Vietnam (Mototrip) – En moto de Hoi An a Hanoi

by | 24 Aug 2017 | 0 comments

8 – 24 agosto 2017

616 días viajando…
17 días de Road Trip por Vietnam…

Y éste es, por fin, el relato del mototrip que Mer y yo hicimos por Vietnam durante dos semanas y media (17 días) recorriendo unos 1.863 kms entre Hoi An y Hanoi.

(El mapa pone menos distancia, pero porque es la versión simplificada de la ruta. Son más fiables los mapas parciales que iré poniendo.)

El día antes de empezar, el lunes 7 de agosto, Mer y yo nos compramos una moto Honda Win Sufat 110 por 210 USD en un taller de Hoi An. Debo decir que fue una maravillosa compra, ya que, sin ser una moto muy potente, ha respondido a la perfección durante todo el trayecto sin darnos ningún problema serio.

Así que el martes día 8… ¡¡Comienza nuestro mototrip!!

Día 1 (martes, 8 de agosto)

De Hoi An a Canh Duong. (80,3 kms).

Hoy es uno de esos días en que todo sale bien. No hemos podido tener mejor comienzo de nuestra aventura.

Nos levantamos temprano, desayunamos en el hotel y poco después ya tenemos cargada la moto…

…y nos ponemos en marcha. Nuestra primera parada son las Marble Mountains, las Montañas de Mármol, que se llaman así porque es de aquí de donde se saca el material para las esculturas. Y es una pena, porque al final supone su propia destrucción.

Se trata de un grupo de 5 montañas quelos nombres de los elementos: Kim (metal), Thuy (agua), Moc (madera), Hoa (fuego) and Tho (tierra). La principal es Thuy Son, la Montaña del Agua, que es reservada como destino turístico.

Nos tomamos antes un café en uno de los múltiples puestos que hay al pie de la montaña y les pedimos si nos pueden guardar nuestras mochilas. Aquí siempre son pura amabilidad y nos dicen que sin problema.

Para subir, se puede ir en ascensor por 100.000 VND cada uno (3,6€) o andando por las escaleras por 40.000 VND (1,50€). Como estamos en economía de guerra, optamos por lo segundo.

Foto de Mer

Y la verdad es que merece la pena, porque todo el camino está plagado de esculturas y pequeños templos.

Aquí yo intentando hacer una foto…

Foto de Mer

…y aquí la foto.

Aunque es bastante turístico, el lugar merece la pena.

Esto ya lo he visto más veces en Vietnam: Los bancos “patrocinados”.

Uno de los sitios más interesante de la Montaña del Agua es esta cueva…

…en cuyo fondo hay una subida a través de una especie de chimenea estrecha bastante complicada…

…y que lleva al punto más alto, con unas vistas chulísimas.

Foto de Mer 

Desde ahí se baja por una escalera.

Todo el recinto está lleno de estatuas de Buda.

Algunas con pequeños buditas en sus brazos.

Desde ahí llegamos a un pequeño estanque…

Foto de Mer

…donde se oyen unos extraños ladridos. Tardamos en darnos cuenta de lo que es.

Seguimos el paseo…

En algunos de los templos hay monjes recitando mantras.

Encuentro de casualidad un sendero no muy accesible y nos colamos en un pequeño cementerio donde no hay nadie.

Finalmente proseguimos nuestra ruta hacia el norte. Cuando estamos cruzando Da Nang, decidimos hacer una parada para comer. Para ello, como siempre, buscamos el lugar que parezca más local y menos turístico posible… y lo encontramos.

Foto de Mer
Foto de Mer

La comida es lo que aquí se conoce como “Cóm Bình Dân“, literalmente “Arroz Barato”, y es arroz blanco cocido al que le añades cosas a tu elección.

Y barato, es, desde luego. La comida de los dos, con un par de cervezas, nos sale por 90.000 VND (3,30 €).

Nos volvemos a poner en camino. Nuestro objetivo ahora es encontrar las cascadas y pozas que nos dijo el guía Tri que hay en la zona de Lăng Cô. La única referencia que tenemos es un punto en el mapa al sur del golfo.

Para llegar podemos ir por la carretera principal o por las montañas. Si algo hemos aprendido en este viaje es que disfrutamos muchísimo más por las carreteras secundarias.

Aunque a nuestra moto, Bia, le cuesta una barbaridad. Tengo que ir casi toda la subida en 2ª y como a 20 kms/h.

Foto de Mer

Cuando llegamos a la zona, encontramos una indicación que dice que nos salgamos de la carretera y vayamos por un camino de cabras durante 2 Kms. El momento más divertido es cuando tenemos que cruzar un pequeño arroyuelo con la moto cargadísima.

Pero finalmente conseguimos llegar y el sitio es una auténtica maravilla.

Foto de Mer

No se ve a ni un solo turista por aquí, sólo gente local y enormemente amable. Hasta nos invitan a probar parte de su comida.

Foto de Mer

Pasamos una tarde maravillosa en lo que es el mejor lugar de Vietnam hasta ahora. Pero se va haciendo tarde y tenemos que llegar hasta Canh Duong, donde hemos reservado una habitación a través de Booking.

Para volver a cruzar el arroyuelo, Mer decide que mejor lo cruza andando…

Y nos ponemos en camino mientras va cayendo la tarde.

Foto de Mer

Al atardecer llegamos al Binh An Guesthouse (Peace Guesthouse en inglés) en la pequeña y remota población de Canh Duong, un pueblecito donde no han visto muchos occidentales a juzgar por la reacción de todo el mundo. Somos la atracción del lugar.

El sitio es de una tranquilidad maravillosa, y el alojamiento, de reciente construcción está más que bien y sólo por 220.000 VND la noche (8€).

Nos damos un paseo hasta la playa para ver el atardecer, y la estampa no puede ser más perfecta con el sol poniéndose, unos colores increíbles, los niños bañándose y las vacas paseando por la arena.

Foto de Mer

Foto de Mer

Foto de Mer

Hasta tenemos una pequeña tormenta a lo lejos.

Y para colmo… hay luna llena.

Foto de Mer

Cuando volvemos, buscamos un lugar para cenar en la aldea. Y como no podía ser menos, escogemos el lugar más local que encontramos, donde prácticamente cenamos con la familia… y sus cachorros.

Nadie de la familia habla inglés, pero nos hacemos entender.

Hay un momento en que el padre de familia viene con unas bolsas de la compra y, en una de ellas, hay una lechuga… y dos gallinas vivas!

Lo tenemos comprobado. Cuanto más local y auténtico es el sitio, más barata nos sale la comida. La cena de hoy, con cervezas incluidas, nos sale por 70.000 VND (2,5 €) y no hemos podido estar más a gusto.

Lo dicho, hoy ha sido el día perfecto.

Día 2 (miércoles, 9 de agosto)

De Canh Duong a Hue. (57,4 kms).

Por la mañana salimos del hotel para buscar un café.

Y aprovechamos para sacar algunas fotos por el camino.

Foto de Mer

Para desayunar nos vamos a un café que encontramos andando por la aldea. Algo que nos damos cuenta en seguida es que nunca vemos mujeres en este tipo de locales. Sólo hay hombres tomando café o bebiendo.

Eso sí, menuda música marchosa tiene el local.

De vuelta del café no podemos evitar probar el zumo de caña que nos ofrecen un grupo de niños. Imposible decirles que no.

Y nos ponemos de nuevo en marcha. Nuestra intención es llegar a Hue evitando la Highway 1A para ir por la carretera de la playa, pero se nos pasa el desvío y al final nos toca tragarnos toda la autopista, algo no demasiado agradable, ya que las vistas son poco interesantes y el tráfico demasiado intenso.

A esto se le suma que no hay ni una nube, por lo que el el sol y el calor hacen más dura aún la ruta.

Pero bueno, a medio día ya estamos en nuestro nuevo alojamiento, el Hue Boutique Hotel, donde nos reciben con un zumo y muchísima amabilidad y simpatía.

Allí mismo nos indican un restaurante vegetariano para comer, el Thanh Lieu Store

…que no está mal. Comemos por 150.000 VND (5,50€) los dos.

Después tomamos un café en un sitio bastante cool, el 054 Café, que, sorprendentemente, es muy barato. Yo me pido un café con baileys, Mer con leche, y nos salen los dos cafés por 45.000 VND (1,65€).

Hacia la tarde/noche nos damos un paseo por la ciudad, cruzando el puente que lleva a la famosa Ciudadela de Hue.

En general la ciudad nos parece fea y demasiado turística. Optamos por no realizar la visita a la Ciudadela. Nuestra filosofía de viaje es evitar lo turístico, especialmente si cuesta dinero.

Cenamos en un puesto local por 104.000 VND (3,8 €).

Día 3 (jueves, 10 de agosto)

De Hue a Dong Ha. (86,3 kms).

En el Hue Boutique Hotel nos sirven un maravilloso desayuno incluido en el precio del hotel: 202.000 VND (7,40€).

Foto de Mer

Nos ponemos de nuevo en camino. Otro día de sol intenso… y se supone que estamos en época de monzones y todo el mundo nos dijo que estábamos locos por irnos en temporada de lluvias… ja!

Foto de Mer

Esta vez sí, tenemos la precaución de evitar la autopista, y seguimos la carretera pegada a la costa, que se hace muchísimo más agradable.

El camino está lleno de vacas y bueyes.

Foto de Mer

Foto de Mer

Entre el calor y que el culo se resiente con la moto, hacemos una parada cada 45 minutos más o menos. Normalmente para tomar un café vietnamita.

Que siempre nos lo ponen junto a una especie de té frío de sabor indescifrable. Aquí me pilla Mer pidiendo la cuenta en vietnamita (“Bao Nhieu?”).

Foto de Mer

Y seguimos hasta Quàng Tri, donde hacemos una parada para comer en el Y Hang por 130.000 VND (4,70€).

Foto de Mer

Como estamos justo frente a la Ciudadela de la ciudad, les pedimos a los del restaurante si nos pueden cuidar nuestras cosas para darnos una vuelta. Nos dicen que las dejemos en la misma moto, que ellos vigilan.

La ciudad de Quàng Tri no es muy interesante y no encontramos alojamientos baratos, así que, a pesar del sol y el calor, decidimos seguir hasta Dông Hà, donde conseguimos habitación en el agradable Hoa Phuong Guesthouse, que es como estar viviendo con una familia, ya que el hotel es en realidad su propia casa. Los dos hijos de la familia son los que hablan inglés. Y el padre se desvive por ayudarnos en todo lo que necesitemos.

Después de instalarnos, nos damos un paseo por el Dông Hà Market.

Foto de Mer

Luego nos tomamos unas cervezas en un local donde nos miran un poco raro. Creo que tiene que ver el hecho de que, como ya he comentado, no se ven jamás mujeres bebiendo en los bares.

Foto de Mer

Nos ofrecen (y aceptamos) cenar en el mismo Guesthouse una cena preparada por la madre de la familia por 99.000 VND (3,60€).

Después de cenar, el hijo mayor de la familia me ayuda a decidir qué camino seguir mañana y qué sitios visitar.

La verdad es que se han portado genial con nosotros en el Hoa Phuong Guesthouse, y nos ha salido por 232.000 VND (8,50€). Muy recomendable

Día 4 (viernes, 11 de agosto)

De Dong Ha a Dong Hoi. (124 kms).

El desayuno en el Guesthouse no está incluido, pero lo tomamos igualmente, ya que nos sale 80.000 VND (2,90€) y es de lo más completo.

Nos ponemos en marcha con idea de pasar por los dos sitios que nos han recomendado, la DMZ (Zona Desmilitarizada) y los Túneles de Vinh Moc.

La DMZ es la frontera entre Vietnam del Norte y del Sur antes de la reunificación. Hacemos una parada en uno de los antiguos puestos fronterizos.

Foto de Mer
Foto de Mer

Desde aquí seguimos hasta otro de los lugares más visitados de la DMZ, los Túneles de Vinh Moc.

Por lo que leemos, estos túneles fueron construidos por los habitantes del pueblo de Vinh Moc para protegerse de los continuos bombardeos que sufrió esta zona durante la guerra de Vietnam. Para ello cavaron 2,8 Kms de túneles donde vivieron permanentemente más de 300 personas entre 1966-71, periodo en el que nacieron hasta 17 niños ahí dentro.

Hasta que no te metes dentro y no paras de bajar y bajar y te das cuenta de que tienes que andar agachado casi todo el tiempo… no eres consciente de lo que debió ser vivir aquí durante 5 años.

Una de las salidas de los túneles da a la playa, donde hay unas mujeres secando camarones al sol.

Desde ahí seguimos hacia el norte con la idea de llegar hasta Dong Hoi. Como siempre, queremos evitar las carreteras principales, por lo que nos desviamos a la carretera que va pegada a la costa, pero al llegar nos damos cuenta de que es un camino de cabras, lleno de piedras, baches… y arroyuelos, que tenemos que cruzar rezando para que no se nos quede atascada la moto. Todo esto bajo un sol criminal. ¿¿Dónde está el monzón??

Al final no tenemos más remedio que volver a coger la Highway 1A. Paramos en un sitio muy local para comer algo.

La comida nos sale por 65.000 VND (2,4€) + 20.000 VND (0,75€) por el café en el local de al lado. Nos hemos dado cuenta de que en Vietnam hay sitios para comer y sitios para tomar café y beber. Pero no puedes tomar café donde comes.

Después de comer recorremos un tramo larguísimo y extenuante bajo un sol abrasador que me quema hasta las manos (el resto lo llevo cubierto), pero no hay otra opción, porque no encontramos alojamientos baratos antes.

Finalmente llegamos a Dong Hoi y nos alojamos en el Tung Homestay donde nos recibe Can Di (o eso entiendo) con un riquísimo zumo de fruta de la pasión y muchísima amabilidad y simpatía. El hotel no está en muy buenas condiciones, pero lo compensan con amabilidad y buen servicio. Y nos ha salido sólo por 200.000 VND (7,40€).

Aprovechamos para pedir nuestra primera colada que nos la hacen por 92.000 VND extra (3,40€).

Nos damos una vuelta siguiendo el río…. y buscamos un sitio donde cenar algo.

Día 5 (sábado, 12 de agosto)

De Dong Hoi a Phnog Nha. (52,7 kms).

Me levanto pronto para llevar la moto al taller. La rueda de delante gira con dificultad y además vibra bastante por tener varios radios rotos. Can Di, la dueña del homestay, me dijo ayer que hoy me indicaría un taller de confianza. Pero antes me pide que le haga un favor, que la siga con su moto para traerla de vuelta después de entregar otra moto a un cliente. Tiene bastante gracia el momento. Después de eso me lleva hasta un taller donde me hace de intérprete y le explica al mecánico lo que necesito.

El mecánico desmonta la rueda con soltura, la limpia y la engrasa.

Cuando le explico lo de que vibra y ve que tiene varios radios rotos, coge la rueda y, sin decir palabra (y aunque la diga, no le voy a entender) se sube en su moto y se marcha.

Una hora después (!!) aparece con la rueda arreglada. Esto es algo muy típico en Vietnam. Si alguien no puede hacer algo o venderte algo, él mismo buscará quien lo haga, pero jamás se deja escapar a un cliente.

Al final la rueda queda perfecta y además me cambia el aceite, me ajusta los frenos y le hace un repaso general. Y todo por 250.000 VND (9,20€). En Vietnam es facilísimo y baratísimo tener un vehículo.

Vuelvo al guesthouse y Mer y yo nos vamos a desayunar al local de enfrente donde, para desayunar nos sirven… Pho!

Foto de Mer

Cuando pedimos café, no tienen, claro, pero no pasa nada, se lo piden a voces al local que hay justo enfrente y nos lo traen. Y todo por 69.000 VND (2,50€). Me encanta este país.

Con la moto como nueva y el estómago lleno, nos volvemos a poner en camino.

Foto de Mer

Hoy toca viaje corto. Nuestro objetivo es Phong Nha, una de las pocas concesiones que hacemos de ir a un destino turístico, pero es que nos han recomendado mucho visitar el Parque Nacional de Son Trach. El camino resulta muy agradable y por fin empiezan a aparecer algunas nubes.

Vamos directamente al alojamiento que hemos reservado por Booking, el Thao Nguyen Hotel, muy agradable, con unas vistas estupendas y por 270.000 VND (10€) con desayuno incluido.

Lo primero es comer algo. Para ello vamos a un sitio que nos parece bastante local, justo enfrente, el Hái Vân.

Yo me pido mi habitual Pho “không thịt” (sin carne), que en este caso me ponen con tofu, y Mer se pide un arroz con huevo y verduras. Con cerveza nos sale por algo más de lo que estamos acostumbrados 160.000 VND (5,90€). Es lo que tiene estar en una zona más turística.

Después de comer decidimos irnos a visitar los Botanic Gardens y dejar para mañana la visita a las cuevas, que es lo más famoso del lugar.

La entrada a los Botanic Gardens es de 80.000 VND + 4.000 VND por aparcar la moto (en total 3,10€).

Hay varias rutas que recorren el recinto. Escogemos la Ruta 2 que da una vuelta de unos 5 kms y que pasa por una poza y una cascada, ambas aptas para bañarse (algo muy de agradecer con este calor).

La ruta empieza junto a unas jaulas (se supone que también es un centro de recuperación de animales), donde nos encontramos…

El paseo es muy agradable, rodeados de vegetación selvática y de un extraño y altísimo zumbido que no estamos muy seguros de quién lo produce.

Siguiendo la ruta llegamos hasta el Vang Anh Lake, primer lugar para bañarse, algo muy necesario a estas alturas del camino.

La orilla está llena de unas curiosas mariposas que dan la impresión de estar poniendo huevos o algo así.

Después de refrescarnos, seguimos nuestro camino hasta la siguiente parada, el Gio Waterfall.

Foto de Mer
Foto de Mer

El sitio es increíble, aunque está bastante concurrido.

Después del baño, completamos la vuelta. La verdad es que, a pesar de lo turístico, el parque es bastante salvaje y auténtico, y muy agradable de recorrer.

Cogemos la moto de vuelta justo al atardecer, con una luz maravillosa.

Al llegar al hotel, dedico un rato a intentar arreglar el cable del claxon de la moto, que debe estar mal, porque según la posición del manillar suena o no. Y el claxon es fundamental en Vietnam. Es la forma de decir “hey, que estoy aquí”.

Y como suele pasar en este país, en cuanto me ven intentando arreglar la moto, se me empieza a acercar la gente para echarme una mano, hasta que aparece alguien que realmente sabe, y acaba cogiendo uno de los cables que no se usan y cambiando el del claxon dejándolo funcionando a la perfección. Cuando le ofrezco pagarle, me dice “no money”.

Para cenar vamos al Tuan Ngoc, un pelín más turístico de lo que estamos acostumbrados, pero nos damos el capricho por 175.000 (6,50€). Y la verdad es que nos damos un banquete. Todo riquísimo.

Decidimos quedarnos una noche más para poder visitar las cuevas mañana con calma, pero en el homestay nos dicen que mañana lo tienen completo, así que buscamos otro por Booking y encontramos uno que está al ladito.

Día 6 (domingo, 13 de agosto)

De Phong Nha a Paradise Cave y vuelta. (50,4 kms).

Desayuno incluido en el Thao Nguyen Hotel, pero nos pasa una cosa muy extraña. El desayuno está genia, pero el café… nos sabe como a cenizas de cigarrillo. En serio. Hasta ahora el café nos ha sabido especialmente delicioso en todas partes, pero éste es imposible tomarlo. Suponemos que se les ha caído algo en el café o algo así y no nos lo tomamos.

Nos cambiamos de hotel y nos vamos al de al lado, al Mountain View Hotel, por 223.000 VND con desayuno incluido (8,20€). Ahí nos pedimos otro café… y demonios, también sabe a ceniza, aunque algo menos. Está claro que es algo que tiene el café de esta ciudad. Es muy raro…

En fin, nos ponemos en marcha. De todas las opciones de cuevas hemos decidido seguir los consejos de varios blogs e ir a Paradise Cave. Pero antes hay que echar gasolina. En el hotel nos indican dónde echar y cuando vamos para allá, nos paran al grito de “Petrol Here!!”.

Entendemos que “eso” debe ser la estación de servicio, pero después de echar gasolina (y ver cómo intentan parar a todos los turistas que pasan por ahí) empezamos a sospechar que la verdadera estación de servicio está un poco más allá y que estas mujeres interceptan a todos los que van para alla. Pero sólo por la anécdota ya merece la pena.

Llegamos a Paradise Cave. La entrada (cosa que ya sabíamos) es bastante carilla, 250.000 VND cada uno (9,20€), pero en los blogs insisten mucho en que realmente merece la pena. Y a juzgar por el número de visitantes, debe ser así.

Desde la entrada al recinto a la cueva hay un buen trecho (como 20 minutos andando y hay que subir la montaña, ya que la entrada está arriba), por lo que te ofrecen un servicio de buggies eléctricos por un precio adicional (bastante carete) para llevarte. Lo que no te dicen es que el buggy te acerca hasta el pie de la montaña, pero la subidita, que es realmente la parte dura, te la comes sí o sí. Menos mal que nosotros optamos, como siempre, por la opción barata de andar.

Y, efectivamente, la subidita con este calor tiene su historia. Debe ser por eso que le llaman “cuesta”.

Pero por fin llegamos (sudorosos) a la entrada de la cueva.

Y sí, hay que reconocer que el lugar es absolutamente espectacular. La cueva más grande y bonita que he visto nunca.

Foto de Mer

Pero es una pena que hayan convertido la cueva en un parque de atracciones (aunque entiendo que debe ser enormemente rentable). Estaría mucho mejor con algo más de silencio y algo menos de turistas. Los chinos especialmente son terriblemente escandalosos.

Pero visitar la cueva sin duda merece la pena.

Después de la visita nos volvemos a Phong Nha para comer en un sitio bastante local, cometiendo el terrible pecado nutricional (mea culpa, tenía el antojo) de pedirnos unas french fries. Nos sale por 140.000 VND (5,20€).

Y de vuelta al hotel, pasamos por delante del Easy Tiger Backpacker Hostel y vemos que tienen piscina y que está bastante animada. Preguntamos y nos dejan bañarnos sin ser clientes pagando 60.000 VND (2,20€). ¿Qué mejor manera de pasar el resto de una tarde tan calurosa?

Y cenamos en un hostel local, con una de las mejores cenas que hemos tenido hasta ahora por 175.000 (6,50€). Incluso vemos que hay clientes anteriores que dejaron su opinión del lugar.

Día 7 (lunes, 14 de agosto)

De Phong Nha a Nghèn. (175 kms).

Desayunamos en el hotel (está incluido) a base de pan, tortilla y café con sabor a cenizas… sí, aquí también.

Foto de Mer

Nuestro objetivo de hoy es llegar a un hotel que sale en Google Maps (pero no en Booking ni Ágoda ni en ningún otro sitio) a 56 kms de distancia. De hecho es lo único que parece un alojamiento y está a una distancia razonable.

Nos ponemos en marcha de nuevo con muchísimo sol. Hoy cogemos otra vez una carretera de montaña, que son las más chulas.

Foto de Mer

Pero el calor es tan fuerte y las cuestas tan pronunciadas, que Bia sufre y tenemos que parar de vez en cuando para que se enfríe. Prefiero no forzarla demasiado. No sería buen asunto que nos dejara tirados en medio de la nada.

A las 12:30 ya hemos llegado al hotel, que es una edificación bastante cutrecilla en medio de la nada. Ni siquiera está en una aldea. Pensamos que si nos quedamos aquí no tendremos nada que hacer el resto del día, así que decidimos seguir.

Cuando el hambre aprieta, hacemos una parada en una casa que da a la carretera y donde venden fruta. Compramos uvas y ciruelas. Cuando le explicamos a la dueña del lugar que nos las queremos tomar ahí mismo, nos las lava y nos las pone en un plato, junto con un poco de sal y picante. Aquí toman así la fruta… y no está mal!

Las dos hijas de la familia hablan un poquito de inglés y están fascinadas con nosotros.

A la hora de pagar aparece el padre de familia que nos mete una clavada: 95.000 VND (3,50€) por la fruta y una cerveza. Bastante más de lo que esperábamos, pero hemos pasado un rato divertido.

La verdad es que en general nos fiamos y nunca preguntamos los precios previamente, y han sido contadísimas las ocasiones en la que hemos sentido que nos estaban cobrando “precio de turista”.

Nos ponemos de nuevo en marcha. La siguiente parada es en una gasolinera, donde para ir al baño hay que “hacer cola”.

Foto de Mer

Ahí mismo nos encontramos a otro backpacker motero viajando solo. Es de UK y va hacia el sur. Nos recomienda que vayamos a Cúa Lo, que nos va a encantar. Tomamos buena nota y seguimos.

Paramos para almorzar en un pequeño restaurante al lado del Café Bao Nam. Nos pedimos un Pho, dos cervezas y un café (comprado en el café de al lado). En total 40.000 VND (1,50€). Cuando nos vamos a ir, la familia dueña del lugar y que están comiendo en otra mesa, nos obsequian con dos mazorcas de maíz que nos trae la hija pequeña.

Y cuando nos las acabamos, nos trae un star fruit partido en un plato. Estamos flipando por lo majísimos que son.

Nos despedimos de ellos dándoles millones de “Ca Mon”. En esto Mer y yo estamos de acuerdo. Éstas son realmente las experiencias que recordamos con más cariño de este mototrip, muchísimo más que cualquier visita turística.

Nos volvemos a poner en marcha. Hemos visto en Booking que hay un hotel chulo y barato en Nghèn, pero eso supone hacer hoy nada menos que 175 kms (otro récord). Así que para allá vamos.

Como siempre tenemos que hacer parada cada 45 minutos, más o menos, para que circule la sangre por el culo. Esta vez es en el Quán Cafe Công Nga, donde pedimos dos helados. Somos la atracción del lugar. Todo el café está pendiente de nosotros. Incuso las chicas de la peluquería de al lado salen a mirarnos.

Los dueños del lugar llaman al pequeño de la familia para que practique su inglés con nosotros.

Eso sí, nos vuelven a dar otra clavada: 80.000 VND (3€) por los dos helados.

Otro tirón más y por fin llegamos a nuestro destino, el Manh Hai Hotel, en Nghèn, el primer hotel-hotel de verdad en el que estamos, con ascensor y todo. Es muy limpio y cómodo… y algo más caro de lo que estamos acostumbrados, 300.000 VND (11€), pero no había nada mas barato por aquí.

Salimos a cenar al único sitio que vemos cerca y que se lleva la palma en cuanto a suciedad, pero también de los más ricos y baratos.

Pero eso sí, tiene certificado de salubridad.

Nos pedimos lo que se ha convertido en nuestros clásicos: Yo mi Pho “không thịt” (sin carne) y Mer su Com Rang (arroz salteado) que, con 4 cervezas, nos sale por 100.000 VND (3,70€).

Nuestra habitación del hotel está en un piso bastante alto, lo que nos proporciona esa noche un espectáculo impresionante de tormenta eléctrica. Y es que tenemos tanta suerte con el tiempo, que sólo llueve por la noche.

Día 8 (martes, 15 de agosto)

De Nghèn a Thái Hòa. (123 kms).

Intentamos encontrar un lugar para desayunar, pero no hay nada. Sólo conseguimos un café que nos tomamos viendo el tráfico.

Eso sí, al menos los cafés vuelven a estar riquísimos. Lo del café con sabor a ceniza parece que es típico sólo en Phong Nha.

Nos ponemos en marcha en dirección a Cúa Lo, tal y como nos indicó el inglés que conocimos en la gasolinera.

Al llegar vemos que aquello es como Benidorm en invierno. No sólo es la típica ciudad de playa hortera… es que está muerto. No hay casi nadie por las calles y todo parece cerrado.

Comemos en un local playero, el Nhà Hàng Phú Xuân, por 120.000 VND (4,4€) y nos vamos de ahí. No merece la pena quedarse. Ni siquiera la playa es chula.

Hoy es fácil circular. Por fin está nublado y se puede avanzar sin miedo a quemarse.

Hasta que conseguimos salir de Cua Lo, el tráfico es bastante agobiante.

Cuando por fin conseguimos salir, avanzamos hacia el norte sin tener nada reservado y por una zona en la que no se ve ningún hotel en Booking o Agoda. Por primera vez vamos completamente a la aventura sin saber dónde dormiremos.

Como siempre, hacemos varias paradas. En una de ellas, preguntamos por el baño… y esto es el “baño” (obsérvese el pequeño agujero que hace de desagüe).

Aquí otra de las paradas.

Se nos empieza a hacer un poco tarde, así que empezamos a pensar en dónde pasar la noche, pero no vemos ningún sitio… hasta que nos damos cuenta de que como estamos en zona no turística, nadie usa la palabra hotel, hostel o guesthouse. Usan el equivalente local: “Nha Nghi” o “Nha Tro”

Cuando al atardecer llegamos a Thái Hóa, vemos una señal señalando un camino de tierra a la derecha, que pone “Nha Tro 68“. Vamos allí y preguntamos.

Nada entrar, la chica que está allí, pone los ojos como platos y, sin mediar palabra, nos indica por gestos que esperemos y llama por teléfono. Al rato aparece una niña que, al parecer, debe ser la única que habla inglés en los alrededores y la han llamado para que haga de intérprete. Cuando les decimos que somos de España (Tây Ban Nha), se ponen a cantar el despacito y se descojonan.

Nos ofrecen habitación por 200.000 VND (7,40€) y aceptamos, claro.

Pero demasiado tarde nos damos cuenta de que “Nha Tro” significa más “Motel” que “Guesthouse” y que aquello parece (es) un auténtico picadero difícilmente superable en suciedad.

Incluso las almohadas unas fundas con corazones… que no parecen haber sido cambiadas en bastante tiempo. Pero ya no hay marcha atrás, así que nos apañamos como podemos.

Para cenar nos vamos a un lugar donde no han debido ver a un occidental en los últimos años.

Eso sí, cenamos opíparamente por 130.000 VND (4,80€).

Día 9 (miércoles, 16 de agosto)

De Thái Hòa a Nimh Binh. (210 kms).

Nos levantamos temprano y salimos corriendo del picadero motel bastante horrorizados. Pero al menos hemos tenido un techo y una cama… aunque bastante usada anteriormente y sin que hubieran cambiado mucho las sábanas.

Nuestra idea es llegar hoy a Nimh Binh, que está bastante lejos. Además queremos evitar la autopista, por lo que daremos un rodeo enorme por las montañas. Supone más de 200 kms en un solo día, pero vamos a por ello, haciendo muchas paradas por el camino, claro.

A la hora de comer paramos en un sitio encantador, dentro de una aldea minúscula, regentado por un matrimonio mayor, pero muy arreglados y enormemente atentos. Nos hacemos entender lo que queremos. El hombre me ofrece (a mí, no a Mer) el licor que está tomando, que es una especie de orujo muy fuerte. El lugar tiene un encanto muy especial.

Foto de Mer

Comemos estupendamente y nos cobran sólo 65.000, pero pago 70.000 VND (2,60€) por lo bien que se han portado.

Seguimos hacia el norte. Otra parada para otro riquísimo café.

Según avanzamos hacia el norte, vamos entrando en zona de montañas…

Foto de Mer
Foto de Mer

…y los paisajes se van haciendo más espectaculares.

Foto de Mer

El día esta nubladísimo (algo que se agradece, la verdad) y amenaza lluvia, pero parece que por ahora no cumple su amenaza.

Y, de repente, en medio de las montañas… nos encontramos un puesto para tomar café. Por supuesto, paramos.

El “café” está en lugar espectacular.

Foto de Mer
Foto de Mer

Seguimos avanzando, ahora más hacia el este.

Cuando estamos ya cerca de Nihm Binh, empieza a llover y nos vemos obligados a refugiarnos en el Café Nuoc Grai Khat

…cuyo dueño está bastante aburrido, así que nos da “conversación” con el mínimo inglés que maneja, y se dedica a enseñarme aplicaciones de chat y ligue que se usan aquí en Vietnam.

Aprovechamos también esta parada para reservar hotel en Booking.

Cuando flojea un poco la lluvia, nos ponemos en camino para que no se nos haga de noche. Y, así, mojándonos un poco, tras 210 kms (nuevo récord) conseguimos llegar a nuestro destino, el Hoa Bien Hostel.

La atención por parte del personal es maravillosa. Nos ayudan con el equipaje, a aparcar la moto… con todo. De los mejores alojamientos que hemos tenido hasta ahora y de los más baratos. 200.000 VND la noche (7,40€). Decidimos quedarnos aquí 2 noches para poder visitar bien la zona, hacer colada y darle un repaso a la moto.

Para cenar vamos, como siempre, a un sitio especialmente local y cutrecillo.

En la mesa de al lado cena la familia dueña del lugar. La niña pequeña, a la que bautizamos como “bichito”, se lo pasa bomba con nosotros.

Cenamos muy bien por 70.000 VND (2,60€).

Día 10 (jueves, 17 de agosto)

De Nimh Binh a Tràng An y vuelta. (25,6 kms).

Desayunamos en el hotel (incluido) y pedimos el famoso Bánh Mi vietnamita, que, en realidad, es un bocata de toda la vida.

Decidimos ir a visitar las cuevas de Tràng An que, según leemos, son bastante menos turísticas que las de Tam Coc.

Antes de llegar, hacemos una parada dentro del Parque para hacer unas fotos.

La entrada al recinto cuesta 250.000 VND cada uno (9,20€) e incluye paseo en bote por las cuevas parando en algunos de los templos.

Éste es el remero de nuestro bote en el que vamos con una pareja de chinos. Por cierto, el salacot que lleva, y que era parte del uniforme del ejército de Vietnam del Norte, lo empezamos a ver con muchísima frecuencia a partir de esta zona.

El paseo es agradable, lo malo es que el tiempo no acompaña.

El paseo consiste en atravesar cuevas (muy impresionante) y visitar templos.

Aquí un resumen del recorrido.

La parte de las cuevas merece la pena, pero al final te queda la duda de si este lugar se ha hecho alrededor de los templos o si los templos los han construido como parte de la atracción turística, porque resultan bastante “nuevos”.

Es agradable, pero quizá un poco demasiado turístico.

Volvemos a Nimh Binh a las 14h y ya está todo cerradísimo para comer. Encontramos sólo un sitio de Bum (sopa) por 60.000 VND (2,20€)…

…y luego otro sitio donde nos ponen unas tapas de tofu y un arroz + cerves por 110.000 VND (4€).

De vuelta al hotel pasamos por el mercado de Nihm Binh que resulta de lo más interesante.

Foto de Mer

Para cenar vamos al mismo sitio que anoche, el de la familia de Bichito…

…donde cenamos por 60.000 VND (2,20€).

Día 11 (viernes, 18 de agosto)

De Nimh Binh a Mai Châu. (131 kms).

Desayunamos de nuevo en el hotel (¡bocata!). Llueve sin parar. Durante el desayuno decidimos que no merece la pena ir a Halong Bay o Sapa por ser sitios excesivamente turísticos y, hasta ahora, lo que más nos ha gustado siempre han sido las experiencias con la gente local mucho más que las “visitas turísticas” como la de ayer.

Mientras desayunamos, Mer mira las rutas del sleeping bus que hay en la pared hotel, detrás de mí, y ve “Mai Châu”. Nos gusta el nombre. Miramos en varios blogs y lo califican como “un Sapa menos turístico” y está solo a 125 kms. No necesitamos más para tomar una decisión. Nos vamos para allá.

Envolvemos todo el equipaje en plástico, nos envolvemos nosotros en sendos chubasqueros…

…y nos ponemos en camino.

Al poco deja de llover. El tiempo, definitivamente, está de nuestra parte.

Comemos en un sitio de Com-Pho donde las gallinas pasean por la cocina.

A Mer le ponen un arroz blanco con verduras hervidas y una carne inidentificable. Para mí, como siempre, un Pho.

Seguimos y, más tarde, hacemos otra parada para café en lo que resulta ser la casa de una mujer con dos niños. La ventaja de países como Vietnam es que, si quieres abrir un negocio, no creo que necesites mucho lío de licencias o permisos. Pones un cartel en la puerta que ponga Cà Phê, y yastá.

Cruzamos de nuevo las montañas que son absolutamente espectaculares.

Parada para hacer un pis…

Foto de Mer

Y, de repente, llegamos a uno de los sitios más interesantes que hemos encontrado en este viaje.

En la parte más alta de la montaña nos encontramos una especie de Food Market, unos puestos donde te puedes sentar y comer algo.

Para nosotros, éste es tipo de experiencias que vamos buscando, y ésta resulta ser una de las mejores del viaje.

Cuando avanzamos un poco más, vemos que no es el único en el camino.

Cruzamos al otro lado de la montaña y según vamos entrando en la zona de Mai Châu nos damos cuenta del enorme acierto que hemos tenido. El lugar es maravilloso.

Y el alojamiento que hemos reservado, el Quan Hang Homestay, es de lo mejorcito que hemos visto, aunque algo más caro de lo habitual: 318.000 VND con desayuno (11,70€). Pero, desde luego, lo vale.

Foto de Mer

Aunque está un poco apartado del pueblo de Mai Châu. Para cenar, nos vamos allí con la moto y nos metemos en un sitio bastante local con cerveza de barril (algo que sólo tienen en la zona norte de Vietnam).

Cena a base de cerveza, arroz salteado y noodles con huevo por 96.000 VND (3,50€).

Foto de Mer

Día 12 (sábado, 19 de agosto)

De Mai Châu a Gia phù. (133 kms).

Tenemos un amanecer espectacular. El sitio es maravilloso, rodeado de campos de arroz.

Y ésta es nuestra habitación.

El desayuno del hotel está incluido y es maravilloso: Fruta, pan y huevos.

Nos damos un paseo en moto hasta el pueblo.

Visitamos el mercado…

…y nos damos una vuelta por el pueblo. De pronto nos llama la atención un gatito famélico que está subido en una moto.

A Mer y a mí, que somos muy de gatos, se nos parte el corazón, así que vamos a la tienda de enfrente y compramos una latita de comida para gatos.

Comprobamos que no es un gato callejero, sino que es el menos espabilado de una camada de 3 gatos de una tienda. Pero en general, en Vietnam, no cuidan demasiado bien de las mascotas.

Nos damos un paseo por los rincones más escondidos del pueblo, que nos tiene fascinados.

Foto de Mer

Y lo nuestro con los animales es pura atracción.

Pero toca volver al hotel, empaquetar y ponernos en marcha de nuevo. Decidimos ir en dirección a Sapa, sin demasiada intención de llegar, pero por la carretera más rural que encontramos. Aquello es montaña total, pero espectacular, aunque algo duro para la moto.

Hacemos una parada para comer en un sitio que recuerda en algo a los bares casposos de Madrid.

Algo de arroz y cosas varias por 100.000 VND (3,70€).

Algo más tarde hacemos una parada para café en un lugar donde la dueña está fascinada con la piel de Mer y quiere hacerse fotos con ella. No para de hablarnos, pero no entendemos una palabra, claro.

De nuevo estamos sin tener nada buscado ni reservado para dormir. Como hemos salido algo tarde, vamos un poco apurados. Va atardeciendo y no hay ningún alojamiento a la vista. Todo es extremadamente rural (y bonito).

Nuestra mayor esperanza es Bén Phà, que en Google Maps aparece como un pueblecito, después del puente que cruza el Río Negro. Pero al llegar vemos… que no hay puente. La ruta nos tapaba la realidad: que lo que hay es un “ferry”.

Y está genial, otra experiencia más.

El del barco me dice que son 30.000 VND y que paguemos al llegar, pero al llegar nos cobran 50.000 VND (1,80€). O no le entendí bien o me la han jugado. Pero vamos, que con estos precios, tampoco me voy a poner a discutir.

Cuando estamos ya en tierra, le preguntamos a una niña (usando el Google Translator) por algún guesthouse en la zona y nos dice que hay uno en un pueblo a unos 40 kms. Son más de las 5 de la tarde, queda poco sol, así que toca darse prisa.

El camino al menos es llano, ya que va bordeando el lago al que desemboca el Río Negro. Y todo es sencillamente espectacular, con muchisimos animales sueltos de todo tipo. Especialmente cerditos.

En una de las paradas para descansar los culetes, vemos un rebaño de bueyes volviendo a su establo sin que nadie les guíe.

Llegamos por fin a Gia Phù y vemos un Nha Nghi Tro bastante decente, el Nha Nghi Tro Hoàn Hai. Nos piden 250.000, pero se lo regateo hasta 200.000 VND (7,40€). Al menos tenemos un sitio donde dormir justo cuando ya estaba anocheciendo.

(Sí, en la foto no parece tan tarde, pero es que la hice al día siguiente por la mañana).

Cenamos en un sitio muy local que está justo al lado y nos damos una buena cena por 135.000 VND (5€).

Cuando estamos volviendo al hotel nos “secuestran” un montón de jóvenes que están de fiesta en un local de al lado y les acompañamos un rato. Están emocionados y no paran de hacerse fotos con nosotros.

Pero finalmente conseguimos escapar sanos y salvos, después de varios chupitos de algo inidentificable, pero ya bastante aguado por el hielo, y regresamos al hotel.

Día 13 (Domingo, 20 de agosto)

De Gia phù a Yên Bái. (107 kms).

Hoy es el cumple de Mer.

Y amanece un dia maravilloso.

Foto de Mer

Desayunamos un café en un localillo cercano al hotel y nos ponemos en marcha. Hoy vuelve a hacer un sol de justicia.

Descartamos ir hacia Sapa y decidimos tirar más hacia el norte a ver qué nos encontramos.

La moto hizo un ruido raro el día anterior, pero veo que está bien de aceite y parece que sigue tirando sin problemas. Es una maravilla. En las cuestas sufre, pero es inagotable.

Hoy nos notamos algo más cansados. Se va acumulado cierto cansancio, es normal, así que vamos con calma.

Para comer paramos en el primer sitio que pillamos con pinta local, y acertamos de lleno. Nos dan una comida estupenda y muy variada por 150.000 VND (5,50€).

Foto de Mer

Aunque la carne es bastante inidentificable.

Seguimos hacia el norte bajo el sol inclemente. En la parte más montañosa, tenemos que parar de vez en cuando para que se enfríe la moto.

Más adelante encontramos en un café que tiene piscina.

Pero cuando preguntamos si podemos bañarnos, nos dicen que no. Así, sin más explicaciones.

Como nos hemos quedado con las ganas, vemos en Google Maps un hotel en Yên Bái que tiene piscina, así que nos vamos para allá.

Otra parada para café en L’Aco Quán, un café con encanto en medio de la carretera.

Otra parada para descansar culetes…

…y por fin llegamos a Yên Bái.

Yên Bái es la primera ciudad medio grande que vemos en días. El hotel es el Hào Gia que tiene habitaciones libres, pero que cuestan 30 USD la noche con desayuno (25€). Casi tres veces más de lo que hemos venido pagando hasta ahora. Pero estamos tan cansado y sudurosos que decidimos darnos el lujo por un día aunque sólo sea por la piscina, que, por cierto, es estupenda.

Para cenar, de nuevo vamos al sitio más local que encontramos, donde no hablan ni una palabra de inglés y está lleno de gente del lugar.

Aquí, en el norte, el proceso es siempre el mismo. Nos reciben con cara de desconfianza y casi con mala cara, como si se preguntaran qué demonios hacemos allí. Pero cuando ven que nos comemos todo, que lo apreciamos y que lo agradecemos, acaban encantados con nosotros y todo son sonrisas y buen rollo.

Hoy lo mejor ha sido el estilo del cocinero partiendo la carne.

Esta vez no he conseguido hacerme entender muy bien y el Pho me lo han puesto con carne, pero se la quito y ya está. Viajando hay que ser flexibles.

Camino de vuelta al hotel le hago una foto a uno de los restaurantes del tipo que hemos ido evitando todo el camino (y que es de lo más frecuente).

Para que os hagáis una idea, Thit quiere decir “carne”, Chó quiere decir “perro” y Méo quiere decir “gato”. Pues eso.

Día 14 (Lunes, 21 de agosto)

De Yên Bái a Thái Nguyên. (134 kms).

Hoy nos levantamos tarde y bajamos a desayunar sobre las 9h. Cuando preguntamos por el desayuno, la recepcionista (que no habla una palabra de inglés) nos mira con espanto y escribe en un papel 7:15h, indicando la hora a la que fue el desayuno. Aún así, ante nuestra cara de “¿¿deverdadnosvaisadejarsindesayuno??”, al final accede y nos dejan desayunar solos en el salón del hotel. Pan con 2 huevos fritos, mermelada, mantequilla y café. El que parece ser el cocinero nos da algo de charla en inglés y parece muy majo. Es sorprendente que el único que habla inglés por aquí no trabaje cara al público.

Después del desayuno, preguntamos por la piscina. Nuestra idea es pasar la mañana en remojo, pero nuestro gozo en un pozo, no abren hasta las 14h. Así que nos quedamos sin bañito. Menos mal que al menos la aprovechamos ayer.

Toca ponernos, pues, en marcha. La opción de ir hacia el norte, hacia Ha Giang no parece muy buena idea. No hay ninguna carretera decente directa y no creo que llegáramos hoy y nos alejaríamos demasiado de Hanoi teniendo que volver muy pronto. Así que optamos por ir hacia el este, hacia Thái Nguyên, donde he visto un alojamiento muy barato en Booking.

Hacemos parada para comer en el sitio más “familiar” y menos limpio que encontramos…

…pero, como suele pasar en estos casos, la comida es especialmente buena y barata: 75.000 VND (2,70€) con 3 cerves.

Foto de Mer

Hacemos una parada para café en el alojamiento Nha Nghi Thinh Hue, al lado del Lago Núi Cốc, donde tenemos uno de los momentos más chulos del viaje.

El sitio es un homestay, es decir, es la casa de la dueña donde admiten huéspedes y sirven bebidas.

Yo me pido un café, que me sirven de esta original manera.

De repente aparece la dueña del lugar y se pone a charlar con nosotros, para lo cual tenemos que tirar de Google Translator para entendernos. El momento es genial y ella es maravillosa, emocionada y muy orgullosa de su familia, cuyas fotos llenan todas las paredes.

Finalmente llegamos a Thái Nguyên y a nuestro alojamiento, el Nam My Van Homestay. Se trata de un pequeño hostal familiar regentado por el Sr. Nam y es más su casa que un hostal. Nos recibe la mujer de Nam, que no habla inglés, y un chaval muy joven, Chin, que parece un empleado o algo así y con el que sí podemos entendernos. Nos enseñan nuestra habitación que, a primera vista podría parecer una espectacular suite con vistas a la playa…

…si no fuera porque Thái Nguyên no tiene playa.

La habitación es pequeñísima pero con un encanto muy especial y nos ha salido sólo por 140.000 VND (5,15€), de los sitios más baratos en los que hemos estado. Cuando nos estamos instalando me llama por teléfono Nam, el dueño, a través del teléfono de su mujer, para darnos la bienvenida. Se disculpa por no recibirnos, pero es que está currando (es manager en un restaurante de la ciudad) y nos ofrece cenar todos juntos más tarde con otros huéspedes y su familia. Aceptamos encantados, claro.

Mientras terminamos de instalarnos, conocemos a Tim (inglés) y Aaron (americano) que se han conocido viajando y ahora viajan juntos, a Miriam (italiana pero que lleva 15 años viviendo en Barcelona), a Chin (el hijo de Nam)…

Foto de Mer

…y a Bobby.

Finalmente llega Nam y cenamos todos juntos contándonos nuestros viajes. La mujer de Nam ha preparado un verdadero banquete que nos sale por 160.000 VND los dos (5,90€).

Lo más divertido es ver a Chin tomándose el postre. Como puede verse, lo de entretener a los niños con la tablet es algo que ocurre en todas partes.

Día 15 (martes, 22 de agosto)

De Thái Nguyên a Halong Bay. (168 kms).

Nos levantamos algo tarde. Nam nos da de desayunar (incluido en el precio) café y un bocata (Bánh Mi). El de Mer es de carne y el mío de huevo (riquísimo). Nam se desvive por hacernos sentir como en casa y contarnos cosas de Vietnam.

Hemos sopesado las opciones que tenemos, que no son muchas si queremos estar dentro de dos días en Hanoi, y hemos decidido ir a Halong Bay. Aunque hasta ahí hay un tirón importante y hace de nuevo un sol de muerte, pero allá vamos.

Paramos para comer en un sitio de Pho y Com Rang por 70.000 VND (2,60€) con 3 cerves.

El camino es feo. El más feo que hemos hecho hasta ahora. Carretera con mucho tráfico, zonas muy de ciudad o industriales. Echamos de menos las zonas rurales o de montaña que atravesamos más hacia el sur o al oeste.

El camino, además, se hace muy duro por el calor, y lo aburrido del trayecto. Mer se empieza a sentir físicamente mal. Tenemos que hacer numerosas paradas para aguantar el tirón, pero al final llegamos. Han sido 168 kms muy duros y poco interesantes.

Al llegar podemos apreciar que los peñascos de Halong Bay son, efectivamente, impresionantes, pero la ciudad es bastante turística y fea.

El hotel es un homestay muy familiar, el Dang Quang Guesthouse, pero desde el primer momento queda claro que el dueño sobre todo quiere vendernos algunos de sus servicios, como un tour por 33 USD, cosa que amablemente rechazamos.

El hotel es carete, 297.500 VND la noche (11€), pero la habitación está muy bien y muy limpia.

Éste es el típico baño que encontrarás en cualquier parte de Vietnam (y en gran parte de Asia). Bueno, ésta es la version más limpia, pero me sirve para ejemplificar la idea de que nunca encontrarás un plato de ducha o una cortinilla. La ducha siempre está siempre en medio del baño y asumes que todo se llenará de agua cuando te duches.

Para cenar vamos a un sitio que nos engancha porque tiene cerveza de grifo.

Foto de Mer

Pero es bastante menos cutre de lo que estamos acostumbrados, por lo que al final nos dan el palo: 256.000 VND (9,40€), pero claro, han sido 7 cervezas… ^_^

Lo mejor es ver cómo “ordeñan” la cerveza de barril.

A la vuelta, el del hotel nos vuelve a intentar vender el tour o lo que sea, pero claro, no entiende que nuestra manera de viajar es precisamente evitar las agencias. De nuevo rechazamos el ofrecimiento. A la desesperada nos intenta vender el desayuno, un poco pesadete, pero ni por esas.

Día 16 (miércoles, 23 de agosto)

Por Halong Bay (40 kms).

Ayer decidimos quedarnos aquí a pasar nuestra última noche del mototrip. Mañana queremos estar en Hanoi y no tiene mucho sentido irse más lejos.

Hace un día feo. Muy nublado y algo de lluvia.

Nos vamos a dar una vuelta con la moto por la isla de Tuần Châu. Intentamos llegar a la playa, pero es privada del Resort La Paz. Todo es terriblemente feo y decadente. Y muy vacío.

Foto de Mer

Nos vamos hacia el otro lado del puente Bãi Cháy, que une las dos penínsulas, a ver si vemos algo más interesante. Visitamos la zona del museo. Sigue estando todo bastante desértico y deprimente. Tampoco se ven demasiado los ñuscos por la neblina.

Foto de Mer

Decidimos subir callejeando con la moto hacia la zona más local y menos turística… y la cosa mejora mucho. Llegamos a la plaza donde está el Quang Ninh General Hospital, que está llena de sitios de los que nos gustan. Nos compramos una mazorca de maíz en un puesto callejero y nos la tomamos con una cerveza de barril en un bar con terraza donde, como siempre, sólo hay hombres.

Desde la terraza podemos ver muy bien toda la plaza y el hospital.

Decidimos comer en el “Com Pho” que se ve a la derecha, que es de esos sitios donde te ponen un plato de arroz y el resto lo coges tú del carrito de comida.

Comemos muy bien y por 80.000 VND (3€) con cerveza incluida.

Foto de Mer

Después de comer, seguimos dando una vuelta por esa zona que, hasta ahora, está siendo lo más interesante de Halong Bay.

Una parada para café…

…pero finalmente tenemos que volver al hotel porque la moto empieza a hacer un ruido raro con la cadena. Preguntamos en el hotel y el dueño me lleva a un taller cercano donde se ponen a fondo con la moto. Dicen que la cadena y los engranajes que la sujetan están muy gastados, así que toca cambiarlo.

Me lo cambian todo en el momento y con absoluta profesionalidad por 300.000 VND (11€).

Por cierto. Nada más poner el anuncio en Facebook para vender la moto en Hanoi, nos escribe una pareja de españoles muy interesados. Así que parece que ya tenemos compradores para Bia.

Una vez arreglada y ya de noche nos vamos por ahí de cerves. Entramos a un local con buen ambiente donde ponen cacahuetes con las cervezas.

Lo curioso al empezar a comerlos es darte cuenta que no están crujientes como estamos acostumbrados, sino blandengues. Y es que, al parecer, los ponen en agua para que germinen y estén más blanditos.

Foto de Mer

Y la cosa es que están mucho más buenos así.

Y es aquí donde tenemos uno de los episodios más raros, absurdos y ridículos del viaje. Nos empieza a entrar hambruna, así que decidimos pedir algo. Veo que en varias mesas están sirviendo lo que parecen huevos de codorniz y me da el capricho de probar cómo deben ser los huevos de codorniz cocidos, así que pedimos una ración.

Foto de Mer

Y cuando empiezo a pelar el primero, me sale del alma un “ay, madre”, me cambia la cara y lo dejo sobre la mesa. Mer me mira y dice…

– No me digas que…

Y sí, efectivamente, no son huevos duros como pensaba, sino que son huevos fecundados con el feto del pollito ya formado y que los han cocido así, tal cual.

Y ya no es porque sea vegetariano… es que por muy culturalmente tolerante que quiera ser, esto me parece tan salvaje como lo de meter el marisco vivo en agua hirviendo (algo que nunca he podido entender… quién tiene los huevos de hacer algo así). Aunque la verdad es que nos reímos por lo ridículo del malentendido cultural.

Además, nos damos cuenta de que el dueño del bar, las camareras y algunos clientes se han dado cuenta de la situación y se están descojonando desacaradamente. Mer y yo no sabemos dónde meternos. Con bastante vergüenza y entre risas le intento explicar al dueño que lo sentimos mucho pero que no, que no podemos comernos eso. El hombre se muestra muy razonable, nos retira el plato y no nos lo cobra. Y es todo un detalle, porque, por lo que me han dicho después, es todo un manjar por esta zona… y bastante caro.

Acabamos la noche en otro especie de bar, donde la hija de la dueña hace buenas migas con Mer y le da a probar cosas raras.

Día 17 (jueves, 24 de agosto)

De Halong Bay a Hanoi. (166 kms).

Hoy toca hacer la última etapa de nuestro mototrip: Hanoi.

Hoy hacemos la excepción y aceptamos el desayuno del hotel, aunque al final nos la juegan. El dueño nos dijo que el desayuno era un bocata por 1 USD y nos ha puesto 2 mini-bocatas a cada uno y nos ha cobrado 2 USD. Cuando le digo que me dijo que era 1 dólar, se excusa diciendo que como nos ha puesto dos… Nos quedamos poco contentos con el Dang Quang Guesthouse, la verdad.

Antes de salir, vuelvo a llevar la moto al taller, porque no acaba de funcionar bien el motor de arranque y quiero entregarla esta noche en buenas condiciones a los nuevos dueños.

Me arreglan el motor de arranque y de paso le hacen varios ajustes, incluido el freno delantero, que siempre había estado un poco flojo. La dejan como nueva.

El día amanece bastante nublado, pero casi mejor así, siempre que no llueva.

Foto de Mer

En el viaje nos liamos un poco con Google Maps y, en vez de pasar por un puente, nos toca coger otro ferry por 8.000 VND (0,30€).

Aunque el barquero debe estar compinchado con la mujer que tiene el puesto de bebidas en el embarcadero, porque no para de insistir (por gestos) en que nos sentemos a tomar algo mientras esperamos para salir. Casi parece que no saldremos si no consumimos algo. Al final me pido un zumo de caña por 10.000 VND. Tiene su encanto y todo.

Gran parte del viaje es por la AH14, una “autopista” bastante fea y llena de tráfico muy estresante.

Comemos en un sitio local muy guay donde ya lo pido todo en Vietnamita: Pho Không Thịt, Com Rang y Hai Bia. Record de barato: 50.000 VND (1,80€) con dos cerves.

Vamos haciendo paradas cada poco. El trayecto se hace bastante duro.

Foto de Mer
Foto de Mer

Y por fin, sobre las 18h, llegamos a Hanoi.

Entrar en Hanoi en moto de noche es toda una proeza que requiere muchísima concentración y extremo cuidado. El tráfico, como en todas las capitales asiáticas, es una locura.

Vamos directamente al hotel que hemos reservado, el Hoang Cuong Hotel, y que resulta ser nuestra peor experiencia hotelera en este viaje (sin contar el picadero, claro). La habitación es pequeña, vieja… y sin ninguna ventana en absoluto. Es como estar en una celda.

Foto de Mer

Pero Hanoi, a pesar del tráfico caótico, tiene bastante más encanto que Saigón.

Lo primero que hacemos es quedar cerca del hotel con Nora y Marc, la pareja de españoles, para entregarles la moto. Nos llevamos la sorpresa de que ninguno ha conducido nunca una moto con marchas. Quizá Vietnam no es el mejor sitio para aprender… y mucho menos Hanoi. Pero Marc la prueba y, aunque lo pasa bastante mal, deciden quedársela y aprender por el camino. Al final la vendemos exactamente por lo mismo que la compramos, 210 USD.

Así que con mucha penita le decimos adiós a Bia, que tan increíblemente bien se ha portado durante estos 1.863 kms. Si pudiéramos, nos la habríamos quedado.

Nos damos un paseo por el famoso Old Quartier de Hanoi. Lo más bonito para visitar es la famosa vía de tren que cruza el barrio por una calle muy estrecha.

Foto de Mer

Para cenar, nos metemos en un lugar lleno de japoneses, pero que al menos tienen cerveza de barril (a 10.000 VND = 0,35€ la jarra) y cosas verdes para comer.

Foto de Mer

Y nos sale a 205.000 VND (7,5€) con 6 cervezas.

Y aquí termina nuestro mototrip. Aún nos quedaremos unos días en Hanoi (Mer 2 días y yo 4), pero ya será sin moto, y eso irá en otro post, que bastante larguito me ha quedado éste.

Cuentas…

¿Y cuánto cuesta un viaje así, os preguntaréis?

Pues aquí va. No incluyo el coste de la moto, porque al final la vendimos por el mismo precio que la compramos.

GASTOS:
  • COMIDA:
    • Comer fuera:         178,08€ 
    • Comprar comida:        3,18€ 
    • Cafés:                36,96€ 
    • Bebidas:              23,16€ 
    • SUBTOTAL:            241,38€ 
  • TRANSPORTE: 
    • Cascos:               11,96€ 
    • Candado moto:          1,88€ 
    • Chubasqueros:          0,74€ 
    • Gasolina:             27,76€ 
    • Aparcamiento:          1,84€ 
    • Reparaciones:         28,06€ 
    • Ferry:                 2,16€ 
    • SUBTOTAL:             74,40€ 
  • ALOJAMIENTO:
    • Hoteles:             174,46€ 
  • OTROS: 
    • Entradas:             46,38€ 
    • Piscina:               4,48€ 
    • Regalos:               3,94€ 
    • Propinas:              8,22€ 
    • Conexión Internet:     3,72€ 
    • Higiene:               6,32€ 
    • Colada:                6,82€ 
    • SUBTOTAL:             79,88€ 
  • TOTAL:                   570,12€ 

Es decir, 285,06€ cada uno por 17 días de viaje por medio Vietnam. Como decía Mer, es mucho menos de lo que ella gasta viviendo en Madrid.

Conclusiones…

Pues puedo decir que este mototrip ha sido de las mejores experiencias de mi viaje. La sensación de libertad que da el viajar en moto sin demasiados planes hechos y simplemente disfrutando de cada momento y de cada experiencia, ha sido algo realmente único y que engancha.

Y esto ha sido posible sobre todo por haberlo hecho con alguien como Mer. Y es que, si viajas acompañado, no hay nada más importante que hacerlo con alguien con quien compatibilices. Y en ese sentido, Mer ha sido un verdadero lujo. Sin habérnoslo propuesto previamente, ambos hemos querido hacer exactamente el mismo tipo de viaje (basado en experiencias más que en visitas turísticas), por lo que no sólo todo ha sido facilísimo, sino que nos hemos ido realimentando de alguna manera, atreviéndonos a cosas que, con toda seguridad, no nos habríamos atrevido a hacer solos, como ir a ciertos sitios, comer en ciertos lugares, dormir en según qué camas, parar en muchas de las paradas… y todo ello en una armonía sorprendente, sin prácticamente ningún desacuerdo o roce.

Y es verdad que me sigue gustando viajar solo. Pero son maravillosos estos momentos en los que puedes compartir parte de tu viaje. Porque, como decían en Into The Wild

“Happiness is only real when shared”

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