6 enero 2016

20 días viajando…
16 días en Tasmania…

Aunque el despertador de mi móvil por algún motivo ha dejado de funcionar, me suelo despertar con bastante facilidad sobre la hora que quiero. Lo tenía a las 7, pero me he despertado a las 7:15. Empiezo con el yoga, pero no puedo hacer la sesión completa. Demasiada actividad matinal para concentrarme.

Desayuno y ayudo con el desayuno de Sarah y los niños. Hoy se van todos y me dejan solo. Sarah a trabajar, Ella se va a casa de su amiga, y Max a Bruny Island a pescar con un amigo. 

Entre las cosas de Sarah me encuentro un libro muy inspirador.

Todo lo que he leído hasta ahora (cosas sueltas) de este monje budista vietnamita me han parecido grandes enseñanzas. A ver si tengo un rato y lo leo.

Vuelvo a la carga con la parte de atrás del cobertizo. Así lo dejé ayer… y así queda después de unas horas de trabajo.

No solo lo he vaciado, he clasificado, ordenado y colocado en su lugar todo lo que había allí.

Para comer me hago una ensalada con algunas hojas de la huerta, zanahoria y remolacha, y me termino la sopa que quedaba, con algo de arroz que había por el frigo. Soy ideal para acabar con restos de la nevera.

Por la tarde me pongo con la segunda tarea que me ha encargado Sarah. Quitar las malas hierbas del terreno. Las hay de dos tipos. Unas que tienen pinta de malas hierbas…

…y otras que tienen pinta de inofensivas y preciosas campanillas. Pero al parecer se extienden como la peste.

Este trabajo me permite recorrer por primera vez el terreno completo, y la verdad es que tiene unos rincones chulísimos.

Sarah y Max llegan para cenar. Ella se queda en casa de su amiga. Al final nos hacemos cada uno nuestra cena. Yo me hago una ensalada como la de la comida (Cómo agradezco lo crudo)…

…Y me re-cocino lo que quedó del curry de Sarah con algo de coliflor.

Mientras espero a que Sarah termine de hacerse su cena para cenar con ella, empiezo a leerme el libro que encontré esta mañana, True Love, de Thich Nhat Hanh. ¿Casualidad que justo me encuentre ese libro?

He seguido leyendo después de cenar, y me tiene fascinado. Con qué sencillez dice cosas que en el fondo ya sabemos, pero que preferimos ignorar. Habla de las 4 reglas fundamentales necesarias para amar de verdad:

1. Amor: No sólo el deseo de hacer feliz a la otra persona, sino la habilidad de lograrlo. 
2. Compasión: No sólo el deseo de aliviar el sufrimiento de la otra persona, sino la habilidad de lograrlo. 
3. Alegría: Sólo es verdadero el amor que proporciona alegría y no sufrimiento. 
4. Libertad: Sólo es verdadero el amor que no se basa en la posesión y sí en la capacidad de “dejar ir”. 

Y no sólo se trata del amor de pareja. Es algo que intento aplicar en general, el amor universal. Si todos intentáramos en esta vida amar a todo el mundo, el mundo sería tan diferente.

Para esto recomiendo mucho esta meditación de Juan Manzanera.