15 – 17 agosto 2016
244 días viajando…
12 días en Brisbane…
El 17 se cumplen 8 meses desde que dejé Madrid…
Empieza la semana de mi cambio de residencia. Mis últimos días en casa de Nicola, Josephine y Stephen pasan sin muchas novedades.
La mayor novedad es que quería hacerme unos análisis de sangre (me suelo hacer un par al año para ver que todo está bien, sobre todo por temas de vegetarianismo y demás). El problema es que no se puede pedir un análisis de sangre sin mas (los médicos no quieren que recibas información sobre tu cuerpo y que tomes tus propias decisiones sin estar ellos de por medio para decirte lo que tienes que hacer), así que tengo que justificarlo. En realidad es fácil. Llamo a mi seguro y les digo la verdad: que he perdido mucho peso y que últimamente me siento un poco más cansado de lo habitual. Me dan cita para el lunes por la mañana, así que, después de desayunar en compañía de la manada…
…cojo la bici de Nicola me voy para la City.
La cita es en Brisbane City Doctors, en pleno centro. Me llama la atención de Brisbane (creo que es general en muchas ciudades de Australia) que cuando no hay carril bici, se permite circular por las aceras, con ese término tan bonito que es “compartir”.
En la clínica me toca un médico joven y encantador con el que me entiendo muy bien (es de los que te explican las cosas y no dan por hecho que eres retrasado). Me hace un millón de preguntas, me hace un chequeo bastante exhaustivo y, efectivamente, me manda un análisis de sangre, y también de heces, ya que ando de nuevo con diarrea. Dice que igual tengo algún parásito intestinal, algo muy normal con todo lo que he vivido en las Cook.
Para el análisis, me manda a un laboratorio que está en el mismo edificio, pero cuando me van a sacar sangre, ya sentado y todo, me ponen delante una factura de $260 y me piden que pague. Les explico que normalmente mi seguro paga las cosas por adelantado, pero me dicen que el análisis no está pagado y que lo tengo que pagar yo y luego reclamarlo al seguro.
Como ando fatal de cash y, ante el riesgo de que el seguro decida finalmente que no hace falta el análisis y me lo coma con patatas, les digo que mejor lo hablo con mi seguro y que ya volveré.
Los siguientes días son una pelea constante para que mi seguro autorice los análisis y los pague, cosa que no ocurre hasta el jueves, justo el día que me voy. Pero eso ya no entra en este post. 😉
A las 15h, como siempre, voy a recoger a Stephen al colegio. Me encanta lo de los jubilados regulando el paso de peatones.
Y la tarde se nos va jugando al ajedrez.
Aquí negras (yo) juegan…. y ofrecen tablas, porque no hay salida.
El martes por la mañana me doy una vuelta por Ascot para despejarme.
Reglas y más reglas…
He estado mirando el tema de pedir una visa de estudios cuando esté en Melbourne. Por un lado me apetece estudiar algo, por otro me aseguro la extensión de la visa (que me caduca el 4 de noviembre) y por otro tendría permiso para currar legalmente.
Y he visto que hay cursos de entrenador personal con nutrición… y la verdad es que es algo que me apetece y que tiene muchísima demanda aquí.
Me lo voy a pensar…
El miércoles por la mañana me voy a cortarme el pelo. El precio medio aquí es de unos $30 (¡uf!), así que pregunto en el grupo de Españoles en Brisbane y me comentan que lo más barato son las escuelas de peluquería. Que en la Brisbane School of Hairdressing incluso es gratis lunes y martes. Por desgracia estamos a miércoles, pero son solo $12.
Me voy para allá y me dan cita para una hora después, así que aprovecho para desayunar algo.
Y a las 12:30 voy para allá. Me hago una foto del antes…
…del durante…
Por cierto, me toca una estudiante majísima, pero la verdad es que está un poco verde. Estaba acostumbrado a cortarme el pelo en la Escuela de Peluquería de Marco Aldany de Madrid, donde por 3€ te corta el pelo un estudiante avanzado que normalmente lo hace sin supervisión y sólo al final le pregunta al profesor para que haga algún retoque y dé su aprobado. Pero esta chica se nota que está empezando y está tan insegura que tarda un buen rato en decidirse a cortar cada mechón y casi después de cada tajo llama a la profesora para comprobar si va bien.
Cuando llevamos casi dos horas y yo empiezo a agobiarme, porque apenas me ha hecho los laterales, son las 14:15h y tengo que recoger a Stephen a las 15h (sí, yo también creía que era mi día libre, pero me lo han pedido como favor), en ese momento viene la profesora y viendo el tiempo que llevo, se apiada de mí y me lo acaba ella en 5 minutos.
…y del después.
Me lo han cortado menos de que quería, pero ya no son horas de poner pegas. Y todavía me queda recortarme la barba, pero eso ya me lo hago yo esta tarde.
y poco más. Mañana toca empaquetar todo. He quedado con Mercedes, la dueña de la casa (y los perros) que voy a cuidar en el barrio de Upper Brookfield (un barrio a las afueras, como a 20 kms del centro), a las 16:30 cerca de su trabajo. Y aún estoy pendiente de que los del seguro me den cita para los análisis. A ver si mañana…
Estas dos semanas en Ascot han sido muy interesantes y bastante relajadas, al menos físicamente, porque lo de jugar una docena de partidas de ajedrez al día, requiere una concentración considerable.
Sigo un poco acojonado con el cambio, pero, por otro lado, me apetece mucho. Tengo curiosidad de cómo me sentiré una vez que me quede solo. Las dos primeras noches las pasaré con Mercedes y Phoebe (y Archie y Tank) y el sábado se marchan de viaje y me quedaré ya solo.
Creo que me va a venir muy bien…
…y no soy el único que lo dice.
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