2 febrero 2016
47 días viajando…
43 días en Tasmania…
Hoy hace un mes que llegué a esta casa. Un mes ya…
Y mañana se cumplirán 48 días fuera de España, los mismos que estuve en Ecuador, la vez que más tiempo estuve fuera. Así que estoy a punto de batir mi record!
Hoy es día de cole y de trabajo de Sarah, por lo que no estarán durante todo el día. Hago mis saludos al sol durante su preparación y les despido.
Después me hago un desayuno improvisado…
…con tomate, aguacate, semillas y tortilla, y voy a dar de comer a los animales. Me encuentro que la gallina blanca, la que estaba antes de la llegada de las 6 nuevas, ha sido atacada por alguna de las otras y tiene una herida muy fea en la cabeza.
En cuanto llega Alex, nos ponemos al trabajo. Él sigue con la puerta (es muy perfeccionista) y a mí me toca agrandar la zanja que hice ayer. Alex me pide que tenga el doble de profundidad.
Lo malo es que es una zona rocosa, y cada dos por tres me encuentro alguna roca que hay que sacar haciendo palanca con el pico. No es nada fácil y, sobre todo, requiere bastante fuerza, por lo que es cansadísimo.
Y la pongo con las demás que me voy encontrando.
Después de un par de horas, y un par de litros de sudor, tengo una zanja bastante decente.
Pero Alex me dice que necesita más anchura. Que la profundidad bien, pero que más ancha. Así que… a darle al pico y la pala.
Es como si cavara una fosa para el hombre más alto y delgado del mundo. Y voy consiguiendo que mis fosas tengan esquinas cuadradas, como en las pelis.
Pero la próxima vez que vea en una peli como cavan una fosa en media hora, me los como. Obsérvese cómo ha crecido la pila de rocas de la derecha.
Lo que estamos haciendo es crear el desagüe del futuro fregadero del cobertizo. El agua se abastecerá con un depósito que se llenará con agua de lluvia, y desaguará directamente a la tierra con ese sistema que estamos montando.
El siguiente paso es llenar media zanja con grava. Ponemos una especie de tela de saco en el fondo y un listón para tener una referencia de hasta dónde.
Después agujereo numerosas veces la parte de abajo de la tubería con un taladro, para que suelte el agua por toda su longitud…
…la ponemos sobre la grava (le metemos un trozo de alambrada en el extremo como filtro) y la cubro de grava.
Luego cierro la tela de saco sobre el cadáver… digoooo, la grava, y lo cubro todo de tierra para que no queden pruebas.
Dejo el extremo de la tubería sin tapar, porque es donde conectará el desagüe del fregadero… cuando esté.
Lo acabo sobre las 4 de la tarde, con sólo un pequeño descanso para comerme lo que sobró de la lombarda de anoche.
Si decía que el día que moví piedras en Margate fue el más físicamente duro de mi vida… creo que hoy lo he superado. Me duele todo.
Cómo aún tengo algo de tiempo, Alex me pide que ponga un poco más de tierra en la entrada para nivelar mejor el terreno. Me pone unos listones para tener una referencia del nivel.
Para reponer fuerzas me hago una papilla con plátano, cacao y leche de almendra que está espectacular.
Me ducho, me cambio y me cojo el bus de las 17h para Hobart.
Llego al New Sydney Hotel, donde hacemos las quedadas de Spanish Tuesday.
La verdad es que el sitio es una cervecería muy chula.
Hoy nos hemos juntado muchos más que el otro día. Yo soy el único español, pero hay un venezolano, una ecuatoriana, una chilena, un argentino y un alemán. Todos los demás son australianos que quieren aprender nuestro idioma. El ambiente es genial.
Curiosamente el venezolano, Luis, conoce a Asier, el alicantino que conocí ayer, porque ambos son biólogos marinos y coincidieron en el curso de inglés. Y también está Jonathan, que es el profesor de infantil que da clases a la hija de Asier y Laura. Es un chico muy joven, pero que se esfuerza en aprender el idioma de los chavales que tiene en clase, y como este año tiene 5 españoles, pues ahí está, poniendo todo su esfuerzo y usándolo en clase.
Me cojo el bus de las 21:19 de vuelta a Fern Tree. Me encuentro a Sarah estudiando. Me cuenta que la gallina blanca efectivamente está bastante mal y que la ha separado del resto, a ver si se recupera.
Para cenar improviso una ensalada de cosas, con las lentejas dahl, tomate, arroz de sushi que ha sobrado, zanahoria, manzana y remolacha. La verdad es que puedo improvisar una ensalada juntando un montón de cosas y echándole aceite y sal. Más fácil, imposible.
La helper iraní ha confirmado y adelantado su viaje y vendrá mañana, así que compartiremos aquí una semana justa.
Me siento físicamente hecho polvo, así que hoy me retiro pronto, sin demasiadas reflexiones… 😉
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