23 diciembre 2015
6 días viajando…
2 días en Tasmania…
Me he puesto el despertador a las 7:00 para hacer yoga, pero gracias al jetlag me levanto incluso un poco antes.
Consigo hacerme completa la serie de Ashtanga. Casi hora y media de yoga sin parar. Es la primera vez que lo hago sin profesor. La verdad es que me sienta de maravilla. Lo malo es que mientras, el resto se han levantado y ya han desayunado. Voy a tener que levantarme antes para hacerlo.
Después, ducha y desayuno. Una tortilla, fruta en conserva y café con leche de soja recién hecha.
Mike lleva a Fanny y Shio a Hobart a hacer unas gestiones y comprar en el mercado y me deja encargado de limpiar de rastrojos una parte de la parcela y cortar todas las malas hierbas que encuentre. Las hay de tres tipos: Los cardos, que basta con cortarlos, las zarzas, que también basta con cortarlas, y una especie de espigas rojas que hay por todas partes y que no basta con cortarlas, sino que hay que llevarlas a donde después se quemarán, y poner veneno en el tallo cortado para que no vuelva a crecer. Parece que es una auténtica plaga.
También me ha pedido Shio que le eche un vistazo a las cabras de vez en cuando. Me paso a saludarlas. Me llevo especialmente bien con Nike.
Es fácil adivinar por qué se llama Nike.
Aprovecho mi paseo cortador por la parcela para tirar algunas fotos.
Las hierbas que voy cortando, las llevo con la carretilla a la zona de la hoguera. Es un trabajo muy físico y agotador que me ocupa toda la mañana.
Mike se ha comprado de segunda mano por 300$ un horno solar que me fascina…
Es capaz de poner su interior a 140º con sólo la luz del sol. Lo utilizan para calentar y cocinar todo tipo de cosas. Me parece sorprendente que no tengamos todos uno en España. Ya se encargan las eléctricas de no popularizarlo…
Desbrozando uno de los rincones me encuentro con…
Y es que las gallinas intentan esconder sus huevos en cualquier parte. Es una yincana el encontrarlos.
Mike vuelve para la hora de comer y nos sentamos Amy, él y yo a comer unos creps sin gluten. Todo lo que comemos es sin gluten, ya que Amy es celíaca. A mí me viene genial no comer gluten durante toda esta temporada. Por otra parte respetan mi vegetarianismo muy amablemente, así que estoy comiendo genial.
Para postre Mike dejó cociendo en el horno solar un bizcocho hecho con harina de avellana y naranja que estaba sencillamente espectacular.
La comida transcurre hablando de mi viaje y de mi cambio de vida. Mike es anestesista, aunque trabaja en cuidados paliativos. A él le gustaría dejar su trabajo, como he hecho yo, para dedicarse plenamente a la granja, pero necesitan ingresos para mantenerla, a pesar de que han logrado reducir al mínimo los gastos.
Después de comer me cuenta su proyecto que llama “Farm Pod”, que se trata del diseño inteligente de una granja basada en la permacultura y la eficiencia energética, creada con un coste mínimo. Consiste en una pequeña casa conectada a un invernadero (que le proporcionaría calor en invierno) a su vez conectado a la casa de las gallinas. Las gallinas tendrían acceso a los cultivos mediante unas puertas, que permitiría rotar donde comen y cagan, según la rotación de los cultivos. Me lo ha contado con mucho detalle y con dibujos, y luego me ha llevado al trozo de parcela donde le gustaría hacerlo. Su idea es construir uno, que alguien lo aprenda, y lo haga en más sitios, y que el modelo se vaya extendiendo. Me ha parecido muy interesante.
El resto de la tarde me he dedicado a escribir hasta la hora de la cena, cuando han llegado Shio y Fanny. Hemos cenado un guiso de garbanzos con arroz y judías verdes.
Las cabras han conseguido escaparse del corralito donde pasan la noche y están campando por la granja. Son tan sociables que quieren entrar en casa.
Va a ser la risa cuando vaya a mi cabaña a dormir.
Hoy estoy mucho más animado. A los cambios hay que adaptarse y aceptar los malos momentos en el periodo de adaptación. No pasa nada. El trabajo es duro pero la experiencia es increíble. Sólo tengo que organizarme bien para disponer de tiempo para mí.
Me han dicho que puedo usar las bicis que tienen, así que, en cuanto pueda, me escapo a explorar la zona.
Pero ahora… a dormir.
Buenas noches!
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