5-8 agosto 2023

 

2.791 días viajando…
4 días en Campeche (México)…

Día 24: Palenque – Sabancuy (240 kms)

5 Agosto

Hoy toca viaje largo. Hacemos un batido de frutas para el desayuno, y nos tomamos una omelette y el aguacate con tortillas. Recogemos y estamos en marcha antes de las 10h.

Hacemos una parada rápida para sacar dinero de un cajero (6000$ = 318€). ¡Qué rápido se gasta!

El trayecto serán unos 240 kms. Mi idea es hacer dos paradas, a los 80 y 160 kms. 

Aunque nuestro destino es el estado de Campeche, cruzaremos muy brevemente el estado de Tabasco, que tiene una pequeña franja en medio. Más tarde iremos también a ese estado.

Precisamente, justo al cruzar a Tabasco, nos para la policía por primera vez. Nos preguntan de dónde venimos y a donde vamos (deben ser filósofos) y me piden mi licencia, que ni siquiera miran. Me la devuelven intacta y continuamos.

A los 80kms no hay nada de nada. La carretera es una sucesión de rectas interminables sin demasiados signos de civilización. Me recuerda a Australia.

Conseguimos hacer la primera parada a los 105 kms, en la primera población (pequeñita) que encontramos, El Aguacatal. Vamos a una taqueria que bautizamos como “Destápala” porque es lo que pone en el único cartel (de Cocacola) del local.

Nos pedimos un café y una bebida que llaman suero y que pensaba que estaría bien porque ponía 0 azúcares. Resulta ser una cosa extradulce y con sabor quimico del que sólo somos capaces de dar un sorbo. Puaj. Por esta caca hemos pagado 50$ (2,65€). Compro un par de panes dulces en una panadería de al lado (10$ = 0,53€). Para ir al baño, tenemos que ir al de otro comedor (éste no tiene) y donde nos cobran otros 10$. 

Foto de Giada

Seguimos. Como son rectas eternas, voy a 80km/h más o menos, intentando siempre estar atento. Y de repente, de la nada, me encuentro delante mío un inmenso agujero en medio de la carretera. Demasiado tarde para esquivarlo. Por suerte voy rápido y la rueda de delante lo pasa volando, pero como llevamos todo el peso detrás, la rueda trasera entra en el agujero y el golpe es brutal. De milagro no hemos salido volando. Me paro, revisamos la moto y parece estar bien. Debe ser superdura, porque el golpe ha sido muy bestia. De hecho, veo cerca de aquí un coche que está cambiando una rueda. Ha tenido menos suerte que nosotros. Ese agujero es un crimen contra la humanidad.

Una vez pasado el susto, seguimos. Ahora voy a 70 km/h, un poco más acojonado y atento. 

Parada a los 170 kms en una gasolinera para repostar (24.85$ = 1,32€ el litro) y descansamos dentro la tienda, que tiene AC (hace un calor que derrite). Nos compramos unos cacahuetes para pasar el rato (30$ = 1,60€).

El último tirón se nos hace eterno. Madre mía, entre el calor, las rectas y que no hay nada en la carretera, el trayecto es un terrible aburrimiento. Me duele el culo.

Pero todo llega… y también nosotros a nuestro destino. Vamos directos al alojamiento con el que ya hemos hablado, el Hotel Anas, pero nos lo encontramos cerrado.

Estamos prácticamente al lado del mar.

Les mando un guasap y al poco viene Ernesto, un viejete super encantador que nos abre y se desvive por atendernos. Le pagamos 400$ (21,20€) por una noche (carete, pero el sitio lo vale). Le decimos que por ahora una noche y mañana veremos. No hay problema porque parece que estamos solos.

Tan solos, que incluso nos podemos dar una ducha en el mismo patio donde aparcamos, y así combatimos algo el calor que estamos pasando.

Foto de Giada

Foto de Giada

Salimos a dar una vuelta por el centro y buscar dónde comer algo. El lugar tiene mucho encanto, la verdad.

Foto de Giada

Como en todos los pueblos de México, no pueden faltar las letras de la ciudad.

Foto de Giada

Foto de Giada

Buscamos donde comer algo, pero a estas horas (son ya las 16h30) está todo cerrado. Cuando estamos de comernos entre nosotros, encontramos abierto el Restaurante Frayol, Menos mal. Nos pedimos 2 tacos de camarones (muy ricos) y una mojarra frita espectacular. Con 2 coronas nos sale a 300$ (15,90€), muy razonable.

Cuando salimos, hace un poco de viento.

Aunque da la impresión de que estamos al lado del mar, en realidad es una laguna llamada Estero Sabancuy. Para llegar a la playa, hay que atravesar esta laguna por un puente. Así que pillamos la moto y nos vamos a Playa Escondida, que es la que nos han recomendado, pero nos quieren cobrar 50$ (2,65€) por aparcar, así que nos vamos mejor a la Playa de Sabancuy y tan ricamente.

Y aquí el primer baño de Giada en el Golfo de México. El agua está super-caliente.

Cuando volvemos al hotel, Ernesto nos da unos tamales de elote que nos ha preparado su mujer. Qué encantadores. Pero me caen un poco pesados porque aún estaba digiriendo el pescado. Digiero regular el pescado azul.

El internet va fatal, así que optamos por ver una de las pelis que tengo ya descargadas, Scorchers, pero Giada se queda frita.

Acabamos de pasar el ecuador del viaje. Es genial saber que aún tenemos tanto tiempo por delante. 

Día 25: Sabancuy

6 Agosto

Nos levantamos relativamente pronto, pillamos la moto y nos vamos a buscar desayuno.

Foto de Giada

Lo único abierto son los puestos del centro. En un puesto de tacos preguntamos si tienen algo de fruta (no) o algo sin carne (no). Al menos nos recomiendan otro lugar al que ir, la Cafetería La Brisa, justo al lado. Y es un gran acierto. Dos batidos de plátano y mango con agua y sin azúcar (¡de 1 litro cada uno!) y un café por 145$ (7,68€).

Foto de Giada

Y después de hacer un poco el moñas…

Foto de Giada

…nos vamos a la playa. El lugar es paradisiaco. Entre que es de por sí poco turístico y que, al parecer, estamos en temporada baja, estamos casi solos en la playa.

Encontramos unas palapas un poco abandonadas y que, al parecer, no usa nadie. Parece como si fueran parte de puestecillo de la playa que ahora está cerrado, probablemente por temporada baja. Vemos que hay otros abiertos, pero éste parece abandonado. Probamos a ponernos en una de las palapas para tener sombra (no puedo pasar la mañana en la playa si no tengo sombra) y nadie nos dice nada.

Foto de Giada

Foto de Giada

Cuando viene un señor y pensamos que nos va a decir que no se puede, lo que hace es preguntarnos si se rentan. Yo le digo que no, que lo hemos visto abandonado y que nos hemos puesto aquí. Él se ríe y se va a las palapas del puesto de al lado que sí está abierto y es de pago. Creo que culturalmete para ellos es un poco raro lo meternos en un sitio abandonado. 

Pasamos una estupenda mañana de playa.

Foto de Giada

Para comer yo quería probar el Antojitos Ana María, pero abre sólo para cenas, así que repetimos en el Restaurante Frayol, que está al lado. Giada se pide de nuevo una mojarra frita (un poco más seca que ayer) y yo una sopa de marisco espectacular. Como entrante, nos pedimos una quesadilla de camarones y de beber, 2 birras. Todo por 480$ (25,44€). Hoy nos hemos dado un lujo.

Foto de Giada

Vuelta a la playa a pasar la tarde. Giada está feliz como una niña pequeña, el mar es su elemento. Volvemos a montar el campamento bajo nuestra palapa particular. 

Cuando baja un poco el sol, nos damos un paseo hacia el oeste, hasta llegar a una construcción abandonada a pie de playa que está a poco más de 1 km. 

Al llegar ahí, damos media vuelta y nos damos cuenta con horror que teníamos a nuestra espalda una espectacular tormenta que se dirige justo hacia nosotros. La imagen es impresionante. 

Foto de Giada

Volvemos a todo correr (con el viento en contra) intentando llegar a la moto antes de que nos caiga encima el diluvio universal o nos parta un rayo.

Llegamos a la moto justo a tiempo, salimos disparados y, en cuanto cruzamos el puente y entramos en Sabancuy, nos cae el gran diluvio.

Giada y yo hemos estado hablando. El plan era quedarnos aquí 2 noches, como habitualmente (lo justo para tener un día para visitar el sitio). Pero como estamos tan a gusto, tenemos tanto tiempo por delante y necesitamos frenar un poco el ritmo, hemos decidido intentar quedarnos 4 noches. Hablo con Ernesto y le propongo quedarnos 4 noches si nos hace precio. Nos lo hace: 300$ (15,90€) la noche (en vez de 400$), 1200$ en total. Superbien.

Nos duchamos (la lluvia no cuenta) y cuando para un poco, salgo a comprar agua y un par de panes, que tengo hambre (digiero mucho mejor una sopa de pescado que el pescado frito). 

Serie y a dormir.  

Día 26: Sabancuy

7 Agosto

Nos tomamos la mañana con calma. Vamos a desayunar al mismo sitio, La Brisa, y lo mismo que ayer, pero hoy es más barato (125$ = 6,62€), no me preguntéis por qué.

¡Y a la playa! Mañana de playa tranqui, en nuestra palapa habitual. Es un lujo poder disfrutar de un sitio así.

Foto de Giada

Foto de Giada

Para comer, nos vamos al Abarrotes Dunosusa, donde nos compramos pan de molde, queso, 4 tomates, un aguacate, una lata de fríjoles, unas tortillas fritas y 2 cervezas para llevarnos de vuelta a la playa. Como reyes.

Al salir, no puedo evitar sacarme una foto en el mural de al lado, claro.

Foto de Giada

Vuelta, gran banquete en la playa…

…y siesta.

Vuelta al hotel al final del día, terminamos de ver la serie Treasome, nos vemos también Oblivion y a dormir.

Día 27: Sabancuy

8 Agosto

Desayunamos en el mismo sitio. Esto parece el Día de la Marmota. Pero esta vez la chica nos ofrece (y aceptamos) un flan cubano que ha hecho ella, que es cubana.

Foto de Giada

Foto de Giada

Foto de Giada

Para no tener que salir de la playa a la hora de comer, nos vamos a comprar agua, pan, queso, tomates y aguacate… ¡Y a la playa!

A la hora del almuerzo, nos hacemos unos estupendos sandwiches con lo comprado.

Es nuestra última tarde en esta playa y queremos tener un recuerdo de la palapa que nos ha cobijado estos días y nos ha protegido del sol.

Y vuelta al hotel a descansar. Giada se quedaría aquí más días, le encanta. Pero yo, aunque reconozco que el lugar es una maravilla, a la larga me aburre la playa (soy poco playero), así que estoy deseando volver a ponerme en camino.

Peli (The Constant Gardener) y a dormir.

Planes

Sabancuy es lo más al este que nos va a llevar este viaje. A partir de ahora empezamos a ir hacia el oeste. Comienza nuestro regreso (con calma). Mañana llegaremos a Frontera que, como su nombre indica, está justo después de la frontera de Campeche, y pertenece ya al estado de Tabasco.

Así que el próximo capítulo será el dedicado a ese estado que da nombre a una salsa…

…no te lo pierdas!

0 Comments

Submit a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Invítame...

Si te gusta lo que hago, invítame a un Ko-fi... 😉

Suscríbete...

Por Fechas…

Por Temas…

Dto. 5% Seguro Heymondo

Dto. 25% TrustedHousesitters