3 – 6 abril 2018

840 días viajando…
2 días en Kuala Lumpur…

El día 3 de abril de 2018, Julie y yo volamos desde Kathmandu (Nepal) a Kuala Lumpur (Malasia) con el plan de pasar 3 noches en la capital, antes de coger un bus hacia nuestro próximo destino: Pekan.

Para nuestra corta estancia en KL, hemos solicitado (y obtenido) un couchsurfing en casa de Leo y Jun-E, en la zona oeste de la ciudad.

El vuelo se pasa volando (¡je!) leyendo Into Thin Air, el libro de Jon Krakauer en el que se basa la película Everest. Es muy recomendable, especialmente si has estado en Nepal. Me tiene totalmente enganchado.

Llegamos una hora más tarde de lo previsto, a las 22:40, pero pasamos el control increíblemente rápido. Ha sido la vez que más fácilmente he entrado a un país. Ni siquiera hay que rellenar el típico formulario de entrada.

Cogemos el SkyBus a KL Sentral y, desde allí, un Grab a Trellises, que es el complejo de apartamentos donde viven Leo y Jun-E. Llegamos casi a media noche, pero le pillamos aún levantado y esperándonos.

Leo es judío, argentino y desarrollador informático… Pero no dedicamos mucho más tiempo a las presentaciones, que es tarde, así que… a la cama.

Al día siguiente, 4 de abril, nos levantamos antes que Leo (que, como buen informático, trabaja de noche y se levanta tarde) y nos vamos a visitar el centro de Kuala Lumpur. Para ello cogemos el MRT, el tren ligero, elevado y sin conductor que lleva a la ciudad.

A destacar la campaña contra la distribución de Fake News por Internet. Nos montamos en el primer vagón y, efectivamente, no hay conductor.

Eso nos permite tomar un vídeo de la llegada al centro.

Kuala Lumpur no es tan caótica como Bangkok ni tan pulcra y sin alma como Singapur. Es una ciudad moderna, bien organizada y con cierto encanto. Pero, eso sí, con un calor húmedo para morirse. Llegamos cuando más fuerte pega el sol.

Y la primera visita obligada es a las famosísimas Torres Petronas, claro.

Y, como puede verse, tenemos el sol en todo lo alto.

Antes de morir de insolación, buscamos dónde comer. Para ello usamos la app de Happy Cow, muy recomendable para buscar restaurantes vegetarianos cuando viajas por el mundo. La app nos dice que hay un monasterio budista que sirven comidas veganas a muy buen precio y que está justo al lado. ¿Qué más se puede pedir?

Se trata del Dharma Realm Guan Yin Sagely Monastery, un precioso monasterio budista en pleno centro de la ciudad…

..y donde, efectivamente, hay una especie de cafetería donde puedes servirte tu mismo un plato con todas las opciones veganas que tienen, que son innumerables y riquísimas. Y pagas sólo 5 MYR (1€) por el plato.

La comida es espectacular.

Cuando salimos del templo, nos damos cuenta hasta qué punto contrasta con el entorno.

Nos vamos dando un paseo…/p>

…hasta Chinatown, el barrio chino de KL, donde hacemos algunas compras para preparar mañana unos pancakes para nuestros hosts.

Y desde allí llegamos pronto hasta el complejo de apartamentos de Leo y Jun-E.

Kuala Lumpur no es muy Walk Friendly. Todo está muy pensando para ir en coche. Apenas hay aceras, ni espacios para pasear.

Cuando llegamos a casa de Leo, conocemos por fin a su pareja, Jun-E, malasia de origen chino. Nos vamos todos a cenar a un restaurante indio especializado en comida sobre hojas de palmera, el Aunty Manju’s Home Of Banana Leaf.

Donde, efectivamente, sirven la comida sobre hojas de palmera.

Durante la cena charlamos sobre la cultura malasia y aprendo cosas muy interesantes que desconocía. Hay que saber diferenciar entre la nacionalidad (malasia) y las etnias (malaya, india, china…). La mayoría de la población de Malasia es malaya, pero existen otros dos grupos numerosos, los de origen indio y los de origen chino (como Jun-E), además de otros grupos minoritarios.

Pero lo que más me sorprende y escandaliza es que, según la constitución, todos los malasios de raza malaya, son musulmanes por nacimiento. No pueden ser ni ateos ni de ninguna otra religión, por ley. El resto de etnias sí tienen libertad religiosa.

De hecho, leyendo más tarde sobre el tema, veo que hay grupos de jóvenes malayos que luchan por declararse ateos y que son perseguidos por ello.

Leo me lo intenta suavizar diciendo que, en el fondo, es una discriminación positiva, ya que los malayos cuentan con mayores ventajas sociales que el resto de etnias. Pero para mí es una intromisión inaceptable en las libertades individuales. Para mí, las leyes deben servir ÚNICAMENTE para crear reglas de convivencia en sociedad, pero dando la mayor libertad individual posible, y no deben NUNCA meterse en el terreno de lo que la gente piensa, siente o cree.

Que a estas alturas aún haya países (y muchos) que les digan a sus ciudadanos qué deben creer o pensar, me parece algo terrible y nos debe hacer agradecer las libertades sociales que hemos alcanzado en los demás países. Y cuidarlas mucho para que no desaparezcan, como ha ocurrido en otros países antaño más avanzados, como éste.

Al día siguiente, 5 de abril, Julie prepara un desayuno francés: unos pancakes de impresión que tomamos con miel o huevos.Aprovecho para tomar foto de los tres gatos de Leo, de los cuales no recuerdo el nombre… pero la verdad es que son un encanto.

La mañana nos la tomamos de relax y lectura en la piscina del complejo.

Ni tan mal. Viva el Couchsurfing.

Para comer, nos vamos con Leo al Super Saigon a comer un Pho. La conversación se me hace difícil. Es del tipo de persona que tiene todas las respuestas y ninguna pregunta. Me agota.

Por la tarde nos lleva de paseo al Parque Taman Rimba Kiara, en el que hay una pequeña montaña de selva tropical que es bastante espectacular.

Y acabamos el paseo en el TTDI Park.

Donde no deja de llamarme la atención cómo hacen footing algunas mujeres aquí. Hay que tener presente el inmenso calor húmedo que hace (no hay más que ver cómo estoy sudando).

Por lo que me comentó Leo, el uso del velo aquí no es obligatorio para las musulmanas, pero la presión social para usarlo es tremenda y prácticamente todas las mujeres malayas lo llevan.

En el parque hay hasta tortugas.

Como es nuestra última noche en casa de Leo y Jun-E, decidimos hacerles una cena a la española: Tortilla de Patatas y Ensalada.

Tenemos billetes para el bus que sale mañana por la mañana para Pekan, donde tenemos reservado un Workaway en el refugio de animales de Luke. Promete ser toda una experiencia.

Me alegro mucho que Julie me haya liado para venir a Malasia antes de ir para España. Está resultando un país muy interesante. Estoy deseando ver la parte menos urbanita.

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