28 mayo 2016
163 días viajando…
1 día en Auckland…
Cumplo 4 semanas en esta casa.
Hemos tenido tormenta toda la noche. Sobre todo mucho viento que no paraba de despertarme. Pero no hay prisa para levantarse, que es Sábado y no hay niños ni obligaciones.
Cuando me levanto, sobre las 8:30, sigue lloviendo aún, así que me salto los saludos al sol y voy directo a ducha y desayuno. Hoy sí me apetece un poquito de arroz con zanahorias, brócoli, puerro, frutos secos y puerro. Lo que hago ahora es poner menos arroz y más verduras. Mucho mejor más ligero.
Mientras me duchaba, Nat ha abierto el gallinero para que salgan las gallinas. Parece que les gusta el nuevo hogar.
Y ya han “inaugurado” ampliamente el lugar.
En Fonefix me dicen que no les ha llegado nada, pero es que en sábado no reciben paquetes, así que queda descartado. Llamo a correos, y un amabilísimo chico me dedica 15 minutos tomándome nota de todo el caso y diciéndome que lo van a investigar, porque, efectivamente, no es normal que tarde tanto.
Descarto, pues, recuperar el teléfono antes de irme. Así que hay dos opciones:
A) Que no aparezca, en cuyo caso a ver si consigo que NZ Post me compense por la pérdida (me han preguntado el coste aproximado de lo que mandé).
B) Que aparezca cuando ya me he ido, en cuyo caso intentaré que NZ Post me lo mande a Cook Islands sin coste, como compensación por el retraso.
Al menos sé que el móvil no se ha conectado a Internet desde que lo mandé. Si eso ocurriera, Google me dice la ubicación. Así que por ahora quiero seguir pensando que no me lo han mangado.
Nat me dice que ha decidido ir a Auckland hoy en vez de mañana, con lo que la decisión ya está tomada. Pasaré mi última noche allá. Re-confirmo con Anna, la couchsurfing que me acoge esta noche y recojo mis cosas.
Mientras estoy recogiendo, me llevo un susto de muerte, porque algo golpea con mucha fuerza el cristal de la ventana. Me da tiempo a ver que es una Paloma Maorí, parecida a nuestras palomas pero bastante más grande. No me explico cómo no ha visto que hay un cristal con lo que se refleja desde fuera. Me asomo para ver cómo está, pero no la veo.
Cuando Nat vuelve del jardín me comenta que hay una paloma herida escondida debajo del porche del jardín. Le explico lo que ha pasado.
Nat llama a un amigo suyo que se dedica al cuidado de animales heridos, para que venga a cogerla. Nat es especialmente protectora con todo tipo de animales. Ayer se puso muy contenta al ver que había una lagartija en la chimenea y pudo salvarla del fuego.
Yo me voy despidiendo de mi amiga Duchess.
Para mi última comida, Nat ha preparado unas judías con espinacas, chucrut de piña y cúrcuma y un huevo. Delicioso.
Algo más tarde llega el amigo de Nat con dos chavales para coger la paloma y hacerse cargo.
Yo me voy despidiendo del gallinero y las gallinas… :,-(
…del árbol-enredadera del jardín…
…del abeto de la casa de enfrente…
…y finalmente me despido de la casa que tan maravillosamente me ha acogido estas 4 semanas.
Sobre las 14h salimos de Whangateau hacia Auckland.
Nat me deja en Ponsonby y nos hacemos la foto de despedida. Éste es el primer intento, cuando el viento empieza a mover la cámara…
…y ésta es la definitiva.
Nos despedimos con un enorme abrazo y enorme agradecimiento mutuo. Le dejo claro que ha sido mi mejor host. Ojalá todos los siguientes fueran así.
Y vuelvo a estar de viaje. 😉
Hago una parada en Fred’s para chequear el correo a ver si hay novedades de NZ Post…
…pero nada. No hay nada que hacer. Así que miro en un mapa como llegar a casa de Anna, y me dirijo para allá. Está en Scanlan St.
(Aquí hasta los barcos tienen el volante al otro lado).
Y llego finalmente. Anna aún no está, pero me recibe Vania, su compañero de piso ruso. También me recibe Chilli.
Más tarde llega Anna y por fin nos conocemos. Viene de dar unas clases de acrobacias circenses a los chavales. Me dice que va a ir luego a Albert Park a ver unas danzas con fuego, que si me apunto (claro), pero que antes tiene que ir a otro sitio. Yo aprovecho para ir a cenar algo. Me recomiendan un indio vegetariano cerca de allí, en Karangahape Rd., así que me doy un paseo.
Es fácil ver que estoy en el barrio más… fiestero.
Aunque también hay galerías de arte.
Finalmente llego al restaurante indio Gujrati Dhaba. Parece acogedor y está muy tranquilo. Solo hay una pareja y una chica cenando sola. La chica me sonríe al entrar. Le devuelvo la sonrisa. Cuando veo la carta, no tengo ni idea de lo que pedir, así que le pregunto a la chica por lo que está comiendo. Empezamos a charlar y acabo cenando con ella. Se llama Johanna y es alemana. Ha venido a Auckland a estudiar danza maorí. La cena dura poco, porque se tiene que ir a currar. Baila en un Night Club de Ponsonby. Al menos no he cenado solo. 🙂
Después de cenar me voy para el Albert Park. El camino tiene unas vistas muy chulas.
Cuando llego, efectivamente, están haciendo danzas con fuego. Es un rollo un poco “Lord of the Rings”. Un poco Friki. Especialmente el de la espada de fuego.
Me encuentro allí con Anna, pero no estamos demasiado tiempo, porque mañana tiene que madrugar para ir a un curso de defensa personal (Fight Club lo llama) al que me ha invitado a ir (miedo me da). De vuelta, me lleva por Queen St., la calle principal del centro…
…donde nos tomamos un helado en la heladería más pequeña del mundo.
Y de nuevo en su casa.
Así que el plan de mañana es asistir a una clase de The Fight Club y no sé si intentar conseguir un móvil de segunda mano o esperar a que aparezca. Pero sí que empiezo a temer que no aparezca, en cuyo caso, es más fácil comprar uno aquí. A ver qué encuentro en plan baratito.
Lo que espero es que NZ Post me compense de alguna manera, porque menuda faena.
Pero, por otra parte, no me hago a la idea de que mañana vuelo a un paraíso tropical.
Qué ganas, por favor… 🙂
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