9-11 agosto 2023
2.794 días viajando…
3 días en Tabasco (México)…
Hoy toca cambio de estado. Hoy dejamos Campeche y nos vamos a Tabasco. Recordaremos por siempre este maravilloso pueblecito escondido llamado Sabancuy, que es una pequeña maravilla de la que no habíamos oído nunca hablar. Esperemos que no se haga demasiado famosa.
Recogemos y nos vamos a desayunar. La Brisa está hoy cerrado, así que vamos al Mercado Municipal y descubrimos el puesto de un coreano que hace batidos de manzana, zanahoria y remolacha muy ricos. El tipo es encantador, muy simpático. Se lamenta de lo difícil que es vender comida coreana en un sitio como Sabancuy. Pero es que… a quién se le ocurre.
Nos tomamos 2 batidos (70$ = 3,71€) y un café (15$ = 0,80€).
Regresamos al hotel, nos despedimos de Ernesto (qué majo es) y nos ponemos en marcha.
Se puede ir por la playa, pagando peajes en los puentes, o por el interior dando un largo rodeo. Optamos por lo primero, que es más agradable y esperemos que no demasiado caro.
La primera población que pasamos es Isla Aguada, donde hacemos una parada para gasofa, y justo después llegamos al peaje del primer puente, donde pagamos a 42$ (2,23€).
Este puente, el Puente de la Unidad, da acceso a la Isla del Carmen, una pequeña isla que hace de separación entre el mar y la Laguna de Términos. Al final de la isla está Ciudad del Carmen, una población caótica de la que salimos tan rápido como entramos cruzando el puente de salida, el Puente El Zacatal. Nos pensamos que este puente es gratis mientras lo cruzamos alegremente, hasta que llegamos al otro lado y nos encontramos el puesto de peaje. Aquí son 50$ (2,65€).
Ya es hora de comer y el hambre aprieta. Cuando pasamos el pequeño pueblecito de Puerto Rico, nos paramos en el primer sitio que vemos con comida, la Fonda El Macuili.
Nos pedimos una mojarra con arroz y ensalada para compartir y un agua de tamarindo (230$ = 12,19€). La morraja la sirven con tortillas y tortillas fritas. Nos quedamos bien llenos. Muy rico, la verdad.
Con la panza bien llena, volvemos a ponernos en camino. Como veo que hay hoyos en la carretera, voy con extremo cuidado, pero en una recta en la que por un momento voy detrás de un taxi, éste no me deja ver el agujero a tiempo y me lo como. de nuevo un susto de muerte. El golpe ha sido tan fuerte que hasta han saltado los pulpos que sujetan las mochilas. De milagro no nos hemos caído y de milagro parece que no le ha pasado nada a la moto. Me maldigo mil veces por el despiste. Leo Callejero es el único animal que tropieza dos veces en el mismo hoyo. Me prometo mantener kms de distancia de seguridad con vehículos que se me pongan delante.
Llegamos al Río Usumacinta, que hace de frontera entre Campeche y Tabasco.
Seguimos hasta el mini-pueblecito de Nueva Centla, donde hacemos una parada en una tienda de abarrotes para comprar agua y helados, y donde tenemos este interesante encuentro.
Como el sitio nos parece agradable, preguntamos si hay algún alojamiento por la zona, pero nos dicen que nada de nada. Lo más cercano es en Frontera, a 10 min.
Vamos para allá, directamente al Hotel Rosa María, que nos deja la habitación por 400$ (21,20€). Ducha y relax, que el viaje ha sido bastante durillo. Algo más tarde nos vamos a dar un paseo al centro.
Foto de Giada
Compramos algo de fruta, pan, tomates, aguacate, agua y unos dulces de postre para la cena. Vuelta al hotel y cenamos tan ricamente en la habitación.
Foto de Giada
Me está doliendo mucho el oido. Creo que he pillado una otitis en la Playa de Sabancuy.
Hemos encontrado un couchsurfing en Villahermosa, ya que nos han dicho que merece la pena visitarla. Pero me he levantado con más dolor de oído, así que escribo al seguro para que me busquen un médico allí.
Salgo a pillar un café y una infusión y nos los tomamos en la habitación. Fuera hace un calor de muerte.
Nos ponemos en marcha sobre las 10h30. Como el camino no es largo, vamos de tirón, con mil ojos en los hoyos de la carretera. Llegamos poco antes del mediodía. Villahermosa parece una ciudad muy grande y sin demasiado encanto. Vamos directamente a casa de Kaleb, nuestro host de couchsurfing. Nos enseña nuestra habitación, nos da las llaves, dejamos nuestras cosas y nos vamos directamete al Hospital Ángeles Villahermosa, el hospital que nos ha asignado el seguro, para que me miren el oido. Por suerte es un hospital privado y todo es rápido y aséptico (menos el tema del pago que, como siempre, es un lío, pero la aseguradora es rápida y eficaz).
Me miran y me dicen que tengo infección externa (menos mal) bacteriana y fúngica (mierda). Me mandan ibuprofeno (y eso que les he dicho que no quería analgésico), Amoxicilina en pastillas (antibiótico), Synalar en gotas (un corticosteroide con antibiótico) e Itraconazol, unas pastillas antifúngicas para tomar durante un mes. Dos antibióticos a la vez, corticoides y antifúgico??… se les va la olla.
Lo consulto con mi amiga Gabi, de la que me fío mucho más que de los médicos (de los que en general me fío poco o nada) y me confirma que lo que me han mandado, todo junto, es una barbaridad. Me dice que con las gotas va que chuta y que, para la infección fúngica, que me dé con un algodón una mezcla de aceite de oliva y aceite de árbol de té dos veces al día. Lo de un mes de antifúngicos es fatal para el hígado.
Buscamos una farmacia para comprar las gotas (tenemos que pasar por 3 farmacias hasta encontrarlas) y luego vamos al Mercado de la Sierra donde nos tomamos un agua de banana, papaya y limon de litro (35$ = 1,85€ c/u). Luego comemos en el mismo mercado. Yo me pido una coliflor con caldo de tomate, servido con arroz y tortillas y Giada un arroz con tres huevos y fríjoles. 150$ (7,95€) en total.
Vuelta a la casa de Kaleb y tarde de relax. La habitación que nos ha dejado Kaleb tiene un diván… y nada más. En el diván sólo duerme uno y es de piel, sin sábanas. Con este calor nos vamos a quedar más pegados que un cromo. Y no hay otro colchón.
Como nos suele pasar en couchsurfing, nos sentimos agradecidos por la posibilidad de tener un alojamiento gratis y la experiencia de conocer gente local, pero no deja de sorprendernos la poca preocupación que hay aquí por el confort del invitado. Es algo impensable para nuestra mentalidad mediterránea, donde lo más importante de la hospitalidad es que el invitado se sienta cómodo y tenga todo lo que necesita.
Foto de Giada
Cuando el sol está por ponerse, vamos al Parque Tomás Garrido Canabal a dar un paseo. El parque tiene una fauna sorprendente para estar dentro de una ciudad.
Foto de Giada
Vídeo de Giada
A la vuelta buscamos una frutería abierta y compramos los ingredientes para hacer un gazpacho para compartir con Kaleb (así le ofrecemos algo de nuestra tierra como agradecimiento). Qué difícil se me hace conducir la moto de noche en un lugar desconocido y caótico.
Como no quiero dejar la moto en la calle por la noche, la dejamos en el cercano Autolavado Soda donde nos la guardan por una noche por 40$ (2,12€).
Llegamos a casa y me pongo con el gazpacho.
Cuando llegan Kaleb con su compañera de trabajo y dos amigos, nos tomamos con ellos unas cerves y el gazpacho. Hablamos de educación y política. Lo de AMLO es un tema muy delicado aquí, ya que está muy polarizado. La gente está muy a favor o muy en contra. Veo que Kaleb trabaja para el enemigo, para lo peor del sistema capitalista: para las petroleras. Y reconoce abiertamente que hace mucho dinero con la corrupción del sistema. No parece una parsona que quiera cambiar el mundo.
Nos retiramos pronto porque el oído me duele horrores. Giada duerme sobre una esterilla en el suelo y yo en el diván. Me duele el oído más que nunca. Paso una noche un poco de pesadilla. Tengo bastante tolerancia al dolor… pero tengo un limite.
Me levanto a las 7:15. He dormido fatal. Voy a por la moto pensando que los 40$ eran sólo por una noche, pero en realidad son por 24h, así que pago otros 40$ (2,21€) y nos vale también para esta noche.
Giada sale a comprar para hacer desayuno y vuelve con huevos, dulces, leche de almendras. Mientras me llaman de la Cadena Ser. Quieren hacerme una entrevista para La Ventana el próximo lunes. Qué emoción.
Kaleb hace café y yo hago unos huevos. Mañana de tranqui. Hacemos lavadora (que ya toca y aprovechamos que aquí hay), charlamos… y Giada vuelve a salir a comprar patatas para hacer una tortilla de patatas para nuestros anfitriones.
Estoy mucho mejor del oído, parece que por fin las gotas van haciendo efecto. Hacemos la tortilla y una ensalada.
Tarde de tranqui sin salir para recuperarme del todo y por la noche vemos Blow-Up, surrealismo italiano de Antonioni del 66.
Duermo muuucho mejor.
Conclusiones y Planes
La verdad es que la etapa de Tabasco no ha sido demasiado interesante. Tanto Frontera como Villahermosa no han sido de nuestros pueblos favoritos. De hecho nos ha sorprendido especialmentre que Frontera sea considerado Pueblo Mágico, porque la verdad es que tiene bastante poco encanto. Villahermosa es mejor, sobre todo por sus parques, pero no hemos podido disfrutarlo más por culpa de mi infección de oído. A esto se suma que nuestra experiencia Couchsurfing tampoco ha sido demasiado positiva. Así que toca un cambio.
Nos han recomendado hacer parada en Coatzacoalcos (los mexicanos son únicos buscando nombres imposibles de recordar), un pueblo costero perteneciente al larguísimo estado de Veracruz.
Así que, como mañana cambiamos de estado, eso será…
…¡en el próximo capítulo!

























0 Comments