede ser muy resbaladiza. Y también está llena de telarañas. Es una carrera de obstáculos.
Hasta aquí es donde llegué en mi primera excursión por este camino, cuando creía que iba a las cascadas. No fui capaz de encontrar la continuación de la senda, porque está todo cubierto de vegetación. Pero esta vez me fijo hacia dónde va la tubería.
Y parece que he acertado.
13:46 – Llego a una esquina del camino con una estructura que parece sacada de la serie Lost.
13:59 – Llego a un pequeño cañón formado por un riachuelo. El camino bordea el río por el lado izquierdo y se pone muy estrecho y resbaladizo. En determinado momento tengo que cruzar una roca con una inclinación de más de 45º completamente mojada y resbaladiza y con la única sujeción de la propia tubería. Si me caigo, la caída no es pequeña. Esto ya no es un simple paseo. Finalmente llego a una pequeña cascada.
14:04 – Llegada a la pequeña presa. El lugar es increíble y fantasmal. Se trata de una construcción de hormigón completamente cubierta de musgo. Por un momento me creo que aquí tiene que estar la escalera metálica que lleva a The Source, pero luego veo que el camino continúa.
14:10 – El sendero es casi inexistente porque está cubierto por la vegetación. Es difícil saber dónde estoy pisando.
Poco después la tubería se convierte en un pequeño canal de agua. El agua que viene por ese canal pasa a la tubería justo aquí.
14:15 – Voy siguiendo el canal, en algunos casos teniendo que meterme dentro para poder seguir, hasta que vuelve a convertirse en tubería. Sigo bastante perdido, buscando como loco la famosa escalera de hierro de 40m. Me encuentro una pared vertical y pienso (acojonado) que quizá esté allí.
14:20 – Veo que esa pared queda alejada a mi izquierda, sin ningún acceso y sin ninguna escalera a la vista. Sigo avanzando, pero llega un momento en que la prudencia gana a la osadía. El camino ya no se ve y está pegado a una pendiente muy fuerte a la derecha que da miedito. Meterme por ahí completamente solo sin saber dónde piso es quizá ya un poco demasiada aventura.
Decido dar media vuelta, pero, para no regresar por el mismo camino ya conocido, quiero intentar encontrar la conexión con el camino de las cascadas, que debe estar cerca.
14:30 – Pero antes, hago una parada técnica para comerme la ensalada que me he traído.
…y hacerme la foto “oficial”.
14:48 – Emprendo el camino de vuelta y, al pasar junto a una estructura que sostiene la tubería, veo algo que no vi a la ida.
Efectivamente, de un trozo de tubería cuelga una larga cinta preparada para descolgarse. Según mis cálculos las cascadas están en esa dirección, por lo que deduzco que éste debe ser el camino para ir allí. Da un poco de acojone bajar descolgándose por una pendiente tan resbaladiza, pero estoy en modo aventura, así que no me lo pienso demasiado.
Consigo bajar la primera pared sin novedades. Espero no tener que volver por el mismo camino.
14:58 – Sigo bajando cuerda tras cuerda, pared tras pared. Unas más fáciles, otras bastante complicadas. Cada vez con más sensación de “no hay marcha atrás”, porque subir todo lo que llevo bajado sería muy complicado.
Como puede verse, las cuerdas llevan aquí bastante tiempo.
15:00 – Llego a una cascada que no es ninguna de las que busco. Para llegar a ésta, he bajado un trozo que era casi vertical y sin puntos donde apoyarse. Muy complicado de volver a subir. Ahora sí que no hay marcha atrás.
15:04 – Y justo aquí llega el momento más tenso. La cascada en la que estoy forma una cañón muy cerrado formado por roca muy resbaladiza del que sólo se puede salir por un sitio. Veo una cuerda justo al otro lado, pero para llegar hasta ella, tengo que cruzar un trozo de roca resbaladiza al borde de la siguiente cascada. No hay prácticamente dónde agarrarse y, si resbalo, la caída es considerable. Y nadie sabe que estoy por este lado (Sólo dejé dicho que iba a The Source). Tengo un momento de verdadero agobio, porque no veo muy claro cómo salir de aquí. Ni siquiera estoy seguro de que este camino lleve a alguna parte, aunque mientras haya cuerdas, hay esperanza (y camino).
Al final, medio arrastrándome (con el culo lleno de barro), asegurando con mucho cuidado donde pongo los pies y agarrándome en lo que puedo, consigo cruzar la cascada. Me tiemblan las piernas.
15:08 – Y, de repente, aparezco en una cascada que me resulta familiar. Efectivamente, es la última cascada de la Ruta de las Cascadas. ¡He conseguido unir los dos caminos!
La cámara está sucísima y toda mi ropa está empapada. No hay forma de sacar una foto decente del lugar.
15:17 – A partir de aquí es terreno conocido y sencillo. Lo cual es un alivio después de la tensión pasada. Paso al lado del árbol de raíces espectaculares.
15:35 – Me encuentro algo que no estaba la otra vez. ¡Una rama ha hecho un agujero en la tubería! No sé si ha sido la naturaleza abriéndose paso, o la “humanidad” haciendo de las suyas.
15:47 – Llego al camino ancho y recto. Esto es ya un paseo.
Paso al lado del puente de piedra de los Pitufos…
15:51 – Llego a la entrada “oficial” del parque.
15:57 – Llego a Prison Farm.
15:58 – Estoy en el viejo Molino de Azúcar. Muy lejos de Golden Rock, donde dejé el coche.
Hay un poco de viento y el vídeo se escucha de culete.
Tengo que andar hasta la carretera y, desde ahí, ver cómo llegar hasta Golden Rock.
16:20 – Pues sí, es una Iglesia Baptista.
Aquí termina mi excursión (aventura, locura…) a pie. La he subido a Wikiloc por si alguien quiere hacerla, pero es algo menos arriesgado hacerlo acompañado.
Wikiloc me permite ver la ruta completa y la verdad es que impresiona.
No tengo muy claro si coger el bus o hacer autostop, así que empiezo a andar por la carretera mientras lo pienso. Y poco después, sin llegar a pedírselo, un coche con dos mujeres, se para y se ofrecen a llevarme muy amablemente. Son Annette y Dana (que no quiso salir en la foto) y les debo la vida.
16:33 – Me dejan justo a la entrada del acceso de Golden Rock.
16:37 – Y, poco después, ya estoy en el parking.
Han sido 4 horas de intensa aventura, entusiasmado por haber conseguido conectar las dos rutas en solitario, pero con un punto de amargura por no haber sido capaz de llegar hasta The Source.
Unos días más tarde, hablo con un americano que está muy metido en temas de hiking en Nevis y le enseño el vídeo del punto en el que me quedé. Me comenta que aún me quedaban unos 5-10 minutos más, pero que el camino es realmente complicado llegado a ese punto y que la famosa escalera de hierro lleva décadas sin mantenimiento y desde hace bastantes años advirtieron que se dejara de usar, pero que aún algunos valientes se atreven a subirla. Hubiera sido una imprudencia tentación increíble.
St. Kitts
No me podía ir del país St. Kitts y Nevis sin visitar la otra isla, St. Kitts. El 17 de septiembre de 2019 me voy hasta el Charlestown Ferry Pier para coger el ferry que va hasta allá. El billete cuesta 30 XDC + 1 por impuestos de nosequé (y que tienes que pagar en otra ventanilla). En total 31 XCD (10€).
Pensaba que sería un ferry como los de Canadá o Nueva Zelanda, con docenas de pasajeros y coches y varias plantas y cafetería y…
Pero no.
El trayecto dura una hora aproximadamente. El estrecho entre las dos islas es pequeño, unos 3 kms, pero lo bueno de este Ferry es que va de capital a capital, de Charlestown a Basseterre.
Me doy un paseo por la ciudad alejándome de la zona del puerto. La ciudad es colorida y llena de contrastes.
Saint George, que primero fue católica cuando los españoles y ahora, claro, es anglicana.
Y dando un rodeo llego al centro, al Memorial Berkeley.
Y, detrás, hay un pasadizo que lleva a la zona portuaria.
Precisamente ha llegado un crucero hace poco y es un momento de plena efervescencia de guías turísticos intentando vender su tours. Los más terribles son los que llevan un mono amaestrado en el hombro como reclamo.
Y me impresiona mucho lo diferente que es esta zona del resto de la ciudad. Y es algo que veo en todas las ciudades donde atraca un crucero. Hay una zona que es “para turistas vagos”, llena de comercios y restaurantes, sin tener que alejarse mucho del barco. Lo impresionante es que es idéntica en todas las ciudades y muy diferente a la ciudad real, por lo que uno piensa que estos turistas deben tener la sensación de estar siempre en el mismo sitio y que el barco es en realidad un hotel con un holograma alrededor para hacerles creer que están navegando.
Yo me vuelvo a alejar un poco, y me doy un paseo por Independence Square.
Pero finalmente vuelvo al puerto para coger el ferry de vuelta. Mientras lo espero, me tomo una cerveza viendo una partida de dominó.
Y así de rápida se me pasa la vuelta.
Pequeño Hiking por Cottle Church
Mi última excursión es la que hago, es el día antes de partida. Mi host, Carol, me ha puesto en contacto con Nessa, otra americana que se dedica a organizar hikings todas las semanas. Nessa me ofrece unirme a un sencillo hiking que harán el 26 de septiembre de 2019 con un pequeño grupo de gente. Es una buena ocasión para socializar, pero es una pena que haya descubierto este grupo justo cuando ya me voy.
Nessa me recoge a las 8:15 y nos encontramos con el resto del grupo cerca del Mount Nevis Hotel.
La primera parada es en unas cuevas que, aunque están pegadas al camino, están bastante escondidas.
Siguiente parada: The Cottle Church, una antigua iglesia construida por la familia Cottle.
Dos del grupo se han traído a sus perros. Uno de ellos tiene tanto calor, que no pierde ocasión de refrescarse.
Pasamos junto a un viejo molino de azúcar.
Es el primero que veo que aún conserva parte de la maquinaria.
Cuando bajamos la colina, hay unas vistas chulísimas de la costa.
Y la excursión termina, como no puede ser de otra manera, con unas cervecillas en Yubrenta Bar & Snackette.
He grabado la ruta y la he subido a Wikiloc.
Además de las excursiones, también visito algunos lugares, como…
Cafe des Arts
Carol me recomendó el Cafe des Arts, en Charlestown, como un lugar agradable donde desayunar o ir a trabajar con el portátil.
Mi primera experiencia allí fue regular, ya que la camarera que me atendió fue especialmente borde conmigo. Me quejo en su página de Facebook y su dueña, Eli, me pide disculpas y me invita muy amablemente a desayunar al día siguiente. Desde entonces voy con frecuencia y nos hacemos buenos amigos.
Y no falto los martes que es Burger Night… y tienen Veggie Burger!
También me hago amigo de los lagartos del lugar.
Eli me explica algunas cosas muy interesantes sobre las diferencias culturales entre los caribeños y los europeos.
Me comenta que para los caribeños es muy importante el saludo. Mucho más que el “Por Favor” o “Gracias” al que no le dan tanta importancia. El primer contacto siempre debe ser “Buenos días, tardes o noches”. Los europeos somos un poco dados a ir directamente al asunto (“¿Me pone un café, por favor?”) sin saludar previamente y eso es considerado aquí de muy mala educación.
La otra cosa es que para ellos el “How are you?” no es retórico. Se espera una respuesta y un “And you?”. Para los europeos nos queda muy raro toda la retórica del…
– Good morning, how are you?
– I’m fine, thanks. And you?
– I’m great, thank you.
– What can I do for you?
Pero es lo que se espera. Por eso les resultamos bastante rudos con nuestro…
– Hi, can I have a coffee, please?
Es muy bueno saberlo e intento ponerlo en práctica desde entonces. Y no es sólo en Nevis, por lo que voy viendo, es válido para todo el Caribe, especialmente el anglosajón.
Lovers Beach
Mi lugar preferido para los atardeceres es Lovers Beach, una playa del norte, muy cerca del aeropuerto, donde nunca hay nadie, como puede verse.
Lo primero que me llama la atención son unas huellas grandes y profundas en la arena. Creo que son de tortugas que suben la orilla desovar.
Pero luego hay otras muy pequeñas y ligeras, que juraría que son de los bebés tortuga corriendo hacia el mar.
En algunos casos, los bebés parece que se lían y se cruzan entre ellos.
¡Hacen muy largos recorridos!
En mis varios paseos por Lover Beach, me dedico a hacer fotos a todo lo que pillo.
Incuso a mí. ?
De los atardeceres…
…y de la luna casi llena.
Día de la independencia…
Tengo la enorme fortuna de que el Día de la Independencia de St. Kitts & Nevis coincida con mi estancia aquí. Tal y como cuenta la Wikipedia, la federación alcanzó la plena independencia el 19 de septiembre de 1983. Éste es, por lo tanto, su 36º aniversario como país independiente.
Eli, la dueña de Cafe des Arts, me avisa de la celebración y me recomienda que me pase por el desfile que tiene lugar por la mañana en Charlestown.
Cuando llego ya están las autoridades en su grada…
…y está sonando la banda, que no puedo evitar que me recuerde a la de Los Simpson.
Allí me encuentro con Eli y su marido, que están en el mejor sitio para verlo todo.
Tras pasar revista a los desfilantes, el Premier y la Deputy General Governor se retiran a la grada.
Da gusto poder estar en un evento así sin que haya miles de medidas de seguridad, y que las autoridades te pasen literalmente al lado sin que 200 guardaespaldas se te echen encima.
Llega el momento del desfile. Desfilan no sólo los soldados, sino también otros grupos de la actividad social de la isla, como los voluntarios que ayudan a cruzar a los niños que van al cole.
Tras el desfile hay unas salvas de honor. La primera siempre es un susto.
Y, tras el evento, todos los grupos desfilan hacia la salida.
Dibujo…
En este housesitting he tenido más tiempo libre de lo habitual. No hay posibilidad de trabajar, Cushy no requiere demasiado tiempo ni atención (se pasa el día durmiendo), el blog lo llevo al día y no hay tantas lugares que visitar o excursiones que hacer. Es por eso que he querido empezar algo nuevo. Hablando con mi amiga Gabi, me recomendó este libro:
Siempre, desde pequeño, he pensado que no sé dibujar. De hecho tenía la teoría de que mi incapacidad para dibujar era mi falta de memoria visual. Pero, curiosamente, el libro dice que casi nadie tiene memoria visual, y que las imágenes las memorizamos simplificadas y codificadas, y que por eso nos cuesta dibujar cosas que ya conocemos, porque utilizamos esa codificación en lugar de copiar lo que vemos. El libro enseña a dibujar copiando literalmente intentando que el lado izquierdo del cerebro (el que conoce esa codificación) no participe. Es de lo más interesante.
Así que fui a un par de tiendas en Charlestown y me he comprado todo lo necesario, según el libro, para aprender a dibujar.
Y aquí están algunas de mis primeras prácticas.
Estoy muy sorprendido de los resultados, la verdad. Está siendo un proceso muy interesante.
Huracanes…
La verdad es que estoy teniendo mucha suerte. Está siendo una temporada muy activa de huracanes en el Caribe, pero por ahora no me ha pillado ninguno de lleno. Lo más cercano fue el Huracán Karen que pasó rozando Nevis por el oeste. No trajo mucho viento, por suerte, pero sí bastante lluvia.
Visado y despedidas…
Como ya comenté en mi anterior post, al entrar Nevis me sellaron el pasaporte sólo por 1 mes, en lugar de los 3 que yo esperaba. Poco antes de cumplirse el mes, voy a la oficina de inmigración. Ahí, una funcionaria muy poco amable (ya me voy acostumbrando) me dice que si quiero extender mi visa tengo que pasar primero por “administración”, solicitarlo, pagar y luego volver. Le sonrío mucho y le doy las gracias.
Cuando llego al edificio de administración me llevo la sorpresa de que la guardia de seguridad no me deja pasar (eso sí, con una sonrisa y de buen rollo) por llevar pantalones cortos y sandalias. Y, efectivamente, hay un cartel que así lo indica. Le digo que volveré al día siguiente con mi mejor smoking. Por suerte, creo que no me ha entendido.
Al día siguiente vuelvo mejor vestido y le digo “¿mejor así?” y se ríe. Bueno, no todos son bordes por aquí, menos mal.
En Administración se sorprenden mucho de que me dieran sólo 1 mes. Me dicen que para europeos son 3 meses y que ha tenido que ser un error, que vaya a Inmigración. Les digo que ya me mandaron desde ahí, pero me dice que hable con determinada persona que ya está avisada del caso.
Voy para allá. Esa persona es la “simpática” que me atendió el día anterior. Me coge el pasaporte y me dice secamente que espere fuera. Al rato vuelve y me entrega el pasaporte, y me llevo la sorpresa de ver… que lo han corregido a boli!!
¡Para eso ya lo podía haber hecho yo! ?
De esta manera, y con todo en orden, cumplo mi mes y medio en la isla y, el 27 de octubre de 2019, llega el día de las despedidas.
Me despido de la casa, del pequeño Cushy, que tanta compañía me ha hecho, y de estos maravillosos atardeceres.
Y Carol, muy amablemente, me lleva hasta el aeropuerto donde también nos despedimos. Allí, antes de tomar el vuelo, me toca pagar estos “impuestos de salida”. En total 21 USD por dejar el país. Estoy acostumbrado a que me cobren por entrar, pero se me hace raro que me cobren por salir.
Planes…
Mi próximo destino es Puerto Rico. Cuando hablé con Carlos y Sara, dos antiguos voluntarios de los Jardines Botánicos de Nevis sobre el extraño carácter de la gente de por aquí, me dieron completamente la razón y me dijeron que si quería gente alegre y simpática, que me fuera a Puerto Rico. No necesité muchas más razones para ir, así que, inmediatamente, me puse a buscar Housesitting allá y encontré uno muy interesante en la zona de Dorado, así que… para allá me voy!
Y es que lo mejor de esta idea de vivir viajando es esa flexibilidad de poder decidir en cualquier momento ir a cualquier lugar, según me apetezca o me dicte la intuición. Hay pocas cosas comparables a esta sensación de libertad absoluta.
Conclusiones…
He aprendido en mi viaje que el tipo de vida en las islas es siempre bastante diferente a la vida en “tierra firme”. Hay como cierta sensación de claustrofobia. Es como si el hecho de saber que estás rodeado de mar por todas partes produjera cierta sensación de estar “encerrado”. Pero yo creo que es algo que sientes sólo si has vivido en una isla durante mucho tiempo. Y se acrecienta cuanto más pequeña es la isla.
A eso hay que sumarle que muchas islas no tienen apenas producción propia, por lo que dependen del exterior para proveerse de todo. Eso dispara los precios y crea una sensación de dependencia del exterior.
Al contrario de lo que me esperaba de una isla caribeña, no he visto música y alegría en las calles de Nevis. Hay como un ambiente de melancolía perpetuo que se traduce especialmente en el trato al extranjero, que no es precisamente acogedor.
Y es que Nevis es tan pequeño que al final es como un pueblo donde todo se sabe y todo el mundo se conoce. Hay poca vida privada.
Por otra parte, Nevis no es excesivamente turístico. Esto se debe a que no tiene playas espectaculares como otras islas (Pareciera que el turismo lo único que busca son playas). Pero para mí, que no soy nada playero, eso es una ventaja, porque la ausencia de turismo le da mucha más autenticidad a la isla. Y, aunque no tiene playas, tiene algo mucho mejor: una maravillosa montaña con montones de rutas por recorrer. Nevis Peak es de las mejores montañas en las que perderse… a veces, literalmente.
En cualquier caso mes y medio ha sido más que suficiente para conocer la isla en detalle. Ha sido una gran experiencia, muy interesante en muchos aspectos. No siempre fácil, pero siempre-siempre muy aleccionadora.
La verdad es que mi plan (ese inexistente plan que no-guía mi viaje) no era pasar tanto tiempo por el Caribe. De hecho mi no-plan era intentar pasar las Navidades por la zona de Nueva Zelanda y Australia, pero las cosas han venido así y lo mejor es fluir. Si algo he aprendido es que cuando las cosas son fáciles es que es lo que tiene que ser. Y cuando se ponen difíciles….
…es que quizá ése no es el camino.
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