Australia (Tasmania) – Idas y venidas a Hobart

by | 16 Jan 2016 | 0 comments

16 enero 2016

30 días viajando…
26 días en Tasmania…

Me levanto pronto y hago mis saludos al sol. Es muy divertido hacer yoga con el único sonido de fondo de los ronquidos de Daisy.

Para desayunar me hago mi tortilla francesa (con tomate) con los huevos que recogí ayer y mi café.

Toca dar de comer a los animales. Las gallinas asocian mi llegada con la hora de comer, por lo que me esperan con impaciencia…

…e incluso me picotean los pies.

A media mañana me voy a la parada para coger el bus a Hobart y darme una vuelta por allá. Hoy es día de mercado en el Salamanca Market. Hasta la parada de autobús tiene encanto aquí.

Llego a Hobart y el mercado está en plena ebullición. Todo el mundo va hacia allá.

Los alrededores…

Músicos entre los puestos…

Terrazas…

Puestos de comida “vegetariana”… :-p

Y tanta gente como en el Rastro de Madrid.

Hago una parada para re-desayunar en el Lola Café. Me llama el nombre…

La verdad es que estoy siempre muerto de hambre. 

Después me doy una vuelta por el puerto.

Éste es el barco que lleva hasta el Museo de Arte Moderno, el Mona.

Vuelvo a casa para comer y me hago una ensalada de las mías con lechugas de la huerta, tomate, zanahoria, remolacha, pepino y garbanzos.

Por la tarde echo un vistazo a la web de Gumtree, que es como el Wallapop de aquí, y encuentro un router ADSL por 5$ (3€). El problema que tenemos en casa de Sarah es que ella tiene un modem que sólo permite conectar un equipo cada vez, por lo que hay que turnarse. Con un router podríamos conectar a la vez su Mac y mi portátil.

El que lo vende vive al norte de Hobart, en un distrito llamado Moonah. Miro transportes en Google Maps y veo que cogiendo 2 buses puedo llegar en una hora, así que para allá voy. Además, con la Green Card hay un precio máximo por día que se cubre normalmente en el segundo viaje, por lo que los demás salen gratis. 

Me cojo el 449 hasta Hobart y ahí, tras una espera de 20 minutos, me pillo el 561 hasta Moonah. Resulta ser un típico barrio de las afueras, de estilo americano, con casitas bajas y todas diferentes.

Las vistas de la ciudad desde aquí son impresionantes.

Llego hasta una de las casitas, hacemos la transacción sin problema y me vuelvo a la parada de buses… y veo que no hay más buses por hoy. Ups… y estoy a tomar viento.

No cunda el pánico. Pruebo a hacer Autoestop, pero la carretera que lleva a Hobart es prácticamente una autopista y va a ser muy difícil que nadie pare a esa velocidad. Busco (y encuentro) una WiFi abierta y miro en Google Maps otras alternativas, y me dice que hay otra parada de bus de otras líneas para Hobart a 20 minutos andando, así que para allá que voy. 

Aprovecho el camino para disfrutar de la belleza de las vistas.

Llego a la parada y al minuto llega un bus. Ufffff… salvado. A las 19:20 estoy en el centro de Hobart. Miro el horario de buses a Fern Tree y veo que salió un bus a las 19:10 que no hay otro hasta las… 21:10!

No pasa nada… me busco un sitio con Wifi donde aliviar la espera… 

…deseando los buenos días a los amigos madrugadores de España.

A las 21.10 cojo el autobús en el que voy completamente solo. Esto deben sentir los políticos con coche oficial y chófer…

…aunque menos siniestro, supongo. 😉

Una de las cosas más curiosas de los buses de aquí, es que cuando te subes, no arrancan hasta que te has sentado. Lo tienen como norma. Igualito que en España, ¿eh? 

Llego a casa completamente de noche. Menos mal que he sido previsor y me he llevado la linterna frontal, por si acaso, porque el camino está completamente a oscuras. Me cruzo con algunos wallabíes. Por la noche son plaga.

Llego a casa poco después de las 21:30 muerto de hambre así que me hago una sopa de verduras y miso con noodles de arroz.

No sé si es el hambre, los ingredientes o mi buena mano… pero ¡qué rica!

Hay algo que he notado durante el tiempo que llevo aquí y que Sarah me ha confirmado, y es que hay cierta “americanización” en el estilo de vida australiano, especialmente en la forma de comer. Y hay un nivel de obesidad bastante preocupante, que no llega al nivel de USA, pero que se acerca mucho. 

Hace un par de días estaba en la terraza de la Fern Tree Tabern y justo en ese momento la camarera traía la comida para una familia (padre, madre e hija de unos 5-7 años) de una mesa cercana. Cómo serían los platos, que hubo comentarios de la mesa de al lado en plan “eres vegetariano, ¿eh?”. El padre se había pedido una especie de filete empanado que sobresalía por todas las partes del plato. Era como un Cachopo pero más bestia. Además de patatas, etc… La madre y la hija también tenían platos enormes. Comían con verdadero placer, y la niña se tiraba eructos y los padres se lo reían. Obviamente los tres estaban enormes. ¿No se dan cuenta el daño que se hacen, y muy especialmente, el daño que le hacen a esa niña?

No es una cuestión estética, es una cuestión de salud. Somos lo que comemos. Y cada vez estoy más convencido de que la gran mayoría de las enfermedades que sufrimos vienen derivadas de problemas digestivos (aparte de emocionales). 

Yo llevo un mes sin comer gluten (además de carne y pescado, claro) porque tanto Amy como Sarah son celíacas y yo mantengo esa dieta por respeto y porque creo que es más saludable…

…y la verdad es que me siento mejor que nunca. 

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