25 febrero 2016
70 días viajando…
15 días en Melbourne…
Hoy, después de una meditación completa y más de 8 horas de sueño, me levanto como nuevo.
Hago mis saludos al sol y nos repartimos las tareas: Lorna a las cabras y yo a las gallinas.
Después me pongo a preparar el desayuno. Hago una tortilla de cebollas y acelgas que quita el hipo.
Mientras la preparo, llegan Goti y su chica (no recuerdo el nombre), los woofers franceses. Les ofrecemos compartir el desayuno, pero prefieren desayuno dulce. Se sorprenden de la cantidad y tipo de desayuno. Ya verán cuando les toque trabajar la tierra… 😉
Hoy somos de Matt, así que toca día tranquilo en el semillero. El trabajo de hoy es nuevo (nuevo aprendizaje). Se trata de coger las macetas que plantamos la semana pasada (¡cómo han crecido!) y hacer lo que llaman “thinning”, es decir, asegurarnos que haya 8 brotes en cada maceta, quitando los duplicados y replantando algunos de los duplicados en los huecos donde no han germinado o ha salido muy débil.
Visto así, parece que les he hecho flaco favor, pero luego se recuperan del meneo.
Antes de seguir, ayudamos a Matt a levantar dos de las filas de tomateras que se han tumbado por el peso.
Y seguimos con el thinning.
Las que terminamos las guardamos en la Shade House. Los brotes que no prosperan o se dan por perdidos, se ponen abajo.
Son muy curiosos los brotes de brócoli o de otros tipos de coles, en cómo se diferencian las hojas que serán sólo hojas, de las que formarán luego la parte comestible.
Después volvemos a hacer una sesión. De plantado de semillas nuevas.
Y paramos para comer. Lorna y yo nos hacemos una macroensalada de las mías, con muchas cosas y garbanzos. El aliño lo hago yo con pesto, aceite, vinagre de Módena, sal y pimienta… y tiene un éxito considerable.
Por la tarde tenemos un rato de relax en el que por fin consigo hacerme un selfie con Grace, la niña de Murray/Vicky. Es un amor.
Por la tarde nos toca poner más cuerda en las tomateras para sujetar las ramas que no paran de crecer. Están enormes.
Como premio a tanto esfuerzo, invito a Lorna a terminarnos las cerves que me traje de Melbourne. Con unas tostadas de peanut butter y miel, queda una merienda de campeones.
Más tarde ayudo a Cat con las cabras…
…y cenamos con nuestros hosts. Cat ha preparado un curry de garbanzos con arroz y crema de acelgas que está de impresión.
Ayer me agobié un poco con el tema de que me queda menos de un mes de visa en Australia y aún no tengo un sitio donde ir en Nueva Zelanda ni un vuelo.
Pero he estado mirando vuelos y no están demasiado caros (unos $200 y pico) y he lanzado varias peticiones de HelpeX. Seguro que algo sale.
Así que voy a tratar de no agobiarne más, disfrutar el momento y fluir. Como vengo haciendo desde que llegué.
Porque de eso se trata, ¿no?… de fluir.
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