20 diciembre 2015
3 días viajando…
2 días en Sydney…
Nos levantamos con algo de resaca y me llevan a reponernos con un señor desayuno:
Se sale un poco de mi presupuesto (25$ -> Unos 16€) y de mis intenciones austeras, pero tampoco quiero hacerles un feo y no acompañarles.
Después del desayuno cada mochuelo a su olivo. Josh ha quedado para ir a otra fiesta y yo decido darme una vuelta por Newtown para descansar, hacer fotos y escribir un poco. No creo que pueda llevar siempre este blog como diario, pero por ahora me apetece hacerlo así.
La arteria principal del barrio de Newtown es King Street, una calle muuuuy larga que lo cruza de norte a sur (con curvas) y que tiene todo el encanto de las ciudades americanas de casas de dos plantas y tiendas en los bajos. Me encanta.
Incluso diría que tiene un poco de estilo colonial.
A la hora de comer voy a un sitio que me recomendó (y mucho) mi couchsurfer australiana, Sara: Lentil as Anything.
Es un sitio increíble. Sara conoce muy bien el de su ciudad, Melbourne, que es el original y que, según dice, es su segunda casa. El de aquí es otro de los que han surgido después. Su filosofía es “Pay as you feel”, es decir, no te cobran. Pagas sólo si quieres y lo que consideres. Para guiarte tienen este documento a la entrada:
y a la salida tienes la caja de contribuciones:
De esta manera dan de comer a aquellos que no pueden pagar por ello, mientras que otros que sí pueden, si quieren, pueden pagar más para contribuir. Como las mesas son corridas, al final todos comen juntos. Es una entidad sin ánimo de lucro y se basa en la participación de voluntarios (puedes elegir no pagar por tu comida, pero trabajar por ella, si así lo sientes), de forma que todos los camareros que vi eran voluntarios, eso hacía que su trato fuera muy especial. Toda la comida es vegana, parte de ella traída por otros voluntarios que la cocinan. El ambiente es realmente muy especial y seguro que repito antes de irme.
Tienen 3 platos a elegir:
Yo me pido un curry con verduras que está buenísimo, y bien abundante, y un té con chai que me encanta, a pesar de lo poco aficionado que soy a las infusiones.
Me pregunto si algo así se podría hacer en España. Me parece un proyecto chulísimo, que pone a prueba nuestra generosidad y nuestra solidaridad, y que abre la puerta a otros muchos proyectos. Pero venimos de un país cuya tradición no se basa en el honor y la generoidad, como en oriente, sino en el Lazarillo de Tormes, de quien aprendimos que el más pillo es el más listo. Pero me encantaría montar algo así y comprobar que me equivoco. O al menos ponernos a prueba.
Pero seguro que mucha gente pondría el grito en el cielo por “competencia desleal” o por “explotación” y cosas similares…
Después de comer, deposito en la caja 15$ y termino de recorrer King St…
…hasta el Sydney Park.
Regreso por King St. hasta la cafetería Vittoria Coffe, donde me siento a escribir un rato.
Aprovecho para charlar con parte de mi red de apoyo. Cuando se hacen viajes en solitario o estancias largas lejos del “hogar” es muy importante contar con una buena red de apoyo. Son personas con las que sabes que podrás contar no sólo si surge un imprevisto, si no también, y muy especialmente, en horas bajas o simplemente para compartir de emoción o de alegría.
Yo cuento con personas muy especiales, de absoluta generosidad, sin las cuales no podría haber llegado hasta aquí y con las que sé que puedo contar en cualquier momento. Desde aquí les mando todo mi agradecimiento y cariño.
Por la tarde vuelvo a casa de Josh y me lo encuentro jugando a la pocha (aquí lo llaman de otra manera) con unos amigos. Me uno a ellos, aunque es un poco diferente a cuando yo jugaba en Madrid.
Me sigue costando mucho el acento de aquí. Especialmente si es en grupo, ya que cuando hablan entre ellos (como hacemos todos), se relaja mucho la articulación y se usa mucha jerga. Hay veces que dicen cosas que debería entender, pero que me lo tienen que repetir 2 o 3 veces, porque con el acento no lo pillo. Supongo que es cuestión de tiempo que se me haga la oreja. Es parte de lo que busco en este viaje. Mejorar mi relación con el inglés. De hecho, aunque Josh habla un español perfecto (estuvo un año por latino américa), ya hablamos siempre en inglés. Es divertidísimo oírle fingir el acento español.
Salimos a pillar unas pizzas veganas (hay un vegetariano y un vegano entre los amigos de Josh) y nos las comemos en su terraza.
Ahora Josh se ha ido a pasar la noche a casa de su familia, así que me he quedado solo en la casa. Aprovecho para terminar de escribir y descansar. Mañana, último día en Sydney, tengo pensado acercarme a Bondi Beach, la playa más famosa de aquí. A ver qué tal es…
Buenas noches….
Estoy contigo en lo del restaurante. Seria genial poder montarlo en España pero no estoy seguro de su viabilidad. No confio mucho en esta España nuestr….en este pais. 🙂
Señor, como sabe soy fan de sus andanzas asi que trate de hacer esto un diario, por favor! 🙂