3 – 6 febrero 2017
417 días viajando…
4 días de Road Trip…
Y nos vamos de Road Trip, como en las Road Movies.
Viernes 3 de febrero
El viernes por la mañana, después de un estupendo desayuno a base de tostadas y huevos, Carrie nos lleva a Marta y a mí hasta la sede de Apollo en Tullamarine y allí nos despedimos de ella. Carrie es una mujer maravillosa que se ha portado genial con nosotros. Lástima haber compartido tan poco tiempo.
Allí nos encontramos que hay una barbaridad de gente esperando a que los atiendan. Se junta que es viernes, fin de año chino (está lleno de chinos) y que entregan varios relocations hoy. Nos toca esperar 2 horitas, pero al final nos dan nuestra furgoneta…
…una Hitop Camper, equipada con depósito de agua de 50 litros, pila para fregar, cocina de gas, microondas (que sólo funciona si la furgo está enchufada a una fuente de corriente externa) y un espacio para estar, con dos bancos y una mesa convertible en cama.
No es especialmente cómoda, ni amplia, pero con un poco de organización nos apañamos bien.
Salimos casi a las 13h, bastante más tarde de lo que tenía pensando, y tiramos hacia la Great Ocean Road. Hacemos una parada en Torquay, inicio oficial de la GOR, en el supermercado Coles, para comprar comida para el viaje: verduras, arroz, legumbres, huevos, pasta, pan…
Nuestra siguiente parada es Bells Beach.
Desde ahí seguimos hasta Anglesea, otra de las paradas típicas de la Great Ocean Road.
Desde ahí vamos hasta el Lorne Queenscliff Coastal Reserve, donde hacemos otra parada hacia el atardecer.
…y donde no podemos evitar la tentación de darnos un baño.
Como se va haciendo tarde, empezamos a pensar en buscar un sitio donde pasar la noche. Llegamos hasta Kennett River, famoso por sus Koalas y decidimos parar a ver si es verdad que se ven en libertad…
…y es verdad!
Nos damos un paseo por el parque hasta que casi se hace de noche, viendo a unos cuantos Koalas en los árboles.
Decidimos hacer noche en el Holiday Park (nos han dicho y hemos leído en todas partes que está prohibidísimo acampar en cualquier sitio que no sea una Caravan Park), pero nos encontramos que cierran las barreras y la oficina a las 19h, así que no hay posibilidad de parar ahí. Hablamos con un trabajador del camping y nos dice que hay una pequeña explanada al otro lado del puente y que mucha gente para ahí sus furgonetas. Si hasta un trabajador del camping nos lo dice, no lo dudamos, claro. Efectivamente hay una pequeña explanada donde ya hay un coche aparcado y decidimos quedarnos ahí a pasar la noche. Estrenamos la cocina para hacer la cena: Pasta con ajo, cebolla y champiñones.
Sábado 4 de febrero
El sábado me despierto pronto y me voy a la playa a darme un baño. La verdad es que el sitio donde hemos parado tiene unas maravillosas vistas al mar. Y sin pagar un duro.
Cuando se levanta Marta hacemos una sesión de Saludos al Sol de Ashtanga Yoga y luego preparamos el desayuno: tostadas con huevos escalfados.
Nos ponemos en marcha y decidimos hacer un pequeño desvío para meternos dentro del Great Otway National Park. Por el camino vemos un montón de gente parada… y es que hay Koalas en uno de los árboles del camino.
Llegamos hasta el faro (Cape Otway Light Station), considerado como el faro más importante de Australia, pero nos llevamos la sorpresa de que hay que pagar $19,50 para entrar (incluso para acercarse). Como estamos en economía de guerra, nos damos una vuelta por los alrededores (buscando algún hueco por donde colarnos, pero nada) y nos conformamos con verlo de lejos.
Volvemos a la Great Ocean Road…
…y seguimos hasta el punto más famoso del recorrido, Los 12 apóstoles.
Y es que el sitio es una auténtica maravilla…
…pero lo que no se ve normalmente en las fotos es lo petadísimo que está de gente.
Es el destino final de todos los tours turísticos que recorren la GOR.
Seguimos un poco más…
…hasta Port Campbell, donde hacemos una breve parada para hacernos la comida, y continuamos hasta lo que se considera el final de la Great Ocean Road: Warrnambool. Allí paramos para visitar el Logans Beach Whale Watching Platform…
…un mirador en la playa que se supone que es un punto privilegiado para ver ballenas…
…pero por más que miramos, no conseguimos ver ninguna.
Como aún es pronto, dejamos la costa y tiramos para el norte, hacia nuestro próximo destino, el Grampians National Park. El camino con la luz del atardecer es especialmente bonito.
Como vamos flojos de batería, decidimos pasar la noche, esta vez sí, en un Caravan Park, así que vamos al Penshurst Caravan Park, que es algo mucho más cercano a un parque público que un camping.
Cuando llegamos, vemos que se puede acceder libremente y que sólo hay otra autocaravana. Nos comentan que los responsables están de viaje, pero que si vamos a las oficinas, podemos coger directamente las llaves de los baños y cocina. Efectivamente en la puerta de las oficinas, en el suelo, hay un cartel diciendo que podemos coger las llaves y que cuando nos vayamos, que metamos las llaves y el dinero ($24 por noche con electricidad y $12 sin) en un sobre y lo metamos en el buzón. Estas cosas sólo se ven por estos países, donde la honestidad es una seña de identidad.
Como es bastante pronto, nos tomamos una cerveza en el Pub de al lado y nos dedicamos a jugar a las cartas (la sota cabrona), para sorpresa de la gente del lugar. Nos lo pasamos bomba… y el barman también.
Algo más tarde aparcamos y enchufamos la furgoneta y nos hacemos la cena: ensalada de cosas.
Domingo 5 de febrero
El domingo amanece bastante nublado y amenazando lluvia. Pero como no aceptamos amenazas de nadie, retomamos el camino hacia el norte, hacia los Grampians.
Por el camino vemos un canguro tumbado en medio de la carretera. Menos mal que es en una recta y lo vemos de lejos y nos da tiempo a frenar.
Según he visto en Internet, los dos sitios más chulos para visitar en los Grampians son The Pinnacle (un mirador en la parte más alta del parque nacional) y The MacKenzie Falls (una cascada bastante grande).
En primer lugar vamos a The Pinnacle. Se puede llegar desde varios lugares, pero dado que vamos con poco tiempo, nos decidimos por el punto más cercano, el Sundial Car Park, pasando antes por el pequeño pueblecito de Halls Gap.
Desde El Sundial Car Park, la subida es muy suave y corta, pero el lugar es bastante espectacular.
Aunque no dejo de pensar que los Grampians son famosos a nivel nacional y en cambio la Pedriza de Madrid es bastante menos conocida en España y a mí me parece bastante más espectacular. No estoy seguro de que apreciemos las maravillas naturales que tenemos en nuestro país.
Pero es verdad que The Pinnacle es un sitio impresionante con unas vistas increíbles.
Desde allí vamos hasta los MacKenzie Falls. Nada más llegar al aparcamiento, nos encontramos con un grupo de canguros que están ahí, tan tranquilos.
Desde allí hay un pequeño paseo a pie hasta la cascada.
Primero se llega a una pequeña…
…y después ya a la de verdad.
Desde ahí nos alejamos un poco…
…hasta llegar a otra cascada con una poza, donde no puedo evitar la tentación de darme un baño (en la principal está prohibido).
Volvemos por donde hemos venido y, una vez en el aparcamiento, nos encontramos con un cassowary!
Como aún es relativamente pronto, nuestro plan es avanzar hacia Adelaide todo lo que podamos, para llegar mañana lo más temprano posible y poder tener algo de tiempo para visitar la ciudad.
Por el camino nos encontramos con un campo lleno de canguros.
A partir de ahí ya seguimos casi sin parar. Y el timing es perfecto, porque justo se pone a llover… y llover… y llover sin parar.
Conseguimos avanzar bastante alternándonos al volante, pero sobre las 22:30, a unas dos horas aún de Adelaida, el cansancio nos puede y paramos en la primera área de descanso que pillamos por la carretera para hacernos algo de cena y dormir.
Lunes 6 de febrero
A la mañana siguiente aún está lloviendo. Desayunamos los últimos huevos que nos quedan y nos ponemos en camino.
Hacemos una última parada poco antes de Adelaida para llenar el depósito y tomar un café, y sobre las 12 del mediodía por fin devolvemos la furgo.
Allí nos recoge Jan, una amiga americana de Carme (mi futura host en Kangaroo Island), absolutamente encantadora y amable que nos lleva a su casa a prepararnos el almuerzo. Unas tostadas de pan con una cosa vegetariana que imita carne con una salsa hecha por ella, y un plato típico de Bali, el Gado Gado, y que es un plato enorme lleno de todo tipo de verduras. Tenía tanta hambre que se me olvidó sacarle una foto.
Después de almorzar, Marta y yo nos damos una vuelta por Adelaide.
Y visitamos la Art Gallery of South Australia.
Mas tarde vamos al Ayla’s Café, al encuentro de mi amiga Sara y su amigo Mason. Sara, que es de Melbourne, fue mi Couchsurfer en Madrid antes de mi viaje y volví a encontrarme con ella en Melbourne el verano pasado. Es una alegría volver a verla. Es una persona que cada vez que me la encuentro es un sitio diferente del planeta.
El encuentro es breve porque Marta tiene que coger el avión de vuelta a Brisbane. La acompaño al aeropuerto allí nos despedimos. Han sido 4 días maravillosos con ella. Y también se cumple que cada vez que nos hemos visto ha sido en un lugar diferente: Brisbane, Cairns, Melbourne-Adelaide… Quizá la próxima sea en Bali?
Mientras llega el atardecer, me vuelvo a casa de Jan…
…donde me instalo en la preciosa habitación que me ha preparado.
Cenamos algo ligero y nos quedamos de charla tomando un vino. bueno, tomando un vino… yo, que ella no puede beber, ya que está tomando antibióticos porque le quitaron la vesícula biliar hace poco. Me pide ayuda para solucionar algunos problemas con la tablet y el iPhone. Y finalmente me voy pronto a la cama. Mañana toca una nueva etapa del viaje: Kangaroo Island.
Y ésta ha sido mi primera road trip. Y la verdad es que me ha encantado la experiencia. Hasta ahora no me había decidido a probarlo pensando que el gasto era muy grande, pero en total ha sido:
Gasolina: 163 AUD
Camping: 24 AUD
Seguros y gastos: 80 AUD
Total: 267 AUD (Unos 192€)
Sin contar la comida que compramos que fue poca cosa. Así que entre dos personas sale a unos 100€, más o menos lo que hubiera costado ir en avión.
Así que me tienta volver a repetir la experiencia.
Aunque también depende mucho de la compañía. He visto muchos anuncios buscando gente para compartir un viaje así, y a mí me daría mucho miedo hacerlo con un desconocido. Porque es demasiado tiempo en un sitio muy reducido para estar con una persona con la que no conectas. Por suerte Marta es una persona muy especial y la conexión que tengo con ella hace que cada vez que nos veamos haya un enorme aprendizaje y crecimiento, al menos por mi parte.
Y en el fondo de eso se trata este viaje, ¿no?… aprender(me), conocer(me)…
…despertar(me).
🙂
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