4 mayo 2016
139 días viajando…
5 días en Whangateau…
Me levanto a laa 7 dispuesto a hacer mis saludos al sol, pero dejé tendida la estirlla ayer en el jardín y está empapada. La tengo que guardar dentro.
Hoy me hago yo el desayuno. Tortilla de zanahorias y chirivías o pastinacas (lo que aquí llama parnsnip o white carrot).
Ha venido Ben, un amigo de Nat, para cuidar su huerto y se ha traído a su perro que es de lo más juguetón que he visto.
Hoy me pongo yo las tareas, así que he decidido ponerme con las hierbas del frontal de la casa. A base de hacha y pala, voy consiguiendo quitarlas. Es un trabajo agotador.
Una vez quitadas, empiezo a cavar con la pala para sacar las raíces, pero eso no lo termino, que no doy para más. Lo dejo para otro día. Toca hacerse la comida. Hoy, arroz de cosas.
Natalie tiene unas especias estupendas.
Por cierto, por fin consigo hablar con ella por video-chat. Ha estado toda la mañana en quirófano. Al final la han operado con anestesia general y está a base de morfina. La pillo en pleno viaje. Parece que todo ha ido bien.
Me recomienda una ruta que hay cerca de aquí, en una pequeña península, el Ti Point. Me da las indicaciones y me dice que coja su coche. Genial. Pues para allá que me voy.
Se llega en menos de 15 minutos. El último trozo es camino de grava hasta el aparcamiento.
Hay un pequeño embarcadero y zona de pesca…
…y desde ahí empieza la ruta.
La verdad es que los paisajes con increíbles.
Impresiona ver un árbol desarraigado pero aún con vida.
Y finalmente…
No sé si sentir mal rollito por lo de “el final” o sentirme como ganador de una especie de gymkana. Ha sido poco más de media hora de paseo.
Estoy exactamente aquí:
El paseo recorre toda la base de la península, de oeste a este y vuelta.
A la vuelta tiro alguna foto más.
Hay un trozo que pasa por lo que parece el jardin de una casa privada.
Finalmente llego al aparcamiento…
…y me vuelvo para casa.
Hay una cosa en el baño que me tiene fascinado. Cuando quieres acabar con las moscas pero tu mentalidad budista no te permite matar animales, ésta es la mejor solución.
Ayer me recorté por fin la barba. Quería haberme cortado el pelo en Auckland, pero el sitio más barato eran $30… uf.
Así que opto por intentar usar mi maquinilla recortadora a ver si lo consigo, pero no hay forma de que me coja el pelo. Carol, la abuela, cuando me ve, se echa las manos a la cabeza y me dice… “I’m hairdresser!!”. Vaya, que suerte! 🙂
No ha quedado mal. Por fin conseguí quitarme tanto pelo. La última vez que me lo corté fue en Madrid.
Para cenar Carol ha preparado una especie de pizza de patatas, que está estupenda.
Después de la cena, Gala quiere preparar un strudel de manzana de postre. Para ello cuenta con una máquina peladora de manzanas que es fascinante.
Y el strudel queda estupendo. No soy mucho de postre dulce, pero por una vez…
Mañana me dedicaré de nuevo a la puerta del gallinero, para ir variando.
Estoy intentando contactar con Lizzie, la chica de Cook Islands que conocí haciendo autostop, pero aún no he tenido respuesta. Pero bueno, por lo pronto tengo asegurado un HelpX en Aitutaki, pero me gustaría tener algo en Rarotonga también.
Y tengo que mirar qué actividades hay por aquí, que no todo va a ser trabajar.
Por lo demás me siento mejor, aunque aún creo que no estoy bien del todo. Es como si me hubieran robado un poco de energía. Pero es cuestión de poco tiempo.
Eso sí, mi post del Vipassana ya va por las 200 lecturas. Es todo un récord. 😉
Por la noche, mi amiga Mer me manda una canción de Marwan que me hace echar una lagrimilla…
…y es que algo de morriña siempre hay. Ya son 4 meses y medio sin recorrer la Gran Vía, sin tomarme una caña con tapita, sin abrazar a los amigos.
Uf… Os echo de menos.
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