23 – 27 noviembre 2017
711 días viajando…
4 días de Roadtrip…
13 días en Christchurch…
El día 23 de noviembre, comienza mi mini-roadtrip por la Isla Sur de Nueva Zelanda.
“Mini” por tiempo, no por distancia, porque la verdad es que me recorro una buena parte de isla.
Así que me despido de mis anfitriones, Leti y Cris, que tan maravillosamente se han portado conmigo estos días, y marcho para la oficina de alquiler de coches.
Lo primero que me llama la atención al salir de la casa, es un un coche de empresa, aparcado cerca, con una publicidad que podría considerarse, cuanto menos… sexista.
Voy hasta la oficina de Apex, donde tienen reservado para mi un Toyota Corolla de Relocation. Tengo tres días para llevarlo a Nelson sin límite de kilómetros.
Pero no todo va a ser tan fácil. Dicen que mi carnet internacional de conducir (que llevo usando todo el viaje y que no es más que una traducción del español) es sólo válido por un año y que ya está caducado, que necesito una traducción oficial del mío. Pero (qué causalidad) ellos tienen el contacto de una empresa que lo gestiona on-line en menos de una hora por 49 AUD (32 €). Les pregunto que si es también válido para Australia, ya que haré otro roadtrip allá, y me dicen que sí, pero pagando un extra de 25 AUD… en total 74 AUD (48 €) por la broma. Y yo que creía que me saldría casi gratis.
En fin, una vez que tengo el coche, hago una compra de comida y me pongo en marcha. El plan es ir hasta la Costa Oeste y desde ahí subir a Nelson y luego bajar a Christchurch en autostop.
Día 1 (23 noviembre 2017)
De Queestown a Franz Josef (345 kms).
Me dirijo hacia el norte. La idea es llegar a la Costa Oeste a la altura de Haast. Hago una primera parada en Arrow Junction Lookout Point para tirar alguna fotillo.
Se nota que aún estoy lejos de la Costa Oeste, que es mucho más verde.
La segunda parada es en el Lago Hawea, concretamente en el Lake Hawea Lookout.
Después, voy directamente a uno de los puntos más interesantes del recorrido, las famosas Blue Pools, unas piscinas naturales de intenso color azul al que se llega siguiendo un pequeño track de media hora.
El recorrido acaba en un puente sobre las piscinas.
Como el calor aprieta, no me lo tengo que pensar mucho para meterme… pero apenas consigo cruzar el río y volver. El agua está congelada.
Hago otra parada un poco más allá, en el Cameron Flat Campsite, para hacerme algo de comer…
…y continúo mi camino hacia el norte. La siguiente parada es en los Thunder Creek Falls, unas muy espectaculares cascadas.
La carretera gira por fin hacia el oeste y hago otra parada en otras cascadas, las Roaring Billy Falls.
Casi impresiona más estar en el lecho del río y su color, que las cascadas en sí, que no se ven demasiado bien.
Sigo un poco más y por fin estoy ya en la Costa Oeste, a la altura de Haast. El tiempo ha cambiado por completo. Aquí es de todos conocido que cuando en una costa hay sol, en la otra está nublado, y viceversa.
Una de las curiosidades de Nueva Zelanda es que el que hizo los puentes debía tener muy poco presupuesto, porque prácticamente todos son de un carril, por lo que hay que fijarse bien quien lleva la prioridad.
Hago otra parada ya en la costa, en Ship Creek, donde se puede hacer una pequeña ruta por las dunas.
Aunque ya es algo tarde, decido seguir avanzando un poco más y llego hasta el desvío entre el pueblo de Franz Josef y el Glaciar.
Es tarde para visitar el Glaciar, así que decido parar en el pueblo.
Demasiado tarde me doy cuenta de que no ha sido una buena decisión. El pueblo de Franz Josef es terriblemente turístico y está llenísimo de gente. Eso hace que me cueste encontrar un camping con algo de hueco y, cuando por fin lo encuentro, es terriblemente caro (25 AUD, aunque al final la recepcionista chilena se tira el rollo y me lo baja a 20) y sólo hay espacio en el aparcamiento de grava, por lo que me toca plantar la tienda sobre grava en vez de césped. No es lo más cómodo, pero es lo que hay.
Al menos tiene una mini-cocina y me puedo apañar una ensalada para la cena. Eso sí, como no tienen ningún tipo de recipiente… compro lo más barato que encuentro. Y oyes, me hace el apaño.
Día 2 (24 noviembre 2017)
De Franz Josef a Punakaiki (293 kms).
Lo primero (tras el desayuno) es visitar el famoso Glaciar de Franz Josef. Así que voy con el coche hasta el aparcamiento que hay al principio de la ruta.
El camino está bastante transitado, ya que es un destino muy turístico.
Y, de repente, allí está, el glaciar.
Y me hago la foto oficial, claro.
Es una pena no poder acercarse más, porque la verdad es que es espectacular y la visita merece mucho la pena.
Vuelvo al coche y pongo de nuevo rumbo norte siguiendo la costa.
Hago una pequeña parada en el Lake Ianthe Matahi Campsite, donde pensé acampar anoche, pero se me hizo muy tarde.
Y voy directamente a Hokitika, un pueblo del que me habían hablado muy bien.
Voy hasta la playa, donde un alma caritativa me hace esta foto.
Y allí encuentro una mesa donde puedo cocinarme algo.
En esa misma mesa me encuentro y charlo con un grupo de españoles que han venido en viaje organizado para recorrerse Nueva Zelanda en bus. Lo más enternecedor es cuando les pillo cantando Mediterráneo de Joan Manel Serrat.
Le verdad es que alegra el corazón encontrarse gente de tu tierra estando taaaan lejos.
Después de comer, me tomo un café en un puesto de allí mismo que es de lo más cuco.
Varias personas (entre ellos, también gente de este grupo de españoles) me han recomendado visitar el Hokitika Gorge. Me cuesta decidirme, porque es un desvío de 33 kms sólo ida (luego hay que volver por el mismo camino) por una carretera en no muy buenas condiciones. Pero al final me decido y tiro para allá.
Y la verdad es que merece la pena. Nunca había visto un agua tan azul. Ni siquiera en las Blue Pools.
Como se va haciendo tarde, vuelvo a ponerme en marcha. Aprovecho para grabar cómo es conducir por la Costa Oeste.
Para pasar la noche, elijo el Punakaiki Beach Camp, donde ya estuve con Alex hace unas semanas y la verdad es que me encantó el sitio.
Así que nada más llegar, planto la tienda a todo correr…
… y aprovecho las pocas horas de luz que quedan para hacerme la ruta al Swing Bridge que no pude hacer la otra vez.
Se supone que se hace en una hora, pero consigo llegar en 35 minutos. Y ahí está, el Swing Bridge.
El nombre le viene al pelo.
Me vuelvo al camping para hacerme algo de cena y a dormir a la tienda. La verdad es que ya duermo estupendamente en cualquier sitio.
Día 3 (25 noviembre 2017)
De Punakaiki a Nelson (259 kms).
Por la mañana me hago un desayuno, recojo la tienda y me pongo en marcha.
Muy pronto dejo la Costa Oeste y ya no hay demasiado que ver, por lo que me hago el recorrido bastante de tirón. Además, tengo que llegar antes de las 15h.
Así que sin nada reseñable que contar, sobre las 14h estoy devolviendo el coche en Nelson.
Han sido casi 900 kms de roadtrip en 3 días y 2 noches.
Pero mi roadtrip no ha terminado… ¡Tengo que llegar hasta Christchurch en autostop!
De Nelson a Murchinson (118 kms).
Mi plan es intentar llegar hoy a Christchurch, pero son 422 kms. y son las 15h… No sé yo.
Salgo de la oficina de alquiler y camino hasta la carretera principal y ahí me planto.
El sitio es fatal para el autostop. Es carretera, los coches pasan a toda leche y no hay demasiado sitio para parar, así que la espera es larga. Pero al final alguien se apiada de mí. Es Collum, que sólo puede llevarme hasta Richmond, pero al menos me deja en un sitio mejor. Allí nos despedimos.
Me vuelvo a poner, y no tengo que esperar mucho hasta que me paran Trevor y su hijo Ethan, que me llevan hasta Wakefield.
Allí me recogen Diane y su hija Katherine, quienes están tan acostumbradas a recoger autoestopistas, que hasta tienen una libreta para que les firmemos!
Me dejan en Kohatu, en un desvío de la carretera que ellas deben coger. Allí nos despedimos.
Estoy al lado del Flat Rock Café… y no hay nada más.
Pasa algún coche de vez en cuando, pero la espera es larga. Se va haciendo tarde y empiezo a pensar que va a ser complicado llegar hoy a Christchurch. El autostop mola, pero es lento.
Al final me para un coche. Es Angela, que viaja con Jetta, quien se acomoda entre mis piernas.
Me lleva hasta el pueblecito de Murchison y ahí nos despedimos.
Me pongo de nuevo en la carretera un buen rato, pero no pasa casi nadie. A estas horas ya nadie va para el sur y está claro que no voy a llegar hoy, así que miro en mi app de CamperMate si hay algún camping cerca y, no sólo lo hay, sino que hay uno muy especialmente recomendado, el Riverside Holiday Park, a un par de kilómetros hacia el río, así que me dirijo hasta allá.
Está justo al lado del cementerio.
En todos os comentarios hablan muy bien de Robin, el dueño y, efectivamente, nada más llegar me recibe Robin y él mismo me enseña el espacio y me dice dónde plantar mi tienda. Pura amabilidad. Y por sólo 12,50 AUD (7,20 €).
Así que planto mi tienda rápidamente al lado del río…
…y me voy corriendo a darme un baño en él.
Y después aprovecho las estupendas instalaciones que tienen para hacerme una buena cena.
Día 4 (26 noviembre 2017)
De Murchison a Lyttleton (319 kms).
Por la mañana me levanto pronto, me hago algo de desayuno, recojo mi tienda en un periquete…
…y vuelvo a la carretera a volver a poner el dedo.
Y no tengo que esperar mucho. Muy pronto me para un coche y resulta que va hasta Christchurch, así que me hago casi todo el viaje con Sue… y Nikita!
Es un viaje largo, pero tranquilo. Sue no es muy conversadora. Paramos por el camino para tomar café, y para estirar las piernas y a eso de las 14h, me deja en la zona suroeste de Christchurch. Allí nos despedimos.
Pero mi objetivo es Lyttleton, donde cogeré el ferry a Diamond Harbour, para pasar mi último día en Nueva Zelanda en casa de Alex.
Así que vuelvo a hacer autostop. El sitio es malísimo para ello, ya que es una carretera, y tardo bastante, pero al final me recogen Jason, Libby y… Cuatro! (sí, como suena).
Tres autostops con perros… ¡parece que los atraigo!
Aunque su destino es un poco antes, me llevan hasta Lyttleton y me dejan allí. Se lo agradezco infinitamente.
Me toca esperar una hora al ferry en el puerto, donde no puedo evitar preguntarme si realmente es sostenible esta industria maderera.
Pero poco después ya estoy en Diamond Harbour.
Y poco más que contar. Mi último día lo paso de tranqui, preparando mis cosas y, al día siguiente Alex me lleva al aeropuerto. Cuando me quiero dar cuenta…
…estoy dejando Nueva Zelanda.
Un truco: Si pedís última fila y el avión no se llena, es probable que vayáis solos.
Cuentas
Veamos los gastos que me ha supuesto el roadtrip.
- COMIDA:
- Comprar comida: 45,48€
- Cafés: 15,16€
- Bebidas: 4,08€
- SUBTOTAL: 64,72€
- TRANSPORTE:
- Alquiler Coche: 1,75€
- Gasolina: 76,02€
- SUBTOTAL: 77,77€
- ALOJAMIENTO:
- Camping: 31,64€
- WC: 1,15€
- Conexión internet: 2,91€
- SUBTOTAL: 35,70€
- OTROS:
- TOTAL: 178,19€
Que entre 4 días, sales a 44,54 €/día. Bastante razonable.
Conclusiones
Estos 3 meses justos en Nueva Zelanda me han hecho reconciliarme por completo con el país. Es verdad que tiene zonas bastante secas o muy dedicadas a la ganadería y, en general, poco interesantes, especialmente en la Isla Norte. Pero está lleno de parques nacionales, y las dos cordilleras montañosas de la Isla Sur y toda la Costa Oeste son una auténtica maravilla. A eso sumamos ciudades como Wellington o Queenstown, que son lugares maravillosos en los que estar.
El carácter kiwi es algo más abierto que el australiano, pero por contra, se les entiende bastante peor, y no hacen demasiado esfuerzo por hablar más claro.
Lo mejor que me llevo de Nueva Zelanda es el haber conocido a Alex, las experiencias que vivimos, las escaladas, los lugares que me descubrió… Nunca podré agradecer tanto recibido.
Planes
Mi plan es pasar las navidades en Melbourne (se podría decir que uno de mis lugares favoritos del mundo), pero como me sobran un par de semanas antes de empezar el Housesitting, reservé una autocaravana para hacerme la West Coast de Australia, desde Broome hasta Perth.
Pero, como era de temer, los del THL/Britz me han cancelado la reserva cuando ya tenía comprados los billetes Christchurch -> Melbourne -> Perth -> Broome, que me habían costado una pasta, y eso que pillé cada trayecto con una compañía distinta para que saliera algo más barato.
Me han dejado tiradísimo y les importa un comino que tenga los billetes ya comprados. Por suerte encuentro otro relocation en las mismas fechas, mismo recorrido, con WickedCampers. La furgoneta mola bastante menos que la autocaravana de 6 plazas con WC que tenía reservada, pero algo es algo.
Así que mi plan sigue en marcha:
1) Vuelo a Melbourne con China Airlines, donde pasaré dos noches en la casa donde haré Housesittng a partir del 19 de diciembre. Mis hosts me ha ofrecido amablemente quedarme esas dos noches y así voy conociendo a los perretes.
2) De ahí vuelo a Perth con JetStar, donde tengo una escala de unas 7 horas, que aprovecharé para visitar rápidamente la ciudad acompañado por mi amiga Miriam, que se fue a vivir allá.
3) De Perth vuelo a Broome con Virgin Australia, donde llego un día antes de que empiece el relocation, por lo que pasaré la noche en un hostel.
Pero todo eso…
…en próximos episodios. 😉
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