18 – 19 agosto 2016
246 días viajando…
14 días en Brisbane…
Llega el día de mi partida.
Hoy me he levantado con dolor de garganta. Está claro que ando bajillo de defensas.
A primera hora tengo noticias de mi seguro y por fin puedo ir a hacerme los análisis. Me toca hacérmelos en el centro, pero esta vez voy en bus, que no quiero acabar sudando con la bici.
Por el camino me fijo en este pequeño centro comercial de las afueras.
Y es imposible no fijarse en las placas solares. En España estamos a años luz (nunca mejor dicho) en estos temas.
Nayra
Mientras estoy por el centro, recibo un mensaje de Nayra, una chica canaria, integrante del grupo Españoles en Brisbane, con la que ya había hablado antes, porque su marido también es español y teleco. Me ofrece quedar para tomar un café y contarnos la vida, algo que llevaba pendiente varios días.
Le digo que estoy de mudanza, pero que sin problema. Ella me ofrece dejar mis cosas en su casa mientras espero a la hora de mi quedada, así que perfecto.
Cuando vuelvo de mis análisis, empaqueto todas mis cosas, me despido de Nicola y me pillo el bus al centro.
Nayra y su marido Jacobo tienen un apartamento superchulo en el West End, cerca del centro.
La verdad es que mi sobrero ya está para el arrastre. Me empiezo a parecer a Donnald O’Connor en Cantando Bajo la Lluvia.
Dejo mis cosas en casa de Nayra y nos vamos a The Three Monkeys, una cafetería superchula que hay muy cerca de su casa.
Nayra y Jacobo, después de mucho pelear, han conseguido la residencia permanente. Ya pueden vivir y trabajar en Australia todo lo que quieran, siempre que no estén fuera más de 5 años seguidos, y elaño que viene pueden optar a la nacionalidad. Jacobo trabaja como ingeniero de software en una empresa de minería y Nayra está estudiando y haciendo proyectos de arqueología. Es una conversación de lo más interesante, donde me entero de cómo funcionan las cosas aquí.
Por cierto, me hace gracia que los baños estén en la ruta de “evacuación”. Jajaja…
Se nos pasa la tarde volando, así que recojo mis cosas, me despido de Nayra y me voy para la empresa de Mercedes, mi próxima host, donde he quedado con ella.
Mercedes
El trabajo de Mercedes resulta ser un sitio de lo más curioso. Se llama Reverse Garbage (basura inversa) y es una empresa que tiene acuerdos con otras muchas empresas para recoger sus basuras (los sobrantes de su producción, como trozos de moqueta, sobrante de papel adhesivo cuando se recorta y cosas así…), los organizan y los venden.
Te encuentras literalmente de todo.
Mercedes lleva el taller creativo, donde convierten trozos de basura en pequeños juguetes u obras de arte.
Finalmente nos vamos para Brookfield. No estaba yo acostumbrado a este tráfico.
Recogemos a su hija Phoebe en el cole y nos vamos cenar al restaurante indio Sitar de Kenmore. En el Centro Comercial hay un mapamundi que me encanta, porque somos tan europeocentristas, que de vez en cuando mola ver otros puntos de vista.
La Casita de Upper Brookfield
El distrito de Kenmore está muy en las afueras de Brisbane, en el oeste y es el último sitio donde hay “civilización” (centros comerciales). Más allá está el distrito de Brookfield.
Pues la casa de Mercedes y Phoebe está en “Upper” Brookfield, es decir, bastante más allá. Menos mal que me dejan el coche, si no me sentiría como Tom Hanks en Náufrago.
De hecho es un distrito poco conocido porque la carretera no es una zona de paso, ya que no hay nada más allá. Sólo naturaleza.
Pero, eso sí, la casa es una pequeña maravilla en medio de la montaña.
Mercedes y Phoebe se irán de viaje en su furgo el sábado 20 por la mañana. El plan es que pasaré con ellas dos noches, durmiendo en el sofá, para que me cuenten todos los detalles de la casa (cuándo se saca la basura, dónde está cada cosa, cómo se pone la lavadora…) y de los perros (qué darles de comer, paseos, higiene, mimos…). Y después… ya todo dependerá de mí.
Conejillos de Indias
Mercedes también tienen dos conejillos de indias (guinea pigs, es curioso que para ellos son cerdos lo que para nosotros son conejos), pero los van a llevar a casa de un amigo para que los cuiden.
Pero antes tenemos un trabajillo que hacer, y es cubrir la jaula con un enrejado más fino, porque ya van dos veces que se les ha colado una serpiente en la jaula y le ha matado a alguno de ellos. La segunda vez Archie salió en persecución de la serpiente y la mató. Menudos son los Jack Rusells. Como en la nueva casa van a estar en el exterior, la idea es que no quepa una serpiente entre los barrotes.
Así que nos ponemos a la tarea.
Y, finalmente, llevamos la jaula a su nuevo hogar.
Aprovechamos el viaje para tomarnos un café en The Little Prince Espresso, un café regido por Kris, todo un personaje, amigo de Mercedes y que me ha dicho que igual me puede dar algo de curro.
Tienen El Principito en todos los idiomas imaginables, incluido en español.
Y el resto del día pasa entre los preparativos del viaje y ganándome la confianza de Archie y Tank, que ya son como colegas de toda la vida.
Por la tarde recibimos la visita de Mark con sus hijos, uno de los pocos vecinos de una de las pocas casas de alrededor, que ha venido para despedirse de Mercedes. Cuando se entera de que soy de Granada y que he estado en Cook Islands, me invita a que me pase mañana a cenar por su casa, ya que vendrán varias familias y una de ellas se irá en breve a vivir un año a Granada. Y la temática de la fiesta es “Cook Islands”, ya que otro de los invitados es de allí y va a preparar comida típica de las islas.
Así que nada más llegar ya tengo vida social!
Por la noche me ocupo yo de la cena mientras terminan de empaquetar sus cosas.
Mañana sábado es el día. Me quedaré solo con Archie y Tank. La verdad es que me apetece mucho la experiencia.
Lo único malo es que ando un poco pachucho. El dolor de garganta ha ido algo a peor y ando con un poco de fiebre. Tiene toda la pinta de una simple faringitis. Pero me hace sentir cansado y algo desanimado. Estoy a base de infusiones de jengibre y limón, que ayuda bastante.
Por otra parte no paro de estornudar y moquear como si no hubiera mañana y no tengo claro si es por la faringitis o me está dando alergia algo de aquí. No sé si los perros o las plantas. Difícil saberlo, pero ya lo iré viendo, no me preocupa.
Mercedes me ha dejado dinero para todos los gastos que supongan la casa o los perros. Pero la comida y la gasolina corren de mi cuenta (aunque como es un amor, me ha dejado bastante comida en la nevera y el depósito lleno), así que me tengo que espabilar para encontrar ingresos.
Pero tengo claro que voy a disfrutar de este retiro como si de unas vacaciones se tratara.
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