Australia (Melbourne) – Últimos días en Melbourne

by | 30 Jan 2017 | 0 comments

17 – 30 enero 2017

410 días viajando…
138 días en Melbourne…

Van acabando mis días en Melbourne. Estos días los estoy dedicando a organizar los siguientes pasos de mi viaje, quedar con los amigos, cocinar para “mi familia” y trabajar un poquito.

Comida…

En la sección “cocina”, hoy tenemos:

Curry de lentejas y verduras con arroz integral, que es ya una de mis especialidades.

Desayunos de huevos escalfados sobre tostadas de aguacate y/o tomate.

Y éste no es mío, me lo hizo Joel (mi host) una mañana de finde.

El tomate con salsa de limón estaba delicioso.

Y paella vegetariana con puré de patatas vegano. Ya sé que la mezcla es un poco rara, pero teníamos unas patatas cocidas que ya tenían un par de días y había que hacer algo con ellas.

La paella no me queda mal y les encanta, pero lo que nos entusiasma a todos es el puré de patatas vegano, hecho sólo con papatas, leche de soja, aceite de oliva, sal y pimienta. La leche de soja le da un toque impresionante.

Quedadas…

En la sección “quedadas con amigos”, hoy tenemos…

Quedada en el Queen Victoria Night Market con un montón de gente, entre ellos con Mims, Javi, la recién llegada Conchita, Mari Carmen y Roberto (los que me salvaron la vida dejándome su móvil mientras conseguía otro. Se unen a la quedada para poder devolverlo) y amigos de amigos. La verdad es que sólo tengo una foto del Market y no salimos nadie… jajaja. Pero es chula.

Quedada en el Grub Food Van, en Fitzroy con Víctor y Eva, una pareja de Zaragoza y Madrid que me han contactado para que les cuente mis experiencias. Llevan 5 años trabajando e instalados en Melbourne y les ha dado la vena de irse a viajar por un tiempo indefinido. Así que les paso toda la información que tengo. De hecho voy a escribir un post sobre este tema, porque creo que a mucha gente puede interesarle lo de “cómo viajar sin dinero”.

El sitio donde quedamos es especialmente chulo. Lo descubrí el otro día por casualidad en una callejuela escondida de Fitzroy.

Quedada con Mims en Footscray para ayudarme a comprar (remplazar) algo de ropa para el viaje y comemos en el Lentil As Anything de allí.

Mims está probando todos los “Lentil” de Melbourne  y creo que éste era el último. La comida es espectacular.

Paella/Quedada/Despedida con la gente del Restaurante Español donde terminé de trabajar el finde pasado. El jueves 26, fue el Australian Day y lo celebramos así, en el jardín de la casa de José, que lo ha organizado todo. Es de las mejores personas que he conocido por aquí.

Como es mi despedida soy el encargado de hacer la paella nada menos que junto a Ana, la paellera oficial del restaurante!

Aunque al final colaboramos todos. Marisol…

…Conchita…

…y Ana que hace el control de calidad.

…y sí, nos queda espectacular.

Y aquí está la foto de familia. Ha sido una maravilla y un privilegio compartir estos meses con todo el equipo del Restaurante, que han sido una familia para mí. La verdad es que es de lo que más voy a echar de menos de por aquí.

El día termina con juegos de mesa…

…y cuando la quedada acaba, me uno a la de Mims con la gente de su restaurante, el Robert Burns, que han quedado en los Edinburgh Gardens.

Y el Día de Australia acaba por la noche (como suele pasar) en los Docklands con Mims viendo los fireworks.

Sobre el Australian Day hay mucha polémica aquí. Es algo muy parecido al Día de la Hispanidad en España. Lo que conmemora este día es la llegada de Arthur Phillip y sus 11 navíos a Sydney en 1788. Es por ello que muchos lo llaman el Invasion Day, al considerar que fue el principio de la conquista de Australia y el exterminio de gran parte de los aborígenes. Al igual que pasó en toda América, mucha gente considera que estas tierras pertenecieron a los aborígenes y que se las arrebataron violentamente. Es una pena ver cómo ha quedado casi desaparecida la cultura aborigen y en qué malas condiciones viven muchos de ellos. Ahora hay un movimiento muy fuerte aquí intentando recuperar esa cultura.

Quedada playera con Mims, Gemma y Sabina en Hampton Beach. Y es que para celebrar mi último domingo, ayer día 29, nos fuimos a la playa.

Estuvo genial, pero el sol aquí es durísimo y no teníamos sombrilla, así que aguantamos lo justito para no morir. Gemma nos deleitó con su ensalada de pasta y atún, Mims nos trajo fruta y Sabina las chucherías.

Y esa misma tarde…

Final del Australian Open de Tenis. Y es que mi host, Joel, me ha regalado 5 entradas para ver la final en la pantalla dentro del recinto del campeonato. Ventajas de que su hijo, Mischa, sea uno de los ball-kids (recogepelotas). Así que aviso a Mims, Conchita, Irene (sí, la misma Irene que conocí en Cairns, junto con Igor y que ha venido a pasar unos meses a Melbourne) y José (el encargado del restaurante, que además nos trae las sobras del vermut de esta mañana y una bolsa de pipas!), y pasamos una tarde emocionante y divertida.

Y sí, finalmente pierde Rafa y gana Federer, pero ha sido una final épica, emocionante hasta el último minuto. La verdad es que me encanta Roger Federer, su forma de ser, su tranquilidad, su simpatía… y el hecho de seguir ahí arriba a sus 35 años. Nunca es tarde.

Y más cosas…

Y en la categoría de inclasificables tengo algunas fotos curiosas, como por ejemplo…

Mi bici, la que me ha acompañado todos estos meses y que ahora pasará a las manos de mi amiga Irene. Qué bien se ha portado todo este tiempo… (la bici).

El Victoria Street Lunar Festival, uno de los múltiples festivales que hacen aquí en la calle. En esta ocasión fue el domingo 22, en la muy oriental Victoria Rd, en Richmond. Pasé de casualidad repartiendo comida con UberEATS y me lo encontré. Era de lo más entretenido entre pedido y pedido.

Por cierto que ese día batí mi record: 19 pedidos en un sólo día. Menuda paliza de bici me di. Aproveché para sacar una foto al City Hall de Richmond.

 Y es que lo de repartir comida me lleva por sitios muy chulos.

Volví a cortarme el pelo (preparándome para climas tropicales) en la Academia de Peluquería BIBA, donde por $10 y si no tienes prisa, te corta el pelo un alumno.

Estos días nos está acompañando Manon, el perro de Kim, la novia de Mitch, el amigo de mi familia Host. Menuda conexión!

Es una preciosdad de Huscky, bastante mayor, pero es un amor conmigo.

En uno de mis paseos me encontré con el Sector Judío del Melbourne General Cemetery. Muy impresionante. Especialmente con este cielo.

Y yendo por el paseo para bicis que hay al lado del Yarra River, me encontré esta escultura que me encantó.

Temas Techies…

Ya me ha llegado el móvil que me compré en China, el Xiaomi RedMi 4, mientras que he mandado el Nexus 5X, que me dejó de funcionar, a Italia para ver si, tirando de garantía, me lo sustituyen por uno nuevo.

Habiendo probado los dos puedo decir que el Xiaomi le da mil vueltas al Nexus en temas fundamentales: 

Ventajas del Xiaomi frente al Nexus:

  • Lo primero es la batería. Por fin un móvil al que la batería le dura todo el día con un uso muy intenso. Impresionante. Mil veces mejor. Me sorprende que existiendo la tecnología, que ni Google ni Apple la apliquen y estén usando la mierda de baterías que usan.
  • Y, por supuesto, el precio. Lo compré por unos $180 (unos 125€), pero mi amigo Fer lo encontró en otra tienda online por $130 (unos 90€), frente a los más de 400€ que puede costar un Nexus.

Desventajas del Xiaomi frente al Nexus:

  • La más gorda, sin duda, es que Xiaomi te mete publicidad, así, por todo el morro. De vez en cuando te salta una publicidad a toda pantalla que nada tiene que ver con la app que estás usando en ese momento. Es algo del sistema que sólo ocurre 1 o 2 veces al día. Pero me hace pensar que si han tocado el S.O. para esto, lo han podido tocar para cualquier cosa y me hace fiarme bastante menos de la privacidad de mis datos.
  • El Android está bastante tocado, con aplicaciones propias de Xiaomi. Me gustaba más el sistema limpio del Nexus. De hecho las notificaciones funcionan regu.
  • La App de la cámara era mejor la del Nexus, especialmente en panorámicas.

Pero sólo por el tema del precio y la batería… ya no hay color.

También me he comprado la pequeña tablet/transformer de Asus (la TF201) de segunda mano, muy baratita, por $70 (50€), para sustituir al notepad que me regaló mi hermana Almudena y que ha dejado de funcionar y al tocho-portátil que me regaló Nayra en Brisbane, que, aunque va muy bien, pesa demasiado para seguir llevándolo de viaje. La tablet va reguleramente (lo de tener sólo 1GB de memoria se nota un huevo), pero para hacer de pantalla (a través de VNC) de mi portátil Vant (con la pantalla estropeada) y para ver pelis por Netflix y PopCorn, ya me vale.

Planes Futuros…

Ya están definidos.

Bueno, no, no voy tan a lo loco. Algo sí que me toca planificar. Dado que los gobiernos del mundo aún no han aceptado mi propuesta de abrir todas las fronteras, toca gestionar visados.

El plan, por ahora, es el que comenté. Marta, mi amiga de Brisbane, llega el próximo jueves a Melbourne, y el viernes nos pillaremos una autocaravana (de relocation) de Apollo y nos dedicaremos durante 4 días a viajar por la Great Ocean Road y el Grampians National Park hasta Adelaide.

Una vez lleguemos allí el lunes, Marta se vuelve a Brisbane y yo pasaré la noche en un Couchsurfing con una americana, Jan, y al día siguiente iré en autostop hasta Cape Jervis para coger el ferry a Kangaroo Island, donde me estará esperando Carme, mi nueva host de HelpX.

Carme está siendo maravillosamente amable conmigo y me lo está facilitando todo mucho. Me recomendó un bus de Adelaide a Cape Jervis que cuesta $28. Como el Ferry ya son otros $47, me dolía en el alma pagar esos $75, así que le he dicho que prefería hacer autostop. No sólo lo ha entendido perfectamente (al contrario que mucha gente, que se echa las manos a la cabeza, ella es una experimentada autostopista), sino que me ha pasado el contacto de Jan para que pueda dormir en Adelaide esa noche y así tener más tiempo al día siguiente para llegar a Cape Jervis, que está a 112 Kms, casi 2 horas en coche.

Kangaroo Island tiene pinta de ser un lugar maravilloso, bastante más salvaje y natural. Estoy deseando conocerlo. Espero tener tiempo suficiente para recorrerlo entera.

Después tengo que llegar hasta Darwin (al norte del todo), pasando por el Uluru (lugar sagrado para los aborígenes. Toda una experiencia) antes del 1 de marzo que es cuando tengo ya el vuelo a Bali, aunque podría retrasarlo, llegado el caso.

Hoy he solicitado la visa para Indonesia (¡ya me llegó el nuevo pasaporte!), pero el tema se va a retrasar más de lo que esperaba, porque tienen que aprobarla en la embajada de Madrid. Así que para cuando la aprueben yo ya no estaré en Melbourne. Estoy viendo si me dejan terminar el trámite en Adelaide o Darwin, donde también hay consulados de Indonesia.

También me he pillado un vuelo de Bali a Singapur para el 28 de abril, porque necesitaba un vuelo de salida de Indonesia y era el más barato. Luego ya veremos dónde y cuándo voy después de Bali. Aunque Malasia es una buena opción.

Además tengo que renovar mi carnet de conducir que me caduca en Abril. A ver cómo lo hago.

De ánimo me encuentro mucho mejor. Estoy de nuevo con mucha energía. La idea de volver a ponerme en camino, aunque me sigue despertando ciertos miedos, me tiene activo e ilusionado.

Me mata un poco la parte física. A la lesión de la muñeca derecha que me hice cayéndome de la bici, hay que sumar ahora una fuerte tendinitis en el hombro derecho por un frenazo del tren que hizo que me apoyara mal por evitar aplastar a un bebé. Lo malo no es ya el dolor, lo malo es no poder hacer yoga desde hace 2 semanas. Lo noto una barbaridad. Necesito volver a mis saludos al sol.

Ahora que ya termina mi etapa en Melbourne, vuelvo a tener la sensación que tuve al dejar Cairns de no haber sabido aprovechar bien mi tiempo y haberme dejado un montón de cosas por ver. La necesidad de ganar algo de dinero me ha ocupado demasiado mi tiempo. Pero no existen los errores, sólo el aprendizaje. Tengo que recordar hacer como en Cook Islands, de que lo primero es buscar las montañas más chulas y recorrerlas. Lo demás puede esperar.

Estoy dándome cuenta de que estaba volviendo a caer en esa manía tan habitual de mirar sólo al pasado (echar de menos) y al futuro (tengo que…), perdiéndome el presente. Cuando consigo ser consciente de ello (por ejemplo cuando voy en bicicleta por Melbourne), me doy cuenta de lo maravilloso que es todo, de lo afortunado que soy, de lo agradecido que estoy… 

…y de que todo está bien.

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