30 noviembre – 6 diciembre 2017
720 días viajando…
7 días de roadtrip…
Éste es el relato de mi roadtrip de una semana por la West Coast de Australia, desde Broome hasta Perth, yo solito, con una furgoneta de relocation.
Día 1 (30 nov 2017)
De Broome a Pardoo (478 kms).
Me levanto temprano en el Kimberley Travellers Lodge, donde me alojé ayer. Se supone que el desayuno está incluido, pero cuando veo que sólo hay cereales, pan y untables..
…opto por hacerme mi propio desayuno con huevos, aguacate, etc.
Pido en el hostel que me guarden mis mochilas y voy andando hasta la dirección que me han dado para recoger la furgo. Es un buen paseo de más de media hora que, incluso a estas horas tan tempranas, ya hace un calor insoportable bajo este sol abrasador.
Doy por hecho que estoy yendo a la sede de Wicked Campers en Broome… Ingenuo de mí.
Cuando llego a la dirección…
…me encuentro una especie de taller cutre donde un hombre un tanto raro me entrega la furgoneta. Tiene pinta de que la acaban de arreglar y que por eso necesitan quien la lleve a Perth.
La furgoneta está un poco hecha una pena. Sucia, llena de graffitis… pero al menos tiene lo básico para sobrevivir: camping gas, nevera de playa y un fregadero donde tengo que bombear el agua a mano. Esto va a ser una aventura, sí señor.
Sí, la furgo es de lo más discreta.
Una vez hecho el papeleo, vuelvo al hostel, recojo mis mochilas, voy a echar gasofa (a 152,90 cents/litro)…
…y me dirijo al Gantheaume Point, uno de los pocos sitios interesantes para visitar en Broome. Se trata de unas curiosas formaciones rocosas creadas por el mar. También hay un antiguo faro.
Poco después dejo Broome y me pongo en camino. ¡Empieza mi roadtrip en solitario!
No tengo que andar mucho para darme cuenta de que la West Coast de Australia no es como la de Nueva Zelanda. Tampoco es como la East Coast. Yo pensaba que me encontraría bosques y playas espectaculares. Pero no, esto se parece mucho más a la Stuart Highway. Desierto, desierto, desierto…
Esto va a ser todo un reto.
Eso sí, la sensación de amplitud es increíble. No hay montañas, ni árboles ni nada… Todo es plano y completamente abierto mires donde mires.
Cuando llevo unos cientos de kilómetros, me doy cuenta de un “pequeño” detalle. Aquí las distancias son enormes sin ver absolutamente nada… y eso incluye las gasolineras. Por suerte te van indicando cuánto falta para la siguiente. Y es entonces cuando, echando un rápido cálculo, me doy cuenta de que la gasolina que llevo no me da para llegar hasta la siguiente gasolinera. No me explico cómo es posible que los de Wicked Campers no me hayan advertido de esto y (lo que es peor) no me hayan proporcionado un bidón extra de gasolina para rellenar en caso de emergencia. Algo fundamental en estas carreteras.
Voy bastante acojonado con el tema cuando decido parar para comer en un rest area por la zona de Lagrange. Me encuentro allí a un grupo de chavales terminando de comer y charlamos. Son una pareja de alemanes, un anglovietnamita y una mexicana. Les comento mi problema y me dicen que ellos llevan gasolina de sobra en varios bidones, así que, muy amablemente, me venden 10 litros por los que me piden 15 AUD. Yo les pago 20 (está a unos 17, pero por el enorme favor…).
Se lo agradezco y les digo que esta bonita acción les va a hacer salir en mi blog, así que…
…¡muchas gracias, chicos!
Con ese extra de gasolina consigo llegar hasta la siguiente gasolinera.
Aquí ya está a 173,50 cent/litro. Terriblemente cara.
El sol ya se está poniendo, así que toca buscar un lugar donde pasar la noche. Pero antes hago una parada para ver la puesta de sol.
Finalmente decido hacer noche en el único sitio que encuentro por la zona, el Pardoo Roadhouse, donde puedo aparcar la furgo y tengo acceso a unas estupendas duchas y una cutre-cocina. Eso sí, no tienen WiFi y aquí (como en casi toda la Australia profunda) no tengo recepción de mi compañía de móvil, Lebara.
Se hace de noche justo cuando llego al camping (anochece muy temprano, sobre las 19h), por lo que no puedo hacer ninguna foto… ni nada. No hay prácticamente nadie con quien hablar, ni nada que hacer. Hasta el bar ha cerrado. Así que me hago un apaño de cena.. y a dormir sobre las 21h.
Día 2 (1 dic 2017)
De Pardoo a Karijini National Park (446 kms).
Me despierto al amanecer, sobre las 5:30. Es lo bueno de acostarse pronto. Hago mi sesión de yoga, ducha, desayuno y ahora ya sí puedo hacer una foto de mi acampada.
La verdad es que he dormido estupendamente. Es un sensación curiosa esta soledad.
Lo primero que hago es echar gasofa. Aquí está a 162,50, algo más manejable.
Y a las 7h ya estoy de vuelta a la carretera.
De nuevo es frecuente encontrarse coches accidentados por la carretera. No los recogen en parte por lo caro que es el traslado y porque sirve de aviso de la peligrosidad de estas rectas donde tan fácilmente es quedarse dormido.
y para las 9h ya estoy llegando a Port Hedland, aunque me dirijo directamente a la ciudad de al lado, South Hedland, una de las pocas ciudades medio grandes en cientos de kilómetros a la redonda, donde vuelvo a tener Internet.
Como veo que he empezado mi roadtrip un poco a ciegas, pongo un post en el grupo de Españoles en Melbourne pidiendo consejo. Me contacta Palazuela, una española que ha vivido y trabajado por esta zona y que, muy amablemente, me dice dónde comprar un bidón de gasolina a un precio razonable de 25 AUD (16€… en las gasolineras puede costar hasta 80 AUD), así como otros consejos sobre la ruta a seguir.
Aprovecho también para comprar algunas otras cosas (como un bidón de 10 litros de agua) y lleno el depósito y el bidón de gasolina en la gasolinera más barata de la ciudad.
139,90. Hay una enorme diferencia cuando echas gasolina en una ciudad.
Una vez provisto de gasolina y agua de sobra, y con las ideas más claras, me vuelvo a poner en marcha bastante más tranquilo.
Desde aquí se puede seguir por la costa hacia el oeste o tirar hacia el sur. Palazuela me ha recomendado (y mucho) que vaya hacia el sur a visitar el Karajini National Park, así que para allá que voy.
Cerca de las 15h hago una parada en un rest area para hacerme una ensalada.
Hay algunos pequeños incendios de matorrales cerca.
Poco antes de irme, llegan dos chicas londinenses y charlamos un poco. Viajan en el mismo plan, también en una furgo y en la misma dirección, y me comentan que ellas van a hacer noche en un área de descanso gratuita que está a la entrada del Parque Nacional. Yo pensaba hacer noche en Auski Tourist Village, aunque era bastante caro, así que su plan me parece mucho mejor. Les agradezco la información y me despido de ellas hasta pronto.
Poco después de las 16h llego a las inmediaciones del National Park, donde está en Auski Tourist Village. Efectivamente es demasiado caro para acampar, pero aprovecho para echar gasolina, de nuevo a precio de carretera.
Allí consigo fotografiar algunos de los road trains que tanto abundan por aquí.
Cuando ya está atardeciendo, llego a la entrada del Karajini National Park, al lugar que me han comentado, el Karijini Welcome Rest Stop, que incluso tiene WiFi (la recepción de teléfono es prácticamente inexistente en toda la Australia rural, fuera de las grandes ciudades).
Estas áreas de descanso de uso gratuito son bastante comunes en toda Australia (y casi inexistentes en Nueva Zelanda). Siempre disponen de mesas para comer (normalmente bajo techado) y un inodoro muy básico. Casi siempre sin agua, ni duchas, ni ninguna otra comodidad.
Poco después llegan ellas, Anna y Amy, y algo más tarde otro coche con dos amigas suyas que se han encontrado viajando, Ibby (alemana) y Marie (francesa). Compartimos mesa y mi linterna para poder cocinar. Es bueno poder estar acompañado y charlar un poco contándonos nuestras aventuras.
Me cuentan sus planes. Dicen que van a visitar solo un par de piscinas naturales, porque todo el resto del National Park está sin asfaltar y su seguro no lo cubre, cosa que también pasa con mi furgo, así que probablemente visite los mismos sitios.
También me comentan que van a cruzar el parque y salir por el oeste hacia la costa. Palazuela me había recomendado ir hacia el sur sin seguir la costa, pero éste parece bastante mejor plan, así que hablo con ella (aprovechando la WiFi) y me dice que sí, que es bastante mejor opción, así que el plan es visitar mañana el Parque y luego llegar hasta la costa, si me da tiempo.
Y, de nuevo, a dormir prontito.
Día 3 (2 dic 2017)
De Karijini National Park a Nanutarra (430 kms).
Me despierto al amanecer a las 5 y nada de la mañana. Intento hacer yoga pero es imposible con las moscas. Me hago un desayuno a base de aguacate, huevos escalfados y frutos secos. Mientras desayuno, las inglesas Anna y Amy ya están saliendo en dirección al Parque. Quieren estar allí muy temprano.
Cuando termino de desayunar, me pongo en camino. La luz del amanecer es maravillosa.
Al poco llego a la entrada del Karijini National Park.
Como suele ser habitual en Australia, no hay control de entrada, sólo un honesty box, donde rellenas tus datos en un formulario, lo metes en el sobre junto con los 13 AUD (8,5€) que cuesta la entrada y lo pones en el pequeño buzón de la derecha.
Poco después llego hasta el car park de la Circular Pool, donde dejo la furgo. No hay nadie aún, soy el primero.
Desde ahí hay un pequeño paseo hasta un mirador con vistas al cañón creado por el riachuelo. Justo debajo está la Circular Pool.
Y siguiendo el curso del río, se llega hasta mi objetivo, las Fortescue Falls.
Hay dos maneras de llegar: La fácil, que es siguiendo un camino que va por arriba del cañón, o la más complicada que consiste en bajar hasta abajo y seguir el curso del río. Por supuesto opto por la segunda opción.
La bajada es menos complicada de lo que la pintan en los carteles (les gusta acojonar para que la gente no se confíe). En nada ya estoy en el lecho del río que en esta parte está completamente seco.
Y desde ahí voy siguiendo la ruta. La sensación de soledad es impresionante. No hay absolutamente nadie. Y eso se mezcla con lo impresionante de andar por dentro del cañón. Como en todo el norte de Australia la tierra tiene un color rojizo exagerado.
Si se necesita sombra o cubrirse de la lluvia…
Éste es un resumen de mi paseo.
Y, por fin, llego a las Fortescue Falls, donde está permitido bañarse, así que no me lo pienso ni medio segundo.
Poco después empieza a llegar gente. Aprovecho para que me hagan alguna fotillo.
Algo más tarde emprendo el camino de vuelta. Las formaciones rocosas son curiosísimas, creando un suelo bastante liso.
A la vuelta paso por la Circular Pool, donde me doy otro baño. No tengo vídeo, porque justo se me llenó el espacio del móvil. Pero es bastante menos impresionante que las Fortescue Falls.
Cuando llego hasta la furgo, me dirijo al Visitor Center a echar un ojo e ir al servicio.
En el Visitor Center me entero que el Fern Pool, que también quería visitar, estaba un poco más allá de las Fortescue Falls. Así que me lo he perdido.
En fin, me vuelvo a poner en camino. Sobre las 11 de la mañana, empiezan a aparecer las primeras montañas que veo en lo que llevo de roadtrip.
Hago una pequeña parada en un lugar que tiene el tétrico nombre de R.I.P. Lookout. Es un mirador donde la gente se ha dedicado a poner inscripciones en todas las rocas para recordar a sus difuntos.
Y los hay de todo tipo…
Algunos con una vida bastante salvaje, por lo que veo…
En algún sitio hasta se amontonan los recuerdos…
Otros se lo curran más…
…y, de repente…
Juro que yo no he puesto eso ahí. ¡Qué mal rollito!
Sobre las 13h llego al siguiente pueblo medio normal, Paraburdoo, donde puedo echar gasolina a un precio razonable (144,90)…
…relleno las garrafas de agua, compro hielo (para la mini nevera que llevo), me hago algo de comer…
…y aprovecho para conectarme un rato a Internet. Poro después, vuelvo a estar en ruta. La tarde está bastante nublada.
Mucho mejor, porque ya no hace el calor infernal de los dos primeros días y puedo ir sin el A/A (voy con las ventanillas bajadas), algo que se nota muchísimo en el consumo de gasofa. También he optado por ir a 80 Kms/h por la misma razón. Esta furgo consume salvajemente.
De vez en cuando me toca reducir la velocidad por las cosas que me encuentro por la carretera…
A las 17:30 llego al House Creek Bridge Stop, un rest area gratuito que he visto en CamperMate, la app que estoy utilizando para buscar dónde parar. Es genial, porque puedes descargar la base de datos y usarla offline, y está llena de opiniones de los usuarios.
Cuando llego, estoy completamente solo… y la verdad es que impresiona.
Algo más tarde llegan también las inglesas (no hay tantos sitios donde parar en el camino) y al menos no ceno solo. Ellas se hacen una ensalada y yo una sopa de judías blancas y nos tiramos un buen rato de charla.
Cuando me voy a dormir, llegan también Ibby y Marie, que iban mucho más atrás. Lo justo para un “buenas noches”.
Día 4 (3 dic 2017)
De Nanutarra a Carnarvon (551 kms).
En la mañana del 4º día vuelvo a levantarme con el amanecer a las 5h. Las chicas ya avisaron que no madrugarían, así que me hago mi desayuno con calma.
Lo de las moscas aquí es insoportable. Tienes que hacerlo todo con una mano, porque la otra está espantándolas de tus ojos y boca.
Poco después estoy de nuevo en la carretera.
De repente, en una de esas infinitas rectas que estoy cruzando, me encuentro… ¡un paso de cebra!
También noto que la carretera se ensancha en un tramo de un kilómetro o así. Y entonces lo entiendo… no es un paso de cebra.
Es un tramo de carretera acondicionado como pista de aterrizaje de emergencia. Hubiera sido lo más pillar un aterrizaje forzoso viniendo hacia mí.
Cuando llego al desvío de Coral Bay, veo que la gasolina está excesivamente cara en esa gasolinera, pero que hay una más barata en Coral Bay, por lo que decido tirar de la reserva.
Es la ventaja de llevar la App Fuel Map Australia, donde la gente va actualizando los precios de todas las gasolineras.
Cuando estoy acercándome a Coral Bay, tengo la sensación de estar en la película La Invasión de los Ultracuerpos.
Y es que toda la carretera está repleta de enormes termiteros!
Finalmente llego a Coral Bay, una pequeña ciudad que es probablemente el destino turístico más típico de la costa oeste.
Para mí resulta un poco decepcionante, probablemente porque está muy nublado.
Por lo que veo es un destino sobre todo para el snorkeling y submarinismo. Me doy un baño en la playa, ya que estoy, pero el agua está bastante fría, la verdad.
Después, me doy un paseo por la playa hasta un mirador para poder ver bien la ciudad, que es minúscula.
Aprovecho para hacerme una ensalada y usar Internet.
Echo gasolina en la única gasolinera del pueblo. Es cara (169,80), pero menos que la del desvío. Echo lo justo para llegar hasta la siguiente.
Y me pongo de nuevo en camino, ahora ya sí, siguiendo la costa.
Un momento muy chulo es sobre las 15:15 cuando me doy cuenta de que estoy cruzando el Trópico de Capricornio y, por lo tanto, abandonando la zona tropical.
No tengo muy claro dónde hacer noche esta vez. No me apetece otro rest area sin duchas ni Internet, por lo que decido conducir un poco más y llegar hasta Carnarvon, donde he visto que hay un Caravan Park bastante chulo.
Por el camino vuelvo a llenar el depósito a un precio algo más razonable (143,90).
En esta parte de la carretera empiezo a encontrarme muchos animales muertos atropellados en la carretera, lo que me hace estar mucho más atento para no ser yo el atropellador. También me llama la atención ver a las aves carroñeras (cuervos y similares) comiéndose los restos de estos animales que llevan días bajo el sol. Los humanos, que somos unos tiquismiquis, tenemos un cuidado extremo para comer las cosas en perfectas condiciones… y a estos no les importa mucho que la carne esté repodrida.
Y sobre las 18h, casi anocheciendo, llego al Carnarvon Caravan Park, donde el dueño me atiende con muy pocas ganas y educación. Creo que para él ya es hora de cerrar y le toca las narices que llegue gente a estas horas. Pero al menos me hace precio. Los sites están a 30 AUD (20€), pero me lo deja a 20 (13€). Me dice dónde puedo aparcar, pero resulta que está ocupado. Así que, por no molestar más, aparco donde me sale de las narices.
Las instalaciones están bastante bien. Tienen una piscina en la que me meto y al segundo siguiente me tengo que salir, porque se han pasado con el cloro. También tienen lavadora, así que aprovecho para hacer una colada, que ya toca. 4 AUD (2,5€) por la colada y 3 AUD (2€) por la secadora.
Me hago una cena de arroz y trabajo un poco con el portátil… y a las 20:30, de repente, apagan las luces de la cocina. Así que tengo que terminar de cenar con la linterna. Me parece un poco pronto para el cierre de las instalaciones, pero es verdad que ya no se ve a nadie por ahí. Y no lo entiendo, porque luego la gente tampoco es que se levante muy temprano.
En fin… a dormir!
Día 5 (4 dic 2017)
De Carnarvon a Bilabong (437 kms).
Me despierto algo más tarde de lo habitual, sobre las 6h. Quiero hacer yoga, pero ha estado toda la noche lloviendo y está todo el suelo mojado.
Ducha, desayuno y me pongo en marcha. Me doy una vuelta por Carvarnon para ver qué tal es. Es un pueblo costero con algo de encanto, pero al menos está habitado…
…aunque a estas horas no lo parece.
Echo gasolina en el pueblo, donde el precio es más que razonable (141,90)…
…y me dirijo hacia el sur. El paisaje sigue siendo fundamentalmente desierto y rectas interminables. Eso sí, al menos, no paro de ver animales, ya sean muertos en la carretera, como vivos a los que tengo que esquivar.
Hago una pequeña parada en Gladstone Scenic Lookout para hacer alguna fotillo.
Llego hasta el desvío de Shark Bay, una bahía de la costa oeste, donde hay un par de penínsulas con parques nacionales.
Dudo si coger el desvío o no. Si lo cojo, supone hacer unos 200 kms extra, pero se supone que hay cosas chulas que visitar, así que al final me decido.
La primera visita es a los Hamelin Pool Stromatolites, que son fósiles vivientes.
Y sigo la carretera que se adentra en la península. Las carreteras aquí son aún más increíblemente rectas e interminables. Y se hace más patente, por el hecho de que quitan la vegetación a ambos lados, para que te dé tiempo a ver a los animales que salen a la carretera.
Hago una parada en uno de los sitios recomendados, el Shell Beach, una playa formada exclusivamente por minúsculas conchas de crustáceos.
Es curiosa, pero tampoco resulta tan interesante como para justificar el enorme desvío que he hecho para llegar hasta aquí. Decido no ir más allá, porque va a ser mucho gasto de gasolina y la entrada al Francois Peron National Park cuesta dinero.
Emprendo el camino de regreso un poco decepcionado…
…cuando veo el desvío a Nanga Bay Resort. Estoy a punto de pasarlo, pero, total, son sólo 3 kms, así que decido echar un vistazo.
Y me llevo una agradable sorpresa. Se trata de un pequeño resort muy chulo.
Tiene acceso a una playa, pero antes de ir hay que registrarse (sin coste). Lo hacen sólo por seguridad… por si no vuelves. Australia es peligrosa. Me atiende una amable mujer que me toma los datos y me voy hacia la playa.
La playa está completamente desierta. Decido darme un baño exprés (recordemos que estamos en Shark Bay).
Después del baño me doy una especie de ducha con una manguera que tienen ahí mismo para ello.
El sitio tiene gasolinera…
…y el precio es sorprendentemente razonable (145).
Y ahora ya sí de otro humor, después de mi baño en la playa, me dirijo de nuevo hacia el sur.
Sobre las 16h, hago una parada en Billabong Roadhouse, que se anuncia como la gasolinera más barata en muchos kilómetros a la redonda. Y dan fe de ello.
Así que lleno el depósito y mi bidón allí mismo.
Veo que tienen un Caravan Park, así que pregunto precios y me comentan que es gratis y con derecho a ducha. Me parece el colmo de la generosidad, así que, aunque pensaba avanzar unos 100 kms más (es muy temprano), pienso que al final voy a estar en un rest area sin ducha y completamente solo, así que decido quedarme aquí a pasar noche. Me dan una llave (pagando una fianza de 20 AUD para que no la pierda) que me da acceso a un amplio cuarto de baño con ducha. Flipo.
No hay conexión a Internet, pero paso el rato escribiendo (offline) mi blog en la zona de picnic, escuchando la estupendísima música que tienen puesta (todo temazos), mientras cae una lluvia torrencial. La lluvia termina de golpe y la luz cambia por completo para mostrar un maravilloso atardecer…
…y un increíble arcoiris.
Algo más tarde me preparo algo de cena (arroz con lentejas)…
…ceno, me doy una ducha (ya que es gratis)… y me voy a dormir.
Día 6 (5 dic 2017)
De Bilabong a Geraldton (363 kms).
Me vuelvo a poner en camino. Cómo se nota que voy bajando poco a poco hacia el sur. La tierra ha dejado de ser roja y el desierto va dando paso a unos pocos árboles.
Llego al desvío del Kalbarri National Park. Es un enorme desvío y no estoy convencido de cogerlo, pero sigo mi filosofía de que “sólo me arrepiento de lo que no hago” y tiro para allá.
Llego a la ciudad de Kalbarri donde aprovecho para hacerme la comida
Después de comer decido visitar los acantilados del Parque Nacional. Aparco en Island Rock. y voy caminando hasta Natural Bridge, siguiendo el Bigurda Trail, que recorre toda la costa del Parque por los acantilados. Si tuviera tiempo me hubiera encantado hacerlo.
Las vistas de los acantilados desde el camino son increíbles.
Me encuentro a una madre con varios niños que me hacen muy amablemente una foto.
Finalmente llego a Natural Bridge, que coge su nombre de ese “bridge” de ahí.
Y hago el camino inverso de vuelta a la furgo.
Me pongo de nuevo en marcha hacia el sur siguiendo la costa y paso al lado de lo que llaman el Pink Lake.
Pero tengo mis serias dudas de qué es lo que produce ese color rosado, ya que hay una fábrica rara justo al lado del lago y el olor es absolutamente pestilente, por lo que pierde todo el encanto.
Según sigo avanzando hacia el sur, los paisajes van cambiando más y más. Empiezan a verse prados y cultivos.
Hago una parada para café en Northampton,la pequeña ciudad que está justo en el desvío sur hacia Kalbarri. Paro concretamente en The Shearing Shed Cafe, un café especialmente bonito y donde me atienden de maravilla.
Y sobre las 15:30 llego a Geraldton, la que probablemente debe ser la segunda ciudad más grande de la Costa Oeste después de Perth. La sensación de estar en una ciudad grande después de 6 días de desierto es bastante extraña.
CamperMate dice que hay un aparcamiento en pleno centro donde se puede pasar noche gratuitamente con la furgo. Echo un vistazo y, efectivamente…
Y está pegado a lo que llaman rimbombantemente el Multi User Facility and Event Space (más conocido como Geraldton Multipurpose Centre), que no deja de ser un parque… muy chulo, eso sí.
Es muy pronto y estoy a 400 y pico kilómetros de Perth, donde tengo que llegar mañana antes de las 16h, por lo que mi plan era avanzar bastante más hoy. Pero la idea de pasar noche en un sitio perdido de la mano de Dios, comparada con la idea de pasar la tarde en un lugar habitado y agradable… pues gana lo segundo.
Me doy un paseo hasta el Faro…
…y la playa que hay justo en ese cabo.
Vuelvo al atardecer para hacerme algo de cena…
…y a dormir prontito, que mañana hay que madrugar.
Día 7 (6 dic 2017)
De Geraldton a Perth (456 kms).
Me levanto con el amanecer y aprovecho el sitio tan estupendo (y que no hay demasiada gente por la calle) para hacer mi sesión de Saludos al Sol (literalmente).
Como en los baños públicos no hay duchas, me doy un baño en el mar y luego uso las duchas de la playa.
Lo primero es echar gasolina. Como se nota que estamos en una ciudad (139,90).
Hago una pequeña parada en Arrowsmith Rest Area, para hacerme algo de desayuno.
A media mañana llego a Green Head, una pequeña población costera, donde visito la (al parecer) famosa Dynamite Bay.
Sigo conduciendo hacia el sur hasta Cervantes (sí, así se llama el pueblo), donde visito el mirador de Thirsty Point, llamado así por ser antiguo lugar de contrabando de alcohol. El agua es sorprendentemente verde aquí.
Sigo avanzando hacia el sur, acercándome a Perth y toca tomar una complicada decisión. Quería visitar el famoso Pinnacles Desert, pero veo que supone un desvío de unos 12 kms y que, además, hay que pagar. A ello se añade el hecho de que una vez allí hay que moverse en tu propio vehículo por un camino no asfaltado, algo que no me cubre el seguro. Si a eso le añadimos que empiezo a ir un poco justo de tiempo… al final decido saltarme mi regla y no visitarlo.
Y hago una última parada en las famosas Dunas de Arena de Lancelin, donde veo que la única atracción es alquilar tablas de snow para patinar en las dunas.
Se me va echando el tiempo encima, así que ya enfilo directamente para Perth. Mi plan era ir a casa de mi amiga Miriam para dejar allí mis cosas y luego devolver la furgo, pero voy tan justo de tiempo que tengo que hacerlo al revés.
Al final consigo llegar a la sede en Perth de WickedCampers poco antes de las 16h y devolver la furgo sin mayores contratiempos, dando por finalizado mi roadtrip.
Cuentas
Como siempre, voy a hacer un resumen de los gastos que ha supuesto este roadtrip.
- COMIDA:
- Comprar comida: 122,46€
- Cafés: 14,39€
- Bebidas: 5,37€
- SUBTOTAL: 142,22€
- TRANSPORTE:
- Gasolina: 286,35€
- Bidón: 16,24€
- SUBTOTAL: 302,59€
- ALOJAMIENTO:
- Camping: 12,79€
- Colada: 4,48€
- WC: 3,20€
- SUBTOTAL: 20,47€
- OTROS:
- Estropajo: 2,05€
- Acceso Parques: 7,68€
- Conexión internet: 3,17€
- Accesorios Móvil: 16,00€
- SUBTOTAL: 28,90€
- TOTAL: 494,18€
Lo que supone una media de gasto de 70,60 €/día, contando la gasolina y la comida…. no está nada mal.
Conclusiones
Este roadtrip ha sido muy diferente de lo que esperaba en un principio. Me había hecho una idea en mi cabeza de que iba a ser parecido a lo que sería recorrer la East Coast, con sus muchas ciudades chulas, todo lleno de gente y playas espectaculares.
Lo que me he encontrando en cambio ha sido mucho desierto y mucha soledad.
Pero curiosamente la experiencia no ha sido mala en absoluto, todo lo contrario. Es cierto que pocos de los sitios que he visitado se pueden considerar realmente bonitos, la mayor parte de lo que he visto ha sido desierto y matorral.
Pero como siempre digo, al final de lo que se trata no es de los sitios, sino de las experiencias vividas. Y bien es verdad que mi interacción con otras personas ha sido mínima (es temporada baja por aquí) y por lo tanto las “experiencias sociales” han sido muy escasas. Pero eso ha hecho que haya tenido que estar conmigo mismo durante toda una semana, en completa soledad, aprendiendo a convivir conmigo. Y ha sido una experiencia muy curiosa y enriquecedora… y extraña. Casi podría decir que ha sido un reto o una prueba de superación. Durante una semana tenía que conducir varias horas sin poder hablar con nadie, tenía que parar en algún sitio solitario para hacerme mi comida y tenía que decidir dónde pasar la noche, casi siempre en un lugar solitario.
Así que por un lado es un bonito aprendizaje de “saber valerte por ti mismo” sin casi ayuda. Pero por otro lado es otro bonito aprendizaje de “saber estar contigo mismo”, que es algo a lo que al final estamos muy poco acostumbrados y que viene muy bien de vez en cuando.
Soy un bicho terriblemente social, pero eso hace que muchas veces me olvide de estar conmigo (o me dé miedo hacerlo), pero al final es como meditar. Cuesta muchísimo ponerse a ello, pero cuando consigues superar la pereza, la procrastinación y las excusas, y consigues ponerte a meditar más de 20 minutos, de repente algo se abre dentro de ti y es maravilloso.
Pero esto también me ha servido para saber que aunque me gusta viajar solo y necesito temporadas de estar solo…
…no quiero estar solo.
0 Comments