Vietnam (Hanoi) – Últimos días en Vietnam

by | 28 Aug 2017 | 0 comments

24 – 28 agosto 2017

620 días viajando…
4 días en Hanoi…

El 24 de agosto acabó nuestro mototrip, pero aún nos quedan unos pocos días en Hanoi antes de que Mer vuelva a Madrid y yo vuele a Wellington (New Zealand).

Y es que mi visado finaliza el 30 de agosto y, hasta hace poco, no tenía un nuevo destino al que ir. Así que durante este mes me dediqué a lanzar solicitudes de HelpX y HouseSitting, especialmente a 3 sitios que me apetecen mucho: Hawaii, Japón y New Zealand. Es cierto que ya he estado en este último país, pero tenía pendiente ir a Wellington, al que todos llaman el pequeño Melbourne, para conocerlo a fondo. Y justo es desde ahí dónde recibo respuesta. Diana, una kiwi que habla español porque viajó por sudamérica y vivió en España en su juventud, me acepta como Helper. Así que ese será mi siguiente destino.

El 25 de agosto por la mañana, después del desayuno en el hotel, nos damos una vuelta por el Old Quarter de Hanoi.

Me fascina la gente que se monta una pequeña cocina en la calle y se hace su mini-restaurante.

Volvemos a pasear por la zona de la vía del tren, pero esta vez de día.

Foto de Mer

Y es que este rincón de Hanoi tiene un encanto muy especial.

Mer no puede evitar pararse a dar amor. Y es que rompe el alma ver dos perros tan preciosos, atados así.

Foto de Mer

Nos encantaría pillar el momento en que pase el tren, pero viendo a esta mujer separando la basura en medio de la vía, no parece probable que vaya a ser pronto.

Salimos de la vía y nos damos una vuelta por las calles del centro de Hanoi.

Llegamos a la Catedral de San José de Hanói.

Desde ahí vamos al Lago Hoàn Kiếm y su famoso puente rojo, que lleva hasta el Templo de la Isla de Jade, el cual no visitamos, porque cobran por entrar.

Pasamos por la zona del mercado…

…y finalmente paramos en un sitio a tomarnos una cerveza cuando se pone a llover con furia visigoda.

Cuando para de llover, nos damos una vuelta una de las callejuelas de Street Food buscando un sitio para comer.

Por la tarde me voy hasta la zona de Thanh Xuân para recoger mi mochila. Y es que antes de empezar mi mototrip, cuando estaba en Saigon, mandé por correo mi mochila con gran parte de mis cosas a Hanoi para no cargar con ella.

¿Y a dónde la mandé?

Pues lo que hice es preguntar en el grupo de Facebook Españoles en Vietnam por algún alma caritativa que me hiciera el inmenso favor de recibir mi mochila y guardármela unas semanas hasta que viniera a recogerla. Tuve respuesta de varias personas, pero en general dudosas, y la única persona que me dio un “sí” rotundo y sin dudarlo fue el jugador de fútbol profesional Álvaro Silva, que justo está jugando en el equipo del Hanoi.

Así que voy a visitar a Álvaro y su familia a su precioso apartamento de Hanoi y les doy las gracias por la enorme generosidad que han tenido conmigo. La pena es que les pillo a punto de irse de cena y no tengo ocasión de invitarles a algo, pero al menos podemos charlar un rato y contarnos experiencias. Álvaro dejó su equipo, el Jerez, y ya ha jugado en varios países increíbles como Azerbaiyán, Kuwait, Corea del Sur… y ahora Vietnam. ¡Toda una experiencia!

Mi mochila ha llegado perfectamente y hasta el Ukelele ha sobrevivido al viaje. Les vuelvo a dar las gracias y me vuelvo al Hotel en un Grab, que es como el Über de Asia. Se puede ver hasta qué punto es una locura el tráfico de Hanoi… y no digamos ya con lluvia.

Por cierto, de todos los grupos de Facebook de “Españoles en…” en los estoy (y estoy en unos cuantos), debo decir que el de Españoles en Vietnam es de los peores, especialmente por la forma en la que está administrado. Algunos administradores de grupos tienen la manía de hacerlos “moderados”, es decir, tienen que leerse las publicaciones antes de aprobar su publicación. Esto hace que la agilidad sea desastrosa y que sea imposible publicar una consulta con cierta urgencia, porque los administradores son gente ocupada que pueden tardar días en aprobar una publicación. De hecho aún tengo pendientes de aprobación dos publicaciones que llevan más de un mes en espera.

Y todo por el miedo a las publicaciones Spam, pero yo llevo 5 años administrando el grupo público (no moderado) de casi 3000 personas Dieta BARF para Gatos sin tener prácticamente nada de Spam, siguiendo una regla muy sencilla: No admitir en el grupo a nadie que se acabe de crear el perfil de facebook. Porque a los spammers, Facebook les borra continuamente el perfil y se tienen que crear uno nuevo. Y las poquísimas veces que se me cuela uno, basta con borrar el post y expulsar al Spammer y ya está. Eso permite tener un grupo ágil y muy activo. Le intenté explicar esto a Rafa, el administrador, pero ni me contestó.

En fin, después de esta pataleta, continúo. :-p

Por la noche cenamos en un bareto al lado de las vías.

Y, esta vez sí, vemos pasar el tren.

El 26 de agosto es el último día de Mer en Vietnam. Yo aún me quedaré un par de noches más, porque mi vuelo a Auckland es el 28, pero las pasaré en un Hostel, que es más barato.

Nos levantamos tarde y, cuando bajamos a desayunar (incluido en el precio), la señorita de recepción (que no habla apenas inglés) nos dice que el desayuno acabó a las 9h. Le indico que leí detenidamente las normas del hotel que hay en la habitación y que no hay ningún sitio donde ponga que el desayuno es hasta las 9h, pero ni caso.

Así que entre esto, la poca amabilidad en recepción y el zulo sin ventanas al que llaman “habitación económica”, consideramos al Hoang Cuong Hotel como nuestra peor experiencia hotelera en este país (sin contar el “picadero” Nha Tro 68, que eso ya es otro cantar).

Lo primero, entonces, es recoger nuestras cosas y mudarnos al Chien Hostel, donde pasaré mis últimas dos noches. Como son gente estupenda, nos permiten también dejar ahí las cosas de Mer hasta la hora de salida de su vuelo esta tarde. Nada más llegar nos invitan a una bebida y la atención es maravillosa. Y eso por no hablar de las vistas desde mi dormitorio, que da directamente a la Catedral de Hanoi.

Nos tomamos algo en el Hostel y nos damos una vuelta por los alrededores.

Muy cerca, encontramos un sitio para comer de los que puedes elegir lo que quieres en el plato.

El lugar tiene como mascota un gato y, como no, se acerca a Mer, que tiene un imán para ellos.

Por la tarde seguimos recorriendo la capital…

…hasta llegar al Thien Quang Lake.

De vuelta no puedo evitar fijarme en la cantidad de imitadores que le han salido al Starbucks.

Y me parece genial esta tienda que me he llegado a creer que era un sitio de Pho.

Recorremos la calle de los backpackers.

Y visitamos por dentro la Catedral de San José de Hanoi.

Finalmente, recogemos las cosas de Mer y nos vamos para el aeropuerto. Para ello cogemos el bus en la parada que hay al otro lado del Hoan Kiem Lake.

Y llega el momento de la despedida… 🙁

…aunque pensando ya en nuestro próximo mototrip, que será por Myanmar o Sri Lanka. 🙂

De vuelta al Chien Hostel, llego justo a tiempo para tomarme el cocktail (inidentificable) que dan gratis de 22 a 22:15h.

Y algo más tarde me voy a un local cercano a cenarme un Pho… y la verdad es que se me hace raro lo de cenar solo.

El 27 de agosto me tomo un maravilloso desayuno que viene incluido en el precio del Hostel (4 USD la noche = 3,30€) consistente en un buffet de pan, huevos, noodles, spreads, café, etc…

Después, me doy una vuelta por el centro para sacar algunas fotos.

Es curioso como en Vietnam (y en gran parte de Asia) los comercios aún se agrupan en “gremios”. Esta calle, por ejemplo, es la dedicada a artículos para motos.

La arquitectura de Hanoi es absolutamente variada y caótica. Me encanta.

Para comer, pruebo a meterme en uno de los locales que están al pie de la vía de tren. Me miran sorprendidos, porque es un sitio muy para la gente local y no están acostumbrados a que un extranjero entre a comer, pero me reciben encantados y me entienden enseguida el “lo que sea, pero sin carne”.

Y aquí es donde cocinan.

Después de comer estupendamente por 20.000 VND (0,70€), decido continuar mi paseo siguiendo las vías del tren, a ver a dónde me llevan…

…y me llevan hasta la Estación de Hanoi, claro.

Vuelvo andando hacia el Chien Hostel…

…y allí me llevo una muy grata sorpresa. Cuando entro en mi dorm, oigo un “Hi, Pablo!“, y me encuentro a Jenia y Peter que están en mi mismo dorm, sólo un par de camas más allá.

Es cierto que yo sabía que venían hoy a Hanoi y es cierto que les hablé de este Hostel… pero no esperaba encontrármelos al lado de mi cama!

Hace año y medio, la primera vez que fui a Melbourne, Jenia y Peter, junto con Lily, fueron los que me abrieron su casa y su corazón para que pasara con ellos los 10 días que estuve en esa ciudad sin pedirme nada a cambio. Gente maravillosa.

Aprovechamos que estamos en la Happy Hour (de 15 a 15:15h) del Hostel en el que dan cerveza gratis en el Rooftop Bar (sí, sí… como lo oyes), para subirnos a tomarnos un par.

Y ahí nos encontramos con un americano y su guitarra y acabamos pasando un rato genial.

Mientras, en la catedral, hay misa… y parece que tienen tanto éxito de público que incluso hay gente oyendo la misa desde la calle.

Al rato llegan un grupo de españoles que van a pasar su última noche en Hanoi. Es un grupo llevado por la agencia Paso Noroeste, que organiza viajes en grupo “alternativos”, es decir, sin demasiada planificación, un poco a la aventura, y guiados (pero siempre buscando consensuar las decisiones) por un guía. Yo ya me ofrecí a esta agencia como guía hace tiempo y me ofrecieron un grupo, pero justo me coincidía con mi mototrip y tuve que rechazarlo. Charlo con la guía del grupo, que me recomienda mucho hacerlo, y también charlo con algunos de ellos.

El manager del Chien Hotel, que está encantado con nosotros, nos hace un vídeo en directo para la pagina de Facebook del Hostel y justo me pilla charlando con dos de las españolas.

Mas tarde nos vamos a cenar con algunos amigos de Jenia y Peter al restaurante vegetariano (ellos son veganos) Com Chay Nàng Tâm.

Y llega el 28 de agosto, mi despedida de Vietnam. Así que, después de otro magno desayuno en el Hostel y sendos abrazos a Jenia y Peter, me dirijo al aeropuerto.

Y ésa es la puerta de salida de Vietnam.

Pero antes, un pequeño almuerzo… mi último Nánh Mì

…y vamos allá.

Por cierto, en Air Asia, al ser Low Cost, sólo te dejan elegir asiento si pagas un extra. Y si no lo pagas, ya se ocupan de darte el peor asiento posible. :-/

Y así termina mi mes en Vietnam.

Y me voy feliz de haber venido (gracias, Mer, que tú lo elegiste) porque Vietnam es por ahora mi país favorito del Sudeste Asiático (bueno, está ahí-ahí con Laos).

La gente de este lugar es maravillosa, sonriente, amable, sin grandes preocupaciones. En un mes que he estado aquí no he visto ni una sola discusión, ningún tipo de violencia, ni verbal ni física. Los vehículos sólo pitan para decir “hey, estoy aquí”, no para quejarse. Por otra parte, aún no está terriblemente invadido por el turismo, aunque, lamentablemente, va directo por ese camino. La naturaleza, en algunas zonas del país, es increíble.

Y, lo que más me gusta… la libertad. Todo es fácil aquí. No hay demasiadas normas. El hecho de poder comprar y vender una moto sin ningún tipo de papeleo es algo impensable en el 1er mundo.

Pero claro, la ausencia de normas lleva a cierto caos y desprotección, ése es el precio.

Y entonces te das cuenta de que hay dos tipos de lugares.

Aquellos muy desarrollados en los que se han establecido millones de normas para que todo funcione a la perfección, lo cual proporciona gran seguridad, tranquilidad y orden a cambio de tener que conocer y seguir todas las normas.

Y aquellos con un nivel de desarrollo menor en los que no se normaliza tanto todo y se deja que las cosas fluyan y se equilibren por sí solas, generando un cierto nivel de caos, pero a cambio de una sensación de libertad enorme.Un claro paralelismo de esto sería el tráfico, por ejemplo. Estamos acostumbrados a tener miles de señales, semáforos, indicaciones y normas (casco, cinturón…) que nos dicen cómo circular, y eso hace que el tráfico en general funcione, aunque nos ponemos nerviosísimos. En cambio en el sudeste asiático son contadísimos los semáforos o señales y los pocos que hay, no les hacen demasiado caso. El tráfico es caótico… pero fluye. Nadie se pone nervioso y simplemente sigue el sentido común. El que llega primero pasa, el grande manda sobre el pequeño, etc. Para mí, que no estoy acostumbrado, me estresa, pero ves que a ellos les funciona.

Supongo que es imposible tenerlo todo: Libertad absoluta y perfecta organización. Bueno, imposible, no. Pero requiere de un altísimo nivel de conciencia colectiva, de educación en el bien común. De forma que, sin tener que establecerlo como “ley”, todo el mundo de esta “sociedad ideal” colabore de forma espontánea y voluntaria a que las cosas funcionen.Amor Universal.

Sí, ya lo sé…

…eso se llama Utopía.

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