11 diciembre 2016 – 3 enero 2017

383 días viajando…
111 días en Melbourne…

Y terminó 2016, un año del que parece que todo el mundo se queja, pero del que yo no puedo quejarme en absoluto. Un año dedicado completamente a viajar, a aprender, a sentir,  a conocerme… 

Probablemente el mejor año de mi vida. 

Desde mi último post lo que ha pasado han sido las navidades. ¿Y cómo son las navidades australianas?

Comida de “empresa”…

El lunes 19 de diciembre hicimos la “comida de empresa”, una BBQ en casa de María, la dueña del restaurante español, donde me lo pasé genial y me pillé un pedo considerable.

Normalmente estoy trabajando en el restaurante español sólo los findes, pero estas navidades me cayeron hasta 4 turnos seguidos. Y la verdad es que me lo paso muy bien, aunque a veces voy un poco estresado intentando no cometer demasiados errores… o que no sean demasiado graves. Pero estoy aprendiendo algo nuevo y eso es algo que me entusiasma. Si pienso en la cantidad de habilidades nuevas que he aprendido en este viaje, no me lo creo. La hostelería era un mundo en el que no había entrado, y me está pareciendo fascinante.

Además tengo la suerte de estar con un equipo de gente maravillosa, donde, a pesar de la presión cuando tenemos la sala llena, me lo hacen todo fácil. A destacar mi manager José y mi compañera Madi que han sido especialmente maravillosos conmigo.

Nochebuena…

Lo primero que hay que saber es que en la cultura anglosajona no existe la Nochebuena. Así como para nosotros la cena de nochebuena es la celebración más importante de estas fiestas, para los anglosajones esa noche no tiene significado y el gran momento es la comida del día de Navidad, el Christmas Lunch.

Aún así, por hacer algo de celebración, el 24 me fui con Rebecca a cenar al Robert Burns, luego nos fuimos al cine a ver Arrivals (interesante, pero terriblemente lenta) y luego volvimos al Robbie (nombre cariñoso del Robert Burns) a tomarnos una copa y saludar a Mims que estaba trabajando ahí esa noche. Dio la casualidad de que pillamos la celebración típicamente catalana de hacer cagar al “tió” que, aunque es propia de San Esteban (26 de diciembre), en el Bobbie la adelantaron, así que nos echamos unas risas, hicimos cagar al tió y nos llevamos un regalito  (en mi caso, una caja de bombones).

Navidad…

Para el día de Navidad, Mims y yo organizamos una BBQ en Catani Gardens. Elegimos ese sitio porque estaba al lado de la playa, ya que fue uno de los días más calurosos desde que estamos aquí. Al final se apuntaron unos pocos: Jandro, José y Javi (españoles) y Sayuki (japonesa).

Lo malo fue que sólo había 4 BBQ’s disponibles en el parque,  por lo que tocó esperar varias horas para hacernos los champis y verduras (Mims y yo) y las hamburguesas (el resto). 

Aún así, el baño en la playa lo compensó todo (si uno se fija bien, se dará cuenta de lo que quemaba el suelo).

Pre-Nochevieja…

La noche del 30, después de cerrar el restaurante, quedamos todo el equipo para irnos a tomar algo y despedir a Ig, el

Head Chef, ya que mañana será su último día. 

Nochevieja…

El día de Nochevieja lo pasé repartiendo comida con UberEATS por Fitzroy. Lo divertido fue que cuando pasé por delante del Bar Open de Brunswick St., escuché música en directo y me paré a mirar…

…y me encuentro que la bajista del grupo que toca es Madi, mi compañera del restaurante!…

…que no sólo toca el bajo, sino que además tiene una voz impresionante!

En Nochevieja, además, me ofrecieron hacer un turno en el restaurante y, como no tenía ningún plan mejor… allí que me fui. Además era el último día de Ig, así que aprovechamos para despedirle como merece.

Y como terminamos de recoger todo casi a media noche, pues ya aprovechamos y nos tomamos las uvas allí mismo, usando una grabación de las campanadas del año pasado, porque para las de este año aún quedaban 10 horas!

Y después nos fuimos a salir por Fitzroy. Empezamos por Bimbo Deluxe, un garito de ambiente pijohipster con música espantosa, pero que, con el adecuado nivel alcohólico, podía llegar a ser divertido…

…y terminamos casualmente en el Robert Burns, el restaurante español donde curra Mims. Y es que nuestro encargado, José, había trabajado antes ahí, y le llamaron para que nos pasáramos a tomar algo con el equipo. Y allí me encontré con Mims y pasamos todos un rato genial. Sobre todo estuve hablando con Kevin, nuestro nuevo Head Chef canario, que me comentó que se casa en abril en Bali… pues igual me pilla por ahí en esas fechas.

Año Nuevo…

Para año nuevo, quedé con Mims y Fer, un amigo común de Madrid que ha venido de visita, en el Asian Beer Café (dentro de Melbourne Central, con jarras de cerveza a $8, pizzas a $5).

Y, en cuanto a fiestas… poco más. Debo decir que las “tradiciones” navideñas españolas son muuuucho más divertidas que las australianas, dónde va a parar. Lo de las 12 uvas le da mil vueltas a todo lo demás.

Pero mi otra gran actividad estas navidades ha sido…

UberEATS…

Efectivamente sigo haciendo repartos con UberEATS, y cada vez se me da mejor. Ya sé qué zonas y qué horas son las buenas. Y además, como estas semanas mi familia host ha estado de vacaciones, he tenido muchos días libres que he aprovechado para repartir a la hora de la cena, que es la mejor hora.

Lo que también hago ahora es llevar la cámara siempre a mano y aprovechar para sacar algunas fotos de los sitios chulos por los que paso.

Es increíble la cantidad de zonas que, o bien tienen carril bici, o son directamente sólo para peatones y bicis.

Algunos días han sido de tanto calor, que el móvil no aguantaba dentro de la funda y he tenido que inventar algo para evitar que se me apague por sobrecalentamiento.

He aprovechado especialmente para sacar fotos del Street Art de la zona de Fitzroy. Algunos de los graffitis son increíbles.

El 23 de diciembre UberEATS envió mensaje a todos los repartidores de Melbourne diciendo que iban a repartir regalos entre todos sus clientes y que si estábamos cerca de sus oficinas entre las 12h y las 18h sería fácil que nos cayera alguna entrega. Así que decidí asomarme y esto es lo que me encontré…

Docenas de repartidores esperando por una mísera entrega. Muy mal organizado por parte de UberEATS. Yo opté por irme a otras zonas más desatendidas y tuve bastantes más entregas.

Y ayer, día 2 de enero, aproveché una pausa en mis repartos por Brunswick St. para sentarme en un banco y estuve charlando con un aborigen simpatiquísimo que decía que tocaba la guitarra no por dinero, sino para llevar felicidad a la gente. Hasta me dedicó una canción y todo.

Tenía la filosofía de que la especie humana estábamos invitados por la Madre Tierra en su casa y que, como invitados, tenía muy poco sentido que marcáramos fronteras o habitaciones. Que lo único que deberíamos hacer era dar las gracias a la Madre Tierra por dejarnos estar aquí.

Es tan lógico… que resulta sorprendente.

Vida social…

Dentro de mi vida social, Mims y yo quedamos varias veces con nuestra muy buena y catalana amiga, Gemma, cuyo padre, Joan, vino de visita sorpresa a verla para pasar las Navidades con ella y su novio Mike. Así que aprovechamos para salir todos juntos algunos días.

Por ejemplo, el 20 de diciembre quedamos en el Fitzroy Pinnacle…

…y el 26 de diciembre Joan nos deleitó con su paella de bacalao, y yo contribuí con mi ensalada de rúcula y remolacha, todo directamente cogido del huerto de la casa de Mims. Fue una velada genial, la verdad.

Por otro lado, mi amiga italiana y compañera del restaurante, Raffaela, me invitó al Northside Boulders, un rocódromo que hay en la zona norte, para practicar un poco de escalada. La verdad es que me estoy aficionando cada vez más.

A diferencia del Hardrock donde estuve la otra vez, aquí, al ser la altura menor de 5 metros, no hace falta asegurar con cuerdas. Aún así, las caídas, aunque eran sobre colchón, no eran demasiado suaves para mi espalda.

A la salida nos encontramos con un grupo que se hacen llamar The Local Kitchen y que repartían comida vegetariana gratis!

¡Y estaba todo buenísimo!

El 22 de diciembre me tocó cuidar del pequeño de la casa junto con sus dos amigos que habían venido de visita, y les ayudé a montar una batalla de globos de agua.

Y el día de Nochebuena Rebecca me invitó a desayunar en Friends of Mine, en Richmond, un desayuno típico melbourniano. Yo me pedí un Shakshuka, que resultó ser un pisto manchego de toda la vida, con sus huevos, su pan para mojar…tal cual!

Fucking Phone…

Mi Nexus 5 que me ha acompañado todo el viaje y al que se le rompió el cristal de la pantalla… ha muerto definitivamente. Se partió el LCD y eso ya no tiene remedio.

Como lo necesito para trabajar con UbertEATS, me puse a buscar como loco por Gumtree y encontré a un italiano, Daniele Tonelli, que vendía un Nexus 5X “casi a estrenar”, en su caja original y todo, por $280 (unos 200€). Me pareció una ganga, la verdad. Así que quedé con él y, efectivamente, el móvil estaba nuevo. Incluso el cable de cargar estaba sin estrenar. Me extrañó un poco y le pregunté que por qué lo vendía, y me dijo que se había comprado un móvil chino porque le duraba más la batería. Esa contestación no me dio ninguna tranquilidad, pero como cada día sin móvil era un día sin currar, opté por arriesgarme.

Los primeros días estaba encantado, el Nexus 5X es bastante mejor que el Nexus 5… pero a los 5 o 6 días, al día siguiente de instalar la actualización 7.1.1 de Android, el móvil empezó a reiniciarse sin parar hasta quedar muerto. Lo he intentado todo para resucitarlo, sin éxito. Ahora mismo es un pisapapeles de $280.

Para asegurarme que no era la batería, lo llevé a uno de las múltiples tiendas que hay en Melbourne donde arreglan móviles (la única que tenía una batería de repuesto del 5X para probarlo). Fueron de lo más amables. Me midieron la batería y vieron que estaba OK, probaron una batería nueva y el teléfono seguía sin arrancar y lo probaron un poco y me dijeron que era un problema software, ya que se había dañado el bootloader, y que flashear uno nuevo requería de unos medios que ellos no tenían. Así de compleja era la cosa.

He recurrido a Google, que se ha lavado las manos diciendo que el móvil no fue comprado en el Google Store. Por mucho que le he insistido en que el problema puede venir de la actualización del Android, que es de Google, se la pela. 

He recurrido al fabricante, LG Australia, que me dice que como el móvil se compró en Italia, la garantía es únicamente europea y que hable con el vendedor.

He recurrido a Gli Stockisti, la tienda italiana donde Daniele Tonelli compró el teléfono, quienes se ofrecen a recibirlo por correo para revisarlo (me toca mandarlo hasta Italia), pero que una vez arreglado o sustituido, lo entregarían en la dirección que se dio en la compra, es decir, la casa italiana de Daniele.

He intentando hablar con Daniele y, aunque al principio intentó echar una mano, ha dejado de contestar a mis correos, por lo que la cosa se complica más aún.

Para sobrevivir, una chica maravillosa del grupo de Españoles en Melbourne, Mª Carmen, me ha prestado un viejo móvil rosa con pantalla rota para al menos seguir trabajando mientras lo soluciono.

Y mientras lo soluciono, he optado por encargar un móvil chino, un Xiaomi Redmi 4, por $220 (158€). Me cuesta tanto esfuerzo físico ganar el dinero que me mata gastarlo tontamente, pero no sé qué otra cosa puedo hacer.

No quiero pensar que Daniele supiera que su móvil estaba mal (aunque eso explicaría por qué él también se compró un móvil chino), pero el hecho de que haya dejado de contestar a mis correos no aumenta mi confianza.

En fin, como dije en mi anterior post, todo es una lección del universo sobre la “aceptación”. Las cosas son como son y no como nos gustaría, y hay que aprender a aceptarlas sin agobios, enfados ni frustraciones.

Planes de futuro…

Como siempre… pocos. 

Pero me ha pasado una de esas “casualidades” increíbles. En agosto de 2015 quería pasar un finde en la Costa Brava o en Asturias. Para ello recurrí a Couchsurfing y contacté con Carme, que tenía una casa en Port de la Selva y que dijo que me recibía encantada en su casa. Al final por fechas no pudo ser y acabé yendo a Asturias.

Hace unas pocas semanas estuve mirando HelpX en Adelaida y me encuentro una catalana que vive en Kangaroo Island y busca un helper. Contacto con ella y me dice:

“Hola Pablo, Me equivoco de persona o tu estas tambien en couchsurfing y me pediste un par de veces alojamineto en Port de la Selva pero al final no pudo ser?”

Efectivamente, era la misma Carme, que se ha mudado a Australia. Increíble. Me ha ofrecido ser su helper en febrero. Es una ocasión única de conocer Adelaida y Kangaroo Island.

Mi plan es estar ahí una o dos semanas, y luego ir a Darwin en una furgo pasando por el Uluru, lo que comenté en mi anterior post, pero parando en Adelaide.

En fin, ya veremos lo que pasa.

Cuentas…

Como estamos a primeros de mes, toca ver las cuentas del mes pasado…

Y vuelvo a tener un saldo negativo. Y eso que ha sido el mes que más dinero he ganado, pero mis gastos han sido altísimos, especialmente por: 

• El Folk, Rhythm & Live Festival al que fui (entrada y comida), que ha sido un gasto importante, pero de vez en cuando hay que darse un capricho. 
• Y, sobre todo, el haberme tenido que comprar dos móviles. Eso me ha matado.

Así que necesito ganar algo más (y gastar algo menos) para ahorrar para mi viaje a Asia, que, por lo que me han dicho, no es tan fácil currar allí.

En fin, que mis saldos mensuales quedan tal que así:

Aún así, sigo rebajando un poco más mi media mensual… 🙂